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Full text of "Examen de los sucesos y circunstancias que motivaron el compromiso de Caspe, y juicio crítico de ..."

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l^arbarlr ColUse líbracs 



GIFT OF 

HELEN BIGELOW MERRIMAN 
ROGER BIGELOW MERRIMAN 




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EXAMEN' ■ 

DK LOS 

SUCESOS Y CIRCUNSTANCIAS 

QUE UOIIVARON EL 

COMPROMISO DE CASPE, 

Tí JL'ICIO CniTiCO 

pe mi icoMECiuiEMo Y DE m coNSEcmciis EN mm ri\ CISTILLÍ: 

OBRA LALIIEADA CU?< EL ACCESSIT, 
único premio adjudicado sobie «te afuoto , 

BEAL ACADEMIA DE LA HISTORIA 

i , líN EL CONCURSO DE 1853. 

I DON rLOBEMCIO JAHER. 

[ ^ Jiidici«B¡ jutlilía judicalt i« 



MADRID. 

IMPRENTA DE LA REAL ACADEMIA DE LA mSTORIA. 



) LOS SEHORES MáTUTE Y COHFAGM, CALLE DE CARRETAS, 

1SS5. 



% 



%^ 



COMPROMISO DE CASPE. 



2 Memorias premiadas 

diadema, comenzaba á regir con tesón y cordura á sus vasallos, los 
alborotos de los nobles, la guerra de Portugal y las hostilidades de los 
moros , que en 1404 rompieron las treguas puestas entre ambos rei- 
nos , frustraron las esperanzas de paz legítimamente concebidas por 
los castellanos. Para colmo de desgracia, en 25 de diciembre de 
4407 moria D. Enrique á la edad de veinte y siete años> sumiendo en 
amargo desconsuelo á la nación entera , amenazada de otra fatal mi- 
noridad , cuyos males fueron , no obstante , conjurados por la lealtad 
y firmeza del infante D. Fernando , y por la ternura y maternales des- 
velos de la Reina viuda, encargados ambos de la regencia. Dióse en- 
tonces al mundo aquel ejemplo de virtud y desinterés , que segura- 
mente no ha tenido muchos imitadores. Ofrecida la corona por los 
grandes, díscolos ó ambiciosos, al mismo D. Femando, rehusóla este 
con singular entereza, y juró ser el primero en acatar al monarca ni- 
ño, D. Juan III... 

El aspecto de los negocios políticos era también triste y amenaza- 
dor, asi en Portugal como en Navarra. Hablan fallecido casi á un 
mismo tiempo. los primogénitos de ambas monarquías, en quienes te- 
nian los pueblos cifradas sus esperanzas : uno y otro Estado se veia 
envuelto con esle motivo en los mayores conflictos , y por faltar la 
sucesión varonil en Navarra, pasaba al cabo la corona á sienes de las 
hembras. 

Pero en donde más trabajados se hallaban los pueblos á principios 
del siglo XV ; en donde mayor fuerza lograban las intrigas cortesanas, 
la protervia de los descontentos y las crueles agitaciones de la políti- 
ca, era en el reino granadino, cuyo trono, ocupado por el inquieto y falaz 
Mohamad , vacilaba al encontrado empuje-de los odios que mantenían 
entre sí los sectarios del islamismo. Larga serie de correrías, escara- 
muzas , combates y cautiverios , de falaces emboscadas , de talas es- 
pantosas y de sangrientos, aunque gallardos desafíos, ponían de con- 
tinuo en sobresalto á moros y cristianos; pues que, ora los castella- 
nos, ora los granadinos, atravesando de improviso las fronteras, lle- 
vaban de una á otra parte, con rapidez maravillosa, la devastación 
y la muerte. 

Gozaba, pues, el reino de Aragón de mayor sosiego que las de- 
más monarquías de España en los primeros años del siglo xv -, mas 
bien pronto el cuadro placentero que presentaba la casa real de 
Aragón cubríase de tristes y dolorosas tintas. Aquejado el país de 
mortífera peste; envuelta la Iglesia en lamentable cisma; fallo el rey 



POR LA Rkal Academia de la Historia. 3 

D. Martin de hijos , de esposa , de hermanos y descendientes legíti- 
mos; rodeada la corte de pretendientes ambiciosos^ al parque poderosos 
é inconsiderados; escasas las satisfacciones, nulas las esperanzas, des- 
plegábase á la vista un porvenir funesto para los Estados de aquella rica 
y dilatada corona. — Las enemistades y encarnizados bandos de los 
Urreas y Lunas en Aragón , y los no menos envejecidos rencores de 
los Soleros y Centelles en Valencia , dieron la triste señal de las dis- 
cordias y desgracias, que, eslabonándose lastimosamente, iban á en- 
sangrentar uno y otro suelo. 

Al espirar ^1 ano de i406 arrebataba la muerte á doña María , 
esposa de D. Martin, lamentable suceso que vino á hundir en profun- 
da tristeza el ánimo de este monarca ^, afectado ya con la pérdida 
de su nieto, hijo único legítimo deD. Martin de Sicilia, de quien 
pendia la esperanza de la sucesión masculina en el trono de los Ra- 
miros y Berengueres. 

Encendida en Cerdeña mientras tanto la guerra civil entre porfia- 
das y aguerridas parcialidades, repugnaba el rey de Aragón expo- 
ner en ella la vida de su hijo , que pretendía sofocarla con belicosa 
mano; mas fueron tan vivas y reiteradas las instancias del valeroso 
joven , que al cabo se vio el padre forzado á llamar Cortes para Bar- 
celona , deseoso de atender á su demanda , convocando allí los ilus^ 
tres guerreros de Cataluña, con numerosos y bien armados bajeles 
á las órdenes de Pedro de Torrelles. Acudieron también las principa- 
les villas y ciudades con no escaso golpe de soldados para aquella 
empresa , señalándose Barcelona con el donativo de seis naves man- 
tenidas y tripuladas á su costa , y un numeroso y lucido tercio de 
ciudadanos, cuya conducta tenia Juan Desvalls, conceller terce- 
ro ^. Dióse á la vela la armada el dia 19 de mayo de 1409; y tan 



4 Murió en diciembre , en el pueblo de Villareal , cerca de Valencia. 

5 Llamábanse eonceUeres los que formaban el gobierno civil interior de Karce- 
loua , institución altamente libre , compuesta de cinco concelleres y cien jurados, 
según privilegio del rey D. Jaime I. Sus atribuciones excesivas y democráticas bien 
las daba á entender la lápida del dintel de la puerta del gran salón en que tenía 
aquel consejo municipal sus sesiones , en donde se lee esta inscripción : Senatus 
Populusque Barchinonenhis. Los concelleres recibían diferentes nombres en varías 
poblaciones : en Lérida se les llamaba pokeres , en Tortosa síndicos , en Perpiñan 
jurados , en Blanes también síndicos , vistiendo todos rozagantes gramallas. (Véase 
sobre iCb curiosas costumbres concejiles de Blanes, el antiguo archivo de su igle- 
sia parroquial.) 



4 Memorias premiadas 

rápidas fueron sus victorias » que cayendo prisionero en un reencuen- 
tro Brancaleon Doria , cabeza de los rebeldes , pudo augurarse desde 
luego la terminación de la guerra. Quedaba sosteniéndola todavía el 
vizconde de Narbona al frente de 20>000 hombres entre sardos , ge* 
noveses y franceses ; pero por más respetables que fuesen estas fuer- 
zas no intimidaron al rey de Sicilia , quien adelantándose con solos 
12,000 guerreros para imitar las hazañas de los monarcas stis prede- 
cesores, según escribió á su padre, el de Aragón, presénteseles 
delante á marchas forzadas, trabándose reñida batalla, en que der- 
rotados y deshechos los enemigos, buscaron su salvación en la fuga, 
dejando en el campo 5,000 cadáveres , el estandarte, gran numero 
de heridos y prisioneros, y no pocos pertrechos de guerra. Esta im- 
portante victoria , si bien costó la vida al bizarro conceller Juan Des* 
valls y á unos pocos soldados de las huestes reales , fué celebrada 
con gran pompa y no menor alegría, pues aseguraba la paz de Si- 
cilia y de Gerdeña, en que igualmente estaban interesados ambos 
Reyes, padre é hijo. Recibió D. Martin de Aragón tan plausible no- 
ticia el domingo 14 de julio del propio año 1409, hallándose en la 
quinta de Bellesguart *, inmediata á Barcelona, deduciéndose la 
entrañable alegría del tierno padre por tan señalado suceso, de las 
expresiones con que lo comunicó á su privado y capitán Mossen Pedro 
Torrelles , así «omo de las acciones de gracias que tributó pública- 
mente al Todopoderoso en los templos de la capital del principado. 
«Pero aun humeaban los inciensos en las bóvedas de la iglesia cate- 
ndral de Santa Cruz y Santa Eulalia, en que se celebraron (dice un 
» cronista moderno), cuando llegó á Barcelona la dolorosa é infausta 
» nueva del fallecimiento del idolatrado principe D. Martin, ocurrido 
ven el castillo de Galler en Gerdeña, el día 25 del mismo mes de 



6 Sitio real de los monarcas de Aragón que existió al extremo del pueblo de 
San Gervasio, al pie del monte Ti!fi'daÍH>y en el llano de Barcelona, y de que se 
Ten todavía algunas ruinas. La palabra catalana Bellesguart está compuesta de bell 
y esgttarty que lo mismo puede significar bella vista que bello retiro, siendo mag- 
nífico el espectáculo que desde él se goza. Ignórase la época en que se construyó; 
pero es memorable aquel sitio por haberse celebrado en él, en 17 de setiembre 
de 1409, el enlace del rey D. Martin el Humano con la modesta y agraciada joven 
doña Margarita , hija de D. Pedro , conde de Prados, y de doña Juana de Cabrera. 
Asistieron á la augusta ceremonia varios personajes, entre ellos San Vicente Ferrer, 
dando la bendición nupcial Pedro de Luna , que so titulaba Benedicto XIII Peí cual 
dispensó en el acto el parentesco, que mediaba entre los contrayentes. 



POR LA Ri¿AL Academia de la Historia. 5 

»juIio, en que se dio aquella batalla, después de haber otorgado su 
» testamento, nombrando heredero á su padre, recomendándole sus 
«dos hijos naturales D. Federico y doña Violante, y eligiendo vicario 
»ó lugarteniente general del reino de Sicilia á su esposa la reina 
«doña Blanca \i> El desconsuelo que cundió por todos los reinos de 
la corona de Aragón, al divulgarse tan triste noticia, no puede descri* 
birse, según se lee en los dietarios antiguos ^, y como afirman los 
historiadores aragoneses. A tal extremo llegaron las demostraciones 
de dolor ;^ que hombres, mujeres y niños lloraban amargamente y se 
lamentaban por calles y plazas , lo mismo en Barcelona que en los 
demás pueblos de Cataluña, Aragón, Valencia y Mallorca. «Llegó 
»esto á tanto grado de sentimiento y tristeza (dice Zurita), que los 
«catalanes hacian su duelo de manera , que publicaban que aquel dia 
Dse perdió toda su honra y estimación, y la prosperidad de su nación, 
»que habia alcanzado en los tiempos antiguos entre todas las gentes ^.n 
Y añade Abarca: «En especial los catalanes, entre públicos é impla- 
» cables suspiros, voceaban que aquel dia se habia perdido todalahon- 
lira y gloria que por tantos siglos, entre todas las gentes habia ganado 
9 su nación ^^.» Mas nada igualó la amargura del Rey, al recibir la 
dolorosa nueva de la pérdida de un hijo , único y sobremanera 
amado, si bien procuró templarla con cristiana resignación , dando 
oidos á las consoladoras palabras de los concelleres de Barcelona , y 
del virtuoso apóstol valenciano el Mtro. Fr. Vicente Ferrer , quien le 
representó santamente la falta que baria á sus pueblos, si dando li- 
bre rienda al dolor sucumbia, dejándolos en una orfandad dinástica 
de fatales consecuencias. 

No tardaron en darse á conocer los peligros que preveia el santo 
religioso , insinuándose desde luego por medio de gestiones tan prema- 
turas como ambiciosas^ puestas en planta por algunos personajes, 
que se creían con derecho á Ja sucesión de la corona. Eran nada 
menos que seis los que la pretendian : D. Alfonso , duque de Gandía 
y conde de Ribagorza y Denia , descendiente por linea masculina de 



7 BorARULL en su introducción á las^e^os del Parlamento de Cataluñay quepre* 
cedió al Compromiso de Caspe, (Tomo I de la Colección de documentos inéditos dd 
Archivo general de la Corona de Aragón.) 

8 Archivos públicos y particulares de Barcelona. 

9 Zurita. Anales de Aragón, tomo I, lib. X, cap. LXXXVHI. 

10 Abarca. Tomo II, fol. i6l, cap. III. 



6 Memorias premíadas 

la casa de Aragón, hijo de D. Pedro, conde de Ampurias y Ribagor- 
za, que lo fué de D. Jaime II, y hermano de Alfonso III:— D. Jaime, 
conde de Urgel, biznieto por línea masculina de D. Alfonso III de Ara- 
gón, casado con la infanta Doña Isabel, hermana del mismo D. Mar- 
tin ^fTamano: — D. Fernando de Antequera ^ hijo segundo de doña 
Leonor de Castilla, que lo fué de D. Pedro in de Aragón y hermana 
de D. Martin:— D. Luis, duque de Calabria, hijo de doña Violante, 
que lo era de D. Juan I de Aragón y esposa del duque de Anjou, 
pariente por lo mismo de los últimos reyes de Aragón , por línea fe- 
menina: — D. Juan, conde de Prades, hijo segundo de D. Pedro, con- 
de de Ampurias y Ribagorza, nieto de Jaime II de Aragón:— D. Fa- 
drique , hijo natural de D. Martin de Sicilia, nieto de D. Martin el Hu- 
mano, quien deseaba elevarle, como veremos, á la dignidad rea!, 
posponiendo acaso mejores títulos. 

Mas no debían perderse tan de pronto las esperanzas de lograr su- 
cesión del mismo soberano aragonés, sobre cuya corona habian fijado 
ya sus ambiciosas miradas tan elevados personajes , deudos de su real 
casa. Contaba D. Martin poco más de los cincuenta años; y si bien de 
salud achacosa, creían algunos prohombres de Cataluña serle toda- 
vía dable pasar á segundas nupcias, conservando de esta manera la 
estirpe varonil del esforzado conde D. Wifredo el Velloso. Pero ael 
))Rey no era tan ignorante que no conociera su impotencia (dice 
»Monfar en su Historia de los condes de Urgel); y estaba tan pesado, 
»que del todo era inútil para el matrimonio, y probaba ver cómo to- 
»marian que sucediese D. Fadrique su nieto , hijo natural del rey de 
«Sicilia, habido en una doncella llamada Tharsia, que tenia más de 
» siete años, y le estimaba como si fuera hijo; y solía decir el Rey, 
nque era más apto su nieto para la sucesión y gobierno de la corona, 
»que no los hijos que esperaban que él tendría, que ni aun eran uaci- 
odos ni conocidos, ni había esperanza cierta que hubieran de nacer.» 
Instigado , no obstante , por las Cortes que se hallaban congregadas 
en Barcelona, condescendió el desdichado D. Martin en casarse, eli- 
giendo para este fin á doña Margarita, hija del conde de Prades y de 
doña Juana de Cabrera, educada por la difunta reina doña María de 
Luna. Fueron celebradas estas bodas el día 17 de setiembre de 1409 
en la real capilla de la casa de campo de Bellesguart, con dispensa 
y bendición del Papa Benedicto XIII, sostenido á la sazón por el mo- 
narca aragonés , á pesar de hallarse depuesto por el concilio de Pisa 
y abandonado de lodos los demás príncipes cristianos. No por esto 



poi\ LA Real Academia de la Historia. 7 

se acallaron las importunaciones de los aspirantes al trono, ni se logró 
tampoco el efecto deseado , á pesar de la condescendencia del bonda- 
doso Rey: antes por el contrariólos síntomas de descontento y de alar- 
ma pública crecieron , hasta el punto de verse insultado el mismo 
D. Martin por sus deudos en su propio palacio; motivos todos que 
obligaron á las Cortes en sesión del 15 de abril de 1410 á suplicar al 
monarca tuviese en cuenta situación tan crítica , tomase consejo de 
sus reinos sobre el grave negocio de la sucesión, y acallase la ansie- 
dad general con alguna providencia preservativa ". «Notorio es y ma- 
nniñesto á todos (contestóse de parte del monarca á esta instancia), 
)) como sin súplica alguna, movido únicamente por su propia volun- 
Dtadá considerar y remediar para bien de sus. subditos la situación 
«siniestra, ha escrito dicho Rey á la mayor parte de sus reinos y pue- 
»blos que le envíen embajadores solemnes y científicos para aconse- 
)> jarle saludablemente , no porque creyese estar obligado á ello , sino 
» porque quería llevar el negocio á buen término, como lo había co- 
»menzado '*.» Tan laudable propósito no llegó, sin embargo, á rea- 
lizarse, bien fuese por no acudir al llamamiento los vasallos, bien 
porque el mismo D. Martin deseara esquivar todo fallo en asunto en 
que el cariño de abuelo le doblaba al lado del niño D. Fadrique. 

Aun no habia trascurrido un mes desde el casamiento del Rey, 
cuando so color de darle el pésame por la muerte de su hijo el de 
Sicilia, llegaron á Barcelona los embajadores de D. Luis y doña 
Violante de Ñapóles , con ánimo de demandarle su herencia para el 
hijo de aquellos príncipes. «El principal de los embajadores (dice el 
«historiador Monfar) era el obispo de Cosserans, varón de gran doc* 
» trina y elegantísimo, y habia pocos en aquellos tiempos que le igua- 
»laran. Propuso al Rey su embajada, y la oyó este con gran aten- 
»cion; filé largo el razonamiento , y se tocaron en él materias de 
«poco gusto para el Rey, y las oía con gran atención : tenia los ojos 
«cerrados y la cabeza baja como si durmiese; pensóselo el obispo, y 
»>paró algunas veces el razonamiento : conoció el Rey el por qué se 
«detenia, y le dijo, que continuara su discurso, que aunque estuviese 
«de aquella manera, bastaba que las orejas estuviesen abiertas y el 
«corazón despierto y atento á lo que decía; y lo conocería muy bien 

11 Archivo de la antigua diputación , en Barcelona: Cortes de 1405 á 14(0, 
parte 2/, fol. 568. 

12 Archivo de la antigua diputación, en Barcelona: Corles de 1410. 



8 Memorias t»REMiAt)As 

» cuando después de acabado el razoDamienlo le daría la respuesta. 
» Acabó el obispo su embajada , y luego el Rey resumió todo lo que 
ule babia dicbo, que consistió en cinco puntos; y respondiendo... á 
dIos otros dos puntos en que pedia que en Caso que la sucesión del 
j» reino no perteneciese á doña Violante» mujer del rey Ludovico y bija 
»del rey D. Juan, hermano del Rey, sino á Ludovico, su bijo, tuviese 
»>á bien que viniera en estos reinos y se criara en. ellos, aprendiendo 
9 sus costumbres y gobierno, conociendo los naturales del; demostró 
»el Rey sentirse algún tanto de semejante demanda: parecióle no 
»era á propósito tratar de tales materias en ocasión que aun no babia 
» un mes que estaba casado > y le dio muy secamente por respuesta 
vías palabras del Evangelio: Quodjustum fuerit dabo vobis *'«» 

Gustaba por otra parte el Rey de que el negocio, arduo y espinoso 
en si mismo , se platicase en su presencia , holgándose de oir el derc* 
cho que alegaba cada uno de los pretendientes, é inclináindose él, con 
astuta política, á favor del que asistía al infante D. Femando de An- 
tequera , juzgando facilitar de este modo sus deseos de colocar la co* 
roña en las infantiles sienes de su nieto D. Fadríque ^*. Juzgaban la 
generalidad de catalanes , valencianos y aragoneses indudable el de- 
recho que parecia tener el conde de Urgel , por ser el más cercano 
en la línea masculina, excluida la femenina de la sucesión, según 
casi inmemorial costumbre ; pero aunque sólo llevado del interés de 
arrebatar al conde el cetro que no hubiera visto gustoso en sus ma* 
nos, por resentimientos personales, abogaba ostensiblemente el Rey 
en favor del infante, atrajo á este modo de sentir á varias persouFs 
influyentes, con lo que se dieron oidos á los embajadores que poco 
después envió el principe castellano. 

Mientras con real beneplácito informaban por la reina de Ñapóles 
y Ludovico su hijo, Guillen de Moneada y el obispo de Cosserans; 
por el duque de Gandía , Bernardo de Vilaritx, gobernador de Riba* 
gorza ; y por el conde de Urgel , Bernardo de Centelles , creciendo la 
emulación y antagonismo por todas partes , en menoscabo de la sa- 
lud ya muy quebrantada de D. Martin ; pidió el conde de Urgel con 
sobrada arrogancia la procuración y gobierno general del reino, 
propia solo del primogénito y sucesor de la corona : asi creia coló- 

13 Historia de los condes de Urgel, escrita per D. Diego Monfar y Sors. Consér-* 
Tase el original en el Real Archivo de la Corona de Aragón. 
i A Laurrntius Valla : De rel^us á Ferdinandoge$tÍ8, 



pon LA Re AL Academia de la Historia. 9 

carse en el primer escalón del trono. Condescendió el monarca ara- 
gonés á tan presuntuosa demanda, enviándole á Zaragoza, no por- 
que temiese el favor de que gozaba el de Urgel con los Lunas de 
Aragón y con las principales familias de Cataluña , ni la adhesión que 
mostraban á este pretendiente todos los valencianos , sino más bien 
para alejarle de su persona y comprometerle entre los bandos que 
altaban con terrible obstinación aquel Estado ; y no contento con 
hacerle esta pública gracia, le confirió el oficio de gran condestable, 
con la facultad nunca vista de nombrar vice-gerente general del reino. 
Escribía al propio tiempo al arzobispo de Zaragoza y al gobernador 
de Aragón para que pusiesen estorbos al mando del conde ; lo cual 
ejecutaron de manera que nunca pudo este llegar á ejercer su cargo, 
faltándole por otra parte el apoyo y la autoridad de D. Martin, 
cuya política tenia así cumplido logro. 

Pero tan constante y dura fué la oposición que hallaba su go- 
bierno en Zaragoza por parte de los Urreas, que, llena la ciudad 
de gente armada, revoltosa y forastera, llegaron á ser tan fre- 
cuentes los alborotos , que el monarca mismo se vio forzado á es- 
cribir al arzobispo para que procurase remediar tamaños escándalos. 
Mas todo inútil. La oposición del Justicia á recibir el juramento 
de guardar los fueros y privilegios que debía prestar el conde , fué 
cada vez mayor, en términos, que señalado ya el dia 14 de mayo 
para la ceremonia, y designada la iglesia del Pilar para celebrarla, 
no solo dejó de comparecer aquel funcionario, á pesar de ser reque- 
rido para ello, sino que dio aviso al de Urgel, que le es|)eraba en el 
mismo templo , de hallarse deliberando en casa del arzobispo, de 
donde recibiría respuesta. «Y fué tal la respuesta (escribió el conde 
j)á su tio D. Martin) que al anochecer, cuando debian traérmela, hi- 
Hcieron tocar y repicar la campana de San Jaime, que únicamente 
»se toca para alborotar la ciudad, con objeto de echarme las gentes 
«encima por via de alboroto: y viendo yo esto, hice venir á mi her- 
mano , que se hallaba en el convento de frailes menores con unos 
»200 combatientes, y me armé, poniéndome encima una cota de ar- 
Dmas reales, y dirigime á la plaza de Santa María del Pilar, enviando 
oá decir al Justicia que fuese allá. Mas viendo que no venia, juré los 
•fueros y privilegios en poder de un notario aragonés, protestando 
i>que no estaba en mi mano jurar en presencia de dicho Justicia. Pero, 
«señor, con el toque de la campana no se meneó nadie de la ciudad, 

«sino la compañía del arzobispo, D. Pedro de Urrea y su partida, los 

2 



iO Memorias premiadas 

n (le Urrea , que movieron alboroto en la hostería de la Morera , siendo 
» cabezas Pedro de Sesé y Goterio de Vera. Y D. Pedro de Urrea con 
»su gente y los de Corea lo movieron en dos ó tres sitios de la calle 
«Mayor, de tal manera, sefior, que han quedado heridos de ballesta, 
»de los que hay aquí para vuestro servicio y para el mió como lu- 
«garteniente, unos veinte , de los cuales seis son caballeros y escu- 
»deros.«. De la otra parte se asegura que hay muertos y heridos *^» 

Al tiempo que esto pasaba en Aragón , creia el Rey ver realizadas 
en breve sus esperanzas respecto á la sucesión de su nieto D. Fadri- 
que , tratándose secretamente de su legitimación, pedida por los sici- 
lianos y aconsejada por algunos aragoneses , á cuyo acto solemne se 
ofirecia también el Papa Benedicto XIII, ganoso de darle mayor fuer- 
za y valor con la autoridad espiritual, que todavía alcanzaba. Sabedor 
de todo el conde de Urgel por medio de su esposa y madre, que asis- 
tían de continuo á palacio y gozaban no poca intimidad con la Rei- 
na '*, tuvo por malograda su anhelada empresa, subiendo de punto 
el desaliento al saber, que , trasladado el Rey de la quinta de Bellos- 
guart al monasterio de Valldoncella, señaló el dia 1.^ de junio para 
celebrar con toda solemnidad la ya divulgada legitimación de su nieto. 
Cercano estaba el instante en que iban á tener cumplimiento los ar- 
dientes deseos de D. Martin , cuando se vio este de pronto atacado de 
cruel dolencia (29 de mayo), que le condujo al sepulcro en brevísi- 
mos dias. Atribuyéronla á pestilencia, no obstante de andar muy va- 
lida la opinión de que fué motivada por las unciones y manjares que, 
para obtener sucesión, le daban sin consejo de los médicos. Falleció 
el desgraciado monarca en la cada de la abadesa del monasterio de 
Valldoncella el dia 31 de mayo de 1410, sin haber designado sucesor 
ni resolverse á contestar categóricamente á las preguntas que sobre 
tan importante asunto le dirí^eron varios magnates , la condesa de 
Urgel, los embajadores de Sicilia y diferentes comisiones que, para 
explorar su voluntad , le enviaron las Cortes ". A todas las pregunta» 

i 5 Archivo de la Corona de Aragón. Legajo de cartas reales núm. 107. — ^Véase 
6l adjunto Apéndice núm. XV. 

i 6 ... «porque su mujer y madre (del conde de Urgel) estaban siempre en palacio 
9y eran muy queridas de la Reina, que deseaba (pues ella no tenia hijos) que la 
«sucesión fuese del conde, y por eso le daba aviso de todo.» (Monfar : Historia de 
los condes de UrgeU) 

17 aAI dia siguiente (31 de mayo) pareció álos médicos que sacasen al Rey de 
tAa cama y le sentasen en una silla » cubierto de una vestidura muy ligora , aunqno 



POR LA Re AL Academia de lá Historia. 11 

que se le hicieron , sobre si quería que la sucesión de sus reinos, des- 
pués de su muerte , recayese en quien debiera obtenerla con mejor 
derecho *^9 contestaba con un seco y no satisfactorio á^ no dando 
otras señales de su voluntad en tan arduo asunto, y aumentando, en 
consecuencia, la indecisión y perplejidad de todos. 

No otros fueron los primeros sucesos, que motivaron el célebre Com- 
promiso de Gaspe, cuyas circunstancias, juicio critico y consecuencias 
expondremos en los capítulos siguientes, ayudados de gran copia de 
documentos coetáneos, de manuscritos de varios archivos públicos y 
particulares de los antiguos reinos de Aragón , Valencia, Mallorca, 
Castilla y principado de Cataluña, sin dejar de tener presente cuanto 
han dicho sobre tan importante asunto los mejores historiadores. 

«desabrochado, porque hacia gran calor, y él se ahogaba del todo y le tenían ya por 

vmuerto. Estando así, los embajadores de Sicilia le pidieron con lágrimas que les die- 

»ra por Rey á D. Fadrique, su nielo; y él estaba tan indeterminado, que ni aun en 

Dcsto sabia tomar resolución, y la respuesta que les dio fué encomendarles que mí- 

«rasen por él : ¡ como si hubiera de ser mayor el cuidado dellos , que era Rey y 

«agüelo y le tenia por nieto I» 

(MonFAR: Historia de los condes de ürgel.) 

«Con mayor ardor la condesa , madre del conde de Urgel , en alta voz, llegándole 
»la mano al pecho, le dijo, que la sucesión de los reinos era debida á su hijo, y 
»que injustamente se la quería quitar con sus dilaciones ; y entonces Guillen de 
«Moneada, y uno de los concelleres , apartaron la condesa, y la preyinleron al res- 
»peto y atención debida á la Majestad .« 

(Laurentius Valla: De rege Ferdiuando.) 

18 Véase en el adjunto Apéndice núm. XVlfel acia, en que consta la irresolución 
del rey D. Martin el Humano^ para nombramiento de sucesor. 




i 2 Mkmorlvs premiadas 



CAPITULO PRIMERO. 



Parlamento general de Cataluña en Montblanch.— Su traslación á Barcelona.— Em- 
bajada del duque de Gandía. — Discurso del gobernador y respuesta de los tres bra- 
zosy eclesiástico, militar y real.— Acuden al Parlamento los pretendientes. — Estado 
de los negocios políticos en Aragón , Valencia , Gerdeña y Sicilia. — Triste espec- 
táculo que presentaban estos reinos. — Imparcialidad y entereza del Parlamento de 

Barcelona. 



Celebrábanse en el monasterio de Poblet, donde reposaban las ce- 
nizas de D. Jaime I, con triste pompa y regio aparato los fmieraies de 
D. Martin ; y , no olvidando D, Guerao Alamany de Cervelló , gober- 
nador del principado , el inminente riesgo á que se veian expues- 
tos los pueblos por falta de cabeza legítima que pudiera ceñir tan 
esclarecida diadema , convocaba á toda Cataluña, para que se re- 
uniesen sus prohombres en parlamento general ^ Fué el punto desig- 
nado Montblanch , lugar vecino á Poblet , donde debian concurrir los 
tres brazos, eclesiástico, militar y real, con los síndicos y procurado- 
res de todas las ciudades; y aunque según las leyes de Cataluña, no 
podia tenerse Parlamento sin la debida anuencia del Rey , muerto este 
sin tomar resolución alguna, como ya queda dicho , sirvió para igual 
efecto el poder de gobierno que antes de cerrarse las últimas Cortes 
habia recibido una junta, compuesta del gobernador, los conce* 
lleres de Barcelona y otros doce individuos. Expidióse la convocatoria 
en Barcelona á 22 de julio de 1410, y en su virtud se reunió el Par- 
lamento en Montblanch el dia señalado, que fué el 31 de agosto del 
propio año. Declarábase en ella el peligroso estado, á que se veia re- 



i Cuando las asambleas de la nación no podian ser convocadas y presididas por 
H monarca, comeen los interregnos, recibían el nombre de Parlamento en vez do 
Cortes. 



pon LA Real Academia de la Historia. 15 

ducido el reino por el fallecimiento de D. Martin , la conveniencia de 
tratar de la sucesión que el difunto Rey habia encargado fuese dada 
á quien de justicia perteneciese *; y por último , la necesidad de re- 
unirse en corto número, presentándose en su porte y maneras, con sen* 
cillez, unión fraternal, templanza y cordura. Aconsejaba finalmente 
este peregrino documento no malgastar el tiempo , y tenia por bien 
que se recordasen los grandes hechos de los catalanes , que en todos 
tiempos hablan mantenido y acrecentado el esplendor de aquella co* 
roña. Pocos fueron en verdad los que concurrieron al llamamiento del 
gobernador, bien sea por el estado de zozobra que comenzaba á tra- 
bajar el principado, ó bien por la enfermedad contagiosa que en Mont- 
blanch habia aparecido. No bastaba aun para probar el carácter no- 
ble de aquellos naturales el conflicto en que se veian envueltos , por 
carecer de sucesor señalado á la corona; no bastaba el quedar ex- 
puestos á la poderosa ambición de los pretensores á la misma, deseo- 
sos de remitir á las armas la validez de sus derechos : ni bastaba 
tampoco la turbación que dominaba en los ánimos por el temor de una 
guerra intestina y el universal trastorno de haciendas é intereses: 
menester era que tan crítica situación se agravase con los terribles 
efectos de mortífera epidemia. Al aspecto de tan cruel azote decretó- 
se, pues, la traslación del Parlamento de Montbiancb á Barcelona; y 
reunidos en el palacio real el gobernador general del principado , con so- 
los trece individuos del Parlamento , sin contar alguno del brazo militar, 
el dia 25 de setiembre de 1410 se abrió aquella suerte de asamblea, 
remitiendo, no obstante, al 30 del propio mes su constitución defi* 
niliva, á fin de resolver, sin levantar mano, la gran cuestión político- 
legal que no tenia ejemplo en los tiempos pasados , ni debia reprodu- 
cirse en los venideros. 

Con extraordinaria concurrencia se inauguraba el Parlamento, al 
expirar el plazo indicado , recibiendo desde aquel dia, si puede decirse 
asi, el primer acto de homenaje de los pretensores al solio vacante; 
pues que apenas abierto, se presenta á pedirle audiencia un heraldo 
del duque de Gandía, conde de Ribagorza y de Denia, para exponer 
y probar los derechos de este á la herencia de.D. Martin el Humano. 
Nada prueba tanto el gran respeto, confianza y aprecio que inspiraba 

2 ((La qual successió lo dit senyor rey en Marti en la sua fí volch é ordoná 

esser dada á aquell qui per justicia pertangués.» (Convocatoria al Parlamento do 
RarcelonJi. Colee, de Cortes. Tomo XXI, fol. 2,027. Archivo de la Corona.) 



i 4 MlilMORIAS PAEMIAD/wS 

á todos la nación catalana ' con su proceder noble y desinteresado y 
justiciero 9 como la espontánea remisión á las decisiones del Parla- 
mento de los derechos alegados por cada uno de los aspirantes á la 
corona. Enaltecíase de esta manera un pensamiento que con tanta 
sensatez como templanza se habia concebido en medio del conflicto, 
y legitimaba tan popular Asamblea todos sus actos , por el hecho de 
que los mismos que aspiraban á señorear aquellas gentes, iban po- 
niéndose poco á poco bajo su salvaguardia, reconociendo en ella po- 
der y cordura bastantes para ser arbitra en cuestión de tamaña im- 
portancia. — ^Representaba el gobernador en la primera junta ¿ Ion 
diputados la infeliz situación del principado de Cataluña y de las de*- 
más tierras y reinos de la Corona Real de Aragón ; ponderábales m 
notoria desventura, por la falta de sucesor designado, asi como |os 
graves obstáculos que se oponian á una elección acertada ; recordi** 
bales la obligación en que la lealtad de vasallos los ponia de respe- 
tar, aunque indecisa y vaga, la voluntad del Rey difunto, posponiendo 
toda afición, parcialidad ó rencor en bien de la patria; poníales de- 
lante la necesidad de precaver el justo y esclarecido renombre de la 
nación catalana, llevado en alas de la fama por todo el orbe (per fot 
lo universal mon)y de vergonzoso vilipendio ó mancilla, debiendo por 
el contrario brillar en toda su pureza ; y rogábales, por últinüo , que 
meditaran y propusiesen los medios de asegurar la tranquilidad co- 
mún y dar Rey á los reinos, participándolo así á todos los que tuvie- 
sen por más dignos, y coadyuvando siempre al mayor enaltecimiento 
de la gloria de Dios y bienestar de los pueblos ^. — Respondieron por 
el estado eclesiástico el arzobispo de Tarragona; por el militar el 
conde de Cardona; y por el real, que lo formaban las villas y ciu- 
dades, el conceller en cap de Barcelona, diciendo que el deseo de 
todos era enaltecer el servicio de Dios y acrecentar el bien de Ca- 
taluña y reinos de la corona , asegurando el sosiego público. — Con 
tan buenos comienzos parecía encaminarse todo á un arreglo amis- 
toso ; mas en las primeras sesiones suscitáronse varios altercados so- 
bre la conveniencia de celebrarse el Parlamento en Barcelona , ciudad 

3 Adviértase que al usar el vocablo nación para designar al pueblo catalán, que 
hoV solo forma una parto , una provincia de la monarquía española , es únicamente 
con relación al nombre que en aquellos remotos tiempos recibía, y no porque crea- 
mos que en la actualidad sea permitido atribuir el carácter de nación á la indus* 
triosa provincia de Cataluña. 

4 Colee, de Corles. Tomo XIV, fol. 160. Archivo de la corona de Aragón. 



POR LA Rral Academia de la Historia. 15 

que COD su poder y preeminencias , mayores que las de otra alguna 
población de Cataluña, podia acaso ejercer excesiva influencia y aun 
imperio» tiranizando el libre albedrío de los congregados. Mas como 
observa Zurita/ cuando se trataba del bien público, sabian deponer 
los catalanes sus disensiones y particulares diferencias; añadiendo 
Abarca con igual propósito, que en tanta avenida de peligros^ no 
podemos negar á la nadpn catalana la mayor alabanza, porque se 
opuso á ellos la primera , supo nadar sobre las pasiones de sus parda* 
lidades , y dio con su ejemplo y autoridad la mano á los aragoneses y 
valencianos que se anegaban ^. «Ejemplo digno de imitarle (exclama 
»un cronista) nos han dejado en esta ocasión nuestros mayores, que 
j>como hombres se hallaron sujetos á sus particulares afectos, y favo- 
•«recidos de Dios, supieron dominarlos y sujetarles al bien público 
«para que no diese al través la fábrica fuerte y hermosa de la mo* 
anarquía que habian fabricado : atentos al beneficio de la patria y sus 
» dependencias, cedieron los grandes y nobles al beneficio universal 
j>sus empeños, y se inclinaron al sentir común de proseguir el Par- 
j> lamento en Barcelona, por su buen celo, y por la autoridad de Ro- 
i>ger de Moneada, que les persuadió á olvidar debates y disputas, y 
» atender á la conclusión del bien universal de la corona , que pendia 
nde su acierto y vigilante celo.» 

La acendrada opinión de que gozaban los gobernantes de Cata- 
luña, y su celo por la paz y utilidad pública, no menos que el 
buen orden que supieron introducir en los negocios del Estado, die- 
ron gran fuerza y validez á todos sus actos, y arraigaron profun- 
damente su imperio, que fué de lodos respetado y obedecido. Acu- 
dieron desde luego al Parlamento de Barcelona naturales y extranje- 
ros, unos solicitando auxilios, otros en demanda de desagravios: 
quién pedia sus asistencias , como las hubiera demandado al Rey un 
año antes; quién ofrecía sus armas y tesoros para asegurar el bien- 
estar del pueblo. Los mismos pretensores á la corona acudieron al 
gran consistorio catalán, alegando sus derechos ; reconociéronle 
igualmente como cabeza y centro de la monarquía, los estados de 
Sicilia y Cerdeña, que impetraban defensa, el rey de Ñapóles que 
solicitaba la libertad de la reina de Sicilia, su bija, y Aragón, Va- 
lencia y Mallorca que venian á su seno en busca de la paz , deseando 



5 Anales, Torao III, fol. 9. 

H Anales de Aragón, Tomo 11, fül. IC6. 



16 Memorias premiadas 

concertarse para dar digno soberano á la desamparada noonarquía. 

Sublime y nunca antes realizado pensamiento era el de reunirse 
los vasallos para darse señor, congregarse los pueblos para determi- 
nar quién habia de ser su Rey, arrostrando la temible ojeriza de am- 
biciosos pretendientes , poderosos casi todos , ninguno de ellos falto de 
derecho más ó menos legítimo. Tan heroico y sublime pensamiento 
produjo desde luego resultados de suma importancia ; pues cuando 
menos apagó los nacientes odios, evitó el derramamiento de sangre, 
con el sacrificio de millares de inocentes víctimas, y disipó, en fin, 
los temores de una guerra cruel y fratricida , que amenazaba devas- 
tar en breve espacio el reino entero. 

Para alejar todo recelo de que pudiera la paz alterarse, y conservar 
la integridad de su independencia, mandaron, sin embargo, los pro- 
hombres que formaban el Parlamento reparar las fronteras, sobre 
todo á la parte de Puigeerdan y valle de Aran , como más cercanos 
á Francia , sin omitir diligencia alguna para tener conocimiento de la 
aparición ó proximidad de fuerzas extrañas ó de hombres armados. 
Ningún caballo ni otra clase de cabalgadura útil para la guerra se 
permitió salir del principado , como tampoco armas de ningún género; 
escribiendo á Aragón , Valencia y Rosellon para que hicieran iguales 
prohibiciones. Para cualquier evento debian hallarse prontos dentro 
de Cataluña tres mil hombres armados; á saber: mil bacinets é mil 
pillarts é mil ballesiers á cavall \ Mandaron, finalmente, intimar á 
los competidores de los reinos de la Corona de Aragón , que , pues 
en Cataluña se seguia el camino de la equidad y de la justicia , no 
pusiesen en él estorbo alguno ; protestando que los pueblos no respe- 
tarían los derechos del que directa ó indirectamente atentara contra 
la tranquilidad pública. Hé aquf los medios que se ponian en planta 
dentro del principado para asegurar la paz de los pueblos : otros to- 
davía mayores debian emplearse en los paises, ó vecinos ó confede- 
rados, para apagar la llama de la discordia y cortar el vuelo de 
aquella ave monstruosa, sedienta de sangre humana, que apellida- 
mos guerra, y que eternamente cobija bajo sus alas la destrucción 
y la muerte. 

Poco grato era en verdad el estado de los negocios políticos en 
Aragón, Valencia, Sicilia y otras partes. Cuanto más se habían me- 
nester la tranquilidad, la cordura y la templanza, tanto más se enco- 

7 Colee, de Corles. Tomo XV, fol. 370. Arcliivo de la corona de Aragón. 



POR LA Real Academia de la Historlv. 17 

naban las pasiones ; y encontrados los ánimos , reemplazaban los ím- 
petus de la ira á los consejos de la prudencia, y remitiendo la razón ¿ 
la espada, cubrían de luto las familias y de espanto los pueblos. Fal- 
taba un monarca ; y esta era falta de tristes y gravísimas consecuen- 
cias para aquellos reinos, que no supieron ponerse bajo la salvaguar- 
dia de la sabiduría y de las leyes. Presentaba Aragón el lastimoso 
espectáculo de un Estado sin forma alguna de gobierno : proseguía 
el conde de Urgel en el empeño de mandar como vicario general, 
nombrado por el difunto rey D. Martin; y obstinábase el gobernador 
de aquel reino en negarle la posesión é impedirle el ejercicio de se- 
mejante cargo por órdeB secreta , según hemos ya indicado, de aquel 
mismo Rey ; mas semejante arbitrio , de una política tan débil como 
infecunda, fué nuevo manantial de considerables disturbios. Los ban- 
dos encarnizados de los Lunas y de los Urreas , que seguían , estos al 
gobernador y aquellos al conde (solo por pertenecer á partidos con- 
trarios), agravaban la situación en gran manera. Galles y plazas de 
las principales ciudades de Aragón se veían convertidas á cada mo- 
mento en campos de batalla, donde corría la sangre á torrentes, y 
donde sucumbían esforzados guerreros con un valor digno de mejor 
causa. Hasta el prelado de Zaragoza llegó á ser víctima de aquellos 
bandos, como veremos más adelante , sin que bastasen para contener 
tamaños desórdenes, ni sus amonestaciones ni sus ruegos. 

No era menos lastimoso el espectáculo que ofrecía el reino de Va- 
lencia, dividido en dos bandos tan implacables como los aragoneses. 
Separaban los Centelles y los Yilaregudes en sangrientas parcialida- 
des á los pueblos, á la nobleza, á todo el reino en fin, como si el 
mismo reino anhelase su propia ruina. Declaráronse los segundos á 
favor del conde de Urgel , y aun el mismo gobernador de Valencia, 
Arnaldo Guillen de Bellera , inclinó el gobierno de la ciudad á su par- 
tido , con lo cual crecía la discordia , exasperada la parcialidad de los 
primeros. Desde el centro mismo del reino se derramaba la fiebre de 
las banderías á dañar con su emponzoñado aliento á sus apartados 
miembros ; pues que aun entre las poblaciones distantes, seguían unas 
el ejemplo de la metrópoli , mientras osaban otras lanzar contra ella 
el grito de guerra. Hacían más dolorosa y critica esta situación los 
estragos de cruda epidemia, que ya afligía las poblaciones de Levan* 
te y Poniente del propio reino , cubriendo de luto y consternación 
millares de familias. Padres, madres, hijos y hermanos, deudos y 
amigos , lodos lloraban la pérdida de las prendas más caras de su 



i8 Memorias premiadas 

amor ó de su amistad. Esposa hubo que después de haber perdido á 
su marido y á su primogéaito al rigor de aquella fratricida lucha » vio 
perecer víctima de la peste el resto de su familia. 

Mallorca , si bien sufrió al principio las cousecuencias de algunos 
disturbios , fué al cabo más feliz y previsora , por haber determinado 

los ciudadanos de sus tres islas mantenerse neutrales en el ruidoso 

« 

pleito, que iba á entablarse ante la representación de los pueblos. 
Ofreciéronse aquellos isleños á gobernar en paz sus tierras, deponien- 
do rencores y ahogando mezquinos intereses, resueltos á no dar oidos 
á lisonjas ó exigencias de los pretendientes al cetro aragonés , y á re- 
cibir con todo acatamiento el fallo de la asamblea catalana , mostran*- 
do así el respeto, la deferencia y amor de quien se preciaba de traer su 
origen de la misma estirpe. ¡Rasgo admirable de virtud y prudencia 
que carecia entonces de modelo y que después no ha tenido imi- 
tadores!... 

Más desgraciadas que Mallorca eran Gerdeña y Sicilia en sus mo- 
vimientos políticos : alzó en la primera el estandarte de la rebelión el 
vizconde de Narbona ; y los pueblos que hablan permanecido adictos 
á la corona de Aragón , reducidos al peso de las molestias y veja- 
ciones de guerras intestinas , dejáronse llevar de la corriente , siendo 
esta manera de cansancio ó indiferencia causa de no pequeños males. 
Era extremada en la segunda la división entre los magnates y los 
pueblos, y aun entre los mismos proceres. Seguían unos á Bernardo 
de Cabrera, conde de Módica, que codiciábala corona, aspirando al 
dominio general de la isla ; confesábanse los menos partidarios de la 
reina doña Blanca, viuda del rey D. Martin , hijo de el Humano, quien 
por voluntad de aquel gobernaba y procuraba conservar el reino. Mas 
no regían sus manos las riendas del poder con la firmeza necesaria; 
débiles por naturaleza , y como de señora , más apropósito para go- 
bernar en paz sus pueblos , que para hacer frente á conmociones po- 
pulares , preludios siempre de largas y sangrientas guerras. 

La sabiduría y previsión del Parlamento de Barcelona, su entereza 
y actividad , hallaron, sin embargo, remedio á tantas desdichas, coho- 
nestando unas, neutralizando otras , cortando deraiz las más graves. 
Fué norte de aquella asamblea, para dominar tal cúmulo de infortu- 
nios , el mantener viva en los naturales de una y otra isla la afición 
al nombre aragonés, cuyo prestigio sobrevivía á las recientes desgra- 
cias; y mientras cediendo á este misterioso influjo, se iban aplacando 
las tempestades exteriores , ponian los diputados catalanes el mayor 



pou LA Real Academia de la Historia. 19 

empeño en Ddostrar igual justicia é imparcialidad respecto de cada 
UQO de los pretensores á la coroaa , sin lastimar los derechos que cada 
cual alegaba. Con este propósito, y para quitar á los restantes todo 
motivo de querella , dirigíase al conde de Urgel á fin de que hiciera 
dejación del oficio que en Aragón alcanzaba , si bien nunca habia 
logrado ser de todos obedecido. «Siendo (dice un escritor) la fuente 
o de la discordia de Aragón y Valencia el ejercicio de la goberna- 
Acion general del conde, enviáronle á suplicar y pedir en nombre del 
» Parlamento, por las atenciones que debia á la provincia, fuese ser- 
»vido no usar de la gobernación general, y licenciar el ejército que 
» tenia , asegurándole que si importaba para la defensa y quietud de 
)>los reinos, quedaba á cuanta de Cataluña formar ejércitos y enviar- 
»los donde importasen para mantenerlos en la debida obediencia: lle- 
»vó esta embajada en forma de requerimiento Ramón Zavall : dio 
j»esta embajada notables recelos al conde; pero como sus derechos 
«más que en la justicia, los fundaba en el favor de su patria, condes- 
»cendió con la propuesta , contal que no usase de lugarteniente de go- 
»bernador de Cataluña Guerao Alemany de Cervelló, al cual tenia 
«por sospechoso como tan privado que fué del rey D. Martin. d Por 
este camino se dirigía, pues, el Parlamento á lograr la concordia aun 
entre los principes rivales. Veamos cómo atendía al propio tiempo ¿ 
poner enmienda y sosiego entre las parcialidades y banderías , que 
desolaban las comarcas de Aragón y Valencia. 



20 Memorias premiadas 



CAPITULO II. 



Preséntanse al Parlamento de Barcelona embajadores de varios pretendientes, y de 
algunos príncipes que ¡os faTorecian. — Respuesta del Parlamento. — Envfanse comi- 
siones á los reinos de Aragón y Valencia para facilitar la concordia entre los bai^ 
dos.— Llega el Papa Benedicto á Zaragoza y se apaciguan las parcialidades.— Aflige 
la peste á muchas poblaciones. — Disensiones en el Parlamento de Barcelona. — 
Guerra en Cataluña por las divisiones de los prelados, de los magnates y de los 
pueblos.— Incendio de la villa de Eróles. — Ofertas de D. Jaime de Aragón , conde 
de Urgel, para estorbar la entrada de tropas extranjeras. — Los embajadores fran- 
ceses aseguran al Parlamento de la buena amistad del Rey y de los demás princi- 
pes de Francia. — Guerra en Cerdeña y en Sicilia. — Sitio de la Reina en el castillo 
Marqueto. — ^Resuelven los sicilianos elegir separadamente su Rey. — ^Aquiétanse las 
parcialidades de Sicilia. — ^Treguas entre los bandos de Valencia, Aragón y Cata- 
luña. — ^Rómpense de nuevo. — La condesa de Cominges introduce tropas en el valle 
de Aran. — Nombra el Parlamento de Barcelona diferentes comisiones. — Quejas del 
infante D. Fernando, y defensa del conde de Urgel.— Acuden siempre los preten- 
dientes á la Asamblea catalana.— Disidencias en el Parlamento. — ^Enciéndense de 
nuevo los bandos de Aragón. — Muerte violenta del arzobispo de Zaragoza. — ^Nuevos 
males y disturbios. — Carta del castellano de Amposta. — Reglamento y ordenanzas 
del Parlamento de Cataluña. — ^Úñense los mallorquines con los catalanes.— Próroga 
y traslación del Parlamento de Barcelona á la ciudad de Tortosa. 



Ealramos ya de lleno á referir los sucesos que precedieron al Com- 
promiso DE Gaspe , calcando nuestra narración y nuestro examen sobre 
los mismos documentos coetáneos , conservados en crecido número 
en los archivos 9 necesitando por lo mismo de fino y delicado tacto 
para desechar los superfluos ó indiferentes, y admitir únicamente los 
que arrojan viva luz sobre esta importante materia. Trabajo arduo, 
difícil de llevar á cabo con claridad y concisión , porque el cúmulo 



POR LA Real Academia de la Historia. 2i 

mismo de tantos y tan variados documentos, actas de sesiones, car* 
tas de personajes, dietarios, procesos y curiosas noticias, no todas 
fáciles de someter á la narración histórica, embarazan la elección 
y abruman el ánimo del que se atreve á acometer tan arriesgada 
empresa. Forzoso será, pues, ceñimos á los hechos y circunstancias 
principales , sin olvidar, no obstante , lo accesorio , con tal que ofrezca 
verdadero interés para la mejor inteligencia del gran suceso que va- 
mos á examinar en breve *. 

Dejamos apuntado en el capítulo anterior , que desde luego acudie- 
ron al Parlamento de Barcelona los pretendientes al trono vacante: ob- 
tenida audiencia por los embajadores del duque de Gandía, del in- 
fante D. Fernando de Antequera, del conde de Urgel (del rey de 
Francia), y de la reina doña Violante, expusieron todos los derechos 
de que sojuzgaban asistidos dichos príncipes, dando á entender que te- 
man por cierta , fácil y pronta la resolución de aquel grave negocio en 
favor suyo. Mas templado y sobrio como siempre, contestóles el Par- 
lamento por boca de su digno miembro el arzobispo de Tarragona, 
manifestándoles que trataba antes de todo unir los reinos de la corona, 
y que tan luego como se consiguiera, se daría el derecho á quien perte^ 
neciese por justicia y no deliberando ni obrando sola Cataluña, sino en 
compañía de los demás reinos , que conocerían todos de la sucesión con 
brevedad , cuando pudiesen cómodamente. Aquietáronse con estas pa- 
labras los recelos de los pretendientes; y para cumplir lo prometido, 
procuró el Parlamento poner en paz y orden á Aragón y Valencia, 
disponiéndolos á una fiel y amistosa concordia , rogándoles enviasen á 
Barcelona sus embajadores con poderes suficientes para terciar en 
asunto, que tanto importaba al bienestar de todos. Partieron con este 
objeto seis comisionados ó embajadores para Aragón; á saber, el abad 
de Monserrate Fr. Marcos de Villalba , Francisco Ferriol , canónigo de 
Vique, Ramón de Moneada, 'Pedro de Cervelló, Francisco Burgués y 
Guillen Llobet : los electos para Valencia fueron el *abad de Santas 
Cruces , Pedro Bosch, canónigo de Gerona, Gilaberto de Ganet, Gre- 



\ Se han tenido además presentes : Anales de Aragón , por Zurita ; Coronado^ 
nes de ¡os Reyes de Aragón ^ y Comentarios, por Blancas; De rebus á Ferdinando 
gestis, por Lorenzo Valla; Reyes de Aragón ^ por Abarca; Crónica de D. Juan 11 
de Castilla; Pedro Tomich, Monfar en su Historia de los condes de Urgel; Bofarull 
en sus Condes vindicados; Qulmo , Del juramento politico de los Reyes de Ara-' 
gon, etc., etc. 



^ MexMorias premiadas 

gorío Burgués , Francisco Basset y Francisco de Sanl-Celoni '. Felices 
resultados dio en Valencia esta embajada; puqs unidos los esfuerzos 
de sus individuos con los del obispo de esta ciudad, D. Hugo de Llu- 
piá y Bagés , y D. frey Romeo de Corbera , maestre de Montesa , con- 
siguieron, no sin ruegos ni amonestaciones, atraer al verdadero servi- 
cio de la patria los prelados , nobles y universidades, desarmando así y 
reduciendo á la impotencia á los bandos y sus caudillos , y lo que pare- 
cía punto menos que imposible , logrando la reunión de un Parlamento 
valenciano que debia entenderse con el de Barcelona. Iguales resul- 
tados obtenían en Aragón los embajadores de Cataluña, que llegaron 
al pueblo de Pina el dia 4 de diciembre (1410), siendo dignamente 
recibidos (según consta de la carta que escribieron al Parlamento ca- 
talán) por el arzobispo y los jurados de Zaragoza, el gobernador de 
Aragón, D. Juan de Luna, el comendador de Canta vella y Castellote, 
mossen Juan Fernandez de Heredia , y otros caballeros de la primera 
nobleza , cuyo número excedía de trescientos '• Habia llegado antes 
á Zaragoza el Papa Benedicto, haciendo entrada pública por las prin- 
cipales calles, que fueron espontáneamente entoldadas y enramadas; 
y tanto á sus instancias y persuasiones, como á los esfuerzos de los 
mencionados embajadores, del arzobispo, del gobernador,, del justicia 
y de Berenguer de Bardaxí , se debió con general regocijo la paz de 
los Lunas y Urreas, que conjuramento solemne Crmaron una tregua 
por tres años. Lograron también apaciguar las parcialidades de los 
Sayas y Liñáne^, que hablan escogido para sangriento campo de bata- 
lla la ciudad de Galatayud ; y no con menos placer velan finalmente 
que casi todos los nobles descontentos, vencidos del ejemplo y patrio- 
tismo, sacrificaban en aras del bien común sus odios y venganzas, pu- 
diéndose de esta manera congregar un Parlamento aragonés que se- 
gundase los laudables deseos del de Barcelona. 

Mientras de esta manera se llegaba á pacífico avenimiento, cor- 
tándose el fuego de intestinas discordias , afligía la peste con horrible 
estrago á muchas poblaciones de los estados de Aragón ; siendo Mon- 
zón, Tamarite, Gandesa, Maella y Corbera, triste presa de tan cru- 



2 Estos embajadores fueron elegidos por una comisión de doce personas nom« 
bradas al efecto por el Parlamento de Barcelona , y que además tenian á su cargo 
cuanto importase á la unión del principado con los reinos , paz y defensa de todos 
ellos. 

3 Colee, de Cortes. Tomo XXI, fol. 2034. Arcli. de la corona de Aragón. 



POR L.\ Real Academia de la Historia. 23 

(lo azote , que diezmaba sus ciudadanos ; propagándose á poco tíem- 
po á Zaragoza, donde en breves dias perecieron más de trescientas 
personas *. 

Cataluña, que habia tomado la iniciativa de previsión, cordura y 
templanza , para colocar la corona de Aragón en las sienes de quien 
la mereciera, se vio también, á pesar de todos sus esfuerzos, afli^da 
varias veces con bandos de consecuencias funestas para algunas po- 
blaciones; y lo que fué todavía más sensible en tan críticas circuns- 
tancias, surgieron deplorables disensiones en el seno mismo de su 
Parlamento. Pretendian los hombres que se llamaban áeparage formar 
brazo separado, unidos con el estamento militar; y estas exigencias 
entonces inoportunas y siempre odiosas , no solo distraían al Parla* 
mentó de su objeto primario , sino que llegaron á despertar serias ri- 
validades. En medio del conflicto, se nombró una junta, para diluci- 
dar esta y otras dudas que pudieran ofrecerse , formada de los con- 
celleres de la ciudad y de tres sugetos por cada uno de los estados 
eclesiástico, real y militar, con lo cual pudo felizmente atajarse el 
daño , que á todos amenazaba ^ 

Pero las divisiones de los pueblos no se remediaban tan fácilmente. 
Empeñada la guerra entre el conde de Pallars y el obispo de Urgel, 
en sus respectivas comarcas ; entre el obispo de Lérida y Sansón de 
Naves contra Raimundo y Pedro de Cescones , y entre Francisco de 
Vallgomera y Manuel de Rajadell , en el Ampurdan , fueron precisas 
no solo las amonestaciones, sino aun también la presencia del gober- 
nador de Cataluña en algunos puntos, para que, cuando menos, ce- 
sasen las hostilidades, por medio de treguas más ó menos duraderas. 
Uníanse á estos disturbios las voces , algún tanto ciertas, de hallarse 
en la frontera de Francia el conde de Armeinaque , reuniendo hasta 
cuatro mil caballos y preparándose á entrar en el principado , suceso 
de que debían resultar todavía mayores daños ; y para colmo de des- 
gracia los mismos bandos que eran los primeros en ofrecer al Parla- 
mento de Barcelona paz y templanza para con sus enemigos , eran 
también los primeros en romper las treguas, y en correr á las armas. 



4 aAcí en la ciutat de ^aragoga comencen de morir de epidemia : han ich morts 
de pochs dies en^á passats CCG de epidemia.» 

(Carta escrita desde Zaragoza el domingo 7 de diciembre de 1410.) 

5 Colee, de Cortes. Actas de sesiones del mes de diciembre de 1410. Proceso 
del Parlamento de Barcelona convocado úla muerte del rev D. Martín. . 



24 MCMORfAS PREMIADAS 

poniendo estorbos de este modo á la pronta resolución del grave ne- 
gocio que se agitaba. Así aconteció entre los secuaces del conde de 
Pallars y los del obispo de Urgel ; pues habiendo saqueado é iücea- 
diado estos el pueblo de Eróles ; se apartó aquel de la tregua que ha* 
bia prometido, y lo participó al Parlamento catalán con duras ex- 
presiones *. 

No perdia entre tanto el conde de Urgel, pretendiente como va di- 
cho al trono vacante, ocasión alguna de mostrarse adicto al servicio 
del pais, alentó acaso al provecho de su propia causa. Presei^ároáse 
ante los prohombres de Barcelona el dia 20 de diciembre, lostemba- 
jadores del conde, Juan Eximeno, obispo de Malta, y Matías Vidal, 
doctor en derecho, exponiendo en su nombre que sabedor de que 
amenazaba á Cataluña la entrada de tropas extranjeras , cuando yacia 
en orfandad, de todos sentida y llorada, rogaba al Parlamento to- 
mase disposiciones para impedirlo , y ofrecia su persona y bienes en 
defensa de la patria. Agradeciólo la Asamblea, asegurando á los re- 
presentantes del de Urgel que aceptarían su oferta , cuando el caso lo 
requiriese %* mas tan luego como llegaron estos rumores á oidos de los 
embajadores franceses que se hallaban en Barcelona , presentáronse 
al Parlamento asegurándole de la amistad que profesaban al princi- 
pado el Rey y demás príncipes de Francia , y de su ninguna partici- 
pación, ni aun noticia de los preparativos de invasión que , según ru- 
mores vulgares , se hacían en la frontera '. 

Volvamos ahora la vista á otros países , dependientes de la Corona 
real de Aragón, y veamos cuál era el estado de sus negocios políti- 
cos. Desamparada Gerdena efe los caudillos catalanes, á quienes.lla- 
maban al Parlamento de Barcelona las obligaciones de su cuna, rióse 
molestada de nuevo por las arnias del vizconde de Narbona , que á 
la cabeza de respetable hueste, volvió á encender la guerra en la 
isla , poniendo cerco á Orístan, una de sus más fuertes plazas. Acu- 
dió al peligro el valeroso y fiel virey, Pedro de Torrelles, con algunas 
compañías de flecheros; y obligándole á levantar el sitio, le redujo en 
breve á la paz y obediencia que debía al principado de Cataluña. — ^Más 
infeliz era la suerte de Sicilia, conmovida á la sazón por encarnizadas 
parcialidades. A punto estaba de lograr el apetecido sosiego, merced 



6 Colee, de Cortes. Tomo XXI, fol. 2050. Arch. de la corona de Aragón. 

7 Colee, de Cortes. Tom. XXI, fol. 2064. Arch. de la icorona de Aragón. 

8 Sesión del día 23 de diciembre de 1410. 



POR LA Real Academia db la Historia. 25 

á la enlerieza del conde de Módica , que defendiendo á la reina y le- 
vantando en las plazas que ocupaba el estandarte real, representaba 
seguido de Arnaldo de Santa Coloma , al sucesor á la corona de Ara- 
gón, cualquiera que fuese. En esta confianza vivian los sicilianos, de- 
terminados á esperar con toda quietud la declaración dinástica de los 
Parlamentos de los diferentes reinos , cuando turbaron los émulos de 
Bernardo de Cabrera, y descompusieron esta unión y buen orden, en 
términos de verse sitiada la Reina en el castillo Marquelo , donde su- 
frió los horrores de ribadoquines y lombardas , salvándose maravillo- 
samente en una galera, que arrimó al fuerte la adhesión y arrojo de 
Juan de Moneada, mientras él acometiay desbarataba el real enemi- 
go. Puesta en salvo la reina de Sicilia y ya en Palermo, trató el Mon- 
eada de obligarla , ó solo quizá de facilitar su matrimonio con Ni- 
colás de Peralta , eligiéndole Rey ; pues decía que «en hora buena de- 
»clarasenlos catalanes su monarca, pero que era también justo eli- 
»giesen los sicilianos el suyo *.» ¡Como si no tuviese más cuenta á 
Sicilia permanecer arrimada al trono aragonés , á la sazón brioso y 
pujante, que verse expuesta á la codicia de reyes poderosos, sin otro 
fiador que sus débiles y escasas fuerzas! «Asegurada la reina, junló- 
wse el almirante de Sicilia, Sancho Ruiz deLiori, con Juan de Mon- 
teada para resistir al Cabrera, el cual justificó su causa, diciendo 
»que sometería aquellas diferencias ala decisión del rey de Navarra, 
» padre de la Reina, del Parlamento de Cataluña, de los concelleres 
» de Barcelona , del vizconde de Castellbó , y de Roger Bernardo de 
»Pallars, prometiendo en cuanto ala sucesión sujetarse á lo que de- 
» terminasen los demás reinos ^^.d Con tales sucesos terminó el año 
de 14iO, de fatal memoria para los Estados de la corona de Aragón; 
pues faltos de Rey y sin sucesor señalado , fluctuaron con más ó me- 
nos calma y fortuna, pero no sin desgracias y sobresaltos, en el mar 
borrascoso de las pasiones, siempre violentas, de los hombres. 

No con menos variedad de acontecimientos empezaba el dé 1411. 
En 10 de enero licenció el conde de Urgel toda su gente de guerra, 
y Dalmacio Sacirera, en nombre de aquel magnate, protestaba ser 
Hilso que tratase , como se habia dicho , de meter en Cataluña solda- 
dos extranjeros. Sinceráronse de nuevo los embajadores de Francia 
del cargo que se hacia á aquel reino de querer también introducir 

9 Zurita, tomo III, fol. 15.— Otros autores, 
i O Crónicas antiguas. 



26 Memorias premiadas 

gente armada en el principado , con lo cual se tranquilizaban algún 
tanto los alterados ánimos, beneficio de qué por el mismo tiempo co- 
menzó á gozarse en Valencia, con las treguas asentadas entre Par- 
dos y Yilaregudes ( 15 de enero), cuyo laudable ejemplo seguian en 
Aragón los Urreas y los Castres. Mas no asi los parciales de Fer- 
rando López de Luna, enemigo de Pedro de Sesé y Fernandez de He- 
redia, que enojados contra el último por la tutela del condado de 
Luna , ponian mano á las armas , encerrando al referido Pedro de 
Sesé en el castillo de Oesa , donde le tuvieron no poco apretado. En 
los hombres predominan constantemente las mismas ambiciones y los 
mismos desaciertos. 

Las disidencias entre los magnates y á pesar de los generosos es- 
fuerzos de los buenos patricios , no llegaban , pues , al deseado tér- 
mino aun entre los mismos pueblos. Teníanlas entre sí, y por cierto 
de tristes consecuencias, el abad de Bañólas y Bernardo de Avella- 
neda, así como Juan Eymerich y Geraldo de Palou, los condes de 
Prades y de Cardona , Bernardo de Forciá y otros barones , propagán- 
dose tan mortífera plaga al valle de Aran y el condado de Cominges. 
Aprovechando la condesa de este título la conturbación general de 
los Estados, introducia por la frontera buen golpe de soldados france- 
ses, siendo preciso que Francisco de Eril les saliese al encuentro para 
desbaratar sus planes , no pudiendo asistir en persona el gobernador 
del valle de Aran , por hallarse persiguiendo varias partidas de aven- 
tureros que atravesando el Pirineo , asolaban en Aragón la comarca 
de Barbastro. 

Fija la vista del Parlamento de Barcelona en tantas revueltas y 
desastres, y ganoso de poner término al asunto que lo habia convo- 
cado, acallando al par las demandas de los pretendientes que sin ce- 
sar le asediaban, acordó encomendar los negocios ajenos á la suce* 
sion á personas competentes para su resolución y despacho , nom- 
brando al efecto tres diferentes comisiones. Tenia ¿ su cargo la 
primera, compuesta de tres personas, el activar todo lo que hubiese 
de ser acordado por el mismo Parlamento: la segunda, formada de 
doce, debía cuidar solamente de lo relativo á la defensa, guarda y 
conservación de Cataluña y de sus intereses ; y finalmente , la ter- 
cera , que constaba también de doce vocales , conocía de los expe- 
dientes y actos de justicia, los cuales debía promover, dirigir y re- 
solver con toda imparcialidad y celo. Comunicáronse á Aragón y á 
Mallorca estas resoluciones; y para más obligarse, el día i 4 de fe- 



POR LA Real Agadekua de la Historia. 27 

brero prestaron todos los nombrados al Parlamento de Barcelona el 
juramento de conducirse bien , justicieramente y con sigilo. 

Había llegado en este tiempo el conde de Urgel> que np sosegaba, 
al monasterio de Valkloncella ; mas no agradando al Parlamento su cer- 
canía y rogóle pusiese su estancia á una jornada de Barcelona , lo cual 
ejecutó aquel príncipe, pasando al lugar de San Boy. El infante de Gas* 
tilla, D. Femando, receloso del derecho, ó más bien, de las simpa- 
tías que lograba en Cataluña D. Jaime, quejóse á la Asamblea cala- 
lana de la estancia de este en el lugar citado; pero en 18 de abril 
procuró rebatir el de Urgel los cargos que le hacia el castellano , di- 
ciendo que él no trataba de corromper á nadie , que solo quería se 
abreviase en lo posible y tratase con toda lealtad el hecho de la su- 
cesión ^^ Para más esforzar el derecho que á ella alegaba el vence- 
dor de Aniequera, escribieron poco adelante al Parlamento, recomen- 
dándole y abonándole el rey de Castilla su sobrino, y la reina madre 
tutora ^' ; y no trascurrido el mes de mayo presentó dicho infante las 
actas de aceptación y adición de herencia , por tener entendido que le 
correspondían los Estados de la vacante corona. Recibió la Asamblea 
con gravedad y cortesía unos y otros documentos , escribiendo más 
adelante así al rey de Castilla como al infante D. Fernando , para 
rogarles que no permitiesen entrar en el territorio aragonés^ armas 
castellanas. 

a Bien juzgaban todos en aquella era (dice un antiguo cronista), 
» que hallándose Cataluña fuerte, con las armas en las manos, los 
» gobiernos de las islas en sus hijos y naturales, finalmente unida en 
»sus operaciones, y Aragón y Valencia consumidos en sus civiles dis- 
» turbios podia sola dar la corona... ; pero como es tan amante y fiel 
»con su Rey, solo pretendió obedecerle aunque muerto, siguiendo su 
» última voluntad, que fué se diese á quien se le debia por justicia: y 
•atenta á este norte, jamás pudo tropezar en el escollo del amor pro- 
»pio ni del apasionado afecto: no obstante por su autoridad, concur- 
» rieron á ella los pretendientes como si sola hubiese de dar la corona. 
» Con esta aprensión se presentó en el Parlamento Ramón de Torre- 
j» lies, tutor del conde de Luna, D. Fadrique, representando los dere- 
»chos de su pupilo, y asegurándole que los sicilianos le pedían por su 

i i Colee, de Cortes. Tomo XVI, fol. 629. Carta escrita por Jaime de Aragón al 
Parlamento de Barcelona, fecha en San Boy á 18 de abril de lili. 
12 Véanse las cartas en el Apií.idice de notas, documentos é ilustraciones. 



28 Me&IORIAS PnEMIADAS 

»Rey, habiéndole legitimado el Papa, y que esta fué la inteacion del 
«rey D. Martin su abuelo; y si á eso no les parecía bien que se em- 
D peñase el principado en la quietud de Sicilia; y que concordes la 
» reina doña Blanca y Bernardo de Cabrera , conde de Módica , de- 
» pusiesen las armas. Respondiéronle que enviarían embajadores para 
))la quietud y unión de Sicilia con la corona, como lo hablan ejecu- 
»tado con los otros reinos (y lo cumplieron), y que ellos solos no 
» querían dar ni quitar la corona, sino unidos con los demás darla al 
«que se debía de justicia, que fué la intención del rey D. Martin, á 
«quien finos obedecían. » 

Pero asi como al dar Cataluña ejemplo de moderación y cordura, 
era imitado su noble proceder por los demás reinos, así también 
cuando cundía la discordia entre sus prohombres, dividíanse de nue- 
vo en bandos Aragón y Valencia. Tratábase ya de formar un Parla- 
mento ó Congreso general de los reinos y principado fuera de Cata- 
luña; y esta resolución, sin duda la más importante y trascendental 
adoptada hasta entonces, vino á dividir la antes acorde Asamblea en 
multitud de pareceres y opiniones : quién disputaba sobre el lugar 
que debía tener el principado en aquellas triples Cortes, asegurando 
que le correspondía la presidencia : quién, dando por sentado este 
hecho, proponía para tan alto puesto á Guerao Alemany de Cervelló 
como á gobernador y principal ministro en el interregno, en que se 
hallaban : quién, rebatiendo semejante propuesta por la misma razón 
en que la apoyaban sus defensores, presentaba, por último, en lugar 
del Alemany, candidatos de alcurnia no menos elevada. Al esparcirse 
las nuevas de tan doloroso desacuerdo, los bandos de Aragón nunca 
extinguidos, si bien amortiguados de tiempo en tiempo, merced á 
los continuos armisticios que mutuamente se otorgaban « alzaron de 
nuevo la bandera de la discordia, y viniendo á las manos, avergonza- 
ron con sus fratricidas rencores á la nación entera. La muerte del ar- 
zobispo de Zaragoza, que quizá tomaba más parte de la que debiera 
en los disturbios de su patria, sobre ser muy sentida por la parciali- 
dad de los Heredias, era para Aragón el último de los escándalos. 
Acaeció el lunes 1.^ de junio de 1411 en el lugar de Almunia de doña 
Godína, á donde al parecer se dirigía con intención de alejarse de 
D. Antonio de Luna, su más encarnizado enemigo. Pero si bien sa- 
liéndole este al encuentro, requerido por el arzobispo para deliberar, 
comenzaron mutuamente á relatar sus agravios, y no pretendía el 
de Luna otra cosa más que aprisionar al prelado; recibió aquel mag- 



POR LA Real Academia de la Historia. 29 

nate una cuchillada en el cuello^ con lo cual se trabó la pelea entre 
los parciales de ambos, cayendo muerto el arzobispo de Zaragoza, 
por mano, según se asegura, del mismo D. Antonio, que cabalgaba 
un soberbio caballo blanco, objeto desde entonces de los más cari- 
ñosos desvelos de su dueKo. |Tanla era la ira y sed de sangre que 
animaba á aquellos funestos bandosl Representó el vicario oficial de 
Zaragoza, sede vacante, al Parlamento catalán, para que no admitie- 
se en su seno á D. Antonio de Luna y otros nobles, que se conside- 
raban como autores de esta muerte, participándole también la sen- 
tencia de excomunión que sobre los mismos pesaba; mas el de Luna, 
por su partCi pretendió sincerarse ante aquella Asamblea por carta 
escrita en Alcañiz á 6 de junio, en la cual referia y coloraba á su 
favor tan escandaloso hecho; y para el que dudara de sus palabras, 
ofrecia legitimarlas de puras y verdaderas en singular combate, con- 
tra cualquier noble ó caballero que osara sostener lo contrario '^ 

i 3 Distinta es la manera que tienen de narrar el trágico fin del prelado do 
Zaragoza los historiadores antiguos, dejándose dominar cada cual de las simpatías 
que pudo inspirarle el personaje á quien se arriman en sus obras. Pero en medio 
de narraciones tan contradictorias, ningún testimonio de mayor fé que los docu- 
mentos coetáneos, á que hemos procurado ajustamos, si bien con alguna diferencia 
de la relación que hace del mismo suceso un historiador de nuestros dias : 

«El arzobispo de Zaragoza, dice, fue alevemente asesinado por D. Antonio de 
Luna. Al llegar el prelado á la Almunia, recibió aviso de D. Antonio, de que 
deseaba conferenciar con él y le esperaba camino de Zaragoza. El arzobispo acudió 
al lugar de la cita, desarmado y en compañía solo de algunos caballeros y familia- 
res suyos. El de Luna llevó consigo solos veinte hombres armados; pero dejó em- 
boscados en una montaña vecina hasta doscientas lanzas. Encontráronse los dos 
personajes, saludáronse cortes y aun cariñosamente, y se retiraron un trecho á ha- 
blar solos. En la conversación preguntó el de Luna al arzobispo si seria rey de 
Aragón el conde de Urgel luNo lo será, respondió el Prelado, mientras yo viva.n 
— aPues lo eeró, vivo ó muerto el arioHspo,» replicó altivamente D. Antonio de 
Luna; y abofeteó al prelado en el rostro. Seguidamente le dio un golpe en la cabeza 
con su espada, y cargando sobre él la gente del de Luna, derribáronle de la muía, 
acabáronle de matar y le cortaron la mano derecha. Gran escándalo y alteración 
movió en el reino acción tan criminal y alevosa. Alzáronse en armas como venga- 
dores de la muerte del Arzobispo, su sobrino Juan Fernandez de Heredia, el caba- 
llero D. Pedro Jiménez de Urrea, Juan de Bardazí, el gobernador del reino Gil Ruiz 
de Lihori y otros muchos , ó amigos ó parientes del prelado. El conde de Urger 
envió sus gentes en socorro de D. Antonio de Luna, que por otra parte intentaba 
justificarse ante el Parlamento de Cataluña. Pero el conde y sus parciales los Lunas 
se hicieron con esto odiosos, mientras los vengadores del arzobispo se adhirieron 
con tal motivo cada vez mas firmemente al partido del infante D. Fernando. Pidieron 



30 Memorias príSxMIadas 

Grandes males siguieron á la muerte del arzobispo de Zarago^ 
za. Los mensajeros ó embajadores^ enviados al Parlamento de Aragón 
en representación del de Barcelona, dieron noticia de ella á esta ciu* 
dad en términos generales y sin entrar en pormenores, asegurándole 
que era tanta su turbaciony que aun no habían deliberado qué partido 
tomarían, pues eran de temer en varias poblaciones grandes escán- 
dalos '*. Nada, sin embargo, podrá dar una idea más exacta de los 
disturbios que afligieron de nuevo al reino de Aragón por aquellos 
tiempos, como la lectura de la siguiente carta que traducimos del an- 
tiguo idioma catalán, en que se halla redactada : 

«A los muy reverendos, nobles y honorables señores, ios diputados 
i>y otros que actualmente se hallaii congregados en la ciudad de 
«Barcelona. — Muy reverendos , nobles y honorables señores : Por 
DOtra carta notifiqué á vuestras reverencias cómo mossen Juan Fer- 
»nandez de Heredia vino á Albarracin para entrar en el castillo, como 
» igualmente la división de la ciudad en dos bandos : y en aquel ins- 
a tante mossen Juan Ruiz entró en dicho fuerte con treinta hombres 
))de á caballo y veinte ballesteros, y tan luego como el mencionado 
» Juan Fernandez lo supo, volvióse á Teruel, de donde salió el sábado 
Aproximo pasado, publicando que aquella noche iba á una aldea de 
«Teruel; pero con setenta de á caballo y mil cuatrocientos hombres de 
rtá pie, pretendió escalar el lugar de Vilell. Fué sentido ó descubierto 
2>por los habitantes, y las gentes que se hallaban en el arrabal pusie- 
«ron en salvo sus personas dentro de la villa; mas les han cogido to- 
ados los bienes, quemándoles como unas treinta casas, y el domingo 
«la combatieron todo el dia, marchándose por la noche á un lugar 
«que es del expresado Juan Fernandez, á una legua de Yilell, debiendo 
«volverá combatirla el lunes. Y dicho domingo al anochecer, uno 
«de la partida de los Muñozes, envióme un hombre solo, sin carta y 
«sin sello, únicamente para notificarme lo referido, rogándome, que si 
«podia poner algún remedio, lo hiciese con presteza. Y yo, señores, no 

á este auxilio de tropas castellanas, y con ellas y las que ellos ya tenían, hicieroa 
una guerra viva á D. Antonio de Luna y á los de su parcialidad : tomáronle yarios 
lugares de sus dominios, y obligáronle á refugiarse á la montaña.» (Lafcente. His" 
torta general de España, Tomo VUI, pág. 121.) 

i4 aNosallres per la ditamort som stats tan torbats, que encara no havem dciJi- 
berat que devem fer.» 
(Garla escrita en Galalayud el martes 2 de junio de 1411, antes de amanecer.) 



POR LA Real Academia de la Historli. 31 

D puedo, viendo la desastrosa y malaventurada muerte del señor ar* 
«zobispo de Zaragoza, y viendo las grandes discordias y tribulaciones 
»que hay en este reino. Porque, señores, si por vuestras reveren- 
Mcias, juntamente con el reino de Valencia, no se pone remedio , el 
9) reino de Aragón es perdido del todo: que le habrá de conquistar 
»aquel que vendrá por rey ó señor nuestro. Y la razón es la siguien- 
»te : la ciudad de Zaragoza, cabeza de todo nuestro reino, está en 
«poder de los que en todo tiempo han escarnecido la justicia, y los 
B mismos tienen Galatay ud, Daroca, Teruel y todas las aldeas : Tarra* 
Mgona se mantiene neutral; y según el viento que sople, así navegará 
»ella. Por lo que, señores, por reverencia á nuestro Señor Dios, haced 
» de modo que lo más presto que sea os reunáis en un sitio convenien- 
»te « y que sea tal, que sin peligro puedan estar los que acudan al 
n Parlamento, pudiendo deliberar sobre el hecho de la sucesión, apa- 
Aciguando ademas el pais. Y sobre el lugar en donde el Parlamento 
»deba tenerse, os certifico que en todo el reino de Aragón no hay 
» ninguno que se pueda elegir sin peligro y sin parcialidades, aunque 
Dcsto sea hablar contra mi mismo por la libertad aragonesa : pero, 
» señores, cuando nos hallemos todos reunidos, favoreciéndonos Dios, 
»bien se salvará la libertad de modo que se conserve, etc. Escrita en 
uel castillo de Azcó á 19 de Junio. — El castellano de Amposta. o 

No era, sin embargo, más lisonjero el estado político del reino de 
Valencia, con cuya mediación creia el castellano de Amposta, exce- 
lente patricio, poder apaciguar los desmanes, de que Aragón era 
teatro. Muy al contrarío, como dice un historiador del siglo xviir, «el 
?» viento de la vanidad y el fiíror de los odios particulares, levantaron 
»tal tempestad, que casi dio al través con la combatida nave de la 
vrcpública.» Y tanta mayor lástima causábanlos disturbios que afli- 
gían á Aragón y á Valencia, cuanto que pasada ya la borrasca que ha- 
bia levantado el asunto de la presidencia del general en el Parlamento de 
Barcelona, se velan más de lleno los bienes que por su entereza y 
circunspección lograba el principado de Cataluña. Para la administra- 
ción y gobierno del pais en tan críticas circunstancias, habia publica- 
do un reglamento que no sin razón puede calificarse de previsor y 
acertado, formando, para atender á la plena seguridad de sus delibe- 
raciones, ciertas ordenanzas, donde se consignaba: 1."", el número y 
clase de acompañamiento, con que se permitia entrar en la ciudad á 
cada personaje: 2.'', eijuramentoquedeberianhacertodos de observar 
la tregua, durante su estancia en ella: 5.^, el género de armas quepo- 



52 Memorias prciiiadas 

(liaD conservar en su poder, reduciendo su uso únicamenle alas dagas: 
4.®, la extrañación del territorio de Barcelona (en el radio de doce le- 
guas) de los pretendientes al cetro vacante, así como de los herma- 
nos, hijos, padres, abuelos 6 mujeres de los mismos príncipes: 5.®, la 
obligación de guardar sus armas los vecinos que tuviesen forasteros 
en sus casas, para que estos no pudiesen valerse de ellas: 6.*, la or- 
den de dejar sólo abiertas dos puertas déla ciudad, llevando nota de 
los extranjeros que en ella entrasen, etc., etc. A vista de tan cuerdas 
disposiciones, no pudieron menos de concordar con los catalanes los 
Parlamentos, que á duras penas se habian reunido en Valencia y Ara- 
gón, siendo invitado el último á que trasladara sus sesiones á algún 
pueblo, limítrofe de ambos paises, á fin de abreviar en lo posible las 
necesarias comunicaciones. Los mallorquines, que, olvidado su primer 
propósito, pretendieron alguna vez separarse de los acuerdos de la 
Asamblea catalana, volvían al cabo á mirar como hermanos á los na- 
turales del principado, enviando por este tiempo á Barcelona sus pro- 
curadores para deliberar sobre la manera de vencer el conflicto, en 
que á todos habia puesto la indecisión y vacilante política de D. Mar- 
tin el Humano *'. Y para mayor facilidad en el logro de este deseo, 
que iba siendo de dia en dia más apremiante, aumentando los peligros 
de la república la misma dilación, inevitable hasta entonces, determi- 
nábase, por último, prorogar y trasladar el Parlamento desde Bar- 
celona á Tortosa, señalándose el dia 16 de agosto del propio año de 
1411 para su nueva apertura. 

Púsose esta resolucioii en conocimiento de todos los brazos, sien- 
do comunicada por medio del gobernador de Cataluña á los pretenso- 
res *%• y trascurrido ya el plazo referido, pudo Tortosa gloriarse de re- 



i5 Recórranse los archivos, tanto públicos como particulares ;^ léanse ios escri- 
tores valencianos y aragoneses, y se verá cómo hay una sola y unánime voz para 
elogiar la conducta de los catalanes. Sin embargo, tratado el asunto con espíritu 
provincial, quizá tales elogios serian exagerados. 

i6 A pesar de la gran popularidad que gozaba entre los catalanes el conde de 
Urgel D. Jaime de Aragón , casi nunca le complació el Parlamento de Barcelona, lle- 
no de prudente celo. Recuérdese que hemos visto al concluir el capítulo U, como 
dejó el conde la gobernación general del reino , con tal de que se abstuviese del 
ejercicio de su cargo el gobernador del principado, Alamany de Gervelló. Cumplió el 
conde su oferta; pero este continuó en su oficio; y aunque de nuevo repitió el 
de Urgel su pretensión antes de trasladarse el .Parlamento, ni entonces, ni des- 
pués, se le hizo caso alguno. 



POR LA Reí\l Academia de la Historia. 33 

unir en su seno lo más selecto del principado en letras^ en armas y 
en nobleza , cabiéndole también la honra de que se discutiese y apro* 
base dentro de sus murallas la manera terminante de dar rey á los 



reinos ". 



17 No solamente lograba Tortosa á principios del siglo xv, ser teatro donde se 
representó la exposición del magnífico drama, que tiene en Gaspe satisfactorio y 
extraordinario desenlace : dos años después se celebraban en la misma ciudad el 
famoso congreso teológico^ que lleva su nombre y que arrancó al judaismo los más 
sabios rabinos de Aragón, vencidos de la elocuencia del converso Gerónimo de 
Santa Fé, llamado antes entre los hebreos Jehosuáh Jffalorqni, Josué, el de Lorca. 
Véanse para mayor ilustración los Estudios históricos y politicos y literarios sobre los 
judíos de España, debidos á la pluma del Sr. D. José Amador de los Ríos. (Ensa- 
yo I, cap. V.) 



L 



o4 Mkmorias fuemiadas 



CAPITULO ffl. 



Bandos en el reino de Valencia.— Embajadas para conciliarios.— Parlamentos en Be* 
naguazír, Trahiguera y Vinaroz. — Vuelve de Castilla Fr. Vicente Ferrer. — No 
acuden los catalanes al Parlamento de Tortosa. — Exhorta el Papa al estamento ecle* 
siástico para que se presente. — Disturbios entre Ramón de Zagarriga y Juan de Vi- 
lamarí. — Sale de Barcelona el estandarte de Santa Eulalia. — Comportamiento de 
Aragón. — ^Nueva idea de un Parlamento general. — Diferencias entre Morella y Tor* 
tosa. — Pónense las poblaciones de Cataluña en estado de defensa. — Reúne el infan- 
te D. Fernando sus huestes en las fronteras de Aragon.—Publicase la entrada de 
armas extranjeras é favor del conde de Urgel. — Oposición del Parlamento d& Tor- 
tosa. — ^Entran en Aragón tropas de Castilla. — Aconsejan al de Urgel tome las ar- 
mas con titulo de rey. — Quejas del infante contra D. Jaime de Aragón. — Defiéndese 
el conde ante el Parlamento de Tortosa. — Contestación del Parlamento á entrambos 

competidores. 



Poco más de un año habia trascurrido desde que al morir el mO'- 
narca aragonés legó la fatal manzana de la discordia á sus pueblos 
con la orfandad en que dejaba al trono; y á pesar de verse divididos 
los reinos en diversos y encarnizados bandos ; á pesar de combatir á 
la iglesia funesto cisma, no pudiendo interponer su autoridad, para 
dar fin amistoso y pacífico á cuestión tan controvertida; á pesar por 
último de hallarse los Estados de la corona de Aragón afligidos de 
mortífera peste, no menos cruel que las luchas intestinas, habíase ga- 
nado no poco terreno en el camino de la sensatez y de la imparciali- 
dad, preludiándose ya, digámoslo así, una solución satisfactoria. Era 
en verdad el espacio de un año tiempo excesivo en demasía para la 
impaciencia de los pretendientes á la corona, y para la angustiosa 
situación de los pueblos, que necesitaban de protector y soberano; 
pero tal vez muy breve para aplacar los odios de los partidos ; para 



POR LA Real Academia de la Histouia. 35 

aclarar y quilatar el derecho de cada uno de los diversos pretensores; 
y para formular finalmente el voto de los mismos pueblos conforme á 
sus deseos y esperanzas , poniendo á cubierto de nuevos desastres lo 
porvenir de aquella conturbada monarquía. Inmensa era, pues, la 
responsabilidad que echaban sobre sí los hombres llamados á resolver 
tan difícil asunto , y no menor debia ser por tanto su circunspección 
y su cordura. Mas no hemos llegado todavía á lugar apropósito para 
pesar lo grande de la empresa , ni para reconocer y apreciar la con- 
ducta y el espíritu político que enaltecen á los Parlamentos de Aragón, 
Cataluña y >Valencia: lícito nos será, sin embargo, consignar desde 
luego que á pueblos y magnates, prelados y caballeros , pecheros y 
fídalgos animaba el ardiente deseo de poner término á tan malhadadas 
contiendas, esperando con ansiedad el fallo del gran pleito, deque 
estaba pendiente la suerte de la república. 

Haciendo el examen de los sucesos que iban preparando el céle- 
bre CoBfPROHiso DE Caspe , dcbcmos , siquiera sea por un momento, 
fijar la atención en el reino de Valencia , el más desunido en este 
tiempo por la discordancia de sus prohombres, y el más amenazado 
en consecuencia , de cuantas calamidades y horrores lleva la guerra 
civil consigo. Discordes entre sí los valencianos, hablan formado dos 
Parlamentos distintos; dentro el uno y fuera de la ciudad el otro. 
Trasladado más adelante el primero á Trahiguera, congregábase el 
segundeen Tmaroz; y creciendo las desavenencias de dia en dia, 
daban el funesto ejemplo de dos Asambleas rivales, que con distintos 
actos y disposiciones contrapuestas se contrariaban y combatían des- 
aforadamente; no reparando en usar de la fuerza para sostener su des- 
acreditada legitimidad, y poniendo á sangre y fuego los pu eblos que se 
juzgaban sobrado independientes para rechazar sus caprichos ó poner 
en duda sus mandatos. Reammaba tan vergonzosa hicha los ma| 
apagados rencores de la nobleza, y no parecía sino que retrocediendo 
á siglos de mayor ignorancia, erigíase de nuevo la violencia del 
hierro en único derecho, y que enseñoreado una vez del suelo valen- 
ciano el monstruo de la anarquía, solapodia saciar su furor con el ex- 
terminio de aquellores moradores. El barón, el noble que carecía de 
ñierzas suficientes para tener á raya á su enemigo y cara por desgra* 
cía en sus manos , gemía sin libertad en el castillo de su rival y tal 
vez en su palacio propio, recuperando aquella, ya por medio de sen- 
tencia de árbitrois, ya á ruegos de algún encumbrado magnate, ó de 
algún poderoso prelado. Tal era el lastimoso espectáculo que presen- 



3G Memorias premiadas 

taba el reioo de Valencia» cuya capital, la hermosa ciudad del Cid, se 
agitaba entre los aseladores estragos de la peste y los rabiosos bandos 
en que se aniquilaban sus hijos. Mas no podian ver con indiferencia 
los Parlamentos de Aragón -y Cataluña la destrucción de aquella parte 
de la corona ; y considerando al propio tiempo que tan sangrientas 
disensiones eran dolorosa remora á la resolución del gran problema 
político, cuya solución ansiaban lodos los pueblos, determináronse á 
intervenir en los asuntos del reino valenciano , bien que empleando 
solamente las armas de la persuasión en nombre del bien público. 
Urgía ante todo el conseguir que los dos Parlamentos rivales se re- 
fundieran en uno solo, y para lograrlo, envió el principado al doctor 
Francisco Basset , y dio el Congreso aragonés sus poderes al co- 
mendador de Riela Frey Iñigo de Alfaro ; pero fueron inútiles cuantos 
esfuerzos hicieron durante dos meses para conciliar los ánimos, estre- 
llándose contra el odio y rencor, que devoraban aquellas parcialidades. 
El Parlamento que se habia congregado en Benaguazir, quiso desde allí 
trasladarse á Trahiguera, como ya hemos apuntado; pero merced á los 
esfuerzos de Benedicto XIII, avenidos por un momento los caballeros 
y barones , quedó deñnitivamente constituido en Vínaroz ; punto desde 
donde debia entablar sus pláticas por medio de cartas y embajadas 
con los de Aragón y Cataluña. No era, sin embargo, sincero aquel 
avenimiento ; y hubiera tal vez llorado Valencia nuevos desastres, si 
regresando á la sazón de Castilla el gran cogedor de mies sagrada^ 
cuyo acento sublime avasallaba el furor de sus compatriotas, no hu- 
biera levantado su voz para mostrarles en ocasión tan solemne la 
senda de sus deberes. Fray Vicente Ferrer, que habia comenzado su 
evangélica predicación en medio de un tumulto contra la raza he- 
brea S lograba, pues, el envidiable privilegio de ser ahora el iris de 
paz de su desdichada patria. 

Mostrábanse entre tanto no poco remisos en acudir á Tortosa, para 
proseguir las interrumpidas conferencias, los miembros del Parlamen- 
to catalán , como si todo el anhelo coa que habiaa mirado en la ciu- 
dad de los condes el conflicto de la república, se hubiera ya trocado 
en vergonzosa indiferencia. Pocos fueron los que se hallaron presen- 
tes al plazo señalado ; pero si bien iban acudiendo los brazos militar 



i Amador de los Ríos : Estudios históricos, poUticos y literarios sobre los judíos. 
Ens. I , cap. lY. 



POR LA RsiVL Academia de la Historia. 37 

y real , ó sean nobles y ciudadanos * , apenas compareció miembro 
alguno del eclesiástico, habiéndose menester que Benedicto XDI amo- 
nestase álos prelados, abades, cabildos y demás personas eclesiásti- 
cas que debían concurrir, para que se presentaran inmediatamente en 
Tortosa ^ Has no pudo asistir desde luego el arzobispo de Tarrago- 
na , varón insigne y venerable , por hallarse empeñado en apaciguar 
los disturbios que habian estallado entre su hermano Ramón de Za- 
garriga , gobernador de Rosellon y Gerdaña , y su primo Juan de 
Vilamarí; disturbios tan sangrientos y furibundos, que agotados ya 
los medios pacíficos, hubo necesidad de castigar á los disidentes, pa- 
ra lo cual envió el principado contra ellos á Pedro de Sant Climent, 
con razonable golpe de infantes y caballos, á los cuales confió Bar- 
celona el estandarte de Santa Eulalia , que era considerado como el 
paladión de los gremios , mostrando asi lo que importaba la reduc- 
ción de los revoltosos *. Correspondió el resultado á las esperanzas 
de Barcelona, cuyos síndicos, Juan Desplá, Bernardo de Gualbes, 
Ramón Fivaller y Bonanat Pera contribuyeron eficazmente á la defi- 
nitiva constitución del Parlamento, inaugurándose desde luego la 
gran cuestión que á todos interesaba. 

Sentábanse en los escaños de los tres Parlamentos varones eminen- 
tes, que despreciando sutilezas, rencores y vanidades, caminaban 
directamente al deseado fin q ue se habian propuesto los tres reinos. 
Cerdeña y Sicilia seguían, devotas á la madre patria, los acuerdos 
del principado; y Mallorca , juiciosa y prudente, pretendía (sin lo- 
grarlo ) tomar parte en los debates por medio de sus procuradores, 
que tan pronto acudían á Tortosa, como á Trahiguera, Yinaroz, Al- 
cañiz , para donde se habia convocado finalmente el Pariamento de 
Aragón, abierto en 2 de setiembre. Reconocida mutuamente la le- 
gitimidad de los Parlamentos , y recibidas por unos y otros diversas 
carias y embajadas, dióse principio á las conferencias que debian lle- 
var la nave del Estado al puerto apetecido. Pareció inclinarse la opi- 
nión general en los primeros dias á formar una Asamblea , resulta- 

2 Los documentos que nos quedan de aquella época nos han trasmitido los 
nombres de los nobles y barones que tardaron en presentarse en Tortosa. Igualmen- 
te se conserva noticia de los nombres de infinidad de personas que tomaron 
más ó menos parte en el suceso que referimos, pero que creemos innecesario acu- 
mular en esta Memoria. 

3 Colee, de Cortes, tomo XVII, fol. 853. Archivo de la corona de Aragón. 
I Crónicas antiguas. 



38 Memorias pueuiadas 

do de los tres Parlamentos « en la cual se acordase por todos lo más 
conveniente: pusiéronse, sin embargo» notables obstáculos, y para 
allanarlos envió á Alcañiz el Parlamento de Torlosa á Asberto Zatrí- 
lla , dándole al par comisión de interceder por el obispo de Tarazo- 
na, á quien tenia preso el gobernador Ruiz de Liorí , y de concertar 
las desavenencias suscitadas entre la gente de armas que guarnecía 
á Morella y la que custodiaba á Tortosa ^ Necesario habia sido, por 
el mismo estado de los ánimos , poner algunos hombres de armas . 
así dentro de las poblaciones donde se tenian los Congresos, como 
en ciertos puntos estratégicos cercanos á las mismas , para defender 
la independencia y plena libertad de los diputados. Puso Alcañiz en 
buen estado de defensa sus fuertes , alistaron numerosas compañías 
de soldados viejos aragoneses, que bajo el mando de Guillen Ramón 
de Cervelló y Juan de Lluria , vigilaban , recorrían y aseguraban los 
caminos de la ciudad , siendo conflada la guarda de sus almenas al 
cuidado de Ramón de Mur y de Frey Iñigo Alfaro. No olvidó tampoco 
el Parlamento catalán el adoptar acertadas medidas de defensa y 
custodia de la ciudad de Tortosa, reparando sus muros; y como si 
esto no bastara , atendia con igual celo á poner á recaudo las prin* 
cipales fortalezas del principado. Nombráronse con este On capitanes 
adictos á la Asamblea y experimentados ya en los azares de la guer- 
ra, á quienes se conñó la custodia de las villas y lugares fuertes; j 
mandóse al gobernador y capitán general de los condados de Rosellon 
y Gerdaña, que proveyera de víveres las fortalezas , abasteciéndolas 
de armas y provisiones «. 

Y en verdad que no era ocioso el tomar semejantes precauciones^ 
pues que parecían ya cansarse dos de los pretendientes, esperando 
en balde el fallo de tan grave negocio. Mostrábanse impacientes, como 
más poderosos, el conde de Urgel y el infante de Gastilla; y fiado» 
en sus fuerzas y recelando mutuamente de su poder, comenzaban ya 
á prepararse para la resistencia, si se les negaba el pretendido cetro. 
De esta manera da razón de sus respectivas intrigas y manejos un 
historiador , cuya imparcialidad es digna de elogio : «Mostró mucho 
» sentimiento el infante de Gastilla por la muerte de su buen amigo 



\i El mismo Asberlo Zatrílla fué enviado á Valencia junto con Fr. Felipe Malln^ 
antes de la venida de Castilla de Fr. Vicente Ferrer, para unir á los valencianos, 

O Colee, de Cortes, tomo XVII, fols. 962 y 967. Archivo de la corona de Ara- 
gón. ^Manuscritos coetáneos.— Autores mencionados. 



POR LA Real Acadeuia de la Historia. 59 

»el arzobispo de Zaragoza, por haber perdido en él un buen vale- 
»dor, y tomó muy á pechos de vengar su muerte > y quisiera que 
» todos los reinos de la corona entendieran en el castigo de los matá- 
is dores, y dio quejas al Parlamento de Cataluña porque se procedía 
»en esto con flojedad , hasta amenazar que si no lo tomaban con más 
» veras, le obligarían á haber él de vengar aquella muerte; y cada 
lidia con este titulo juntaba gentes de armas para entrar en Aragón, 
adonde sabia que sería bien venido, porque habia muchos que le va- 
«lian, y más los Urreas, que eran parientes del arzobispo y estaban 
itlleoos de temor. Y aunque los más de ellos hasta aquel punto ba- 
rbián estado declarados por Luis de Anjou, hijo del Rey de Ñapóles, 
»pero viéndose apretados de los del bando de Luna, pidieron favor 
•al infante, que les era más vecino, y él no deseaba otra cosa sino 
I» que le llamaran en su favor, porque asi tuviera buena excusa y ho- 
»nesta de meter gentes de armas en el reino; y decian los que ve- 
»nian de Castilla, que eran llamados délos parientes del arzobispo 
Jipara resistir á D. Antonio de Luna, de quien publicaban que quería 
«perseguir y acabar los deudos del arzobispo. £sto era cuanto al ex- 
»teríor; pero la intención principal no era vengar la muerte de aquel 
o prelado , sino resistir al conde de Urgel y demias competidores , si 
» quisieran de hecho ocupar los reinos y pueblos de la corona; por- 
»que cada dia se publicaba que el conde hacia Avenir gran número de 
» gentes extrañas, y que trataba de enviar á Gispert de Guillaniu* 
«caballero de su casa, á Francia, para tratar con Fortun de Luziers, 
)» capitán francés, que entrara en Cataluña con 300 caballeros , 100 
upillarts y 40 ballesteros y bagajes, y más, si más pudieran venir; 
»aunque su partida no fué hasta 9 de setiembre de este año. Decíase 
j» también que D. Antonio de Luna habia de entrar con más de 1,000 
» caballos de Gascuña , para perseguir todo lo posible á los amigos y 
«parientes del arzobispo; y era cierto que si D. Antonio, después de 
«muerto el arzobispo, se metiera dentro de la ciudad de Zaragoza, 
»se quedara con ella; y érale fácil, según la turbación que entonces 
«habia en ella; pero como su intención y obras no eran con fin de 
«buscar el servicio de Dios, más arrojado y temerario, siempre le fal- 
«tó el consejo, y más cuando más lo habia menester \« 

Parecía, pues, que mientras el infante de Castilla reunia soldados 
en la frontera, dando acostamiento y haciendo presentes á los nobles 

7 Ilistoriu de los condes de Urgel, por BIonfar. 



! 
\ 



40 MCMOBIAS PREMIADAS 

aragoneses*; mientras atendia al castigo de D. Juan de Luna^ atra« 
yendo á su partido la parcialidad de los Urreas , procuraba impedir 
con las armas que el conde de Urgel y el rey Luis de Francia se apo- 
derasen por fuerza del reino , como sin duda lo intentaban , con pú- 
blico menoscabo de la justicia. Pero no ignoraba el Parlamento ca- 
talán que, bajo este color y alarde de equidad» ocultaba D. Fernán* 
do sus verdaderas intenciones , preparándose para cualquiera evento 
poco favorable á su causa ; y celoso, como siempre, de la indepen- 
dencia y libertad suya y de las dos Asambleas, sus hermanas, no 
vaciló en tomar la iniciativa en tan grave asunto, enviando al rey de 
Castilla y al infante de Antequera por embajador á Ramón Zavall, su* 
plicándoles y aun requiriéndoles, que mandasen salir la gente de ar- 
mas que de Castilla habia entrado en Aragón^ protestando ^ que el 
principado proveería en aqu£llo , si no se remediase. Evasiva fué la 
respuesta del infante, al propio tiempo que varias compañías de gentes 
armadas pasaban la raya de Aragón bajo los pendones de Castilla, 
poniendo ¿ los pueblos en la dura alternativa de abrirles las puer- 
tas, ó de arrostrar la ira del pretendiente castellano. 

No pudo el conde de Urgel mirar impasible cómo se paseaban por 
Aragón las banderas de su competidor D. Femando; é instigado 
por el espíritu belicoso de su madre, la condesa doña Margarita, 
su principal consejera , y que más ambicionaba el cetro , comen- 
zó á prepararse para la guerra , que ya un año antes debió em- 
pezar, á seguir en todo sus instigaciones , en vez de perder el 
tiempo en contemplaciones y estériles demandas, según la mis- 
ma condesa le advertia. Has no bien habian pisado las compañías 
castellanas el territorio aragonés , cuando D. Antonio de Luna, á quien 
la conocida ojeriza del infante hacia diligente , saRó á campaña con 
los suyos, metiéndose en las tierras de Aytona y ocupando los luga- 
res vecinos de Seros , Mequinenza , Saydí , y otros de su sobrino don 
Guillen Ramón de Moneada , donde podia fácilmente engrosar sus 
huestes, dando favor al conde D. Fadrique. Temió la ciudad de Lé- 
rida, puesta entre el reino de Aragón y el condado de Urgel, ser tea- 
tro de la guerra, que parecía pronta á estallar entre los dos poderosos é 
impacientes rivales ; y para precaver todo golpe de mano, solicitó del 
Parlamento de Cataluña la reparación de su castillo y muros, pidién- 

8 (dlem com ha homens en aquets regne qui preñen sou del infant é presenls 
»los quals no vull dir.» (Véase en el adjunto Apéndice.) 



ron LA Rral Academia de la Histohía. 41 

dolé asimismo los medios de guardarse y defenderse. No pudo por 
entonces ser socorrida la ciudad de manera alguna; pero aquietados 
con la presencia de Guerao Alamany de Cervelló los bandos de los 
Gomes y Sansons de Naves que habian turbado la tranquilidad de los 
leridanos durante algún tiempo, encargáronse sus mismos paheres * 
y vecinos de custodiar la ciudad y de mantenerla devota al Parla- 
mento. 

Instaban entretanto al de Urgel su madre y sus principales deudos 
para que depuestos ya los miramientos hasta allí guardados al Parla* 
mentó catalán, y valiéndose de sus adictos naturales y de los extranjeros 
que debian venir de Gascuña y otras partes de Francia en su auxilio, 
tómaselas armas, y reuniéndose con D. Antonio de Luna, acometie- 
ra alguna empresa de bulto, antes que D. Fernando se hiciese más 
poderoso , y llegase á ocupar varias ciudades de Aragón, en donde 
manlenia inteligencias. Asegurábanle que semejaba cobardía su com- 
portamiento, tímido en demasía é irresoluto, y que si al fallecer su 
tio D. Martin , se hubiera apoderado del cetro , rey seria ya con uni- 
versal aplauso délos pueblos y con toda justicia; no habiendo llega- 
do el caso para él vergonzoso de que públicamente se discutieran y 
aun se pusiesen en duda sus irrecusables derechos. Aconsejábanle por 
último los más que tomara nombre y título de rey, que desplegara 
estandartes y usase de insignias regias; pero más cuerdos oíros, dá- 
banle á entender que bastarla por de pronto tomar las armas, como 
gobernador general de Aragón, para que una vez puesto en campaña, 
pudiesen los pueblos seguir sus banderas , y que , viéndole poderoso, 
tenian por seguro que le adjudicarían la corona. Pero pudiendo más 
en su ánimo el indiscreto parecer de los primeros « hizo el conde con 
tal publicidad sus vestiduras, insignias y banderas reales , «que luego 
»fué notorio á toda la corona, y más al infante D. Fernando, que to- 
ndas las cosas, por mínimas que fuesen, observaba ; y se alteró mu- 
cho , y mandó al doctor Juan González de Acevedo , que residia en 
«Cataluña , que se quejase al Parlamento que tal sufriera, sin impe- 
» dirlo , y considerar el daño que de tales prevenciones podían seguir- 
>tse, en notable descrédito de la justicia y de aquella congregación '<*.» 
Hé aquí en qué términos presentó el embajador Acevedo las quejas 
del príncipe castellano : 

o Los pokeres de Lérida equivalían á los concelleres de Barcelona. 

iO Son palabras de un historiador del siglo xvn , á quien antes hemos citado. 

6 



42 Memorias pnEsiiADAS 

i'Muyt re verendos 9 nobles é honorables senyores: á las vuestras 
«reverencias certifico que á noii senyor el infante D. Ferrando, nieto 
»del muy noble rey D. Pedro de Aragón que Dios aya, es notificado 
»por personas fidedignas en cómo el Compte de Urgel ha fecho é fa- 
» ge de cada dia algunos preparatorios muy scandalosos, ayuntando 
agentes de armas assí de fuera del regno como de la tierra, é fa- 
DQÍendo banderas é otras insignias reales para cavalgar poderosamen- 
» te por estos regnos de la senyoría de Aragón , é usar de los officios 
»de vizrey é de gobernador general; loqual, segunt vuestras re veren-^ 
»cias saben mejor de mí, es contra derecho é contra razón por estas 
«razones: Primeramente por quanlo se pode dezir que los dichos offi- 
»cios sonestinctos é spirados en persona del dicho conde porspiracion 
» del senyor Rey D. Martin que Dios aya, de la persona del qual el dicho 
«conde affirma que emanaron los dichos officios ó se cansaron en él. 
» Otrosí por quanto segunt fuero del regno de Aragón, ninguna persona 
«de quanla quier preheminencia sea non puede haber los dichos offi* 
»cios ni usar delios, salvo aquel que fuese fijo primogénito del Rey 
»de Aragón: é si otra persona de cualquier stado sea quisiere atentar 
»de usar de dichos officios, los del regno le pueden fazer resistencia 
»é contraste sin pena alguna. Otrosí por quanto el dicho conde 
»es uno de los competidores, que se pretenden aver drecho á 
«la soccession destos regnos, é la demanda segunt es notorio, 
» la cual cosa es incompatible con los dichos officios, ca usan- 
)>do delios el dicho conde, trahería á su opinión las universidades 
»é gentes de los dichos regnos, oprimiéndoles con poder de los dichos 
«officios, lo cual seria muy gran perjuicio é por aventura damno ir- 
«reparable á los otros competidores, ó causa de muy grandes peli- 
«gros é dannos de los dichos regnos é de los naturales delios. Por 
«ende á las vuestras reverencias requiero de parte del dicho senyor 
«infante con quanta instancia puedo, que postpuesta toda tardanza vos 
«plega proveher en el tal caso, é desviar en el dicho perjuizio é peli^- 
«gros é damnos, los quales pueden ser dichos eminentes, considerado 
«el estado de los dichos regnos é las personas de los dichos competi- 
« dores; non consintiendo ni dando lugar al dicho conde para que use 
«de los dichos officios nin faga los dichos scándalos é movimientos, 
«como esto sea cosa justa é razonable é reposo é Iranquillidat délos 
«dichos regnos é de los naturales delios é desviamento de los dichos 
«peligros é damnos eminentes: en lo qual yo non dubdoque las vues- 
«tras sabidurías é prudencias proveherán muy notablemente á con- 



POR LA Real Academia de la Histobia. 43 

Dservacioa de la paz de los dichos regaos é de los naturales dellos é 
ȇ buen spachamiento de la justicia de la dicha succession, acatando 
»la vuestra gran fama é renombre que corre por todo el mundo de 
»gran fortaleza, prudencia, temperancia, constancia, justicia, leal- 
« tad , é otras mochas virtudes que todos tiempos se fallaron en vos 
Ȏ en vuestros progenitores. Ca vos certifico que si en ello non prove- 
«bedes , lo qual yo non creo , que mi senyor el Infante por conserva- 
jicioQ del bien público de los dichos regnos, en losquales él ha muy 
»grau naturaleza, esso mesmo por conservación de su justicia hy 
»provehir¿ de derecho é de fecho, en tal manera queá aquellas quier 
agentes que sean fazedores é promovedores de los dichos scándalos 
»ó movimientos, sea puesto contraste é resistencia como sepertenes* 
»ce : lo qual Dios sabe será i él muy desplazente por muchas razo-- 
»nes, que las vuestras reverencias mejor de mi pueden entender *^j» 
Pero el conde de Urgel, una vez tomado cualquier partido, no era 
hombre que se dejase intimidar fá^lmente; y admirado, por el con- 
trario, del atrevimiento del castellano que osaba intervenu* en los ne- 
gocios políticos del reino de Aragón, de derecho y de hecho, según él 
decia , envió al Parlamento de Tortosa á micer Pedro Ferrer , de su 
consejo, quien aseguró, que el conde, su señor, observaba enprose-^ 
guir su justicia toda la modestia y cortesía que eran menester, y que 
rogaba al propio tiempo se impidiese la entrada de los castellanos, 
dejando libre la declaración de la justicia, sin violencia ni tiranía al- 
guna. Mal se avenia este lenguaje, sin embargo, con el hecho ya di- 
vulgado de haber alzado en su nombre los pendones reales; pero no 
trascurrieron muchos dias sin que recibiera el Parlamento otro men- 
saje del mismo D. Jaime, alegando de nuevo su derecho á la suce- 
sión de la corona, que esperaba colocar en sus sienes por rigurosa 
justicia,. y añadiendo en elogio propio qiie era notoria su templan- 
za y cordura, sometiéndose ¿ la voluntad de aquella Asamblea ; cuya 
manifiesta contradicción subia de punto, cuando erigiéndose en juez 
quien solo podia aparecer como parte, acusaba al infante de Castilla 
de publicar sus pretensiones, tildándole de ser engendrado, nacido y 
educado fuera de los reinos de Aragón, por lo cual daba por resuello 



H El mismo letrado y mensajero del infante D. Fernando pidió que fuesen re- 
pelidos del Parlamento, como sospechosos, algunos que eran del consejo del conde 
de Urgel, y perjudicaban con su presencia ¿ los demás pretendientes. 



44 Memorias premiadas 

que debían ser aquellas desestimadas conio absui*das » iaaudilas y 
alentatorías á las autiguas leyes y eostumbres del reino. 

Retraíanse los del Parlamento de contestar á ambos pretensores, 
por más que reclamaran sus enviados respuesta á sus cartas, por- 
que verdaderamente, á pesar de las protestas del conde y del infante, 
ni D. Jaime de Aragón, ni D. Femando de Castilla, obraban en aque- 
llos momentos con la circunspección, templanza é imparcialidad que 
de ellos exigia la conveniencia pública. Y no podia parecer extraño 
que los catalanes tardasen en contestar á sus quejas respectivas, pues 
á qualquier parte á donde se acostaran habia peligros , siendo fácil 
encender la guerra civil, que con tanto empeño hablan esquivado. 
Meditaron, pues, maduramente la respuesta que á uno y otro compe* 
tidor debiera darse; y en 18 de noviembre de 141i, contestaron, por 
último, al conde de Urgel que, pues decía haber obrado hasta enton- 
ces de buena fé, siguiendo el camino de la justicia, á cuyo fin asegura- 
ba que se habia abstenido de ejercer el cargo de gobernador ó lugar- 
teniente de Aragcm, tuviese á bien continuar mostrando igual pruden- 
cia, con lo cual se llegarla en breve y sin desmán alguno al término 
de todos con tanto ardor apetecido. Asegurábanle también, que respec- 
to de impedir la entrada y tránsito de las tropas de Castilla , habia ya 
escrito el Parlamento al infante, y contaba con que presto se lograrla 
el objeto indicado. Contestóse al par al vencedor de Antequera, mani- 
festándole que el Parlamento se opondría á que cualquiera de los pre- 
tensores ostentara insignias reales y apareciese seguido de gente ar- 
mada, arriesgando sin cordura todos sus derechos ; y que deseando 
también ser justo é imparcial con todos y cada uno de los competi- 
dores, rogaba al príncipe castellano mandase salir de Aragón sus ar- 
mas, conu> ya lo habla requerido anteriormente, pues ademas de dar 
mal ejemplo, turbaban la paz de los Estados de aquella rica corona. 
«Estas fueron las respuestas que dio el Parlamento á las quejas de 
dIos dos competidores (dice el historiador Monfar), y mandaron á los 
»escribanos que no diesen copia de las embajadas, sin las respuestas 
)»que se hablan dado á cada una de ellas. El fruto que nació de aquí 
»fué, que ni el infante sacóla gente que tenia en Aragón, ni el conde 
» osó tomar las armas y juntar gente, como habia pensado y le acense- 
njaban; y confiando de lo que le habla prometido el Parlamento de ha- 
ncer salir la gente del infante, estuvo á la mira por no descomplacer 
«aquella congregación, de quien él confiaba; y cuando quiso tomar las 
«armas y cobrar con ellas lo que con titulo de justicia decía serle quU 



pott LA Real Academia de la Histouia. 45 

» lado, se halló solo y desamparado de todos, y del todo perdido; y mu- 
vchos atribuyeron el buen suceso del infante, no á su justicia , sino ai 
» poder y gente de guerra que habia metido en Aragón, que obligó á 
» los jueces ano hacer otra cosa, por escusar las guerras que anuncia* 
»ba, si aquella sentencia no hubiera salido á su gusto; así que, según 
•decían, no venció la justicia, sino el poder y las armas '^» 

i 2 Uisloria de las condes de Urgel por Monfar, en el Archivo de la corona de 
Aragón. 



46 Memorias prebijadas 



CAPÍTULO IV. 



Discusión general sobre la sucesión.— Medios de Terificarla.— Pretensión del reino 
de Mallorca. — Promesa del Parlamento aragonés respecto de las tropas castellanas. — 
Notables incidentes sobre la conducta del infante D. Fernando y del conde D. Jai- 
me. — Mateo de Fox intenta recuperar la baronía de Martorell. — Proposiciones del 
conde deUrgel. — Son rechazadas por el Parlamento de Cataluña. — Enojo de D.Jaime 
de Aragón.— Nuevos disturbios en el reino de Valencia.— El infante de Castilla y el 
conde de Urgel envian socorros á los Centelles y Yilaregudes. — Batalla de Murvie- 
dro. — ^Muerte del gobernador de Valencia. — Prevalecen los Centelles, que si- 
guen á D. Fernando. — Decídese la manera de llevar á cabo la elección. — Protestas 
de los pretendientes.— Concordia de los tres Parlamentos. — Comunícase á los com- 
petidores. — Nómbranse nueve compromisarios. — ^Recusaciones desestimadas. — Nuevo 
Parlamento en Mequinenza. — Los Parlamentos de Aragón , Cataluña y Valencia se 
niegan á reconocerle. — Preparativos para la declaración de soberano en el castillo 

de Caspb. 



A medida que adelantaba el tiempo , suscitábanse nuevas dudas 
sobre la manera de resolverla cuestión vital para el reino de Aragón, 
declarando cuál de los pretensores á la corona era el que con más 
justicia debiera ceñirla á sus sienes. Y no solo discutían tan espinoso 
asunto los Parlamentos , las juntas en que se reunian los prohombres, 
y los letrados nacionales y extranjeros, á quienes teníanlos pretendien- 
tes confiado el examen de sus respectivos derechos : procuraban tam- 
bién ilustrarlo con sus escritos y advertencias hombres distinguidos en 
la religión y en la toga , todo lo cual contribuia á darle mayor interés 
6 importancia. Manifestaba al Parlamento de Tortosa Juan deMonzó, 
dominicano del reino de Valencia, que dedicado á estudiar tan ardua 
materia, y no habiendo aun comunicado á nadie el fruto de sus vigi- 



POR LA Real Academia de la Historia. 47 

lias , estaba dispuesto á hacerlo ante aquella asamblea para su go- 
bierno. Propuso también el doctor en decretos, ciudadano de Mallor- 
ca, Arnaldo de Mur, unas conclusiones de filosofía moral y de razón na- 
tural^ con ánimo de contribuir al bien público; y no dejaron de imitar 
este plausible ejemplo otros señalados varones. Mas el pueblo, que no 
se atiene por lo común á juntas, discusiones, ni pareceres de letra- 
dos, se inclinaba en los tres Estados de Aragón, Cataluña y Valen- 
cia al partido de aquel príncipe, que más hgbia sabido ganar su afecto. 
Era la muchedumbre de Cataluña aficionada al conde de Urgel , á 
quien no faltaban amigos y secuaces en Aragón y Valencia ; pero lo 
más granado de estos dos reinos se iba declarando á favor del infante 
D. Fernando , mientras Sicilia y Cerdeña pretendían vitorear al jo- 
ven D. Fadrique. Postergada Mallorca, ó mejor dicho, olvidada del 
todo por las reuniones políticas de aquellos Estados , protestaba con- 
tinuamente contratan injusto comportamiento, digno en verdad de 
censura en asambleas populares que parecían tener por norte de sus 
acuerdos la unión, la imparcialidad y la justicia. 

No otro era el estado de las cosas , cuando en el Parlamento de 
Aragón comenzó á tener eco la proposición que hicieron varios de 
sus miembros para que en vista de las dilaciones y peligros, que 
acarrearía sin duda la reunión de un Parlamento general de los tres 
reinos , se encomendase la decisión del negocio tan debatido á cierto 
número de personas conocidas, honradas , sabias y de santa vida. Fué 
esta idea tomando cuerpo, no sin contradicción de algunos que ambi- 
cionaban mostrar su saber y elocuencia en el gran Congreso nacional; 
y halló mayor aplauso entre los mallorquines, que juzgaron llegada la 
ocasión de intervenir en asunto que tanto les importaba, proponiendo 
la elección de doce personas , tres por Cataluña y por cada uno de 
los reinos de Mallorca, Aragón y Valencia, las cuales reconocerían y 
declararían el mejor derecho al solio vacante. Ei orgullo de los pe- 
ninsulares, ó tal vez razones que hoy no son fáciles de explicar, fueron 
parte á desoír la justa pretensión de los mallorquines, dando asi mar- 
gen á no pocas enemistades y profundos resentimientos. 

Instaban entre tanto los Parlamentos de Cataluña y Valencia al 
de Alcañiz , para que mandase este echar de Aragón las tropas cas- 
tellanas. Excusábanse al principio los aragoneses , diciendo que no 
hablan entrado por su medio , sino llamados por los parientes del mal- 
hadado arzobispo de Zaragoza , para reprimir la osadía de los mata- 
dores de aquel prelado, añadiendo que con su entrada se habían cor- 



48 Memorias premiadas 

tado los males y robos que la gente desmandada cometía ; mas ^ para 
complacer á ambas congregaciones, prometieron al cabo los de Alca- 
ñiz hacer retirar las tropas de Castilla. «Y esta promesa, dice un 
«historiador, no fué sin consentimiento del infante, á quien todos los 
»de aquel Parlamento deseaban servir y ver rey: el cual les ordenó lo 
» hiciesen así, por estorbar las entradas que habian de hacer algunas 
» gentes de Francia en favor de D. Antonio de Luna. Pero pidiéronlos 
»de Alcañiz dos cosas : la primera, que los que se habian habido en la 
o muerte del arzobispo saliesen de aquel reino y no entrasen en él 
«hasta que fuese hecha la declaración; la otra era, que, por cuanto 
vsabian que D. Antonio de Luna hacia venir en su defensa gente de 
» armas de Gascuña, para defenderse de los que le perseguían y que- 
nrían tomar sus castillos y lugares, hiciese el Parlamento que cesa- 
Dse de hacer venir tales gentes; pues saliendo la de Castilla de Ara* 
»gon, no habría de haberse de guardar de nadie ni de quién temer. 
i»Y de esta manera el infante, por medio de los de Alcañiz, y el con- 
i»de, por medio del Parlamento, procuraban impedir el uno al otro 
»que no hiciesen juntas de gentes de armas; y solo habia esta dife- 
»rencia, que los del infante ya eran entrados en Cataluña, y los del 
» conde, que venían en nombre de D. Antonio de Luna, habian de 
Dcnlrar; y todos llevaban color y motivo, los del infante, de defen- 
iiderse de los enemigos del arzobispo, y los del conde, de defenderse 
»de los amigos y deudos de este prelado.» 

Dos hechos, que no pueden pasarse en silencio, vinieron á publicar 
al propio tiempo los diferentes medios y ocultos manejos empleados por 
ambos competidores. Presentáronse por parte del conde de Urgel al 
Parlamento de Tortosa unas capitulaciones , en las que el infante don 
Fernando pretendía atraer á su partido , con dádivas y promesas de 
rentas y elevados cargos, al noble Garcí de Sesé y sus hijos, firmes 
y leales servidores de aquel conde , todo so color de seguir la cousa 
de la justicia: leíanse poco después en Alcañiz, por un embajador del 
infante castellano, ciertas cartas interceptadas al de Urgel, que 
dirigidas al rey Jusef de Granada, hacían patentes los tratos que con 
este príncipe infiel llevaba , de tiempo atrás el conde, para lograr la 
corona aragonesa. Súpose por ellas cómo D. Jaime de Aragón traía 
pláticas y había firmado confederación con el monarca granadino, 
enviándole diversos mensajeros y haciéndole muchos ofrecimientos, 
por medio de un moro y de un caballero castellano, que se vieron 
en el caslíllo de San Bov, cerca de la ciudad de Barcelona. Descu- 



POR LA Ri:al Academia de la Histoalv. 49 

briósc también que un emisario de aquel rey habia ido á Balaguer á 
ofrecer á D. Jaime gente y dinero, y que este habia enviado á Yusef 
un caballero de su casa para informarle de su justicia y derecho al 
solio vacante de Aragón , rogándole que le enviara lo suficiente para 
sostener durante seis meses mil bacinets y mil pillarts , y que co- 
menzase de nuevo la guerra contra el infante D. Fernando > pues 
que en 10 de abril de 1412 finalizaban las treguas entre los reyes de 
Castilla y Granada. Diferente fué el efecto que Ja conducta de uno y 
otro competidor produjo ; y si causó algún disgusto en el Parlamento 
de Tortosa el saber que el infante de Castilla obraba ya con espe- 
ranzas de soberano, mucho mayor fué el escándalo y la indignación 
del Congreso de Alcañlz al ver los ilícitos y bastardos medios de que 
se valla el de Urgel , llevándole su ceguedad y ambición hasta man- 
char la fama de sus mayores, atentando contra la seguridad del cris* 
tianismo. No se descuidó el infante de Antequera, descubierta ya 
aquella vergonzosa urdimbre, para traer al rey de Granada á buen 
camino, alargando las treguas por el espacio de diez y siete meses, 
á contar desde I."" de abril, en que las anteriores expiraban; y mien- 
tras con tan cuerda conducta ganaba reputación de entendido políti- 
co, lograba ver rebajado al desatentado conde en el concepto gene- 
ral, entibiándose no pocos de sus antiguos aficionados, y siendo este 
el primer golpe y como preludio de los sucesivos reveses , que su es- 
casa fortuna le deparaba. 

Digno es de observarse en este lugar que en medio de los distur- 
bios políticos que asolaban los Estados de Aragón, no faltó quien pre- 
tendiera desgajar de ellos alguna parte , aunque pequeña , para au- 
mentar su poderío. Propúsose , pues , Mateo de Fox , vizconde de 
CastellbóS aprovechando la turbación general, recuperar la baronía 
de Martorell que perteneció á sus padres , confiscada por el difunto mo- 
narca ; y para salir con la empresa, envió secretamente á su capitán 
Hossen Arnaldo de Santa Coloma, quien se apoderó sin resistencia 
de Castellví de Resanes. El conde de Urgel, que después de la lectura 
de Alcañiz, no perdonaba medio por recobrar la benevolencia del 
Parlamento catalán, algún tanto resfriada , participóle haber intimado 
al vizconde que no metiera tropas en el principado , pues de lo con- 



1 Era nielo de Gastón Phebus, que fué yeroo del rey D. Juan I, y habia inten- 
tado por derecho de su mujer heredar estos reinos , excluyendo á D. Martín el 
Humano. 

7 



no Memorias premíadas 

trarío se vería precisado á contradecirlo con la fuerza ; mas lejos de 
agradecer la oficiosidad de D. Jaime , aconsejóle el Parlaniento que no 
se mezclase en asunto alguno ; respuesta que tuvo el desairado mag- 
nate por desatenta, participando á la Asamblea, no sin descubierto 
enojo, que asi como le daban consejo y requerían no tomase las ar- 
mas, gustaría saber qué consejo habia ella tomado para reparar en 
Aragón y Valencia los daños y entradas de las gentes que cada dia 
venían de Castilla y se hallaban en aquellos reinos, estorbando y di- 
latando así la cumplida declaración de la justicia \ 

Contestóse al conde en términos generales como otras veces ; pero 
á pesar de todo , su enojo y el resfriamiento de la Asamblea catalana 
eran ya públicos y notoríos. Decia el de Urgel que se extrañaba mu- 
cho del poco favor que habia hallado en la nobleza del principado, y . 
más aun de que dudasen de su justicia , siendo asi que hasta allí se 
habia dicho siempre que , faltando la línea masculina de los condes 
de Barcelona y reyes de Aragón , á él y no á otro alguno tocaba la 
corona. Manifestaba asimismo que no podia ocultar por más tiempo 
la indignación con que estaba viendo que una vez llegado el caso, se 
habia puesto en tela de juicio la bondad de su causa , y que se pre- 
tendiera confiar la declaración de su derecho á jueces y letrados, 
oponiéndose á que tomase posesión de la tierra como de cosa suya y 
herencia de sus mayores. Anadia que solo por complacer al Parla- 
mento y á la ciudad de Barcelona (que se lo rogaron) habia des- 
pedido la gente de guerra que tenia, cuando murió el rey don 
Martin ; lo cual no habría hecho si no creyera que todos le hablan de 
ayudar, sin hacer cuenta del infante de Castilla ni de los otros com- 
petidores. Observaba también, según le persuadieron sus parciales, 
que si los catalanes le hubieran aclamado Rey, luego que murió su 
tio y cuñado, habrían pasado por ello aragoneses, valencianos é in- . 
sulares, así como lo hicieron al fallecer el rey D. Juan; pues aun 
cuando quedaban hijas y estaba ausente de estos reinos el infante don 
Martin , porque así lo quisieron los concelleres de Barcelona , el ar- 
zobispo de Tarragona y otros magnates, proclamaron por Reina á 
su mujer, la infanta doña María , y sin aguardar el consentimiento ni 
pedir parecer á los demás reinos , todos se conformaron con lo hecho, 
postergando las hijas de aquel monarca; insistiendo en que si hubie- 
ran hecho ahora otro tanto ; todos se hubiesen avenido. Pero, pues 

2 Colee, (lo Cortes. Tomo XVIII, fol. 1307. Archivo do la corona de Aragón. 



POB LA Real Academia de la Historlv. 51 

que no querían obrar ahora como entonces , no le estorbaran al menos 
el pensamiento que tenia de salir por el reino con tropas, é impedir 
las entradas que los castellanos hacian en Aragón y en Valencia , for- 
tificándose en varios puntos, sin que nadie les resistiera. Alegaba final* 
mente, que nada sentia tanto como el que hallase más favor el in- 
fante en Aragón , siendo forastero , que no él en Cataluña , siendo 
natural de ella y emparentando con toda su nobleza , que era la que 
debió tomar su causa con mayor empeño, sin ponerla en manos de 
jueces y letrados '. Pero ningún caso hicieron los. Parlamentos de 
estas quejas y razones del conde, y mucho menos el infante caste- 
llano, quien (según dicen los historiadores) se fortificaba de tal ma- 
nera, que en el caso de no adjudicársele la corona, antes de que el 
conde ó los catalanes se le opusieran , podría por si mismo apoderarse 
del reino. 

Ardia de nuevo el de Valencia en civiles disturbios en los pri- 
meros meses del año 1412. Habia tenido allí al principio muy 
general aceptación y partido el de Urgel, aun entre los dos bandos 
de Centelles y Vilaregudes, pues si bien mantenían entré sí par- 
ticulares odios y rencores que solo parecían aplacarse derraman- 
do sangre, en lo que tocaba á la persona del conde habían es- 
tado todos acordes, deseando tenerle por rey y señor. Daba no pe- 
queño bulto á esta parcialidad la gente menuda, apasionadísima del 
conde, á quien, como va dicho, seguía el gobernador, mostrándose en 
exceso intolerante y cruel para con los Centelles. Llegó á tanto el 
atrevimiento de este funcionario, llamado Guillen de Bellera, que só 
color de justicia hizo ahorcar y decapitar por fútiles causas más de 
cuarenta honradas personas de aquel partido ^. Persuadidos los Cen- 
telles de que obtendría D. Jaime de Aragón la corona , recurrieron á ' 
su autoridad para que castígase los excesos del gobernador, resti- 
tuyendo al reino la paz y quietud apetecidas. Pero falto el de Urgel 
de previsión y de buenos consejeros, lejos de granjearse el afecto de 
los dos bandos, cortando, como se habia menester^ sus disidencias» 
desoyó las súplicas de los Centelles, y se inclinó descubiertamente á 

3 Procesos de las antiguas Corles.— Monfar en su Historia de los condes de í/ir- 
gel: — Manuscritos coetáneos de los archivos citados. -^Zurita, Anales de Aragón, — 
Laurencio Valla, De rebus á rege Ferd. — Feliü de la Pena, Anales de Calalú^ 
ña, etc., etc. 

4 Laurbntius Vali.^.— Zurita.— Monfar, etc. Crónicas del siglo xv. Historias 
de Aragón y Calaluña, 



52 MeMonixVS tremiadas 

favor de los Viiaregudes » cuya cabeza , según va apuntado , era ct 
gobernador , creyendo así que seria incontrastable su poder , reduci- 
dos á la impotencia aquellos nobles. Engañábase; pues resentidos 
los Centelles de que el de Urgel» cuando se le esperaba neutral, se 
habia echado en brazos de los Viiaregudes, se declararon por D. Fer- 
nando, pidiéndole auxilio contra los amigos del conde , d« la misma 
manera que en Aragón lo hicieron los Urreas contra los Lunas , sus 
rivales. No aguardaba el infante más honesta ocasión y legítima ex- 
cusa para meter en Valencia sus hombres de armas , como lo habia 
hecho en Aragón; y sin perder tiempo envió en socorro de los Gente* 
lies diversas partidas de castellanos , que pusieron á los Viiaregudes 
en la necesidad de solicitar de su iM*otector 400 caballos, con que 
atajar los desmanes de sus enemigos. Corria Gilberto de Gentelíes, 
hermano de Bernardo, sin contradicción alguna los campos de Va- 
lencia, seguido de muchos barones; y habíase apoderado en no leja- 
na ocasión de 6,000 cabezas de ganado, fruto de cohechos y aun 
declarados robos, con que el teniente de gobernador, Juan de Vilara- 
gut, maltrataba y oprimia á sus contrarios. Gon mucho séquito de 
nobles y caballeros, amigos del conde, pasaba entre tanto Ramón 
Perellós al reino de Valencia , para favorecer al gobernador Guillen 
de Bellera y á la parcialidad de los Viiaregudes. Por las márgenes 
del Segre, marquesado de Aytona y ribera de Elbro, llegaron á Gher- 
ta, que está á una legua de Tortosa ; y noticioso el Parlamento de 
Gataluña de tales movimientos, mandó á D. Francisco de Eríll que se 
dirigiese á Gherta , para requerir al capitán Perellós que se volviera 
á Gataluña y entendiese que el Parlamento quedaba ofendido y con- 
sideraba como un desacato el atrevimiento de ponerse á vista de 
Tortosa con gente de guerra. Al mismo tiempo enviaba la Asamblea 
al conde y al infante nuevos embajadores para que sacaran sus tro- 
pas del reino de Valencia. Mas desvanecido Ramón de Perellós, y 
pagándose de fiel vasallo, contestó que tanto él como los que le se- 
guían iban solo á socorrer los amigos del conde , que en Valencia se 
hallaban oprimidos , no retrocediendo en aquella demanda sin orden 
expresa de su señor, pues la defensa de los agraviados era de dere- 
cho natural, lícita y permitida á cualquiera. Tomó, pues, la gente 
del conde el camino de Gastellon de Burriana , á donde llegó en bre- 
ve, mientras Juan Fernandez de Heredía, con 700 ginetes, se metia 
en Murviedro y reforzaba el bando de los Gentelles. Tenian estos lo- 
mados todos los pasos de tal modo, que nunca pudo Perellós juntarse 



POR LA Real Academia de la Historia. 5^ 

con el gobernador Guillen de Bellera; y viniendo á las manos enlre 
tanlo Centelles y Vilaregudes , trabóse formal batalla , de que resultó 
muerto el gobernador de Valencia y victorioso el bando que favore- 
cía el infante. Recibió este la noticia de aquella victoria, que le daba 
entera superioridad sobre el conde, con extremada alegría, y escri- 
bió al Pariamento de Tortosa, á 14 de marzo, que pues cesaban en 
Valencia los bandos y quedaban vencidoif los alborotadores ^ procura- 
se declarar cuanto antes quién de los pretendientes tenia mejor dere* 
cho á la corona. 

No deseaban , en verdad , otra cosa los Pariamentos ; porque con 
la muerte del arzobispo de Zaragoza habia cundido la discordia de 
nuevo, y enardecidas las pasiones, era de temer estallase la guerra 
general , afortunadamente conjurada tantas veces. Al cabo y después 
de muchas juntas, pláticas y mensajes entre los tres Parlamentos, 
entre los gobiernos y diputaciones de las ciudades , y entre los ricos- 
hombres é infanzones , prevaleció ta idea del Congreso de Alcañiz que 
arriba indicamos, y se resolvió confiar ¿ nueve personas sabias, vir- 
tuosas y prudentes el examen del derecho de cada competidor con el 
fallo y elección de soberano. 

Acercábase por fin el dia en que» ocupado el trono, cesaran las ar- 
bitrariedades y tiranías de los bandos militantes, quitado ya todo le- 
gitimo preteslo; pero no parecía sino que cuanto más se aproximaba 
el anhelado momento, más arreciaban los esfuerzos de los competi- 
dores y sus aficionados, mostrándose todos recelosos de que no 
obraran los jueces con entera lealtad, buena fé y limpia conciencia* 
Protestaron por lo mismo varios de ellos contra el nombramiento de 
personas que no fuesen de su confianza, presentando el rey de Fran- 
cia y el conde de Urgel cada cual una lista de las que le serian sos- 
pechosas , y propasándose este último , á manifestar que solo en lo 
que fuese justo se avendría al fallo de los jueces que se nombra- 
sen'. Poco efecto hicieron semejantes protestas, si bien juzgaron 
oportuno los Parlamentos dar á los prelensores nuevas seguridades 
de que se obraría como siempre de buena fé , con imparcialidad y 
justicia; y hecha esta general manifestación, se procedió luego á ex- 



5 El embajador del conde, Sperandcu de Cardona , jurisconsulto famoso, que 
presentó al Parlamento de Torlosa estas protestas, leyó unas cartas de varias per- 
sonas del reino de Aragón dirigidas á sus amigos^ en que les daban por espedita y 
supuesta la elección del infante D. Fernando, y no otro alguno do los competidores* 



54 Memorias premiadas 

tender. auto de la coDCordia sobre la manera de declarar sucesor al 
último monarca, cuyo contenido era en resumen el siguiente : 

1 .** Que el negocio de la suceáion se cometería á nueve personas 
de pura conciencia y buena fama, y tan constantes, que prosiguiesen . 
hasta el fin asunto tan arduo, debiendo declarar y nombrar la per- 
sona á quien, según justicia, se debia prestar el juramento de fideli- 
dad; señalándoles para deliberar el castillo deCaspe, de la orden de 
San Juan, y su pueblo, con amplia jurisdicción, consentida y apro- 
bada con plena voluntad y autoridad del Sumo Rontífice. 

^.'^ Que estas nueve personas fuesen "graduad as de la manera si- 
guiente : tres en prímer grado , tres en segundo y tres en tercero ; y 
que no pudiesen llevar más de cuarenta personas con armas ó sin ellas. 

S."" Que aquello que los nueVe ó seis de ellos declarasen, con tal 
que en estos seis hubiese de cada pais , se tuviese por cierto , firme 
y valedero. 

i."" Que dicha declaración debia hacerse desde 29 de marzo á 29 
de mayo, pudiéndose prorogar este tiempo, si parecía á los nueve 
jueces, con tal que no pasara del 29 de julio de aquel año (14i2). 

5.® Que hiciesen voto á nuestro Señor y jurasen con gran solem- 
nidad, después de haber confesado y comulgado públicamente, que 
procederían en aquel negocio lo más presto que pudieran , y que , se- 
gún Dios, justicia y buena conciencia, publicarían el verdadero rey 
y señor, pospuesto todo amor y odio, y que no revelarían antes de 
la publicación su intención ni voto , ni el de sus compañeros. 

6.^ Que fueran los competidores oidos á medida que comparecie- 
sen, y llegando dos juntos, oyeran los jueces al que mejor les pare- 
ciera. 

7.<> Que estando alguno de los nueve impedidos, los ocho nom- 
brasen, en su lugar, otro del mismo pms ó reino. 

8.* Que para la guarda del castillo, jurisdicción y gobierno de la 
villa, fuesen nombrados dos capitanes, uno aragonés y otro catalán, 
teniendo cada uno á sus órdenes cincuenta hombres de armas y cin- 
cuenta ballesteros, jurando guardar y obedecer á los nueve compro- 
misarios. 

9.** Finalmente, que nadie pudiese acercarse á distancia de cuatro 
leguas, con gente de armas, de veinte hombres de á caballo arriba, 
sino los heraldos de los competidores, no pudiendo llevar por cada 
embajada más de cincuenta personas y cuarenta cabalgaduras; de- 
biendo permanecer reunidos los Parlamentos hasta la publicación de 



POR LA Real Academia de la Historia. 55 

rey, y prometiendo lodos que no revocarían el poder dado á los nueve, 
acatando sin reparo alguno al nuevo monarca. 

Tan luego como fué esta concordia firmada (16 de febrero de 1412), 
se enviaron atentas comunicaciones ó corteses avisos á todos los pre- 
tendientes; es á saber: á D. Jaime de Aragón, conde de Urgel , á don 
Luis, duque de Calabria, al infante D. Fernando de Castilla, á D. Al- 
fonso, duque de Gandía (que murió antes de la declaración y en su 
lugar fueron pretensores su hijo D. Alfonso y su hermano D. Juan), á 
D. Fadrique, conde de Luna, y á la reina doña Violante é infanta 
doña Isabel, de cuyos derechos más ó menos ostensibles se podrá ve-^ 
nir en conocimiento con mayor claridad en vista del siguiente árbol 
genealógico: 



5G 



Memorias pbemiadas 



I 




o 






— I 









ex 

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IK)R LA Real Agademu de La Historia. 57 

Faltaba designar los nueve jueces 6 compromisarios que debian 
reunirse en Gaspe; y si bien la elección recayó unánimemente en nue- 
ve dignísimas personas, aun ocurrieron antes algunas ligeras disiden- 
cias. Llegaron á Tortosa ciertos embajadores de algunos valencianos» 
congregados en Morella , y protestaron , según consta por documen- 
tos coetáneos, no deber los catalanes y aragoneses pasar, como pen- 
saban, al nombramiento de los jueces, sin la intervención de los dos 
Parlamentos de Morella y Vinaroz , ó á lo menos del que no se habia 
opuesto á concurrir con los diputados por los de Aragón y Cataluña. 
No debian verdaderamente tomar parte en la elección solo los de Vi- 
naroz como estos pretendían ; y para terminar semejantes diferencias 
contestaron los de Alcañiz á los valencianos que parecía bien que 
nombrasen uno de la congregación de Vinaroz , como Bonifacio Ferrer, 
sabia persona de aquel Parlamento ; y los otros dos de su país que 
debian elegirse para completar el número de tres, nombrarla uno el 
Parlamento de Aragón y otro el de Cataluña *. 

Hablan los aragoneses dado poder al Justicia y al gobernador de 
Aragón para que nombraran los nueve compromisarios ; y si bien lo 
hicieron, recayendo la elección en varones de .toda virtud y confianza, 
oponíanse los catalanes, por querer también tomar parte en ella. Re- 
solvió, pues, el Parlamento de Tortosa dar poder á una comisión de 
veinte y cuatro individuos de su seno, que ya de mucho antes habia 
nombrado para dilucidar las más arduas cuestiones , á fin de que di- 
cha comisión designara los nueve jueces; y fué ciertamente cosa sin- 
gular en extremo que resultasen elegidos los mismos nombrados antes 
por el gobernador y el Justicia , quedando de esta manera conformes 
los dos reinos en la elección , é igualniente el de Valencia , cuyos 
embajadores la aprobaron. 

Concordes, pues, y unánimes los Parlamentos, publicaron en Tor- 
tosa con auto solemne á i6 de marzo de 1412, los nombres de las 
nueve personas, que iban á fallar el gran pleito de la sucesión á la co- 
rona. Eran, por este reino, D. Domingo Ram, obispo de Huesca, doc- 
tor en cánones ; Francisco de Aranda , natural de Teruel , donado de 
Portaceli, de la orden de la Cartuja, y Berbnguer de Bardaxí, letra- 
do famoso: por Cataluña, D. Pedro Zagarrioa, arzobispo de Tarrago- 
na, licenciado en cánones; Guillen de Vallseca, doctor en leyes, y 
Bernardo de Gualbes, doctoren ambos derechos ; y por Valencia, Bo- 

6 Procesos de las antiguas Cortes. Documentos coetáneos. 



58 Memorias premiadas 

NiPAGio FflRRER, pcioT general de la Cartuja, doctor en cánones; Fray 
Vicente Ferrer , del orden de predicadores , maestro en teología , y 
Janer ó GínerRarassa % doctor en leyes , «hombre íntegro y muy es- 
»timado patricio. Mas habiéndose este último fingido demente , por no 
» tomar sobre si, acaso con mucha cordura > tan grave compromiso, 
»se nombró en su reemplazo ¿Pedro Beltran , varón de grandes preñ- 
adas y virtudes. Fué tan acertada esta elección que merecióla apro- 
«bacion universal: todos gozaban fama de sabios, virtuosos y pru- 
»dentes,y entre todos resplandecía, como un lucero luminoso, el 
i> célebre apóstol fray Vicente Ferrer '•» Y era tanto lo que confiaban 
de él el conde D. Jaime y sus amigos , que á 24 de marzo el conde 
de Cardona y otros muchos suplicaron al arzobispo y á Micer Bernar- 
do de Gualbes (que el dia siguiente hablan de partir para Caspe) no 
hiciesen nada sin este santo varón y micer Guillen de Vallseca ^ 

A pesar de ser estos nombramientos tan premeditados , conocidos ya 
ó tal vez antes de publicarse, como refiere Zurita, recusáronlos em- 
bajadores de Francia y de la reina dofia Violante á Bonifacio Ferrer 
y á Francisco de Aranda, por enemigos de aquel rey, al obispo de 
Huesca, por haber defendido antes á uno de los competidores, y á 
Berenguer de Bardaxf por recibir acostamiento de otro. Desestimá- 
ronse tales protestas por impertinentes y apasionadas ; y con igual 
dignidad fueron rechazadas las livianas sospechas que Dalmacio Sa- 
drera , grande amigo del conde de Urgel , y varios nobles , sus alle- 
gados, habian esparcido contra alguno de los nueve compromisarios. 

Más dificultades presentó en aquellos críticos momentos la llegada 
de ciertos comisionados de la junta, que en Mequinenza habian tenido 
los parciales de los Lunas, presididos por el castellano de Amposla, 
los cuales, protestando de cuanto se habia ejecutado , dieron por ilegal 
y nula la junta de Alcañiz '^, pues que faltaba en ella una gran parte 
de los ricos-hombres y barones del reino. Suplicaban al propio tiempo 

7 Hállase escrito con variedad el nombre de Ginés Rabassa en ios documentos 
de aqaellos años y en los manuscritos posteriores que hemos tenido en nuestras 
manos, pues se encuentra así: Janér, Gtner, Genér, Jinés, Ginés, y también en la- 
tín lanuarius Rabassa. 

8 Historia general de España, por D. Modksto Lafuente. 

9 Todos los nueve jueces nombrados, marcharon á Caspg inmediatamente. 

10 El Parlamento de Alcañiz, ó sea de Aragón , se trasladó á Zaragoza en marzo 
de i4i2. El simulacro de Parlamento, reunido en Mequinenza, no pudo hacer cosa 
notable. 



POR LA Real Academia db la Historia. 59 

que el Parlamento de Catalana enviase sus* comisionados á la reunión 
de Mequinenza , y que unidos y conformes eligieran juntos los medios 
más adecuados de declarar la sucesión á la corona. Replicaron los 
prohombres de Tortosa con su entereza acostumbrada » que habian 
tenido siempre por legitimo Parlamento de Aragón el de Alcañiz , y 
que no debián volverse atrás en lo reconocido y decretado. Y sin de- 
tenerse ya los reinos en más dudas y controversias , eligieron los tres 
castellanos ó alcaides de Caspe, uno por Aragón, otro por Cataluña 
y otro por Valencia, nombrando todos los Parlamentos comisionados 
paca ir á dicha villa, á ñn de presenciar la declaración, asi como una 
comisión especial, que cuidase: 1.®, de poner en paz á todos los 
pretendientes, de modo que, verificada la elección, quedasen en 
buena amistad y tranquilo el reino; 2."", de asegurarse por todos 
los medios que aconsejaba el decoro , de que juraria cumplir y guar- 
dar el elegido los privilegios, constituciones, usos y costumbres de 
cada reino , y seguirla en el gobierno del Estado y de su casa las 
huellas de sus antecesores ". Con estas cuerdas prevenciones se 
abordaba, pues, la gran cuestión en que estaba cifrada la suerte de 
aquella monarquía. Procuremos exponer en el siguiente capítulo la 
solución que recibe en el tribunal de los nueve. 

11 Procesos de las antiguas Cortes.— Actas del Parlamento de Tortosa. — Docu- 
mentos justificativos de la elección acorde délos compromisarios, etc.— Lobbrseo 
Valla, Zurita, Blancas, Monfar, Diago, Abarca, Feliu j>e la Pena, y otros histo- 
riadores, se hallan en sus relaciones fielmente conformes con ios manuscritos coe- 
táneos que hemos consultado al escribir esta Memoria. 



60 MciMOniAS PUfillIADAS 



CAPITULO V. 



Regocijo general de los pueblos por la elección de los compromisarios.— Fiestas pú- 
blicas. — Envian á Gaspe los pretensores sus abogados y escríbanos .—Juramento so- 
lemne de los compromisarios. — Alegaciones del duque de Gandia; del conde de 
Urgel ; del infante D. Femando.— Persistencia de cada uno de los pretensores. — 
Perplejidad é indecisión entre los jueces.— Declaración del derecho hereditario. — 
Publicación solemne. — Levántase en Caspe el estandarte real de Aragón por el in- 
fante D. Femando. 



La elección de los nueve. compromisarios causó tal regocijo en to- 
dos los pueblos de la corona de Aragón, que muchos la solemnizaron 
con procesiones y fiestas públicas, cual si con ella tocaran al término 
de las funestas disensiones que hasta allí hablan afligido aquellos Es^ 
tados. Y en verdad que no era infundada la esperanza ni vana la ale- 
gría; pues con la declaración de todos esperada comenzaba á no du- 
darlo una nueva era de paz y de ventura. Anuncióse la elección de 
los nueve jueces á los mallorquines, sardos y sicilianos, y comuni- 
cóse también á muchas personas de elevada categoría, así naturales 
como extranjeras , juzgándose que era poca toda la publicidad que se 
diera al acto de que dependía la suerte de tan dilatados reinos ; y 
bien merecía admiración semejante conducta, no solo en siglos en 
que la defensa de los derechos se confiaba de continuo á la fuerza 
de las armas , sino en edades de mayor ilustración y cultura. 

Tan luego como supieron los pretendientes al trono el sitio y la ma- 
nera de determinar el negocio de la sucesión, enviaron á Caspe sus 
procuradores y letrados, para alegar en informaciones, tan fundadas 
como les fuese posible» sus respectivos derechos. Mas no quisieron 



POR LA Rbal Academia de la Historia. 61 

los jueces inaugurar sus sesiones, sin seguir fielmente los artículos de 
la concordia de 16 de febrero ; y antes de abrir aquel tribunal severo, 
imparcial é inapelable, prestaron el juramento solemne de obrar con 
toda fidelidad y según les dictare su conciencia. A fin de dar mayor 
publicidad á tan importante ceremonia, colocóse un altar en la plaza 
de Gaspe , no muy distante de la iglesia , y después de baber oido 
misa , confesado y comulgado , puestas las manos sobre los Santos 
Evangelios y sobre un precioso Crucifijo tallado del madero en que 
padeció el Salvador y exornado de piedras preciosas , cada uno de los 
compromisarios pronunció solemne juramento, concebido en estos 
términos: Publica y solemnemente hago voto á Dios^ á la Virgen Ma^ 
riay á toda la Corte celestial , j^ juro sobre la cruz de Jesucristo y so- 
bre los Santos Evangelios^ que procederé en el negocio de la sucesión^ y 
que publicaré el verdadero rey y señor lo más pronto posible , según 
Dios , justicia y buena conciencia , pospuesta y alejada cualquier cla^ 
se de amor y ruegos , temor ú odio , como asimismo la esperanza de 
cualquier premio ó favor, y toda otra mata voluntad. Juro ademas que 
antes de la declaración de rey 9 ne manifestaré, publicaré ó daré á 
entender á nadie que no sea alguno dé los compromisarios , directa ni 
indirectamente t de palabra, por escrito , por demostraciones , ni denin^ 
guna otra niñera, mi voltrntad, intención 6 pensamiento, ni el de 
mis compañeros , hasta el dia en que se haga la publicación solemne. 
Terminado este acto y rodeado de ansiosa muchedumbre , atraída no 
menos por la novedad del gran suceso, que por su inspirada y divina 
elocuencia, predicó San Vicente Ferrer oportuno y edificante sermón, 
tomando por tema las palabras: Fiet unum ovile et unus pastor, y 
explicándolas con aquella claridad y energía, con aquella precisión y 
majestuosa elegancia que avasallaban siempre á cuantos lograron la 
ventura de escucharle. 

Constituidos al dia siguiente (18 de abril de 1412) los jueces en 
uno de los salones de la fortaleza de Caspe, rodeados de sencillo al 
par qu^ imponente apar^ito, teniendo á un lado en modestos escaños 
á los secretarios del Compromiso, y en frente los sitiales que ocuparon 
los abogados y procuradores de los pretendientes, abrióse, pues, 
aquel gran pleito dinástico y nacional, siendo los .primeros en alegar 
las razones que asistían á su señoríos enviados del duque de Gandía. 

Interesante y no menos curiosa debió ser la asistencia á aquel cé- 
lebre jurado, en que las partes eran principes y* magnates que dispu- 
taban una rica diadema, y en que eran los jueces meros apodera- 



62 Memorias premiadas 

dos del pueblo, sabios , virtuosos y ajenos de toda ambición mundana. 

Represéntanse á la imaginación del historiador aquellos jurisperi- 
tos, honra de la toga española y oráculos de las leyes patrias , apu- 
rando toda su ciencia y poniendo en extremado aprieto su ingenio 
para convencer á los jueces de la razón que legitimaba las demandas 
de sus patronos, y pidiendo cada cual para el suyo nada menos que 
una real corona. Despiertan asimismo la consideración del filósofo la 
reverente compostura y el recogimiento con que , acallado el furor de 
las parcialidades y banderías, olvidaban los oyentes sus particulares 
afectos, dominados por el gran prestigio de aquel nuevo Areópago; 
ejemplo digno en verdad de ser imitado en los tiempos modernos, 
que sin guardar los fueros de la justicia , apellidan á aquellos siglos 
con el título de bárbaros. Y sube de puntóla admiración que en nos- 
otros engendra aquel extraordinario espectáculo al contemplar en el 
fondo de tan majestuoso cuadro la colosal y simpática figura de un 
predicador, cuyas sienes iluminaban la doble aureola de la virtud y 
de la ciencia, y cuya voz sublime habia hecho para el cristianismo 
las más prodigiosas conquistas. Fray Vicente Ferrer, á quien sus pro- 
pios contemporáneos elevaron i la adoración de los altares; aquel ar- 
diente campeón de la fé, que habia volado ¿ su patria para arrojar 
la oliva de la paz entre los bandos que la inundaban de sangre , bri- 
llaba ahora cual nuncio de ventura, ex^ medio del consistorio nacio- 
nal, siendo para todos prenda segura de que allí donde recayera su 
fallo, allí debian resplandecer la verdad y la justicia. 

Cataluña, Aragón, Valencia, Mallorca, Sicilia, Cerdefia. todos los 
Estados que formaban la monarquía aragonesa, y todos* los reinos de 
lasEspañas, y aun de la Europa meridional, tenian fija su vista en el 
castillo de Gaspe. Pero la historia, más avara de lo que hoy deseára- 
mos, no ha revelado todavía todas las circunstancias de aquel cele- 
bérrimo proceso: han llegado en verdad á nuestras manos las actas 
del compromiso; mas ni las arengas ni los escritos que formularon los 
defensores de cada pretendiente han salvado por desgracia las tinie- 
blas, en que yacen envueltos. Inútiles han sido por tanto todas nues- 
tras diligencias para trazar con seguridad de acierto las primeras es- 
cenas de aquel fan\oso drama ; sin embargo, nada aventuraremos al 
manifestar que ya desde las primeras sesiones pareció inclinarse la ba- 
lanza á favor de dos solos pretendientes: el condede Urgel y el infante 
D. Fernando, cuyos derechos anulaban los alegados por los demás 
competidores. 



POR LA Real Acadeiiía de la Historia. 65 

Fundábase, no obstante, el duque de Gandfa en la inteligencia del 
testamento de D. Jaime I, que excluía á las hembras de la sucesión 
á la COTona, y apoyábase en el mismo el conde de Urgel , citando el 
hecho de que, cuando el rey D. Pedro quiso hacer jurar á la infanta 
doña Constanza, su hija, como sucesora del reino , por carecer de 
hijos varones, ocurrieron en los Estados de la corona de Aragón tales 
disturbios, que fué preciso revocar la disposición del referido monar- 
ca. Opúsosele con todo su poder su hermano el infante D. Jaime, con- 
de de Urgel, alegando que, según la opinión pública, él era el presun- 
to sucesor á la corona , y logrando de D. Pedro la gobernación ge- 
neral del reino, cargo que solo obtenían los príncipes primogénitos; 
eropuñando, en efecto, más adelante el cetro de Aragón. Luego si vi- 
viendo D. Martin el Humano, hallándose sin hijos, habia sucedido 
Otro tanto; esto es, habia el conde de Urgel obtenido la lugartenen- 
cia del reino como sucesor presunto por la costumbre y designado 
por la opinión pública, ¿por qué se ponia en tela de juicio el derecho 
del actual conde D. Jaime? 

Alegaban ademas sus defensores que á la sucesión de la corona 
debian sin dispula alguna ser llamados los varones legítimos. Pero 
la línea recta masculina del rey D. Pedro habia terminado en el rey 
D. Martin, muerto ab intesiato, y era necesario entrase á suceder la 
del infante D. Jaime, abuelo del conde, de la cual solo existia D. Jai- 
me de Aragón, que, como pariente más cercano al último monarca, 
tenia mayor derecho, siendo todos descendientes del rey D. Alfon- 
so y de la infanta doña Teresa de Entensa '. El duque de Gandía, 
el viejo, estaba en grado igual con el conde de Urgel al rey D. Mar- 
tin ; pero procedía , no del rey D. Alfonso , sino de D. Jaime , cuyos 
descendientes no debian entrar en la sucesión, sin quedar extinguida 

i aPor parte del conde de Urgel se deducía que, puesto que el duque y él esta- 
»ban en un grado, que era el quinto, allegados del rey D. Martin en línea transversal. 
nPero el conde era de la línea ascendente, y como en la sucesión de la línea de los 
«descendentes sea la principal, era habido por superior y mejor en derecho, y suce- 
»diendo del rey D. Alonso, y el duque del rey D. Jaime, era mas cercano al rey don 
»Martin, siendo los descendientes de la línea de) rey D. Alonso, y por consiguien- 
»te, áb intestato, le pertenecía la sucesión del reino. Fundábase en otra razón : 
»que considerado el testamento del rey D. Jaime 11 , debia en esta competen- 
»cia ser preferido el conde, porque el rey D. Jaime quiso que precediese el infante 
mD. Alonso su hijo y sus hijos yarones descendientes, entre los cuales era prime- 
uro el conde de Urgel, al infante D. Pedro, su hijo segundo, de quien descendía el du- 
»que de Gandía.» (Manuscritos de Gerónimo de Zurita.) 



G4 MEMORIAS PREMIADAS 

la linea y descendencia deD. Alfonso, hijo del rey D. Jaime : con ta- 
les razones rebatían los letrados d^l conde de Urgel la competencia 
y derecho del duque de Gandía. Tampoco importaba (anadian pro- 
bando el derecho de D. Jaime) que muerto el rey D. Martin quedase 
una hija del rey D. Juan I, y su hijo Luis, nieto de este; porque esta- 
ba hacia ya tiempo excluida de la sucesión, habiendo sido preferido 
D. Martin ', y obstando la renuncia que hizo cuando casó, aprobada 
y ratificada después; con lo que mucho menos podia ser llamado á 
la sucesión Luis su hijo, á quien ella no habia podido transferir el de^ 
recho que no tenia, y que renunció en tiempo en que no era aquel 
nacido ni concebido \ Mas si pudiesen ser llamadas para obtener el 
cetro de Aragón las hembras, la infanta doña Isabel, condesa de Ur- 
gel, y hermana del mismo monarca que habia fallecido abintestatOy 
debia ser preferida. ¿De qué manera mejor (decian los mismos letra* 
dos) se cumpliria la voluntad de D. Jaime y demás reyes que esta- 
blecieron recayese el reino en sus sucesores y descendientes por 
línea masculina sin interrupción alguna? ¿Y de qué modo podia com- 
placerse mejor al pueblo de Aragón, que deseaba, como sus reyes, fue- 
sen aquellos Estados regidos por príncipes naturales, sino quedando 
el cetro en los condes de Urgel, en quienes concurrían estas circuns- 
tancias? Debian asi perpetuarse las glorias aragonesas , subsistiendo 
también la memoria, apellido, armas, nombradla, honra y dignidad 
de sus antiguos monarcas. Y en verdad, proseguían, que ni el duque de 
Gandía ni el infante D. Femando atesoraban tantos títulos; pues ade- 
mas de descender e^te último del linaje de los reyes de Castilla, 
que tanto tiempo sustentaron guerra y fueron enemigos declarados 
de los reyes pasados y vasallos suyos, era natural de diverso reino y 
descendiente de hembra, que estaba del todo excluida de la sucesión ' 
á la corona , y no constituía linaje : ni hablan de tomar por rey un 



2/ «No habiendo dejado D. Juan lá su muerte hijos varones, tocábale la sucesión 
»de los reinos, así por los testamentos de sus antecesores como por el del mismo 
»D. Joan, al infante D. Martin, duque de Montblancb, su hermano, que se hallaba en 
»Sicilia reduciendo aquel Estado á la obediencia del rey D. Martin su hijo. Así lo 
«reconocieron sin contradicción las Cortes de Cataluña, dando desde luego el título 
»de reina á la duquesa de Montblanch que se hallaba en Barcelona, y enviando una 
»embajada á Sicilia para suplicar al infante D. Martin que viniese á tomar posesión 
i)dc sus reinos (1395).» {Historia de España, por D. Modesto Lafuente.) 

3 Cuestiones jurídicas de antiguos jurisconsultos : ÁNcnARRANO, Castro, etc. 



POR LA Real Academia de la Historia. 65 

extraño, habiendo tantos naturales descendientes por línea masculina 
de los reyes de Aragón *. 

Ni paraban aquí las alegaciones de los letrados del conde D. Jaime 
para probar el mejor derecho de este; pues pretendieron también de- 
mostrar que la reina doña Leonor , madre del infante D. Fernimdoy 
habia renunciado, cuando casó, al que le competia y pudiera com* 
petirle, y que por lo mismo no podia legalmente el infante disputar 
una diadema, que habia renunciado su madre. No dejó este aserto de 
llamar en gran manera la atención de los compromisarios, pues que á 
ser verdadero, destruia el derecho del vencedor de Antequera; y para 
quedar plenamente satisfechos , mandaron buscar dicha renuncia, 
fiando esta diligencia al celo de los diputados catalanes. En 16 de 
abril de 1412, contestaban estos que nada constaba en los esponsa- 
les y escrituras de la infanta respecto de semejante renuncia. Habían- 
se celebrado las bodas con motivo de paces ajustadas entre ambos 
reinos, siendo embajadores Ramón de Alamany y Bernardo de Mom- 
palau; é interrogado el último, cuya venerable edad infundía gran 
respeto, aseguró que no se hallaría el documento que se busca- 
ba, porque, si bien se exigió por parte del rey de Aragón , no quiso 
venir en que se otorgara el de Castilla. Fundaban, por último, su de- 
recho los condes de Urgel en la inmemorial posesión, en que estaban 
de su llamamiento á la corona, siempre que faltaba la línea de los mo- 
narcas aragoneses, pues se tenia en tal estima y alcanzaba tal prefe- 
rencia aquel condado, que se reservaba para los hijos segundos de 
la casa y línea real, los cuales, en faltando el primogénito, ocupaban 
el solio; habiendo sucedido así cuando murió Wifredo sin hijos, y he- 
redó Borrell, conde de Urgel, y también cuando por la renuncia del 
infante D. Jaime á la primogenilura, heredó el infante D. Alfonso. 

No dejaban tampoco los abogados del conde de Urgel de recomen- 
dar el tan ponderado, aunque algún tanto forzoso comportamiento de 
D. Jaime, licenciando sus soldados, sobreseyendo en el ejercicio de 
la lugartenencia, tan luego como falleció su tio D. Martin , y espe- 
rando confiado, aunque no tranquilo, en la fidelidad de los pueblos el 
fallo de aquel ruidoso pleito ^. 

i Moiifar es uno de los historiadores que con más extensión lian tratado do esto 
asunto enmarañado y olvidado por otros escritores. 

5 «C de a^o fan aldit senyor D. Jacme testimoní ses obres é foyts notoris: car 
))cert es ó notori que en la hora que lo dit senyor rey fallí, lo dít senyor D. Jacme era 
))en Aragó poderos é podia legittimament é lícita entrar en castells, ciutals é viles 

y 



66 Memorias prpíüiadas 

Poderosas y eficaces eraa también las razones que alegaban los 
letrados del infante D. Fernando, remontando sus averiguaciones á la 
época de la unión de Aragón y Cataluña, y examinando desde aquel 
tiempo, con tanta exactitud como mesura, los derechos que asistian 
al príncipe castellano. La historia y los documentos justificativos fue- 
ron las pruebas principales, con que los defensores de D. Femando 
procuraron esclarecer el punto que se debatia, intentando averi- 
guar ante todo la forma en que pertenecieron al rey D. Alfonso , hijo 
de la reina doña Petronila, los Estados de Aragón, si por la donación 
que obtuvo de la reina, ó por la que hizo D. Ramiro en favor de su 
yerno, cuando casó su hija con el conde de Barcelona, Berenguer IV. 
Teniendo por cierto que sólo era admisible lo último, derivaban sin 
dificultad alguna los derechos del rey D. Alfonso, nielo de D. Ramiro, 
no de la madre ni de la referida donación, sino del suyo propio, here- 
dado del abuelo. J^o debía, pues, dado este supuesto, atribuirse impor- 
tancia alguna á la donación de doña Petronila ®, porque no podia tras- 
mitir al hijo el reino que este ya tenia jure propio, sin que se le pu- 
diese negar, pues era el pariente más cercano del rey D. Ramiro, 
como lo era asimismo del conde de Barcelona , su padre. Tomaban 
de aquí ocasión para pretender que el reino se heredaba por el dere- 
cho de sangre, que permite llamar á las transversales , cuando faltan 
las lineas de ascendientes y descendientes; y que en este caso 
debia tenerse en cuenta el sexo, y el nacimiento ó la edad, precedien- 
do el varón á la hembra, y el mozo al anciano, sin mirar al tronco co- 
mún. Era esto además lo que comunmente se observaba en el reino 
de Aragón, causa por qué heredó el mencionado D. Alfonso los Esta- 
dos de su abuelo D. Ramiro y no pudo llamar á las hijas, considerán- 
dose inválido su testamento por muchos letrados; y confirmábase todo 
lo expuesto con la última disposición de la reina doña Petronila , en 
que llamaba solo á los descendientes varones, excluyendo las hembras. 

))sens ferue injuria ne tort á algü com sabos é sap certament que per justicia eren ó 
z>son sues. La qual cosa fer no cura, ans pregat, sopplicai é consellat'per los missat- 
))gcrs (Icls XII qu¡ dadonchs affermaTen representar lo magniffich principal de Catba* 
»lunya é de la noble ciutat de Barcbinona desaplcga la notable gent natural del regne 
»é no pas estranjera qui ladoncbs había ab sí. Hoc mes sen vench en lo dit princi- 
))pat on ell é los scus son nats é nodríls é oues principalment eretat. Hoc mes so- 
Dbresigué en exercir son ofGci de governador general.» 

6 ÍA kakrdas juliiannomcamationis ii64, in Archivo regio, iu rfgistro regís 
Ildefonsif virmiliis cohopertis íecto, /b/to S.* 



POR LA Real Academia de la Histouia. G7 

En su testamento, becho á 2 de las nonas de abril de 1152, decía, 
en erecto, la reina doña Petronila las siguientes palabras : Si autem 
filia ex útero meo processerit, maritet eam honorificé vir meus comes jam 
dictus cum honore et pecuniay sicut melius ei placuerit, et remaneat viro 
meo pr(Bnominato solidé et liberé totum supradicltim regnum cum ow- 
nü>us sibi períinentibus ad omnem voluntatem suam perficiendam ; con 
que quedaba patente la exclusión de las hembras, pues prefería de- 
jar el reino en poder de su marido, no teniendo hijos varones, que no 
en manos de aquellas; y de aquí deducian que, tanto la condesa de 
Foix, y dona Violante, reina de Ñapóles, como la infanta doña Isa- 
bel, eran inhábiles para sentarse en el trono vacante. 

Con tan estudiadas razones venian los defensores del infante á pa- 
rar en el deudo más cercano del rey D. Hartin, sin cuidar de qué par- 
te se derivaba el parentesco, sino mirando solo al grado; y procla- 
maban que era D. Fernando de Castilla, á quien como tal tocaba la 
sucesión de la corona. Oponíaseles por parte de los letrados contra- 
rios el testamento del rey D. Jaime, que soto era favorable á los va* 
roñes; pero aun así saiian airosos los del infante, porque hallaban en él 
que faltando sus hijos, llamaba á los nietos, hijos de doña Violante de 
Castilla; faltando estos á los de doña Constanza, y en su lugar ¿ los 
de doña Isabel, reina de Francia, y después al varón más cercano de 
su linaje, ó sea el mismo D. Fernando ; pues no teniendo hijos varo- 
nes el rey D. Pedro, habían de ser llamados los nietos varones de 
hija, que era hermana de padre y madre del último monarca. 

Con empeño no menos decidido al que mostraban los defensores 
del conde y del infante, formulaban diversos y fuertes alegatos para 
probar la justicia de sus clientes, los abogados del duque de Gandía, 
del conde de Luna D. Fadrique, y de los demás pretensores. Dolíase 
D. Fadrique de su mala ventura, que no dio tiempo para que fuese 
legitimado en vida del rey D. Martin, su abuelo, pues entonces no hu- 
bieran llegado á tal extremo los sucesos; porque alejada de sí la nota 
de bastardía, hubiera continuado en el trono de Aragón la «stirpe 
real de los Ramiros y de los Jaimes. Legitimado después del falleci- 
miento de aquel soberano, parecía estar hábil para pretender la coro- 
na; pero bien sea que se tuviese por más fundado el derecho de otros, 
bien que el suyo fuese algún tanto desatendido, desprovisto como se 
hallaba de respetables sostenedores, es lo cierto que no fué la corona 
colocada en sus sienes juveniles. 

Harta perplejidad hubo, sin embargo, en el seno mismo del ju- 



68 Memohias premiadas 

rado de Caspe para declarar el sucesor de D. Martin, esforzados 
dieslramente los derechos de los prelensores , que moslrabau en 
su ardoroso empefio el alto precio de la joya que pretendian. Era la co« 
rooa de Aragón en aquellos tiempos una de las más envidiadas y 
ricas del orbe cristiano. Sus naves arribaban ¿ mil diferentes puertos, 
y florecía su comercio en todas partes, siendo buscados y preferidos 
los artefactos de aquel reino, con notable provecho para la riqueza 
interior del Estado. Por medio de las armas habia dado leyes á leja- 
nas naciones, constituyendo con las ciencias y las artes airaigadas 
en su suelo, un pueblo libre, próspero, poderoso y respetado , si no 
temido, de las demás naciones. ¿Qué mucho que anhelara cada uno 
de los pretendientes para su propia causa el fallo favorable de. aquel 
tribunal solemne? Y si era de tal monta el asunto sobre que debían pro- 
nunciar definitiva sentencia los compromisarios, ¿cómo podrá extra- 
ñarse que anduvieran indecisos y aun discordes sobre cuál de aque- 
llos proceres era más acreedor á sentarse en el trono de todos ambicio- 
nado? Lo que no podemos determinar, lo que es todavía un misterio, 
y lo será tal vez para siempre, por la religiosa exactitud con que guar- 
daron los nueve el juramento del sigilo, es la manera de controversia 
que se levantó en el seno de aquel respetable Areópago, así como los 
nombres de los que la suscitaron y sostuvieron, y los medios emplea- 
dos para terminarla. Solo un escritor valenciano, Martin de Yiciana \ 
refiere que, sobre el fallo de la sucesión hubo gran discordia entre los 
jueces, hasta tanto que Fr. Vicente Ferrer un dia les dijo estas pala- 
bras : Mirad no curéis más de deteneros en acordar la sentencia : que la 
justicia da el derecho al infante D. Ferrando de Castilla. Y esto é no 
otra cosa se hará, porque de lo alto procsde y no de la tierra. E cómo 
Vicente Ferrer era persona á todos accepta y puesto en predicamento de 
sánela persona, sus palabras fueron tan eficaces que no le pudieron con» 
tradedr. Y desde entonces todos los jueces le siguieron. Y asi acordaron 
la sentencia. 

Sea de esto lo que fuere , no hay duda en que después de haber 
consagrado los nueve compromisarios treinta días consecutivos á oir 
religiosamente las razones y fundamentos, que cada letrado exponía 



7 Libro tercero de la Crónica de la ínclita y coronada ciudad de Valentía y de su 
reino : copilada por Martin de Vicianay natural de la vüla de Burriana del mismo 
reino, dedicada al ilustre D. Giner Rabassa de Perillos, señor del castillo de Madrona 
y varonía de Dos-aiguas, etc. Vuelta del fulio LXIII. 



POR I A Real Academia de la Historia. G9 

en favor de su respectivo patroiu); después dá^üxamioar con madurez 
los derechos de cada uno, queriendo proceder con la mayor circuns- 
pección en asunto tan difícil, acordaron prorogar porun mes, de los dos 
que en caso de necesidad tenian concedidos, sus importantes sesiones. 
Ai fin, el 24 de junio, viernes, dia de San Juan Bautista , se procedió 
á la elección; siendo muy digno de notarse que , á pesar de tener 
Fr. Vicente Ferrer el octavo lugar entre los compromisarios, y á pe- 
sar de contarse entre ellos un arzobispo y un obispo , entrambos muy 
doctos, fué aquel santo varón el primero que dio su voto, diciendo en 
alta voz, que en Dios y en conciencia declaraba que la corona de Ara- 
gón perlenecia de derecho al infante de Castilla D. Fernando, como 
nieto de D. Pedro III, sobrino del último rey D. Martin, y por conse- 
cuencia el mcás inmediato pariente de este monarca '. Siguiéronle sin 
vacilar el obispo de Huesca, Bonifacio Ferrer, Bernardo de Gualbes, 
Francisco de Aranda y Berenguer de Bardaxí, expresando su confor- 
midad con las siguientes palabras : In ómnibus el per otnnia adhereo 
voto el intenlioni pro^dicti domini magisíñ Vincentii. Pero disintieron 
de este dictamen los tres jueces restantes, exponiendo Pedro Beltran 
que desde 18 de mayo, en que entró á reemplazar á Ginés Rabassa, 
no habia tenido tiempo de conocer á fondo la cuestión, por lo cual no 
podia emitir su voto en tan grave negocio , ni decidir sobre tan impor- 
tantes derechos. Declaró el arzobispo de Tarragona, que si bien la 
elección del infante D. Fernando la creia preferible para los pueblos en 
aquellas circunstancias, tenia por de mejores derechos al duque de 
Gandía y al conde de Urgel, entre los cuales podria elegirse el más ap- 
to, por ser ambos parientes del último monarca en igual grado. Y 

8 En el Apéndice insertamos la votación completa de aquel célebre compromiso 
según se baila en manuscritos de Gerónimo de Zurita y de D. Fernando de Aragón, 
arzobispo de Zaragoza , que la copiaron del original ó de traslados antiguos. Hé 
aquí el voto de San Vicente Ferrer : 

Ego frater Vincentivs Ferrarii ordinis fratrum prcedicatorum ac in sancta theo- 
logia magister unus ex prcedictis deputatiSf dico juxta scire et posse meum quod tn- 
dito et magnifico domino Ferdinando infanti CasielloB , nepoti sive net felicis recordó^ 
tionis domini Pelri reyis Aragonum geniíoris eaccehoB mcmorioí, domini regis Marlini 
ultimi deffuncti propinquiori masculo ex legitimo matrimonio procreatOy et utrique 
conjunclo in gradu consanguinitatis dicti domini regis Martini prcedicta parlamenta 
subditi ac vasalli coroncB Aragonum fidelitatis debitum prcestare, et ipsum in certum 
verumrcgem etdominum per jttstitiam secundum Deum et meam conscientiam habere 
dcbent ettenentur et in Ustimonium prcemissorum hcccpropria manu scribo et sigillo 
meo in pendenti munio. 



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POR LA Real Academia de la Historia. 71 

por la variedad d<e los trajes nacionales y extranjeros, como por el 
murmullo de tan diversas hablas. 

En una colina cercana al castíUo y no distante de la iglesia , cu- 
bierto de paños de seda y oro, y ostentando el escudo real de Ara- 
gón, levantábase un gran cadalso ó estrado dispuesto para los nueve 
varones que acababan de fallar aquel gran pleito: en ambos costados 
debian recibir á los embajadores de los pretendientes , á los síndicos 
y enviados de las ciudades, ¿ los nobles, barones y caballeros otros 
dos tablados ricamente entapizados de brocateles preciosos. Salieron 
los tres alcaides, que hablan custodiado el castillo , con cien hombres 
de armas cada uno, cerrando la marcha Martin Martínez ie Marcilla, 
que tremolaba el pendón real, colocándose en frente del catafalco que 
iban á ocupar los jueces. A las nueve de la mañana dejaron estos la 
sala del castillo, bajando con grande y lucido acompañamiento á la 
puerta de la iglesia , en donde habia un altar suntuosamente exorna- 
do, delante del cual, y en sitio de mayor preferencia, se sentaron los 
jueces. Veíase en medio el arzobispo de Tarragona, teniendo á la de- 
recha á Bonifacio Ferrar, Guillen de Yallseca y Francisco de Aranda, 
y ostentándose á la izquierda Berenguer dcBardaxí, Fr. Vicente Fer- 
rer, Bernardo de Gualbcs y Pedro Beltran. Dijola misa, que fué del 
Esplrilu-Sanlo , el obispo de Huesca; y terminada, subió al pulpito 
San Vicente Ferrer, pronunciando elocuente é inspirado sermón, á 
que sirvieron de tema las palabras del Apocalipsis: Gaudeamus et 
exuUemus et demus gloriam ei, quta venerunt nuptice agni: con aquel 
fuego y unción evangélica que le hacian invencible , con aquella cla- 
ridad y firmeza que le aseguraban el dominio de la muchedumbre, 
explicó Fr. Vicente las excelencias de la fé , y discurriendo después 
sobre el gobierno y paz de los pueblos , vino á considerar los dere- 
chos de cada uno de los pretensores, declarando la justicia, con aue 
hablan fallado el negocio de la sucesión , y leyendo , por último , la 
sentencia , que declaraba rey de Aragón á D. Fernando , infante de 
Castilla. 

Al pronunciar este nombre , prorumpieron los circunstantes en ví- 
tores y aclamaciones , poblando el aire de alegres armonías los ins- 
trumentos músicos; y cada vez que San Vicente Ferrer repetía 
el nombre del elegido , exclamaba : / Viva , viva nuestro rey y seftor 
¿). Faltando/ segundándose esta exclamación por la inmensa multi- 
tud, con lo cual se ponia de manifiesto la afición quehabia sabido con- 
quistar el príncipe castellano. Levantaron los alcaides del castillo el 



70 

opinó fina) ^..^'-^^ "' "'T'"^ ^' '"' 
zobispo. J'^^'^'^f'" If' "«"^^^«°'^'' 
del coD .. ^*'"S<'S"'^ '''' P"^^'''' *«'™»"*^*" 
reino, r.^^''%^ IfJÜendo de h plaza los alcaides men- 
dos r ''■"'C^'^1¡r¿'^\te de »"^^ ^ ^® "'™«"so gentío , re- 
cor tS'^'"1io' ''" "Sdi' " ""* *** ^"^^^ ' 8"^°**° siempre 



t 



POR LA RlíAL ACADEMÍA DE LA HlSTOniA. 75 



CAPITULO VI. 



Reflexiones jurídicas sobre la declaración del Compromiso de Caspe. — Consideracio- 
nes filosóficas sobre la marcha y resultados de los acontecimientos políticos en los 
Estados de la casa real de Aragón , desde el 31 de mayo de 14i0 hasta el 28 de 

junio de Hi2. 



«Ningún escritor aragonés da el verdadero carácter de elección á 
»la obra del Compromiso de Caspe, sino de declaración del derecho here- 
ttditaiio: D. Fernando, que fué proclamado sucesor de D. Martin, era 
» sobrino suyo por su madre, hermana de los reyes D. Juan y D. Mar- 
»tin*.» En esto no hay ninguna duda. Las personas elegidas para 
hacer la declaración corroboran con sus palabras el carácter de la 
misma, que no fué elección, pues eran solo diputados ó elegidos por 
los reinos con aquel intento , significando los nombres compromisa- 
rios y Compromiso y que la declaración debia ser inapelable, como 
nacida de un conclave , en que todos hablan puesto su confianza sin 
reserva alguna. Pero en lo que pueden ocurrirse dudas es en la pre- 
ferencia dada al pretensor electo, considerada la cuestión bajo el 
punto de vista meramente jurídico. 

¿Debia con rigurosa justicia elegirse al infante D. Fernando para 
el trono vacante de Aragón , ó tenia quizá mejor derecho alguno de 
los demás competidores? Sin duda la perplejidad, primero de los 
Parlamentos y después de los mismos compromisarios, ha sido 
causa de que no todos los escritores hayan reconocido igualmente la 

\ QciMO : Del juramento político de los Reyes de Aragón, pág. 57. 

lo 



74 Memorias preiuíadas 

justicia de la declaración de Caspe, exponiendo algunas razones, no 
desprovistas, al parecer, de fundamento; razones que procura- 
remos trasladar á este sitio, bien que sumariamente, á fin de que 
nuestro trabajo sea todo lo más completo posible. Mas no olvidare- 
mos , al reseñarlas , añadir la solución que á ellas daba Fr. Vicente 
Ferrer, personage tan principal é influyente en aquel célebre suceso •. 
No podia , en efecto , ignorar varón tan respetable que se hallaban 
excluidas las hembras, y toda la línea femenina, ya desde los pri- 
mitivos condes soberanos de Barcelona , de la sucesión entonces dis- 
putada; ley que, después de la unión de Aragón y Cataluña (por 
los testamentos reales desde la reina doña Petronila hasta don 
Juan I, hermano del rey D. Martin), se habia constantemente obser- 
vado. Y no solo era esta la costumbre general y antigua, seguid i n 
los reinos de Aragón, sino que también estaba acorde con clin la 
opinión constante de todos los pueblos dependientes de aquella real 
casa, que no de otro modo deseaban la sucesión á la corona. Tanta 
fuerza parecia tener esta práctica, que, no teniendo D. Pedro III hijo 
varón, y pretendiendo traspasar el cetro á sus hijas, nunca pudo lo- 
grarlo, merced á la tenaz oposición que encontró en el ánimo de sus 
vasallos, afectos solo á sus venerandas tradiciones. La misma exalta- 
ción al trono del último reyD. Marlin (1395), cuando aun no habian 
transcurrido quince años y eslaba reciente su memoria en la de los 
pueblos y en la de los nueve compromisarios, corrobora aquella cos- 
tumbre, que favorecia grandemente la sucesión masculina. Ala 
muerte del rey D, Juan I, la ciudad de Barcelona, Cataluña y los 
reinos todos habian dado, en efecto, la corona á su hermano D. Martin, 
duque de Montblanch, solo por ser varón, excluyendo á las infantas 
doña Juana y doña Violante, hijas de aquel monarca, admitidas, 
sin duda , á la sucesión , si tal hubiese sido la ley ó la tradición di- 
nástica de la nación aragonesa. «Muy al contrarío, dos tentativas que 
vhizo el conde de Foix, casado con la infanta doña Juana, en recla- 
Dmacion de los derechos de su esflbsa, fueron vigorosamente recha- 
»zadas, y él tratado como un perturbador y un aventurero. En las 
» Cortes de Barcelona y de Zaragoza, en los campos catalanes y ara- 
«goneses, con los votos y con las armas se combatió al de Foix-, mi- 
tróse su pretensión como una locura, y se retiró derrotado y abo- 

2 Feliu: Anales de Cataluña, lib. XIV, cap. yi^Historia de la vida de San Ft- 
cente Ferrer, de la orden de Predicadores, por Fr. Francisco Diago. 



POR LA Real Academia de la Histouia. 75 

»chorDado.» La tradición y la costumbre se ¡nclinabao, pues, á la 
sucesión masculina, excluidas de ella constantemente las hembras. 
Siendo esto así , y hallándose en grado de varón más cercano al úl- 
timo Rey el conde de Urgel D. Jaime de Aragón, ¿por qué no se 
adjudicó á este magnate (dicen) la corona en competencia? 

Tfímia parece á algunos la solución del Santo, ó muy poco fundada: 
decía Fr. Vicente que el conde de ürgel se habia hecho indigno de 
la corona, por haber muerto á su hermano con objeto de poseer sus 
Estados ; pues si este viviera , no podría alegar aquel ningún derecho 
al trono vacante. Pero á esto podría objetarse que no hallándose ni 
deducido, ni probado, ni aun sabido ó sospechado el delito del conde, 
no era dable que conocieran de él los nueve compromisarios , priván- 
dole de su derecho. ¿Era el Cobipuomiso de Caspe tribunal civil y com- 
pétente para prejuzgar acciones criminales , que se hallaban cubier- 
tas con el impenetrable velo del misterio?... Solo debian ceñirse, en 
verdad, los jueces de Caspb á examinar la sucesión intestada, inqui- 
riendo el mejor derecho entre sus ramas, ora fuesen ascendentes ó 
descendentes, ora fuesen colaterales; y no ha faltado quien crea, que 
en tan solemne cargo se extralimitaron, pues que suponiendo que el 
conde de Urgel debia ser excluido de la sucesión por la muerte de su 
hermano, ¿por qué lo fué también el duque de Gandía, que no habia 
delinquido, y traia su descendencia masculina del rey D. Jaime II? 
¿Por qué , siendo la costumbre favorable solo á los varones , ya que 
no se elegía al de Urgel, no se reconoció mejor derecho en este 
magnate , llamándose , por el contrarío, á la corona un competidor de 
la linea femenina? 

Pero aun dado que pudiese entrar la linea femenina en la compe^ 
tencia, no aparece justificado , en sentir de algunos escritores, el fa- 
llo de los compromisarios. Lugar preferente debia tener, en su con- 
cepto, la reina doña Violante, pues que su derecho á la corona era 
anterior y preferible en este caso al del mismo rey D. Martin el Huma- 
no, por ser hija de D. Juan I; y desestimadas en 1395 sus pretensio- 
nes (que interpuso junto con su hermana la condesa de Foix), claro 
era que, al querer habilitar ahora las ramas femeninas, habia de in- 
ferírse agravio, desestimando su derecho. Siguiendo, por otra parte, 
los grados del parentesco, hallábase doña Violante más cercana al 
rey D. Juan y al rey D. Martin, que el infante D. Fernando, porque 
su madre era hija del antecesor del rey D Marlin , y el infante sobri- 
no; y aun valiéndose del derecho de representación, entrando el in- 



70 Mei^iorias premiadai» 

opinó finalmente Guilk^^e Vallseca en el^ propio sentido que eí ar^ 
zobispo, añadiendo que tenia por más útil y conveniente la eleccioir 
del conde D. Jaime. Asi por seis votos, en que habia jueces de cada 
reino, quedó elegido soberano de Aragón un príncipe castellano, aleja* 
dos para siempre de aquella corónalos últimos vastagos del esforzada 
conde D. Wiffredo el Velloso. Al dia siguiente de haberse hecho la 
declaración , extendióse acta * de la misma en presencia de Dominga 
de la Naja , Guillermo Saera y Ramón Fivaller, alcaides del castillo de 
Gaspe, sacándose tres diferentes testimFoníos por seis notarios, dos de 
cada reino ; teslintonios que fueron entregados , uno al arzobispo de 
Tarragona, otro al obispo de Huesca, y otro á Bonifacio Ferrer, con 
objeto de que pudieran custodiarse en los archivos de Cataluña, Ara- 
gón y Valencia. Guardóse en todo secreto, hasta que se acordase el 
dia en que se hiciera pública y solemnemente la proclamación de 
aquella sentencia, que, como hemos ya indicado, no pedia hallar 
modelo , ni debia tener después ninguna copia. 

Señalado el dia de San Pedro para tan peregrina ceremonia , hi«- 
ciéronse varios preparativos con objeto de darle toda la magnificen- 
cia y majestad, que realmente exigía. Jamás pudo contar el reino de 
Aragón un dia tan memorable como atjuel , en que , por fin , veia ter- 
minadas las discordias civiles, y eorria presuroso á Caspe para oír 
de los labios de varones, tan doctos como virtuosos, la sofucion del 
más ruidoso proceso que habían visto los siglos. Llegaba el momento 
en que tos mismos pueblos se daban señor, y en que, aclamando un 
Rey justo y piadoso, iban á colocarse debajo de ta égida de la paz y 
de la ventura. Terminaban ya los tiempos de zozobra y de alarma, 
que, durante dos años, habían nublado el horizonte de la política, y 
pasaban, por fin, cual si hubiesen sido ñiriosas ráfagas de un venda- 
bal violento , aquellas horas de malestar y desconsuelo , de rencores 
y venganzas, que, tras la muerte de D. Martin et Humano^ pusieron 
al borde del abismo sus dilatados reinos. 

Pudo ufanarse la villa de Caspe de consignar en sus anales dia tan 
memorable bajo todos conceptos; pues llenas ^us calles y plazas de 
innumerable gentío , no solo de Aragón , Valencia y Cataluña , sino 
también de Mallorca, Sicilia y Cerdeña, de Castilla, Francia é Italia, 
ofreció y presenció al par un espectáculo imponente y animado, así 



9 Véaso el Apémtíce. 



i>OB LA Real Academia de la HjSTonu. 71 

por la variedad de los trajes nacionales y extranjeros, como por el 
murmullo de tan diversas hablas. 

En una colina cercana al castillo y no distante de la iglesia , cu- 
bierto de paños de seda y oro, y ostentando el escudo real de Ara- 
gón, levantábase un gran cadalso ó estrado dispuesto para los nueve 
varones que acababan de fallar aquel gran pleito: en ambos costados 
debian recibir á los embajadores de los pretendientes , á los síndicos 
y enviados de las ciudades, á los nobles, barones y caballeros otros 
dos tablados ricamente entapizados de brocateles preciosos. Salieron 
los tres alcaides, que habian custodiado el castillo , con cien hombres 
de armas cada uno, cerrando la marcha Martin Martínez de Marcilla, 
que tremolaba el pendón real, colocándose en frente del catafalco que 
iban á ocupar los jueces. A las nueve de la mañana dejaron estos la 
sala del castillo, bajando con grande y lucido acompañamiento á la 
puerta de la iglesia , en donde habia un altar suntuosamente exorna- 
do, delante del cual, y en sitio de mayor preferencia, se sentaron los 
jueces. Velase en medio el arzobispo de Tarragona, teniendo á la de- 
recha á Bonifacio Ferrer, Guillen de Yallseca y Francisco de Aranda, 
y ostentándose á la izquierda Berenguer deBardaxí, Fr. Vicente Fer* 
rer, Bernardo de Gualbcs y Pedro Bellran. Dijola misa, que fué del 
Espfrilu-Santo , el obispo de Huesca; y terminada, subió al pulpito 
San Vicente Ferrer, pronunciando elocuente é inspirado sermón, á 
que sirvieron de tema las palabras del Apocalipsis: Gaudeamus et 
exuUemus et demus gloriam eiy quia venerunt nupticB agni: con aquel 
fuego y unción evangélica que le hacian invencible, con aquella cla- 
ridad y firmeza que le aseguraban el dominio de la muchedumbre, 
explicó Fr. Vicente las excelencias de la fé , y discurriendo después 
sobre el gobierno y paz de los pueblos , vino á considerar los dere- 
chos de cada uno de los pretensores, declarando la justicia, con aue 
habian fallado el negocio de la sucesión , y leyendo , por último , la 
sentencia , que declaraba rey de Aragón á D. Fernando , infante de 
Castilla. 

Al pronunciar este nombre , prorumpieron los circunstantes en ví- 
tores y aclamaciones , poblando el aire de alegres armonías los ins- 
trumentos músicos; y cada vez que San Vicente Ferrer repetía 
el nombre del elegido , exclamaba : / Viva , viva nuestro rey y señor 
¿). Financio/ segundándose esta exclamación por la inmensa multi- 
tud, con lo cual se ponía de manifiesto la afición que habia sabido con- 
quistar el príncipe castellano. Lcvanlaron los alcaides del castillo el 



70 Memorias premiada»^ 

opinó finalmente Guilk'^l^^e Valbeca en el* propio sentido que ef ar^ 
zobispo, añadiendo que tenia por más útil y conveniente la eleccioit 
del conde D. Jaime. Asi por seis votos, en que habia jueces de cada 
reino, quedó elegido soberano de Aragón un principe castellano, aleja- 
dos para siempre de aquella corónalos últimos vástagos'del esforzada 
conde D. WifTredo el Velloso. Al dia siguiente de haberse hecho la 
declaración , extendióse acta * de la misma en presencia de Domingo- 
de la Naja , Guillermo Sacra y Ramón Fivaller, alcaides del castillo de 
Gaspe, sacándose tres diferentes testimFoníos por seis notarios, dos de 
cada reino; testimonios que fueron entregados, uno al arzobispo de 
Tarragona, otro al obispo de Huesca, y otroá Bonifacio Ferrer, con 
objeto de que pudieran custodiarse en los archivos de Cataluña, Ara- 
gón y Valencia. Guardóse en todo secreto, hasta que se acordase el 
dia en que se hiciera pública y solemnemente la proclamación de 
aquella sentencia, que, como hemos ya indicado, no pedia hallar 
modelo , ni debia tener después ninguna copia. 

Señalado el dia de San Pedro para tan peregrina ceremonia , hi- 
ciéronse varios preparativos con objeto de darle toda la magnificen- 
cia y majestad, que realmente exigía, lamas pudo contar el reino de 
Aragón un dia tan memorable como aquel , en que , por fin , veia ter- 
minadas las discordias civiles, y eorria presurosa á Gaspe para oir 
de los labios de varones, tan doctos como virtuosos, la sofucion det 
más ruidoso proceso que habian visto los siglos. Llegaba el momento 
en que los mismos pueblos se daban señor, y en que, aclamando un 
Rey justo y piadoso, iban á colocarse debajo de ta égida de la paz y 
de la ventura. Terminaban ya los tiempos de zozobra y de alarma, 
que, durante dos años, habian nublado el horizonte de la política, y 
pasaban, por fin, cual si hubiesen sido furiosas ráfagas de un venda- 
bal violento, aquellas horas de malestar y desconsuelo, de rencores^ 
y venganzas, que, tras la muerte de D. Martin et Humano ^ pusieron 
al borde del abismo sus dilatados reinos. 

Pudo ufanarse la villa de Gaspe de consignar en sus anales dia tan 
memorable bajo todos conceptos; pues llenas sus calles y plazas de 
innumerable gentío, no solo de Aragón, Valencia y Gataluña, sino 
también de Mallorca, Sicilia y Gerdeña, de Gastilla, Francia é Italia, 
ofreció y presenció al par un espectáculo imponente y animado, así 



9 Véaso el Apéntlíctv 



POB LA Real Academia de la Historia. 71 

por la variedad de los trajes nacionales y extranjeros, como por el 
murmullo de tan diversas hablas. 

En una colína cercana al castillo y no distante de la iglesia , cu- 
bierto de paños de seda y oro, y ostentando el escudo real de Ara- 
gón, levantábase un gran cadalso é estrado dispuesto para los nueve 
varones que acababan de fallar aquel gran pleito: en ambos costados 
debian recibir ¿ los embajadores de los pretendientes , á los síndicos 
y enviados de las ciudades, á los nobles, barones y caballeros otros 
dos tablados ricamente entapizados de brocateles preciosos. Salieron 
los tres alcaides , que hablan custodiado el castillo , con cien hombres 
de armas cada uno, cerrando la marcha Martin Martínez de Marcilla, 
que tremolaba el pendón real, colocándose en frente del catafalco que 
iban á ocupar los jueces. A las nueve de la mañana dejaron estos la 
sala del castillo, bajando con grande y lucido acompañamiento á la 
puerta de la iglesia , en donde habia un altar suntuosamente exorna- 
do, delante del cual, y en sitio de mayor preferencia, se sentaron los 
jueces. Veíase en medio el arzobispo de Tarragona, teniendo á la de- 
recha á Bonifacio Ferrer, Guillen de Yallseca y Francisco de Aranda, 
y ostentándose á la izquierda Berenguer deBardaxí, Fr. Vicente Fer* 
rer, Bernardo de Gualbcs y Pedro Bellran. Dijola misa, que fiíé del 
Espíritu-Santo, el obispo de Huesca; y terminada, subió al pulpito 
San Vicente Ferrer, pronunciando elocuenle é inspirado sermón, á 
que sirvieron de tema las palabras del Apocalipsis: Gaudeamus et 
exuUemus et demus gloriam et, quia venerunt nuptice agni: con aquel 
fuego y unción evangélica que le hacían invencible, con aquella cla- 
ridad y firmeza que le aseguraban el dominio de la muchedumbre, 
explicó Fr. Vicente las excelencias de la fé , y discurriendo después 
sobre el gobierno y paz de los pueblos , vino á considerar los dere- 
chos de cada uno de los pretensores, declarando la justicia, con aue 
habían fallado el negocio de la sucesión , y leyendo , por último , la 
sentencia , que declaraba rey de Aragón á D. Femando , infante de 
Castilla. 

Al pronunciar este nombre, prorumpieron los circunstantes en ví- 
tores y aclamaciones , poblando el aire de alegres armonías los ins- 
trumentos músicos; y cada vez que San Vicente Ferrer repetía 
el nombre del elegido , exclamaba : / Viva , viva nuestro rey y seftor 
D. Fernandol segundándose esta exclamación por la inmensa multi- 
tud, con lo cual se ponía de manifiesto la afición que había sabido con- 
quistar el príncipe castellano. Levantaron los alcaides del castillo el 



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70 MCMOHIAS PREMIADA» 

opinó finalmente Guilk'^e Vallseca en ét propio sentida que ef ar^ 
zobispo, añadiendo qae tenia por más útil y conveniente la eleccioir 
del conde D. Jaime. Asf por seis votos, en que habia jueces de cada 
reino» quedó elegido soberano de Aragón un príncipe castellano, aleja- 
dos para siempre de aquella corónalos últimos vastagos del esforzada 
conde D. Wiffiredo el Velloso. Al dia siguiente de haberse hecho la 
declaración , extendióse acta * de la misma en presencia de Domingo- 
de la Naja , Guillermo Saera y Ramón Fivaller, alcaides del castillo de 
Gaspe, sacándose tres diferentes testinvomos por seis notarios, dos de 
cada reino ; testimonios que fueron entregados, uno al arzobispo de 
Tarragona, otro al <rf)ispo de Fluesca, y otroá Bonifacio Ferrer, co» 
objeto de que pudieran custodiarse en los archivos de Cataluña, Ara- 
gón y Valencia. Guardóse en todo secreto, hasta que se acordase el 
dia en que se hiciera pública y solemnemente la proclamación de 
aquella sentencia, que, como hemos ya indicado, no pedia hallar 
modelo , ni debia tener después ninguna copia. 

Señalado el dia de San Pedro para tan peregrina ceremonia , hi- 
ciéronse varios preparativos con objeto de darle toda la magnificen- 
cia y majestad, que realmente exigía. Jamás pudo contar el reino de 
Aragón un dia tan memorable como aquel , en que , por fin , veia ter- 
minadas tas discordias civiles, y eorria presurosa á Caspk para oir 
de los labios de varones, tan doctos como virtuosos, la sofucion del 
más ruidoso proceso que hablan visto los siglos. Llegaba el momento 
en que los mismos pueblos se daban señor, y en que, aclamando un 
Rey justo y piadoso, iban á colocarse debajo de ta égida de la paz y 
de la ventura. Terminaban ya los tiempos de zozobra y de alarma, 
que, durante dos años, hablan nublado el horizonte de la política, y 
pasaban, por fin, cual si hubiesen sido furiosas ráfagas de un venda- 
bal violento , aquellas horas de malestar y desconsuelo , de rencores 
y venganzas, que, tras la muerte de D. Martin et Humano, pusieron 
al borde del abismo sus dilatados reinos. 

Pudo ufanarse la villa de Gaspe de consignar en sus anales dia tan 
memorable bajo todos conceptos; pues llenas sus calles y plazas de 
innumerable gentío, no solo de Aragón, Valencia y Gataluña, sino 
también de Mallorca, Sicilia y Gerdeña, de Gastilla, Francia é Italia, 
ofreció y presenció al par un espectáculo imponente y animado, así 



9 Véaso el Apéiíilíctív 



POR LA Real Academia de la Historia. 71 

por la variedad de los trajes nacionales y extranjeros, como por el 
murmullo de tan diversas hablas. 

En una colina cercana al castillo y no distante de la iglesia , cu- 
bierto de paños de seda y oro, y ostentando el escudo real de Ara- 
gón, levantábase un gran cadalso ó estrado dispuesto para los nueve 
varones que acababan de fallar aquel gran pleito: en ambos costados 
debian recibir á los embajadores de los pretendientes , á los síndicos 
y enviados de las ciudades, á los nobles, barones y caballeros otros 
dos tablados ricamente entapizados de brocateles preciosos. Salieron 
los tres alcaides, que habian custodiado el castillo , con cien hombres 
de armas cada uno, cerrando la marcha Martin Martinez ie Marcilla, 
que tremolaba el pendón real, colocándose en frente del catafalco que 
iban á ocupar los jueces. A las nueve de la mañana dejaron estos la 
sala del castillo, bajando con grande y lucido acompañamiento á la 
puerta de la iglesia , en donde habia un altar suntuosamente exorna- 
do, delante del cual, y en sitio de mayor preferencia, se sentaron los 
jueces. Velase en medio el arzobispo de Tarragona, teniendo á la de- 
recha á Bonifacio Ferrer, Guillen de Yallseca y Francisco de Aranda, 
y ostentándose á la izquierda Berenguer deBardaxi, Fr. Vicente Fer- 
rer, Bernardo de Gualbes y Pedro Bellran. Dijola misa, que ñiédel 
Esp(rilu-Santo , el obispo de Huesca; y terminada, subió al pulpito 
San Vicente Ferrer, pronunciando elocuente é inspirado sermón, á 
que sirvieron de tema las palabras del Apocalipsis: Gaudeamus et 
exuUemus et demus gloriam ei^ quia venerunt nupticB agni: con aquel 
fuego y unción evangélica que le hacian invencible, con aquella cla- 
ridad y firmeza que le aseguraban el dominio de la muchedumbre, 
explicó Fr. Vicente las excelencias de la fé , y discurriendo después 
sobre el gobierno y paz de los pueblos , vino á considerar los dere- 
chos de cada uno de los pretensores, declarando la justicia, con aue 
habian fallado el negocio de la sucesión , y leyendo , por último , la 
sentencia , que declaraba rey de Aragón á D. Fernando , infante de 
Castilla. 

Al pronunciar este nombre, prorumpieron los circunstantes en ví- 
tores y aclamaciones , poblando cl aire de alegres armonías los ins- 
trumentos músicos; y cada vez que San Vicente Ferrer repetía 
el nombre del elegido, exclamaba: / Fíra, viva nuestro rey y sefior 
¿). Fernafido/ segundándose esta exclamación por la inmensa multi- 
tud, con lo cual se ponia de manifiesto la afición quehabia sabido con- 
quistar el príncipe castellano. Levanlaron los alcaides del castillo el 



8i Memorias premiadas 

Mas no terminemos aquí «ste breve examen, y á las reflexiones 
jurídicas que preceden añadamos algunas consideraciones filosóficas, 
para probar que , una vez dado el primer paso en falso , Ueva todo el 
mismo camino. Ni olvidemos tampoco otros diferentes motivos que al 
par se congregaron para que aquel ruidosísimo pleito fuera fallado en 
contra de un príncipe > á quien , á primera vista , asistía toda razón y 
derecho , siendo para nosotros indudable que , en el curso de aquellos 
acontecimientos ^ cuyo bosquejo queda hecho en los capítulos ante- 
riores, hay algo extraordinario y misterioso , donde claramente se 
descubre la mano de la Providencia. 

Estudiemos, pues, filosóficamente la marcha y resultado de los su- 
cesos políticos que ocurrieron en los Estados de Aragón desde el dia 
31 de mayo de 1410 hasta «1 28 de junio de 1412. 

Jamás pueden las naciones sostener principios de política fijos é in- 
variables. Los principios fundamentales de todas las naciones son 
hollados de continuo, unas veces en favor de los pueblos, otras en fa- 
vor de los monarcas , mas siempre merced ¿ la ambición de un pu- 
ñado de hombres. Y no consideramos aquí la historia de un periodo 
dado , de un reinado , por ejemplo , en una nación cualquiera , sino 
que al hacerlas siguientes reflexiones, tenemos presente las continuas 
pruebas de instabilidad que nos viene dando la humanidad entera 
desde los primitivos tiempos hasta los siglos modernos. No es este, 
sin embargo, lugar á propósito para desarrollar plenamente esta idea; 
pero para testimonio de su exactitud, preguntaremos: ¿Son ciertos, 
invariables , fijos y continuos los principios que llamamos fundamen- 
tales, con que se rigen las naciones? Quizá cada dos ó tres siglos, y 
acaso mucho menos (espacio de tiempo que, para la marcha de la 
humanidad, equivale á breves dias); quizá, decimos, lo que ayer 
sosteníanlos monarcas, hoy pretenden completamente variarlo, loque 
ayer sostenían los pueblos , hoy se empeñan en destruirlo de igual 
manera. Apartando la vista de la* historia europea, frecuente ejemplo 
de la instabilidad de las cosas humanas , y contrayéndonos solo á la 
historia del antiguo reino de Aragón , dos pruebas incontestables se 
ofrecen á nuestros ojos de aquella instabilidad de las instituciones po- 
líticas. En la primera mitad del siglo xiv pretende un rey lo que le 
niega el pue1)lo: lo que negó entonces el pueblo lo acepta y acata en 
los primeros años del siglo xv. Y ¿cuántos trastornos no produjo en 
1547 la pretensión del rey D. Pedro IV, quien , por carecer de hijos, 
quería establecer la sucesión de línea femenina, llamando al trono á 



POR LA Real Academia de la Historia. 83 

su hija doña Constanza? En cambio vemos que en 1412, do obstante 
de existir descendientes de línea masculina , los pueblos proclaman 
en Caspe por rey de Aragón á un vastago de la femenina. Hé aquí, 
pues , dos ejemplos de la instabilidad de los principios fundamentales 
de la política de una nación • 

Mas ¿por qué, si en 1347 los pueblos rechazan la sucesión feme- 
nina» y si de igual modo prefieren y anteponen en 1395 á D. Martin 
el Humano á su sobrina, la hija del rey D. Juan el I, tienen en poco en 
1412 los intereses y derechos de los descendientes varones del esfor- 
zado I>. Wifredo el Velloso^ entregando el cetro real á un hijo de doña 
Leonor de Castilla? Porque así convino ¿ los pueblos. Hé aquí la ra- 
zón suprema de la política , no siempre lógica y consecuente , mas 
siempre atenta á los intereses de actualidad , que eclipsan á menudo 
hasta las mismas leyes de la razón y de la justicia. 

Ya hemos advertido que , demás del derecho por cada cual alega- 
do, atendieron los compromisarios de Caspe al mayor mérito de los 
competidores al trono de Aragón , á las dotes que , poseídas por cada 
uno de ellos , podían , en fin , labrar mejor la felicidad de los pueblos. 
Y, en efecto, mejores resultados debían esperarse de la declaración de 
D. Femando que de la del conde de Urgel. Tenia este magnate en 
contra suya una cualidad personal , de todos conocida , que le hacia 
inferior al principe castellano á vista de la muchedumbre : era D. Jai- 
me natural de los reinos, cuya corona se disputaba, y puesto en evi- 
dencia por sus actos anteriores , había dado á conocer ya su carácter 
¿ los prohombres y ¿ los pueblos de aquellos Estados. Mostrándose 
por demás violento y orgulloso, ya lo hemos dicho y no será mal 
repetirlo, no había reparado en los medios, por ilegítimos y vedados 
que pareciesen, para obtener la corona. Esto fué, pues, considerado 
como fatal augurio de mayores desafueros y extravíos-, luego que el 
poder real cayera en sus manos. En cambio , no siendo D. Femando 
conocido generalmente en Aragón, le precedían por todas partes su 
fama de valeroso y experto caudillo , y su aureola de prudente y con- 
sumado repúblíco, enalteciendo su carácter el nobilísimo ejemplo dado 
por él á la grandeza y pueblo de Castilla. Esta creencia universal, 
esta esperanza fundada , que abrigaron desde luego aquellos pueblos 
sedientos de justicia, debió sin duda brotar en la mente de la mayo- 
ría de los compromisarios , que se inclinaron al voto general , bien que 
no pronunciado claramente , dándole al formularlo cierta manera de 
sanción, que le hacia ya de todos aceptable. 



84 Memorias premiadas 

Mas no parece dudoso que á la muerte de D. Martín el Humano 
ocupaba el conde de Urgel la situación más ventajosa que desear pu- 
diera, para obtener la corona. El bastardo D. Fadríque todavía no 
estaba legitimado: el duque de Gandía, ausente y de edad provecta; 
Luis de Ñapóles y Fernando de Castilla , apartados ambos del teatro 
de los sucesos, daban poco que temer al ambicioso conde. Así se 
juzgaba este (dice Monfar) vencedor de todos, y más aun del infante 
D. Fernando , por quien nadie se mostraba todavía en público. Sola* 
mente los Urreas de Aragón , enemigos personales de D. Jaime , te- 
merosos ó exasperados de su exaltación, hubieran acaso opuesto á 
ella resistencia, declarados ya, como lo estaban, en favor de Luis de 
Ñapóles. Mas para que fueran creciendo los adversarios y ofendidos, 
el dia mismo en que se supo en Barcelona la muerte del rey, se vio 
expuesto el gobernador de Aragón , Gil Ruiz de Liori , uno de los 
principales de aquella parcialidad , á las iras del de Urgel , que habia 
mandado buscarle por todas parles , con orden terminante de darle 
muerte. Pudo aquel noble ponerse en salvo en una nave, que le llevó 
á Peñíscola; mas divulgándose el suceso, y siendo notorios los con- 
sejos que se daban al conde para que tomase insignias y título de rey, 
viéronse precisados los concelleres de Barcelona y otros magnates, 
presididos por Alamany de Cervelldr, á convocar el Parlamento. No 
de otra manera comenzó el mismo D. Jaime á levantar obstáculos 
con sus propias manos á la realización de sus proyectos. 

Quisiéranle por rey los catalanes; mas entrado en camino tan es- 
cabroso y torcido, enojóles su excesiva ambición, no pudiendo con- 
sentir la lealtad y entereza de aquellos naturales , que se arrogase la 
potestad soberana quien no habia recibido legítimamente tal inves- 
tidura. Pudieron así los demás pretensores hacer valer sus derechos; 
y el escandaloso asesinato del arzobispo de Zaragoza , las descubier- 
tas inteligencias con el rey de Granada, y la batalla de Murviedro, 
vinieron á favorecer en gran manera los del infante de Castilla , sin 
que sea lícito repetir, en vista de todo lo expuesto, que la muerte 
del hermano del conde de Urgel influyese en el ánimo de los com- 
promisarios para negarle la corona. Porque sobre haber razones bas- 
tantes para justificar, política y aun legalmente hablando, tan solem- 
ne fallo , nada tuvo que ver en tan lamentable suceso aquel magnate, 
ni hubo tampoco en su tiempo quien abrigase formalmente tan ofen- 
siva sospecha *®. Desgracia fué y resultado del carácter del conde de 

10 Tenia D. Jaime de Urgel un hermano, que falleció antes de la declaración 



POB L.\ Real Academia de la Historia. 85 

Urgel su postergación en tan famosísima y nunca vista demanda , no 
pareciendo sino que la mano de la Providencia, guiando los pueblos 
por entre los terribles escollos que levantan siempre las pasiones, co- 
locaba la corona de Aragón en las sienes de quien debia enaltecerla, 
mostrando asi lo efimero y vano de los deseos y esperanzas de los 
hombres. En el desenlace del gran drama de Caspe bien pueden des- 
cubrir el historiador y el filósofo un premio y un castigo. 

del Compromiso db Caspe, y que, por poseer ciertas baronías, se ha creído que aquel 
magnate le había procurado la muerte. Para confirmar esto, dice Fr. Justiniano 
Antiste en la vida de San Vicente Ferrer , que cuando llevaron al conde preso á 
Castilla en diciembre de 4413, le salió el Santo al camino para darle un aviso cuer- 
do de lo que le convenia, y que, encendido el de Urgel en cólera, le llamó hipó- 
crita y mal hombre, á lo que contestó el Santo: «Vos, conde, sois el mal hombre, 
;)que tal dia matasteis vuestro hermano, y no había Dios de permitir que tan mal 
»hombre, como vos, reinara en Aragón.» Pero bien considerado, carece todo esto 
de fundamento, y, según dice Monfar, no pudo ser, porque el Santo estuvo en Ma- 
llorca desde setiembre de 1413 hasta febrero de 1414, y el conde fué llevado á 10 
de diciembre de 1413 preso á Castilla, pasando por Lérida y Zaragoza. Ademas, ni 
en el proceso criminal que el rey D. Femando mandó formar contra el conde, fun- 
dado en muchas cosas, algunas de ellas fútiles, se habla ni una sola palabra de la 
muerte de su hermano, ni tampoco los autores coetáneos, como Laurencio Valla, 
Garci Alvar de Santa María y otros, que no hubieran podido ignorarlo, ni mucho 
menos lo disimularan, hacen en sus escritos mención alguna de semejante suceso. 
El autor de unos fragmentos de la vida del conde D. Jaime dice , que si esto fuera 
verdad, no lo hubieran disimulado los paheres de Lérida, en unos razonamientos 
que tuvieron con el Rey y el duque de Gandía sobre los sucesos y prisión del conde. 



8G Memorias premiadas 



capítulo VII. 



Publican la declaración de Caspe. — Envíanse embajadores al nuevo monarca.— Cor- 
tes de Zaragoza. — Discurso de D. Fernando. — Reconócenle por rey dos de sus riva- 
les. — Estado político de Gerdeña y Sicilia. — Disgusto de los catalanes. — Resentí-* 
miento de D. Jaime de Aragón. — Generosidad del rey D. Fernando.— Rebelión d#| 
conde de Urgel. — Sitio y rendición de Balaguer. — Proceso del conde. — Yése det* 
amparado de los suyos. — Intercede su esposa, y entrégase al rey D. Fernando. ---Fia. 
de su proceso. — Queda el rey D. Fernando pacífico poseedor del trono* 



Después de dos años y veinte y ocho dias de orfandad oían , por 
fin 9 los pueblos la sentencia que tenia en espectativa á la cristiandad 
entera, y que debia influir grandemente en su futura suerte. Decla- 
róse por rey de Aragón, el dia 28 de junio de 1412, á un príncipe 
castellano, de excelentes prendas y de no escasas virtudes, que, se- 
gún la opinión y conciencia de los compromisarios de Caspe , debia 
labrar la felicidad de aquella rica monarquía . 

Hecha tan importante declaración , que ponía ¿ los pueblos á 
cubierto de los estragos de las guerras civiles , que tantas veces 
amenazó envolverlos, comunicóse inmediatamente al electo don 
Fernando de Castilla, que se hallaba ¿ la sazón en Cuenca, al pontífice 
Benedicto Xin , á los Pariamentos y á las universidades de los reinos. 
Enviáronsele de todas partes comisionados ó embajadores para ha- 
cerle reverencia y darle el parabién del nuevo reinado, no descuidán- 
dose Aragón, que, solícito cual siempre por sus libertades, mandó al 
Justicia y á D. Berenguer de Bardaxf , con el fin de informar al nuevo 
monarca del estado del reino, de sus leyes y costumbres. No anduvo 
menos solícita Cataluña , pues despachó también sus embajadores con 



POR L\ Reai. Academia de la Historia. 87 

el encargo especial de suplicar ¿ D. FerDando, que tuviese ¿ bien res- 
petar sus leyes y estatutos , libertades y privilegios , formar su con- 
sejo de naturales del pais , y no perseguir á los demás competidores 
á la corona , recomendándole particularmente al desafortunado conde 
deUrgeP. Temíase, por parte de los que no se habian mostrado 
adictos al infante de Castilla , que entraría este á gobernar como 
opresor de los demás pretensores , y como conquistador de unos Es- 
tados, en los cuales se habia rechazado la entrada de sus pendones; 
pero pronto se desengañaron , porque aseguró el Rey á sus nuevos 
subditos, qué respetaría sus fueros y privilegios , y recibió con mues- 
tras de afecto hasta á los que habian sido sus más encarnizados ene- 
migos. Acompañado de crecido número de caballeros aragoneses, 
catalanes y valencianos , así como de los síndicos y enviados de varias 
poblaciones, hizo D. Fernando su entrada pública en Zaragoza, en 
medio de las aclamaciones de un pueblo inmenso. No quiso el prín- 
cipe castellano , á quien ya en adelante llamaremos rey, que mediara 
mucho tiempo entre la simple promesa de guardar las libertades del 
reino, y el juramento solemne que debia prestar sobre tan importante 
objeto; y á este fin, no menos que para asegurarse mejor en el tro- 
no, convocó en 5 de agosto del referido año 1412, las Cortes gene- 
rales, que se reunieron en Zaragoza en á5 del propio mes. Allí, bajo 
las bóvedas majestuosas, bellas é imponentes de la antigua iglesia de 
la Seo, veíase reunida toda la nobleza: junto al anciano barón, anti- 
guo servidor de los reyes D. Juan el I y D. Martin el Humano, hallá- 
base el caballero novel , que , al abrirse un nuevo reinado , soñaba en 
nuevas glorías y empresas. Confundidos y mezclados los ricos-hom- 
bres que poco antes dividieron funestos disturbios, no parecía sino que, 
en presencia del noble D. Fernando, se daban el ósculo de paz, re- 
anudando la antigua concordia. Hé aquí las palabras con que el ven- 
cedor de Antequera pidió á las Cortes de Zaragoza que lo jurasen y 
reconociesen por rey, fruto que principalmente deseaba obtener de 
aquellas Cortes. Fieles vasallos: Mostrado aveis vuestra fieldaty et gran 

i A los embajadores catalanes que partieron para el rey, se les encargó en par- 
ticular la intercesión para el conde, con estas palabras: 

«ítem mes, ab aqueiles paraules pus honestes que poran é sens denotar alguna 
»particular afTecció , tant com puxen recomanarán lo compte de Urgcl al senyor 
»Rey, suplicantlo que atieses les grans despeses que lo dit compte ha sostingudes 
»per la questió de la succesíó, ab consell de gran^ doclors, é lo gran dente de sang 
»que ha ab ell, lo vulla haver per rccomcnat.)» 



88 Memorias premiadas 

lealtat, después qtie morió el rey D. Martín ^ mi tío: el ctuil aya buen 
poso. Car fincando el regno en grave turbacionf vosotros temesteys por 
la justicia de vuestro verdadero Rey et Señor ^ non guardando muchos 
damnos et affanes con gran escampament de sangre , et treballo de per- 
sonas^ et turbación de vuestras faziendas que sufriesteys^ entro á que hch 
viesteys nos seyer vuestro Rey et senyor declarado por Justicia. Etassin 
tanta y es estada la fieldat et leáltat vuestra , segund experiencia ha mos^ 
tradOf que non seria, nin es necessario de mandar, nin resgebir vos otra 
jura de fieldat. Mas por quanto fué ó es cosa acostumbrada por los ante- 
cesores nuestros é vuestros, vos avernos clamado á esta present Cort; por- 
que vosotros nos prestedes yénos de vos ayamos el sagrament de fieltat, 
como de buenos et leales vassallos. Et esta es la razón por qué vos ave^ 
mos clamado. Y así se hizo, jurando el monarca el dia 5 de setiem- 
bre guardar los fueros y privilegios, en manos del obispo de Huesca, 
y en presencia de D. Juan Jiménez Gerdan , Justicia de Aragón ; siendo 
después jurado por los brazos y estamentos , como rey y señor natural, 
prestándole- ademas pleito- homenaje , ceremonia que no consta en la 
historia se observase en la jura de ninguno de sus antecesores en el 
trono. 

Dióse en aquel solemne acto notable ejemplo de lealtad y honra- 
dez , presentándose entre los magnates á prestar homenaje al nuevo 
rey dos de los competidores al cetro : tales fueron el duque de Gan- 
día y D. Fadrique de Aragón ; este por el condado de Luna , y aquel 
por el de Ribagorza , mientras el conde de Urgel se disculpaba de 
no poder concurrir bajo pretexto de inesperada dolencia. Notóse tam- 
bién entre los ricos-hombres la falta de D. Antonio de Luna ; y pre- 
sentóse como procurador de la condesa doña Margarita, madre del 
de Urgel, señora de las baronías de Antillon y de Entenza, el caba- 
llero Gispert de Bellmont. Poco duraron estas Gortes ; pues notn- 
brada una comisión permanente de ocho miembros, dos por cada 
uno de los cuatro brazos , para que examinase las cuentas del reino 
y proveyese lo conveniente á la inversión de las rentas públicas, y 
acordado al Rey un servicio de cincuenta mil florines con nombre de 
empréstito, y otros cinco mil para sus gastos, se disolvieron en 15 
de octubre. 

Acababan de atravesar los Estados de la corona de Aragón dos 
años de zozobras, disturbios y desdichas, y mal podia creer D. Fer- 
nando ceñir la diadema en paz completa y con el asentimiento gene- 
ral de todos los competidores y de todos los pueblos. Llamaron desde 



pon LA Real AcADEi^nA de la Histoiua. 80 

luego su alencioQ los asuntos de Gerdeña y Sicilia, reiuos de conti- 
nuo azotados por el huracán de las discordias civiles, y de los cuales 
hemos apartado un momento la vista para contraemos, en lo que nos 
ha sido posible, á las sesiones del Compromiso de Caspe. Hallábase 
todavía la primera de aquellas dos islas agitada por la ambición del 
vizconde de Narbona, y reinaba en esta la más desatada anarquía, 
siguiendo unos á la reina doña Blanca , otros al conde de Módica, 
Bernardo de Cabrera, y proclamando los más al bastardo D. Fadri- 
que de Aragón , conde de Luna , ganosos de recobrar su independen- 
cia. Pero las acertadas y prudentes disposiciones del nuevo soberano 
de Aragón restablecieron bien pronto la calma, quedando su nombre 
respetado en aquellos turbulentos paises. 

No sucedió lo mismo eu el principado de Cataluña. A pesar de 
mostrarse el nuevo monarca afecto á las antiguas leyes que reglan 
á sus moradores ; á pesar de entrar desde luego por el camino de la 
piedad , de la justicia y de la prudencia en todos sus actos , no falta- 
ban catalanes que vieran con sentimiento la anulación de la línea 
masculina de sus príncipes, mostrándose algún tanto lastimados de 
la declaración de Caspe. Reducían á la memoria los curiosos de la 
antigüedad, dice Zurita, haber entrado en la posesión de aquellos Es- 
tados no sucediendo por linea de varón de los condes de Barcelona , lo 
que no se habia visto desde el tiempo del primer WifredOy y habiendo 
cuatro que descendían de él Últimamente y sin haber faltado varón. 
Pero quien hubo de quedar verdaderamente resentido é irritado fué 
D. Jaime de Aragón , y más todavía su orgullosa madre , que vio 
desvanecidos con aquel terrible golpe todos sus sueños de poderío y 
de suprema grandeza. En balde el Parlamento mismo de Cataluña, 
valiéndose de mensajeros aceptos al D. Jaime , y aun añcionados á 
su causa, procuró persuadirle de que hiciese acatamiento al nuevo 
soberano ; en balde se allanaba D. Fernando á indemnizarle de los 
perjuicios que habia sufrido y de los gastos que habia hecho para 
sustentar sus pretensiones al trono aragonés, gastos que dejaron 
arruinados sus Estados : obstmado el conde en no reconocer por rey 
al infante, al propio tiempo que esquivaba el darle obediencia, procu- 
raba escogitar medios bastante poderosos á arrebatarle la corona. 

No eran ignoradas del rey D. Fernando, ni las hostiles excusas 
del conde, ni la actitud belicosa que tomó á poco este magnate; y 
teniendo por más cuerdo el desbaratar desde luego sus planes que el 
dejar que tomaran peligroso incremento, determinó someterle por la 



90 Memorfas premiadas 

fuerza , pasando ¿ Lérida con dos mil hombres de armas castellanos, 
aguerridos todos en las campañas contra los moros de Antequera, 
Setenil y Zahara. Acaudillaban estas tropas aquellos famosos capita- 
nes y magnates de Castilla, que tantos laureles habian alcanzado 
bajo el pendón de D. Femando. El almirante Alfonso Enriquez, Diego 
Fernandez de Quiñones, Garci Fernandez Sarmiento, y otros mu- 
chos, acompañaron al rey, preparándose todos para nuevas empre- 
sas, cuando tan poco tiempo habia trascurrido de descanso desde 
las últimas lides. «Entrando en Cataluña, dice un antiguo historia- 
»dor, mandó el Rey que mil lanzas fuesen á hacer guerra á los lu- 
»gares, que tenia el conde en las riberas de Segre y Sió, é iban por 
o capitanes Alvaro de Avila, camarero mayor del rey de Castilla, y 
»su mariscal Pedro Nuñez de Guzman, su copero mayor, Ferran Gu- 
stierrez de Vega, Blasco Fernandez de Heredia, gobernador de Ara^ 
»gon, y Juan Femaudez de Heredia ; y corrieron toda la comarca de 
»Balaguer, que es toda muy buena de campear por su gran llanura:, 
«tomaron cuatro lugares del conde, y después se fueron á juntar con 
•el Rey á una legua de Lérida, quien fué recibido en aquella ciudad 
»muy solemnemente, con gran alegría, juegos y fiestas.» 

Contemplando el nublado que sobre él se levantaba , bien que sólo 
con objeto de ganar tiempo , envió entre tanto el conde de Urgel sus 
mensajeros al Rey para que le prestasen fidelidad en su nombre, 
como lo hicieron solemnemente en la catedral de Lérida. Mas des- 
pachados por D. Fernando nuevos embajadores á fin de que ratificase 
y confirmase D. Jaime el juramento, negóse ¿ verificarlo , publicando 
al par que iba á Inglaterra con ánimo de concertar el matrimonio de 
su hija con un hijo de su amigo y aliado el duque de Clarenza. Disi- 
muló el Rey tamaña ofensa y desacato, merced á los ruegos de 
muchos barones aragoneses y castellanos , que intercedian por el 
conde , como por hombre principal y deudo del monarca ; y aun 
accedia este , deseoso de la paz , á que uno de sus hijos diera la 
mano á la hija única del rebelde magnate, despidiendo ademas, 
como lo hizo , las compañías castellanas que tenia á su servicio para 
atraerle á buen sendero; pero exasperado más cada dia, pagaba 
D. Jaime estas muestras de consideración, debidas á su cuna, con 
ingrato comportamiento , si bien, como en la conducta observada 
durante su pretensión á la corona , no era suya toda la culpa de sus 
desconcertadas acciones. 

Instigábanle, en efecto, no sólo con torcidos consejos que encen* 



POR LA Real Agademlv de la Historia. 91 

dian su inmoderado deseo de ceñir la corona , el turbulento D. Anto- 
nio de Luna y otros caudillos de su parcialidad, é instábale sobre 
todos la condesa doña Margarita , su madre , para que menospre- 
ciando las ofertas del Rey, saliera desde luego ¿ campaña. «Quiso 
»la condesa, dice Monfar, que su hijo pusiera aquel negocio en las 
1» armas, animándole valerosamente y más de lo que su sexo le per- 
» mitia : representábale el valor de sus pasados , los condes de Urgel, 
»que en las ocasiones que fueron perjudicados en sus preeminencias 
«y prerogatívas resistieron valerosamente á los reyes, hasta morir ó 
» tomar enmienda de aquello que les habia sido quitado... que si él 
»se ponia una vez en campaña, muchos de los más poderosos de la 
«corona se hablan de declarar por él, favoreciéndole con todas sus 
«fuerzas y poder ; que juntado con las compañías de gascones é in- 
•gleses que aguardaba de cada dia, haría un poderoso y grande 
«ejército contra el Rey, sin hacer caso de las gentes forasteras que 
«habia metido en Cataluña, que estaban ya descontentos, y él tan 
«imposibilitado de sustentarlas, que en breve se habia de volver ; y 
«más que en -Aragón, donde al principio eran recibidos de buena 
«gana, ahora eran tan aborrecidos, que no habia quien los pudiese 
«sufrir, por ser gente soberbia y arrogante, que por tener el rey de 
«su nación tomaban más atrevimiento y osadía que de antes, y todos 
«deseaban sacudirse el pesado yugo de ellos ; y que le valiera más y 
«ganara más renombre el morir en defensa de su justicia y reino, que 
«no dejarlo en manos del infante ; y que habia de ser rey ó nada, y 
«estaba repitiendo de continuo y diciéndole : Ful y ó rey ó no res *. 
«Enojábase contra él por verle algo considerado en meterse en aquella 
«empresa, y tratábale con palabras pesadas y descorteses , abusando 
«de la licencia de madre, como si fuera el conde hombre villano, 
«debiendo ella, si fuera cuerda y sabia, reprimir sus ímpetus y fogo- 
«sidades desordenadas, y desterrar del rededor de él consejeros vio- 
« lentos y malos, y más á D. Antonio de Luna, que estaba perdido y 
«acabado , y solo hallaba remedio con la empresa del conde.» 

Mientras con tales consejos é importunaciones crecian el ánimo 
ambicioso y la bravura de D. Jaime, pasaba el rey D. Fernando á 
Tortosa, á ñn de tener vistas con el papa Benedicto XIQ, que le con- 
cedió las investiduras del reino de Sicilia y del dominio feudal de las 
islas de Gerdeña y de Córcega, y trasladábase después á Barcelona, 

2 «Hijo, ó rey ó nada.» 



92 Memorias piifiíiiADAS 

para cuya ciudad había convocado Cortes. Juró en ellas guardar los 
fueros y franquicias catalanas, á pesar de haberlo hecho ya en Léri - 
da; y aun repitió el juramento de nuevo, para que depuesto todo re- 
calo por los naturales de Cataluña, le prestasen homenaje como á tal 
conde de Barcelona. 

Venció en breve D. Fernando toda repugnancia, siendo tan magná- 
nimo su comportamiento, que se captó fácilmente la voluntad de 
grandes y pequeños. Y no contribuyó poco á este resultado su gene- 
rosidad respecto del urgelitano conde, otorgándole en estas Cortes la 
mano del infante D. Enrique, maestre de Santiago, para su hija, pe* 
ticion que, mudado parecer, le hacia ahora con solemne embajada « 
Mostró así el nuevo rey que ningún sacrificio perdonaba para lograr 
la reconciliación y la paz apetecidas; y á fin de completar la obra de 
su magnificencia, dio á su hijo el ducado de Montblanch para unirlo 
al condado de Urgel, é indemnizando las quiebras del conde con cin- 
cuenta mil florines, señalaba dos mil á la condesa doña Margarita, 
su madre, atendiendo á su más decorosa subsistencia. Pero lejos de 
aceptar D. Jaime con la sinceridad debida tan señaladas mercedes, 
volviendo al tortuoso camino en que le hablan empeñado sus sinies- 
tros consejeros, pagábalas con la ingratitud más negra. Desprendién- 
dose de sus más ricas joyas, poníalas este desatentado procer en 
])oder de D. Antonio de Luna y otros caudillos de su bando, para que 
reclutasen en Francia algunos soldados: impetrando al par el auxilio 
del rey de Navarra Carlos el NoblSy fortificaba sus castillos, y confe* 
derábase con el duque de Clarenza, hijo segundo del rey D. Enrique IV 
de Inglaterra, á quien informaban y aseguraban los parciales del con- 
de ser innegable el derecho que le asistía para ceñir la corona arago- 
nesa. Movían guerra en Aragón y Cataluña otros de sus más tenaces 
partidarios, apoderándosele algunas fortalezas, y hasta llegando, no 
sin descabellada osadía, á combatir á Lérida, guiados por el mismo 
conde y Berenguer de Fluviá, valeroso capitán de su casa. Alenta- 
ban en secreto á D. Jaime para estas empresas algunos magnates y 
barones, que si bien no se declaraban por él desde luego, le ofrecían 
su obediencia para cuando le fuesen prósperos los sucesos de las ar- 
mas, ó lo que es lo mismo, para cuando le diese la fuerza aquella 
misma corona , que la justicia había entregado á D. Fernando. Has 
aunque no contara el conde con más tropas que sus propias gentes y la 
allegadiza de D. Antonio de Luna, salió á mano armada por villas y 
aldeas, con apellido de guerra, tomando segunda vez el nombre de 



POR LA Real Academia de la Historia. 95 

rey , y dando ea consecueDcia sus parciales el grito de / Viva don 
Jaime, rey de Aragón! ¡Aragón y D. Jaime!/ No podía, pues, mos- 
trarse más i ias claras la rebelión de aquel magnate. 

Sabida por D. Fernando tan punible conducta, juzgó oportuno, an- 
tes de acudir al castigo del hierro, instruir contra el conde proceso 
ante las Cortes de Barcelona, considerándole como reo de lesa ma- 
jestad, no sin haber antes consultado varias veces á los principales 
prelados y magnates de sus nuevos reinos. Conforme halló el rey el 
parecer de todos, aun de los que se tenian por adictos á D. Jaime, y 
seguro ya de la universal condenación de su proceder, resolvió, aca- 
badas las Cortes , salir en persona á hacerle la guerra. 

Recibia entre tanto el partido del conde fatales golpes. Con la 
muerte de Enrique IV de higlaterra, ocurrida por aquellos dias, las 
tropas inglesas que mandaba en Francia el duque de Clarenza , reti- 
ráronse á aquel reino, faltando con ellas el principal apoyo al de Ur- 
gel y á su acérrimo defensor D. Antonio de Luna. Unidas á las ara- 
gonesas las compañías castellanas , hallaron varias partidas de los 
parciales del conde, entre Alcolea y CaslellfolUt ; y acometiéndolas 
denodadamente^ huyeron desbandados los extranjeros que hablan en- 
trado en Aragón en ayuda de D. Antonio, siendo destrozados los que 
osaron hacerles frente. Semejante derrota quitó á los aliados de don 
Jaime la fuerza moral , con que imponían á los naturales, pues que 
vieron estos que no eran invencibles, como creían, los ingleses y 
gascones, que seguían el pendón del magnate sedicioso. 

No tardó mucho el monarca aragonés en ponerse delante de Bala- 
guer, donde con grande imprudencia se habia encerrado el conde, si- 
guiendo los desdichados consejos de su iracunda madre, que impri- 
mían á todos sus actos, lo mismo que los del Luna , el sello del des- 
acierto. Recibió D. Jaime la intimación de entregar sus villas y Esta- 
dos, que le hizo el gobernador de Cataluña por orden de D.Fernando; 
pero la contestación fué disparar algunas saetas á los que desde fue- 
ra de los muros desempeñaban aquel encargo. Habia llegado el día 
5 de agosto (1413) á las puertas de Balaguer el nuevo soberano, y 
reconocido el sitio, se asentaron las tiendas de su mesnada en un cer- 
ro alto que está ala izquierda de la otra parte de la ciudad, posición 
ventajosa para emprender el sitio. Fortificaron el real con un palen- 
que para prevenir las salidas de los sitiados, que según se aseguraba 
estaban dispuestos á tentar fortuna en el campo; bien que todo se re- 
dujo á varias tentativas de los ballesteros de D. Jaime, rechazados 






94 Memorias premiadas 

siempre con valor por el duque de Gandía, que aunque pretensor, 
como el de Urgel, á la corona, jurado ya el monarca, habla acudido 
al ejército real con trescientas lanzas escogidas y bien ordenadas. En 
los otros dos costados de la ciudad tenian sus tiendas el adelantado 
mayor de Castilla , con seiscientas lanzas', y Bernardo de Centelles, 
Gil Ruiz de Liori , el mariscal Alvaro de Avila y Pedro Alonso de 
Escalante, con setecientos hombres de armas. 

Tan luego como estuvieron hechos todos los preparativos para apre* 
tar el sitio, hizo jugar el rey contra la ciudad rebelde grandes y enor- 
mes máquinas de batir, que lanzaban piedras de un peso extraordi- 
nario, hundiendo, al caer, techos y paredes de los edificios, y cau- 
sando entre los sitiados terrible destrozo. No por*eso, y sin embargo 
de salirse continuamente de la ciudad barones y soldados ( merced al 
indulto publicado), abandonando al desdichado D. Jaime, los pocos 
que le quedaban afectos dejaban de mostrarse desde los muros y en 
las sorpresas ó rebatos como leones embravecidos. Ni la continua 
pelea , ni la constante alarma de noche y de día , bastaban para ren- 
dir á los sitiados, ni para cansar á los sitiadores. El conde, confiado 
en socorros extranjeros , y altanero más que nunca , presentábase en 
los sitios de mayor peligro , animaba con la voz y con el ejemplo á 
sus soldados , y daba pruebas inequívocas de que , si le faltaba con- 
sejo, no carecía del ánimo y valor de sus mayores. Retraídos, sin 
embargo, los príncipes ingleses y franceses, que le prometieran su 
amistad y su ayuda , no sólo se negaron á segundar sus esfuerzos, 
sino que enviaron , por el contrario , al campo del rey sus embajado- 
res para confederarse con la casa de Aragón , como lo hicieron , el 
duque de Yorck , el rey Carlos VI y el delfin de Francia. Así los sitia- 
dores, robustecidos moralmente y refrescados de continuo con nuevas 
fuerzas, podían reponer las pérdidas á cada instante, y alternar en 
las fatigas con menor cansancio; mientras que Balaguer no recibía 
un solo soldado de socorro, que viniese á dar algún descanso á los 
ballesteros del conde. Desfallecidos por la falta de alimento, y rendi- 
dos á la continua fatiga, decayó poco á poco el ánimo de los sitiados, 
propagándose el desaliento al mismo conde , á quien burló el no espe- 
rado comportamiento de sus aliados. D. Antonio de Luna , recogido 
y bien pertrechado en su castillo de Loharre, esperaba el desenlace 
de aquel drama , sin querer acercarse á la ciudad sitiada , por miedo 
de caer en las manos de D. Fernando; en tanto que procuraba este 
combatirla con cuantos medios había inventado el arte de la guerra 



POR LA Real Academia de la Historia. 95 

en aquellos tiempos. Refundíanse en el mismo campo sitiador las lom* 
bardas que se inutilizaban en el servicio; fabricábase la pólvora, y 
construíanse los castillos de madera , que debían arrimarse á la ciu- 
dad en el momento del asalto'. Pero no fué necesario llegar á tal ex- 
tremo : apretado el sitio con toda clase de máquinas é instrumentos 
bélicos; rodeada la ciudad por crecido número de gruesos trabucos 
y lombardas , cuyas piedras y pelotas de hierro sembraban la muerte 
entre los sitiados ; falto ya el de Urgel de soldados y de servidores; 
sin recurso ni esperanza alguna , iba á arrimarse al muro una enor- 
me torre de madera llena de ballesteros, que debían descolgarse den- 
tro de la plaza por medio de escalas , cuando el 27 de* octubre atra- 
vesó el puente la esposa del malhadado conde , acompañada sólo de 
dos doncellas, pidiendo ser presentada al rey^ para impetrar el perdón 
tota] de D. Jaime. No quiso recibirla D. Fernando hasta el día 29, en 
que , acompañada del obispo de Malta y del provisor ordinario del 
obispado de Balaguer, con lágrimas en los ojos y puesta de rodillas, 
solo pudo recabar del rey la vida de su (parido, exigiendo el ofendido 
monarca que se pusiese el conde en sus manos sin condición alguna, 
reconociendo y confesando su culpa. Así sucedió en efecto *, y aquel 

3 La Crónica de D: Juan U de Castilla , y la Historia de los cotides de Urgel, es- 
crita por Monfar, dan curiosos y detenidos detalles de este sitio. 

4 «El día siguiente, que fué martes, á 31 de octubre, sucedió en la ciudad de 
))Balaguer un auto y ceremonia muy triste y lastimoso, y fué el despedirse el conde 
»de su mujer, madre, hijas, hermanas y vasallos, con pensamiento de nunca más 
»les ver ni poderse consolar con ellos; y siguiendo una ceremonia antigua, liabia 
nmucbos dias no se habia cortado el cabello, ni barba, y decía no habérsela de qui- 
ntar hasta verse rey ó nada, quo esta era la persuasión ordinaria de la condesa, su 
»madre, que siempre le estaba diciendo en catalán: Ft7/, ó rey ó no res; y como ha- 
»bia llegado á tiempo que no era nada, se lo quiso quitar en público. Salió este dia 
»á la plaza mayor de Balaguer, que llaman el Mercadal, y mandó venir un barbero, 
sy estando todos los de la ciudad presentes, les dijo: — Yo, viendo vuestra gran leal- 
»tad y Gdelidad, y por el amor grande que siempre os he tenido, no quiero ver esta 
»ciudad entrada, ni ¿ vosotros y á vuestras familias y haciendas maltratadas; y así 
Dme quiero meter á mí y á mi hacienda en poder del rey y á la merced suya; y 
»porque yo habia hecho voto de no quitarme la barba hasta verme rey ó nada, y sé 
»que soy y seré nada, y queda mi voto cumplido, por esto, antes de salir de esta ciu- 
»dad, me la quiero quitar, y os agradezco á todos lo que por mí habéis hecho en 
»este cerco y padecido-; y, dicho esto, el barbero le quitó la barba y cabello en me- 
»dio de la plaza. — Movióse en la plaza de Balaguer un lloro y gemido tan grande, 
»que lo sintieron del real, y aun sospecharon alguna novedad ; y aunque habia algu- 
))nos que decian que no debía rendirse, sino que se defendiese, que todos le val- 



96 MlilMORIAS PUEMIADAS 

D. Jaime de Aragón , dice un historiador, «antes tan pretencioso y 
«altivo, saiió humildemente de Balaguer (31 de octubre de 1415), y, 
«arrodillado ante el rey D. Femando, ¿ presencia de todo el ejército, 
»le besó la mano y le dijo: — Señor, yo vos demando misericordia» y 
»pídovos por merced que vos membredes del linaje donde yo vengo. 
» — ^Yo vos perdoné, le contestó el Rey, y ove de vos misericordia, 
» cuando vos otorgué quanto me demandastes i é agora por mego de 
» la infanta, mitia, vos perdoné, que mereciades la muerte por los 
«yerros que habfades fecho; é asseguro vuestros miembros, é que 
»non seades desterrado de los mis regnos.» Y mandóle levantar, en- 
cargando á Pedro Hernández de Guzman lo llevase consigo á su po- 
sada, desde donde fué conducido á una torre de Lérida, y de allf á 
Zaragoza y á Castilla , acabando trágicamente sus dias en Játiva des- 
pués de diez y siete años de penoso cautiverio ^. 

Hizo el rey su entrada pública en Balaguer con gran solemnidad, 
y, visitado el castillo, armó ochenta caballeros castellanos y arago- 

»driaii con la espada en la mano, y que no perdería la libertad, sino con la. vida; 
»pero el condeno hizo caso de estos ofrecimientos, porque ni puestos en ejecución, 
»le podían ser de provecho. Solo les dijo, después de cortada la barba y cabello: 
x> — Hombres buenos, yo os encomiendo mi mujer, madre, hijas y hermanas: cuidad 
»de ellas, que de mí no hay que hacer, que estoy acabado y perdido sin remedio. 
» — ^Y aquí se volvió á despedir de la infanta, hijas, madre y hermanas, y salió por la 
«puerta que sube á Almata, que está debajo del castillo , con harto pesar y tristeza 
nde todos los suyos. Llevaba consigo la carta de la confederación que había hecho 
»con el duque de Glarenza, y la dio á un criado suyo, llamado Pedro Mirón , valen- 
)>ciano, y se la encomendó muy apretadamente, encargándole la guardase y diese, 
vcuando le fuese pedida. Salieron con él el obispo de Malta y el duque de Gandía, y, 
Dsubido en una muía pequeña, salió de la ciudad, siguiéndole la infanta y dos hijas 
»suyas ; y apenas había atravesado los umbrales de la puerta , que luego salieron 
nveinte y cinco ó treinta soldados castellanos, que le tomaron en medio, atropellan- 
)>do á la infanta é hijas suyas, y los de la ciudad luego cerraron la puerta, y de esta 
«manera lo llevaron á la tienda del rey. — Era víspera de Todos Santos, y el rey había 
«mandado poner su sitial en una sala; pero como concurrían tantos á este espec- 
»táculo, lo mandó sacar fuera en el campo, á vista de todo el real, y alto.» (Mox- 
par: Historia de los condes de UrgeL) 

5 El rey, como dice el cronista, habla, sin embargo, ofrecido al conde que no 
seria extrañado de sus tierras. Así consta también por una carta de D. Fernando, 
escrita á su primogénito desde Balaguer el día 31 de octubre de 4413, en que dice le 
perdonó exili perpetual de nostres regnes é Ierres. Se conserva en el Archivo de la 
corona de Aragón. En otra carta que, á 20 de noviembre del mismo año, escribió 
1). Fernando á San Vicente Ferrer, consta lo mismo. La trae Diago en su Historia 
de la Orden de Predicadores , lib. U, cap. LXÍII. 



POR LA RfiAL Academia de la Historia. D7 

neses de la orden de la Jarra y del Grifo» que él había restablecido; 
despachó á Castilla parte de las tropas , y se eacaminó victorioso á 
Lérida, en donde mandó. llevar á cabo el proceso contra D. Jaime. 
Por los varios cargos que se hicieron ¿ este magnate , se le sen- 
tenció ¿ prisión perpetua, confiscando todos sus Estados y bienes á 
favor de la corona ; secuestro en que entraron asimismo los bienes de 
la condesa, su madre, doña Margarita de Monferrat, que tanta parte 
liabia tenido en la rebelión del malhadado conde. Entre tanto reducíase 
¿ la obediencia del monarca aragonés el castillo de Loharre , último 
asilo de los rebeldes, salvándose en la fuga D. Antonio de Luna, que, 
sabedor de la malquerencia con que el rey le veia desde el asesinato 
del arzobispo de Zaragoza , antepuso el arrastrar una vida errante en 
paises extraños á vivir aherrojado en alguna fortaleza del reino de 
Aragón , ó tal vez expiar en un cadalso el crimen que de público se 
le achacaba. 

No otro fin tuvieron la triste pretensión y la rebeldía del conde de Urgel, 
malograda la primera más bien por falta de cordura que de derecho, 
y castigada la segunda con el triunfo de Balaguer, que aseguró al 
rey D. Femando la quieta posesión de sus nuevos Estados , donde lo- 
graba consolidar de dia en dia la paz, de todos deseada, por medio 
de una administración justa y severa. En enero de 1414 congregaba 
el rey en Zaragoza Cortes generales , y en ellas se coronaba y con- 
sagraba solemnemente , invistiendo á su primogénito con el título de 
principe de Gerona ; y armando por su mano á muchos caballeros, 
después de celebrar con su asistencia vistosa justa de armas , dio 
á la nobleza espléndidos saraos y banquetes ^ 

No es de nuestro propósito el pasar más adelante en el relato de los 
sucesos que siguieron al célebre Compromiso de Gaspe , porque cree- 
mos haber llenado hasta aquí, en cuanto nos ha sido posible, los de- 
seos de la Real Academia de la Historia. Sin embargo, debemos repetir 
que la declaración del Compromiso de Caspe correspondió acertada- 
mente á las necesidades de los pueblos, y satisfizo los deseos de los 
subditos de la opulenta corona de Aragón ; porque las v'uludf s del 
rey D. Fernando I, el de Antequera ^ levantaron la monarquía á un 
estado de esplendor , que sólo de vez en cuando nos presentan los 
anales del mundo. Con su política, verdaderamente sabia y morige- 
rada, sosegó las turbulencias de los bandos, afirmó la religión, enal- 
teció la justicia, enriqueció las artes y el comercio, aumentó la ma- 

6 Véase la ilustración del Apéndice que dedicamos á estas fiestas. 

i3 



98 Mbuorias premiabas 

riaa y dejó señalada á sus sucesores la via que conduce al templo de 
la gloria. Eq el interior de su palacio supo ser tan buen rey> como lo 
filé en cada uno de sus diferentes Estados : era liberal sin ser pródi*- 
go y clemente sin faltar á la justicia , modesto sin hollar la gravedad 
del cetro. Jamás remitió á la espada lo que la razón lograba , porque 
primero obró en él la moderación y la entereza , que la venganza de 
las ofensas; y, si obedeció alguna vez ¿ la necesidad , nunca derramó 
con efusión la sangre. Gobernó por sí sus Estados , sin permitir á sus 
ricos-hombres é infanzones que se atrevieran á fa real dignidad, pues 
de ellos solo quiso recibir consejos. Amante del decoro de la corona, 
no le ensoberbeció su brillo; y en tratándose de los verdaderos privi- 
legios del pueblo , conocía su justicia y los acataba , siguiendo el 
ejemplo de sus predecesores. Fué , en fin , monarca fuerte y experi- 
mentado en la guerra; previsor, cuidadoso y discreto en la paz, ca** 
brando, bajo su piadoso reinado, las ciencias y las letras nuevo vigor 
y aliento. Modelo de padres y de reyes, legó á su hijo, Alfonso el V, 
aquel espíritu de ilustración y de grandeza, que le conquistaron en 
el suelo de Italia los envidiables títulos de el Sabio y el Magnánimo. 

Hé aquí por qué un historiador moderno le retrata con las siguien- 
tes palabras: 

«Todos los escritores contemporáneos han hecho justicia á las gran- 
Ddes virtudes de D. Femando I de Aragón , el de Aníequera. Franco 
j»y benéfico para todos, aunque inflexible y severo en el castigo de los 
«crimenes contra el Estado ; templado , sobrio , morigerado en sus 
]> costumbres , religioso sin fanatismo , amante de la justicia, intrépido 
» y valeroso en la guerra , y, sin embargo , amigo de la paz , general 
«entendido y conquistador afortunado, laborioso é infatigable en los 
•negocios del gobierno: tal era el principe que, el derecho de suce- 
ttsion y la voluntad del pueblo aragonés, habían llevado de Castilla á 
» Aragón, y mereció los renombres de el Honesto y el Justo \9 

7 Historia de España, por D. Modesto Lafuente. Los hijos de D. Fernando y de 
doña Leonor de Alburquerque, su esposa {la rico-hembra de CastiUa), fneron: 
i.; D. Alfonso, qu^ le sucedió en el reino de Aragón: 2.% D. Juan, señor de Lara, 
duque de PeñaGely de Montblanch, gobernador de Sicilia: 3.®, D. Enrique, maes- 
tre de Santiago y conde de Alburquerque : 4/, D. Sancho, maestre de Galatrava y 
Alcántara: 5.% D. Pedro, que fué duque de Notho, en Italia: 6.% doña María, que 
casó con suprimo el rey D. Juan H de Castilla: 7.*, doña Leonor, que fué más ade- 
lante esposa de D. Duarte de Portugal. (Flores, Reinas católicas, tomo H.— Bofa- 
RULL, Condes de Barcelona vindicados, tomo 11.) 



POR LA Rbal Academia de la Historia. 09 



CAPITULO Vffl. 



Juicio critico del Compromiso de Caspe, y de sus 
consecuencias en Aragón y en Castilla. 



Resumen general y singularidad del Compromiso de Caspb.— Ventajosos resultados 
del mismo.— Pacificación de las proyincias aragonesas.— Consolidación del orden pú- 
blico.— Engrandecimiento de la corona de Aragón por la dinasUa castellana. — Glo- 
rías militares; comercio; industria; navegación. — Mayor comunicación de los sub- 
ditos de los reinos de Aragón y Castilla ; prepárase en parte la modificación de los 
usos y costumbres. — Alianzas de los príncipes de ambos reinos. — Echanse los funda- 
mentos á la gran monarquía española. • 



«Jamás pueblo alguno, dice un historiador moderno, mostró una 
A moderación, una sensatez y una cordura comparables á la del reino de 
«Aragón, cuando vacó sin sucesión cierta la corona... El Compromiso de 
» Gaspecs una de las páginas más honrosas de aquel magnánimo pueblo.» 
Y, en verdad, a&adimos nosotros, que cuando los pueblos muestran se- 
mejante sensatez , moderación y cordura en medio de violentas y agi- 
das pasiones , rodeados de exigencias ambiciosas, conmo\ídos por 
tan sangrientos disturbios civiles ; sin monarca que dé forma alguna al 
gobierno; sin prelado universal que aplaque los odios de los bandos, 
y afligidos , por último , del azote de la más cruda epidemia ; dignos 
parecen de ser presentados á la contemplación de la humanidad en- 
tera cual perfectos modelos de virtud, de templanza y de prudencia. 
Ni ¿ qué otra cosa puede decirse de un Estado, compuesto de provin- 



iOO Memorias hiebiiAdas 

cias no poco desemejantes en sus tradiciones , lenguas y cos- 
tumbres, que 9 sobreponiéndose á los intereses del momento, logre 
poner á raya todas las ambiciones exageradas , y, restableciendo el 
imperio de la ley, dé cabo á la empresa más alta y memorable » que 
registra en sus anales la historia de la Península ibérica? 

Ejemplo es este que llena de noble satisfacción á todo amante de 
las glorias de su patria, siendo uno de los timbres más esclarecidos 
del magnánimo pueblo aragonés. Este pueblo afortunado , que en la 
edad media, cuando hundidas aun la mayor parte de las naciones en 
mísero letargo, da ya claras señales de adelantada cultura; este pue- 
blo que , á pesar de la barbarie que respiraba la vida política de 
aquellos siglos, sabe ya en los primeros años del xv evitar la diso- 
lución social que le amenaza, por medios sensatos y tan colmados 
de virtud que rayan en el heroísmo; este pueblo , decimos, merece 
el más alto respeto por parte de los tiempos modernos, en que, bla- 
sonando de civilización, ni respetamos la ley, ni admiramos las vir- 
tudes, ni remitimos á la justicia el fallo de nuestras más graves di- 
ferencias políticas ; y, sin embargo, el pueblo aragonés, en una edad 
en que la fuerza decide todas las querellas , en un siglo en que el 
hierro y no la razón predomina, decidiendo la suerte de los imperios, 
da al mundo ejemplo sublime de sabiduría, moderación y templanza 
en la más crítica situación en que se halló jamás nación alguna. 

En efecto, no solo hablan conturbado á la sociedad aragonesa los 
peligros inminentes de una guerra civil, principio y causa de la de- 
solación de los imperios, conforme nos enseña la voz del Divino Maes- 
tro; no solo afligia y diezmaba la peste sus poblaciones , llevando el 
terror de una á otra parte de la monarquía; no solo, en fin, inquieta- 
ba las conciencias largo y escandaloso cisma, acogido á los dominios 
de Aragón Benedicto XIU, saludado por los cardenales italianos con 
el título de Anti-Papa, sino que agitada la nave del Estado por con- 
trarios intereses, se habia visto con frecuencia expuesta á zozobrar 
en aquel lastimoso interregno. Ni era pequeña parte á producir este 
resultado la variedad de constituciones, de leyes y de costumbres de 
las diferentes provincias que formaban aquella múltiple nación , á lo 
cual se agregaban también los inveterados rencores de familia, las 
rivalidades de los advenedizos y las ambiciones de todos. Y cuando 
al morir D. Martin el Humano parecían dormir , no extinguidas por 
los hábitos de la paz, tantas enemistades y encubiertas ojerizas, fer- 
mentó de pronto la mala levadura, dividiéndose el reino en tantos 



POR LA Real Agademu de la Historia. 101 

partidos como pretensores túvola corona. Ya lo hemos dicho: auo vi- 
vía el bondadoso monarca, y ya Aragón aborrecía al tan citado conde 
de Urgel; Valencia se mantenía parte indiferente , parte deseosa de 
ver ¿ este magnate en el trono ; mostribansele aficionados en Cata- 
luña la alta nobleza y el pueblo menudo» mientras le rechazaban la 
clase media y los hombres de letras; y atenta á sus intereses espe- 
ciales, daba Sicilia, por último, la preferencia al bastardo D. Fadrí- 
que. En tan criticas circunstancias, con tan graves conflictos y con 
pareceres tan diversos respecto de la sucesión real, demás de las di- 
sidencias fatales de los Lunas y Urreas, Soleros, Pardos, Centelles y 
Villaregudes, Mazas y Liñanes, con otras muchas parcialidades entre 
los prelados, pueblos y magnates, males todos que agitaron los Es- 
tados de la real casa de Aragón en el año de 1410, ¿cómo pudo so- 
brellevar la sociedad aragonesa dos años de interregno sin disolver- 
se ó sin dividirse sus provincias en pequeños reinos , repúblicas ó Es- 
tados federales? Y ¿cómo después de este tiempo empuñó el cetro de 
Aragón un principe de Castilla, tal como le había dejado el último 
monarca? 

Tan admirable conducta se explica solo con la heroica entereza y 
loable cordura de que dan prueba, primero los catalanes y después 
los demás reinos que componen aquella rica y dilatada corona. Por 
medio de la ley, por medio de la justicia quieren resolver pacifica- 
mente la cuestión vital que amenaza dar de través con la monarquía 
aragonesa : No será rey de Aragón sino el que deba serlo de derecho , di- 
cen los pueblos; y el examen y declaración de este derecho , sin va- 
lerse de las armas, sin jugar las afecciones personales, se somete al 
gran jurado nacional , porque también es nacional el pleito que se 
inaugura, y no existe para que pueda fallar ninguna otra autoridad 
competente. Lo que ha de ser para el pueblo, que el pueblo mismo 
lo elija. 

Cataluña da el singular ejemplo de renunciar generosamente al 
afecto que profesa al conde de Urgel, descendiente audaz y poderoso 
del varonil Wiñredo. Júntanse sus prohombres en Parlamento gene- 
ral, y se íntima ¿ los competidores que, pues Cataluña sigue el ca- 
mino de la equidad y de la justicia, no pongan en él obstáculo algu- 
no. Preséntanse luego los embajadores de los pretendientes, pidiendo 
audiencia, y puede asegurarse ya un feliz término para la contienda. 

Nada prueba tanto , hemos dicho en el capitulo I , la confianza, 
el aprecio , y aun el respeto que inspiraba ¿ todos Cataluña con su 



102 Memorias premiadas 

proceder noble, desinteresado y jnsticiero^ como la espontánea remí^ 
sion á las decisiones del Parlamento^ de los derechos de cada aspiran^ 
te ala corona. Enaltecido de esta manera aquel pensamiento, legiti- 
maba todos sus actos, por el hecho de que los mismos que aspiraban 
á señorear aquellas gentes, iban poniéndose poco á poco bajo su sal- 
vaguardia , reconociendo en él fuerza y poder para rechazar toda pre- 
tensión injusta, y cordura bastante para ser arbitro en cuestión de ta- 
maña importancia. 

En efecto, sublime y jamás imitado pensamiento fué, repetimos de 
nuevo, el de reunirse los vasallos para elegir señor, congregarse los^ 
pueblos para determinar quién habia de ser su rey , arrostrando el 
enojo de ambiciosos pretendientes, poderosos casi todos, ninguno fal- 
to de más ó menos legítimo derecho. Tan heroico y sublime pensa*- 
miento dio resultados de suma importancia; pues cuando menos apa- 
gó los nacientes odios, evitó el derramamiento de sangre, q| sacrificio 
de millares de inocentes víctimas, y neutralizó, en fin, como va pro^ 
hado en el discurso de esta Memoria, la guerra civil y fratricida que 
amenazaba devastar en breve tiempo el reino entero. 

Pero Cataluña no quiere resolver por si sola cuestión tan dificil, y 
aspirando á unir sus esfuerzos con los de las demás provincias , sus 
hermanas , declara que no deTiberará ni tomará acuerdo alguno de 
trascendencia sin su cooperación y consentimiento. Invitados así Ara- 
gón y Valencia para congregar sus respectivos Parlamentos, después 
de diversas embajadas , dictámenes y discusiones , tanto en Barce- 
lona y Tortosa , como en Galatayud y Alcañiz , en Vinaroz , Trahi- 
güera y Valencia , se admite el principio de legalidad , y se asienta 
como base, que únicamente ceñirá la corona vacante claque alegue 
mejor derecho, representando solo el triunfo de la ley y la expresión 
de la voluntad nacional. 

No obstante, dificil es que los aragoneses, catalanes y valencia- 
nos, divididos en tres Parlamentos diferentes, lleguen á entenderse 
fácil y prontamente : preferible será reunirse todos en un Pariamento 
general de los tres reinos , en que se dilucide y termine por fin aquel 
gi*an debate. Mas este pensamiento no puede ponerse en planta, 
porque el ángel del mal se complace en sembrar la discordia entre 
los ricos-hombres é infanzones , dirige la mano armada de uno de 
estos contra el arzobispo de Zaragoza, lanza en Murviedro en san- 
griento combate á los dos principales bandos de Valencia, y anima 
á lomar las armas á dos de los competidores , que hasta allí hablan 



POR u Real Academia de la Historia. i 05 

acatado las disposiciones de las Asambleas. Amenaza, pues, una 
guerra general y fratricida, si los Parlamentos , haciendo el último 
esfuerzo, no confieren la decisión arbitral del gran litigio á jueces 
elegidos por iguales partes entre los tres reinos; y este postrer 
acuerdo, el más patriótico de todos, porque es en suma una abdica- 
ción del poder soberano de las mismas Asambleas, salva los Esta- 
dos de la real casa de Aragón , y restituye al par la paz á los reinos. 

Congregados en Gaspe los nueve jueces constituyen aquel tribunal 
solemne ; reciben las embajadas de los pretendientes, oyen las ale- 
gaciones de sus derechos , las examinan y las discuten sin pasión 
alguna. Los pretensores entre tanto esperan el fallo del Compromiso; 
los bandos deponen las armas ; los pueblos admiran la paz que 
parece tomar asiento entre las discordes parcialidades, tan luego 
como se reúnen ios arbitros del gran pleito nacional; la Europa 
entera, ya lo dejamos indicado^ fija su vista con asombro sobre la 
fortaleza de Caspe. Porque allí , en uno de sus salones , albergue de 
la legalidad, ejercen la más suprema de las magistraturas unos jue- 
ces, nacidos del pueblo, sin representación alguna de honores y de 
riquezas : en su presencia se discute nada menos que el destino de 
una nación poderosa, sobre el que han de pronunciar sentencia 
inapelable ; y no puede dejar de admirarse el mundo de no hallar 
entre los compromisarios ilustres magnates, ni poderosos ricos- 
hombres, ni guerreros esforzados, ni potentados, ni esclarecidos 
príncipes. El tribunal que va á colocar en el trono de Aragón un 
monarca que rija y haga feliz á este reino, lo forman sólo nueve hom- 
bres del pueblo, honrados y virtuosos, pacíficos y desarmados, sin 
pretensiones de ninguna clase , que en el elaustro y en el foro han 
aprendido ser la honradez y sabiduría el verdadero mérito , y no el 
poder de las armas ni el influjo de las riquezas. A unos hombres, que 
DO representan más que la ciencia y la virtud se comete , pues , la 
resolución de la gran controversia que por espacio de dos años agi- 
taba la huérfana monarquía de los Alfonsos y Ramiros. 

El fallo de la justicia no tarda mucho en ser pronunciado. San 
Vicente Ferrer proclama que debe ceñir la corona de Aragón, según 
el mejor derecho, D. Femando, príncipe de Castilla; y el pueblo 
recibe con respeto aquella determinación, y la acata como ley 
suprema. Tal vez hubiera Cataluña preferido, en la forma que deja- 
mos notado, al conde de Urgel , por haber nacido en aquel suelo; 
pero leal á sus compromisos, depone noblemente sus afecciones, y 



J04 Memorias premiadas 

responde generosa al grito de regocijo ¡Aragón por D. Femando! 
Parlamentos y jueces , pueblos, todos unánimemente miran, como 
señor y rey natural al vencedor de Antequera : sólo uno de los com- 
petidores, D. Jaime de Aragón, se niega ¿ reconocerle ; y abando- 
nado de todos*, halla en vez del trono por él soñado, el castigo que su 
temeridad y su ingratitud merecen. La sentencia publicada por los 
labios de un Santo elevaba al trono un príncipe, cuyas virtudes le 
conquistaban entre sus nuevos vasallos los envidiables dictados de 
el Honesto y de el Justo. 

No puede dudarse que hay acontecimientos providenciales. Aquel 
D. Fernando, regente de Castilla, que leal y modesto no quiere reci- 
bir la corona que le ofrecen los magnates del reino , asegurándola 
con su espada en las sienes del niño D. Juan II, recibe en Caspe las 
coronas de Aragón, de Cataluña, de Valencia, de Mallorca, de Cer- 
deña y de Sicilia, premio de la abnegación y de la lealtad , que habia 
acrisolado su fama. Aquel pueblo, que habia paseado sus banderas vic- 
toriosas por las tierras y mares de España , de Francia , de África, de 
Italia , de Turquía y de Grecia , lleno de orgullo por sus venerandas 
tradiciones y por sus instituciones patrias ; que miraba con desden á 
todo el que no habia nacido en sus dominios ; aquel pueblo recibe 
por rey á un príncipe extraño, que ni es aragonés, ni desciende por 
línea varonil de sus esforzados condes ; le acata y le venera. Y pue- 
blo y soberano , no teniendo desde aquel dia más que un solo pensa- 
miento, un solo interés, caminan unidos á un mismo fin, no pare- 
ciendo sino que era su más ardiente anhelo el legitimar por todas vias 
el memorable fallo de los nueve. 

Pero la adjudicación hecha en Caspe , no solamente debia labrar la 
felicidad interior de la monarquía aragonesa, poniendo la corona en 
las sienes de un rey magnánimo , de un caudillo esforzado , de un 
<fiscreto repúblico , sino que aseguraba también la sucesión varonil en 
su primogénito , quien sobre contar ya la edad para ser reconocido y 
jurado como heredero, era también un principe dotado de claras 
prendas para reinar, reemplazando dignamente á su padre, en caso de 
que este falleciera prematuramente. 

Así sucedió, en efecto, quedando aun bajo este punto de vista jus- 
tificada la alta previsión de los compromisarios : D. Femando no so- 
brevive al fallo de Caspe más que cuatro años; y su hijo D. Alfonso, 
llamado á ocupar el trono, engrandece sus Estados, los gobierna con 
suma prudencia y cordura , acrecienta sobremanera las glorías y el 



POR LA Real Academia de la Historlv. 105 

poder de Aragón, y ílevando sus armas vencedoras al centro de Euro- 
pa, compite con los más grandes capitanes, y aparece digno émulo de 
un Hugo de Chipre y de un Roberto de Ñapóles en la ilustrada pro- 
tección que prodiga á las artes, á las ciencias y á las letras. Los hom- 
bres eminentes que llama á su corte, le admiran en la antigua Parte* 
nope cual nuevo Mecenas, y dominados por su talento y su largueza, 
no vacilan en apellidarle el Sabio y el Magnánimo. {Cuan diferente hu- 
biera sido la suerte de Aragón, ¿ recaer la corona en el magnate que 
tan ardientemente la ambicionaba. •• Sóbrelas cualidades negativas 
y personales del conde de Urgel; sóbrelos malos instintos de su orgu- 
Uosa madre , que siemfNre habia ejercido omnímodo influjo en el áni- 
mo de D. Jaime, impulsándole á cometer los desaciertos que le enaje- 
naron la voluntad y el afecto de los pueblos, carecia este procer de 
sucesión masculina, siendo de temer, no sin gran fundamento , que 
esta falta, ya irreparable, expusiera el reino á los mismos conflictos 
que pocos años antes le habian afligido (al morir el rey D. Juan I, 
dejando solamente dos hijas) ; conflictos que solo cesaron al ser 
reconocido por rey D. Martin el Humano. Y todas estas circuns- 
tancias, ¿no habian de pesar mucho en la consideración de los 
prudentes y previsores compromisarios para adjudicar la corona al 
infante de Castilla, á pesar de cuantas apariencias de mejor derecho 
hubiese en el conde? 

Gran diferencia existia, pues, entre uno y otro competidor, según 
ya hemos indicado ; diferencia que habia de producir naturalmente 
sus propios frutos. D. Fernando llevaba, finalmente, delante de 
sí el crédito de buen guerrero , ganado en la conquista de Anteque- 
ra, y la reputación de buen político y hábil administrador, conquista- 
da en el gobierno de Castilla, como tutor de su sobrino D. Juan II. Don 
Jaime de Aragón no se habia señalado ni como guerrero ni como go- 
bernante; haciendo presagiar, por el contrario, un reinado ni próspe- 
ro ni pacífico , mas violento y tiránico , sometido como estaba á 
los malos consejeros que comunmente le rodeaban, imponiéndole su 
voluntad y sus caprichos. 

A estas consecuencias que pudieron ser previstas, pueden sin duda 
añadirse otras que no dejaron de ser menos ciertas ni de menor efecto 
para los Estados de aquella dilatada corona, y aun para toda España. 

La ida de un principe castellano á Aragón, da nuevo ensanche 

á su marina, á su industria y á su comercio ; pues libres de guerras 

intestinas , en completa paz y alianza con Francia , Navarra y Cas- 

14 



108 Memorias premiadas 

tilla , pueden holgadamente los pueblos dedicarse á la agricultura y 
al comercio, fomentando la marina mercante en términos de ser 
aquella corona la única rival de la soberbia república de Genova. 
Crece en los primeros años del siglo xv la justa nombradla de aven- 
tajados mareantes conquistada por catalanes , valencianos y arago- 
neses durante el siglo xiv ; y tomando rápido vuelo las artes de la 
industria , en que se hablan ya aquellos de largo tiempo señalado, 
vienen á infundir cierta ñsonomía al reinado que se inaugura en 
Caspe, surcando todos los mares, y oyéndose el habla de Aragón y 
Cataluña en los puertos del Mediterráneo , del Adriático y del Archi- 
piélago. Y mientras asi brillaba el comercio, no fueron menos nota- 
bles los progresos de la marina real ó de guerra en aquel reino : en 
casi todos los combates navales del siglo xv tremolaron las insignias 
aragonesas , y se distinguieron por su valor y su pericia numerosos 
caballeros y hombres de armas ; prueba irrecusable del incremento 
que tomó en aquellos dias la ciencia de la navegación , y con ella el 
arte de la guerra naval, ambicionando el nombre de marinos los 
más esforzados capitanes , y honrándose con él los mismos principes 
y reyes. Compréndese perfectamente tal ensanche de la marina y 
tal desarrollo del comercio, luego que se reconocen y estudian las 
acertadas disposiciones, con que el nuevo rey D. Fernando procuró 
dar nuevo lustre y esplendor á su dilatada monarquía^ 

Pero cuando la marina militar de la casa de Aragón cobra mayor 
aliento es en el reinado de D. Alfonso Y, hijo y sucesor de Fernando I; 
época que puede considerarse como una dilatada y brillante cadena de 
victoriosos combates y de gloriosos hechos , á que dieron lugar las 
continuas y prósperas expediciones á Italia ^ Las numerosas arma- 
das reales que se aprestan en Cataluña durante los reinados siguien- 
tes al de Femando I ; las conquistas en que toman parte , y los 
laureles que añaden al blasón aragonés , no pueden ser dados á 
conocer en el breve espacio de esta Memoria. Ni debrían pasarse en 
silencio, á pretender trazar este cuadro , las expediciones particula- 
res, las atrevidas empresas de los buques armados en corso , que 
obligan á la poderosa Venecia á ponerse en defensa contra sus 
dañosas correrías. Para dar breve idea del inmenso desarroUo que 
después del Compromiso de Caspe adquiere la marina de Aragón^ 

i Capmant : Memorias históricas sobre la marina , comercio y arles de la anti- 
gua ciudad de Barcelona. 



POR LA Real Academia de la Historia. 107 

licito nos será traer aquí , sin embargo , el testimonio de acreditados 
historiadores : «Todo el reinado de Alfonso V, dice el docto acadé- 
>»mico Capmany, fué una continuada serie de expediciones contra 
Dgenoveses, aliados y fautores de todos los enemigos de aquel 
» monarca, cuyo prosperidad y dominación en Aragón, Valencia, 
«Cataluña, Mallorca, Sicilia, Ñapóles, Gerdeña, Córcega y Tos* 
«cana, excitó la rivalidad y aumentó el odio de la república de 
» Genova contra la corona aragonesa, á la cual no podia dejar de 
» contemplar como la única potencia que después de Venecia podia 
«disputarle la navegación y comercio, y abatirle su poderío ^» Tris* 
tan Caraccioli» historiador del siglo xv, hablando de la elección que 
la reina Juana de Ñapóles hizo en 1416 de D. Alonso V de Aragón 
para protector, defensor y heredero de sus Estados, asegura que 
«aquella princesa no podia haber escogido otro ningún potentado 
» entonces, capaz de sostenerla y ampararla contra tantos enemigos; 
»pues le constaba que de todos los príncipes cuyas escuadras surca- 
»ban el Mediterráneo, era D. Alonso el más poderoso, porque tenia 
»en sus reinos tales soldados y remeros, que no era posible hallar 
»en otro pais tan apercibidos contra el enemigo , tan experimenta- ' 
»dos en las tempestades, ni tan sólidamente instruidos en la ciencia 
»naval '•» El respeto que las fuerzas navales de la real casa de Ara- 
gón impusieron entonces en todos los mares, y el daño que sus gale- 
ras causaron en las partes del Archipiélago fueron tan grandes que, 
como dice Zurita, «las aduanas del Gran Turco no le rendían ya lo 
«que solian, porque le era prohibido el comercio y navegación de 
üSuria y Turquía. Y por no poderlo remediar el Gran Turco, trató 
»de componerse con una gran suma de dinero.» 

Así como prospera la marina , prosperan igualmente la industria y 
el comercio, cuyo desarrollo y engrandecimiento se pone en eviden- 
cia solo con leer los escritos históricos y las colecciones diplomáticas 
de Capmany, Navarrete y otros eruditos españoles *. En 1420 las 
fábricas de Cataluña y Aragón trabajan las estofas más delicadas 
que conoce el arte, imitando con gran perfección los paños , cadines, 

2 Capmant : Memorias históricas, etc. 

3 Tristan Garacciolo : Opuscula histórica apud Murat., t. XXÜ, p. 28. 

4 Hemos tenido presente al redactar este capítulo , y nos ha sido muy útil por 
sus datos desconocidos, la Colección de documentos para escribir la historia de la 
marina y de la navegación españolas, que reunió el erudito Navarrete, y que se 
conserva en el Depósito hidrográfico de esta corte. 



106 Memorias premiadas 

fustanes, sargas > sarguillas, estameñas , telillas , drapa, saya de 
Irlanda, chamelotes de Reims, ostendes y otras ropas flamencas, 
que antes eran importadas del extranjero. Entonces es cuando las 
Cortes, desde las de 1413 (año en que se adjudica á D. Femando I 
la corona de Aragón), toman en cuenta los medios de fomentar la 
industria de los géneros de lana ; deduciéndose el gran consumo que 
para las provincias de Francia se hizo de paños catalanes de una 
Memoria escrita en 1424, en que los Estados de Langüedoc, entre 
oíros agravios que representaron al rey dignos de reparo, menciona- 
ban como uno de los mayores la grande introducción en dicho pais 
de paños de Cataluña ^. Y si es ya grande en el principado la fabri- 
cación y salida de manufacturas desde principios del siglo xv, 
¿cuánto no seria el comercio y tráfico del reino de Aragón, expor- 
tando sus lanas en rama, é importando las materias fabricadas , que 
ya pasan de Castilla á Aragón, ya de Aragón á Castilla, merced al 
mayor trato y fácil comunicación que entre estos reinos se establece 
tan luego como se sienta en el trono D. Femando el de Antequera*? 
Una de las pmebas del floreciente estado de las fábricas de Cataluña 
con la paz que signe al Compromiso de Caspe y con la exaltación al 
trono de un infante de Castilla, es la constitución * que en las Cortes 
de 1422 se establece prohibiendo la introducción de todas las ropas 
extranjeras de lana , seda y todo tejido de oro ó plata , para obligar á 
los naturales á vestirse sólo de estofas del reino \ El laudable celo de 
ü. Alfonso V en favor del comercio llega á tal extremo que ordena se 
impida tomar carga en sus dominios á embarcación alguna extran- 
jera, providencia capaz por si sola de llevar la marina aragonesa al 
último punto de poder, y que puebla los astilleros de un modo 
increible, acrecentándose ademas la afición de los naturales al arte 
naval y á la ciencia de la navegación. No á otra cosa que á una dis- 
posición semejante debe dos siglos después toda su prosperidad la 
Gran-Bretaña. 

La animación de las artes en Cataluña, Aragón y Valencia, están 
extraordinaria desde los primeros años del siglo xv , que posterior- 
mente tiene que prohibirse la introducción de objetos extranjeros de 



5 Historia general de Langüedoc. Pruebas, p. 421 , t. IV. Cahier de doleances 
de la province de Langüedoc. 

6 ConstUuciones de Cataluña. Lib. IV, tít. XIX, cap. XXI. 

7 Capmant : Memorias históricas , etc. 



. POR LA RfiAL Academia de la Historia. <09 

una manera indirecta, ó sea imposibilitando la entrada con el recar- 
go de cincuenta por ciento ^. No sólo mantiene y acrecienta el reino 
de Aragón su comercio en la Pro venza , en Flandes y en toda Italia, 
con la paz que disfruta interiormente el reino, sino que lo acrecienta 
también en Egipto, como prueban (dice Capmany) «los muchos nom- 
libramientos de cónsules que despachó la ciudad de Barcelona para el 
jtpuerto de Alejandría desde el año i413 hasta el de 1493.» Desde 
principios del reinado de D. Alonso Y ( añade el mismo escritor) en 
que se sentaron paces con el Soldán, el comercio de Egipto que con- 
tinuaron los catalanes , jaiTKi^ se vio más floreciente y prosperado, á 
causa de los continuos envios de sus frutos y manufacturas , y de los 
ricos retornos de las drogas y especiería que surtían, no sólo muchas 
provincias de la Península, sino paises extraños y remotos. Consta 
igualmente que desde el año 1416 en adelante, ejercieron considera- 
ble tráfico los naturales del reino de Aragón en todos los puertos de 
Gerdeña, Sicilia, Siria, Greda, Rhodas, Ghipre y Berbería, así como 
en otros países , cuya larga enumeración omitimos , bastándonos sa- 
ber que la ciudad de Barcelona enviaba sus cónsules á más de cin- 
cuenta y seis puntos diferentes. Los subditos de la casa real de Ara* 
gon, al paso que sostienen su comercio en Ceuta , no se olvidan de 
mantenerlo también en Granada y en Sevilla, cuyos opulentos y fér- 
tiles paises fueron durante dos siglos continuos uno de los objetos más 
importantes de la navegación de aquellos activos traficantes; y sin 
embargo de la paralización que tuvo el comercio de los catalanes en 
las costas de Andalucía con la violenta represalia que había manda- 
do tomar D. Pedro el Cruely vuelve poco á poco á animarse, y con la 
unión de las ramas reinantes en Castilla y Aragón en 1412, reciben, 
después del Compromiso de Caspe , grande incremento sus factorías, 
merced á la protección que les dispensan sus respectivos soberanos. 

oLas conquistas de D. Alonso Y en Italia , no sólo abrieron á los 
» subditos de la corona de Aragón todas ías puertas de Ñapóles, sino 
oque, comunicándose unos establecimientos con otros, les facilitaron 
«conocimientos y correspondencias con los pueblos confinantes *.» 

Pero no son únicamente las artes y el comercio, la marina militar 
y la mercante lo que después del Compromiso de Caspe florece en 
grado más alto del que obtuvieran en tiempos anteriores. Las cien- 

8 GAPMAmr : Memorias histórieaSf etc. 
O Id., id. 



lio Memorias premiadas 

cías, la literatura y aun d arte militar cobran mayor alientos y alcan- 
zan durante todo el siglo xv , con la protección de los monarcas ara- 
goneses, un esplendor qae en balde intentan deslustrar las demás na* 
ciones. Y este esplendor de las ciencias, de las armas y de las le- 
tras , se explica perfectamente en cuanto al interior con el trato y 
unión más íntima que entre si tienen los castellanos, catalanes, ara- 
goneses y valencianos, cuando empuña el cetro de estos últimos un 
ilustre vastago de la real casa de Castilla. En este reino ya no se con- 
sidera como á un enemigo, ni aun extraña al valenciano ó catalán 
que lleva sus producciones fabriles á las ferias de Medina ó de Sevi- 
lla; y el castellano que pasa á Aragón para vender sus mercancías y 
visitar de paso la milagrosa imagen de la Virgen del Pilar, es recibi- 
do en Zaragoza con suma cordialidad y afecto. Las embajadas de los 
reyes de Castilla y Aragón son más frecuentes : el espíritu de nació** 
nalidad deja de ser repulsivo y feroz, como en los siglos anteriores: 
hay, en Qn , cierta afinidad de intereses políticos, que hace mayor el 
parentesco estrecho de los soberanos de uno y otro reino. { Qué mu- 
cho, pues, que los Estados de Aragón y Castilla presenten á la contem- 
plación del historiador ilustrado un cuadro halagüeño, después de la 
declaración del célebre Compromiso! 

Pero el principal fruto que dio , en fin , este memorable aconteció 
miento, como resultado natural de tudos los elementos que acerca y 
asimila, fué preparar un suceso de suma importancia para toda Espa- 
ña, consumando la unión de los varios reinos que debian constituir 
posteriormente una gran monarquía. Hubieron de contribuir, según va 
indicado, á este importante acaecimiento la más frecuente comunica- 
ción entre los subditos de Aragón y Castilla, y la mutua afección y be- 
nevolencia que naturalmente existió y se aumentó entre los príncipes 
de ambas coronas. Las costumbres, algo desemejantes hasta entonces 
en los dos paises, debieron irse modificando poco á poco con el mayor 
trato, siendo al cabo de poco bulto las diferencias que constituían la 
vida pública de Aragón y Castilla. 

Sabido es cuánto influye la corte en los usos y costumbres de los 
pueblos; y nadie ignora que Femando, castellano, con hijos nacidos, 
heredados y decorados en Castilla con las mayores honras, y ro- 
deado, en fin, de servidores castellanos, hubo de influir notablemente 
en aquella modificación y amalgama. Así Fernando, llamado el Cató- 
licoy cuyo bisabuelo era el elegido por los compromisarios de Caspe, 
debia inclinarse más fácilmente á doña Isabel I^ y esta princesa, hija 



POR JA Real Academia de la Historia. 111 

del rey de Castilla D. Juan 11, cuyo tutor (y excelente tutor) había 
sido el vencedor de Antequera^ mostraba naturalmente mayor afecto 
¿ D. Fernando, por cuyas venas corría la sangre real de Castilla; y 
así, uniéndose en uno los corazones y las diademas de ambos princi- 
pes, llegó ¿ consumarse la apetecida unión de los dos principales 
reinos de España, obra reservada por la Providencia á estos magná- 
nimos soberanos, que mientras sojuzgaban á los sarracenos en el úl- 
timo baluarte de su imperio, abrían ¿ la civilización la conquista de 
un nuevo mundo. Hé aquí por qué dice un historiador : a la ida de un 
)• Fernando de Castilla ¿ Aragón es el preludio de la unidad de los dos 
«reinos; la venida de un Fernando de Aragón á Castilla será su com- 
i»plemento« Cuando en el siglo xv vacó sin sucesión directa el trono de 
» Aragón y Cataluña; cuando la muerte sin testamento del rey D. Mar- 
)»tin se miraba como un infortunio para la vasta monarquía aragonesa, 
«> aquella que parecía calamidad se habia de convertir en provecho de 
»la España entera. Así se fué preparando en ambas ocasiones^ sin vio- 
nlencia, sin guerras, sin turbaciones, sin lesión ni menoscabo de los 
«derechos de cada uno, la unión de pueblos destinados por la natura- 
nleza á refundirse en uno solo.» 



APÉNDICE 



DE NOTAS, DOCUMENTOS E ILUSTRACIONES. 



i5 



I. 



Detenernos por via de ilustración te Apéndice está muy fuera de núes- 
en referir el principio, desarrollo, y tro intento; mucho más cuando abun* 
vicisitudes del reino de Aragón hasta dan las historias y anales del pueblo 
llegar al reinado de D. Martín el iítf- aragonés que se han publicado en di- 
mano , seria escribir una completa ferentes tiempos, 
historia de aquel reioo , lo que en es- 



II. 



El lector curioso que quiera ente* 
rarse con estension del reinado de 
D. Enrique III de Castilla , que men- 
cionamos ligeramente en el primer 
capítulo, puede consultar las obras 
siguientes: Crónica de D, Enrique 111 j 
por Pedro López de A yal a.— -ffúlo- 
ria de la vida y hechos del Rey D. En- 
rique Ul^ por Gil Gonzalvz Dáyila. 
— Crónica de D. Pedro Niño , conde 
de Buelna.-'Anales de Sevilla^ por 
ZúÑiOA. —CaM/o^o real de España^ 
por Silva. — Re^/ts nuevos de Toledo^ 



por Lozano. — Mariana, Perreras, 
Garibay, y otros historiadores más 
ó menos modernos , algunos de los 
cuales añaden datos á las crónioes an- 
tiguas. — También refiere algunos su- 
cesos del reinado de D. Enrique III, 
aunque por incidencia , Cokob en su 
obra Dominación de los árabes en Es^ 
paña , é igualmente Lafcentb Alcán- 
tara en su Historia de Granada, 
comprfsndiendo la de sus cuatro pro* 
vincias, etc. 



i 16 



Memorias premiadas 



ffl. 



Sobre la vida y hechos del infante 
D. Fernando de Antequera ^ una de 
las principales figuras que con mayor 
brillantez se destacan del gran cuadro 
de la historia y en los primeros años 
del siglo XY , pueden verse : Crónica 
de D, Juan IL — ^Valla , De rebus á 
Ferdinando jres/M.— Ortiz db ZtfÑi« 
GA, en sus Analei de Sevilla. — Cohdb, 
Dominación de loe Arabee. — Alcán- 
tara , en su Hitiwia de Granada. — 
Ademas casi todos los historiadores 
castellanos y aragoneses que refieren 
los sucesos de aquel siglo , tratando 
de él (antes de ser rey) por inciden- 
cia los de Cataluña y Navarra, y 
apropósito varios escritores en histo* 
rias particulares de Antequera. Las 



hazañas , si así pueden llamarse á las 
conquistas de D.Fernando, primera- 
mente infante de Castilla y guerrero, 
y después rey de Aragón , fueron ce- 
lebradas en un poema titulado La 
Conquista de Antequera ^ impreso en 
Lima en 1627, y dedicado al rey don 
Felipe IV de este nombre, por su 
autor D. Rodrigo de Carvajal. Tam- 
bién se habla del reinado en Aragón 
de D. Fernando de Antequera en \di 
Hiitoria de loe condes de Urgel que 
se conserva original en el Archivo de 
la Corona de Aragón, y que se ha pu- 
blicado últimamente en la Colección 
de documentos inéditos^ por su archi- 
vero mayor D. Próspero de Bofarull 
y Mascaró. 



IV. 



Conocidos son los principales y es- 
casos historiadores de Navarra en 
donde se pueda acudir en busca de 
copiosos datos para conocer la histo- 
ria de aquel reino. Varias crónicas 
francesas pueden también ilustrarla, 
pues casi siempre estuvieron en guer- 
ra sus reyes con los de Francia. En 



cuanto á Portugal , que mencionamos 
en la pág. S, si bien es mucho lo que 
se ha escrito sobre su historia en ge- 
neral , y en particular de varias ciu- 
dades, comenzando por la déla deli- 
ciosa Lisboa , citaremos solo actual-» 
mente, como digna de colocarse en 
el primer puesto, la que se halla es- 



POR LA Real Academia de la Historia. 



m 



cribiendo y publicando A. Hbrculano, 
comprendiendo los hechos de toda la 
monarquía portuguesa desde el año 
1097 hasta nuestros tiempos. Respec- 
to de la historia de los árabes en Es- 
paña debe acudir el lector á la tra- 
ducción hecha por D. Pascual db 



rarse como secundarias. A Carlos 
RovET se tributan elogios por su pe- 
ríodo de la España árabe, que procu- 
ró desenmarañar , teniendo á la Tista 
los manuscritos árabes que se con- 
servan en la biblioteca alta del Esco- 
rial y que cita Casiri. También exis- 



Gayaiugos; Al JUakharis^ HUtory of ten códices árabes en las salas de 

ihe Mohammedan dynattyet: después manuscritos de la Biblioteca nacional, 

de esta las obras de Conde y de La- en Madrid , y alguno que otro en b¡«- 

FDBHTB Alcántara pueden conside- bliotecas particulares. 



V. 



El famoso cisma que dividió á la 
Iglesia en los primeros años del si- 
glo XV 9 en que se presentaron tres 
competidores al pontificado ; á saber, 
JuanXXni, Gregorio XII y Bene* 
dicto XIII, es uno de aquellos acon- 
tecimientos más ruidosos de la histo- 



ria europea. Como nuestro objeto se 
ciñe en la presente Memoria á hacer 
lo posible para interpretar fielmente 
el Programa publicado por la Real 
Academia de la Historia, no tocamos 
sino ligeramente muchos puntos his- 
tóricos interesantes. 



VI 



((....Sucedió para esta corona de 
» Aragón uno de los más infelices su- 
»cesos que jamás hubieran sucedido, 
>que fué la muerte del serenísimo rey 
»D. Martin de Sicilia , hijo Tínico y su- 
Bcesor del rey D. Martin de Aragón. 
•Falleció este príncipe en la isla de 
•GerdeuSí de edad de treinta y tres 



Daños, á los 25 de julio de 14*09, des- 
»pues de haber alcanzado una notable 
•victoria de los sardos. No acaban los 
•autores de referir el pesar y sufri- 
•miento que tuvo el Rey su padre, y 
•todos sus vasallos, de tal pérdida, 
•por ser el Rey dotado de singulares 
•virtudes, y quedar su padre sin otros 



i 18 Memorias 

nbijos, y de edad de cincuenta y un 
sanos , y tan pesado y entorpecido de 
>8u persona, que tenían por imposible, 
•aunque casara, que jamás los tuvie* 
«ra. Esta muerte tan impensada in- 
squietó mucho á todos ios parientes 
*de la casa real de Aragón, y más en 
^particular á D. Jaime de Aragón, 
sconde de Urgel, que de aquel punto 



PKIÜMIADAS 

nhasta que murió, no tuvo ni experi- 
»menió otra cosa sino pesares, traba- 
•jos, inquietudes y molestias de tan 
» pésima calidad, que á la postre infe« 
«lizmente le acarrearon el fin y con- 
•suncion de su hacienda , persona y 
•linaje.» {Hittoriade logc<mde$de Ur^ 
gely por Monfar.) 



VIL 



Larga y enojosa seria nuestra tarea 
si al nombre de cada personaje que 
se menciona en esta Memoria aña- 
diéramos una ilustración más ó me- 
nos interesante , dando razón de su 
nacimiento , de su prosapia y de sus 
principales hechos. Obras y asuntos 
hay que lo requieren así; pero aunque 
seria fácil hacerlo estractando los his- 
toriadores de los Estados de la corona 
de Aragón, y acudiendo á los archi- 
vos de Zaragoza , Barcelona y otras 
ciudades, nos hemos creido dispensa- 
dos de tomar tal molestia en honor 
de la brevedad. Cítase, sin embargo, 
en el primer capítulo, página 6, un 
personaje harto famoso en la historia 
de Cataluña, así por ser el tronco ro- 
busto de donde descendieron por lí- 



nea varonil todos los condes de Bar- 
celona hasta D. Martin el Humano^ 
como por las patrañas , que tanto an- 
dan impresas, como salen de tos la- 
bios de la abuela que en la alta mon- 
taña de Cataluña entretiene junto al 
hogar á sus nietos , refiriéndoles pa- 
vorosas y raras leyendas. Hablamos 
deD. Wifredo el Velloso, para cuya 
historia merece mucha fé el respeta- 
ble cronista D. Próspero de Bofarull, 
quien con los documentos auténticos 
á la vista escribió su obra titulada 
Los Condes de Barcelona vindicados. 
Marca, en su obra histórica Marca 
hispánica f dio á conocer en el siglo 
xYii preciosos documentos de los 
primeros condes de aquella ciudad. 



POR LA Real Academia de la Historia. 



119 



VIII. 



«£1 buen rey D. Martin , devorado 
>por la pena déla muerte de su hijo, 
«enfermo ademas é inmoderadamente 
•obeso , usaba de artificios y remedios 
> propios para acabar de destruir su sa- 
>lud, y que indiscretamente le propi- 
>naban los que ansiaban que diese un 
«heredero al trono, tratando de su- 
» plir por el arte aquello á que se nega- 



>ba ya su naturaleza: recursos inútiles 
*que la moralidad repugnaba ; que no 
«aprovechaban al objeto , puesto que 
«la reina salia siempre doncella del 
«tálamo nupcial, y que solo producían 
«acelerar la muerte del rey.« 

(HiHoria general de España ; por 
D. Modesto Lafdbnte.) 



IX. 



Era tanta la ineptitud del rey don 
Martin para el matrimonio por su es- 
tremada obesidad , y tan grandes los 
deseos de los que le rodeaban para 
que obtuviese sucesión , que ademas 
de aplicarle varios remedios violen* 
tos, usaron algunas trazas indecoro- 
sas, también sin fruto alguno, y que 
refiere Laurencio Valla con estas pa- 
labras : Sunt enim qui dicant nuUo 
pacto , nec medicorum arte , nec muí" 
tifariis machinif , fotuisfe eum^ vel 



concubere cum muliere . telpuello! vir- 
ginitatem demere , licet mater aliceque 
nonnullcB fcemince, telut ministrce^ 
puelloí adessent , licet viri quoque ali- 
quot auxilio regi essent , qui ventrem, 
quasi appen«um, per fascias á lacu- 
nari pendentes ^ quibus tumor proni 
veniris cohiberetur ^ dimitterent eum 
sensim in gremium puellce , ac susli^ 
nerenl ; sed hcec vereeundius forsilam 
in silenlio reponuntur. 



120 



Mkmorias premiadas 



X. 



Contestación dada por el rey de Aragón D. Martin el Humano á la 

súplica que le hizo una comisión de las Cortes reunidas en Barcelona 

para que tomase consejo de sus reinos sobre el grave negocio de la 

sucesión. Se halla incluida en la pág. 7 de esta Memoria. 



«iNotori é manifest es á tots com lo 
>d¡t senyor sens instancia é supplica- 
•ció de alcú , sea mogut per aoo pro* 
>pri motíu á fer é tractar les coses en 
>la present supplicació contengudes 
•per be de sos sotsmeses é pobles no 
•Yolent oblidar la amor é dílecciófer- 
•vent que ba hauda é ha á aqueüs 
>mas preservarlos curosamentdetots 
>af(anys tríbulacions é slnistres. E de 
>fet ba scrit per aquesta rabo á la 
>niajor partida de sos regnes é terres 
>que trametená ell solemnes éscien- 
•tifiebs ambaxadors per donarli con- 



isell saludable sobre a^o, no per que 
•entena que fos nesta tengut appellar 
•sobre a^o é ya menys esperar ne ha- 
•yer lur consentiment segons appar 
•YuUen inferir é enteodre los suppli- 
•cants ne perqué Yulla constituir ne 
•atribuir ais dits apellans ne supli- 
•cants dret algú sobre les dites coses 
•mas per bon expedient é benavenir 
•deis affers: é per aquesta manera lo 
•dit senyor enten continuar é seguir 
•dilígentment lo dit negoci é portar 
•aquell segons ha comengat á bona é 
•deguda si piau á Deu conclusió.» 



XI. 



«Pero las afecciones personales del 
•Rey hacia su nieto D. Fadrique y su 
•sobrino D. Fernando, no estaban de 
•acuerdo con las del pueblo, que en su 
•mayor pártese inclinaba al conde de 
•Urgel, joven brioso, altivo, de gran 



•disposición , y el más propincuo por 
»línea de varón á los reyes. Este recia- 
•mó desde luego para sí la gobernación 
•general del reino, que el Rey le coii- 
•cedió sin contradicción y con mucha 
•política, con más el honroso cargo de 



POR LA RCAL Academia de la Historia. 



i21 



•condestable, esperando qoe aquello 
•mismo haría qae se enemistaran con 
>el de Crgel los ricos-hombres arago- 
•neses. Así fué que cuando el conde vi- 
>no á Zaragoza á tomar posesión de su 
•alto empleo y todos los brazos del Es- 
>tado protestaron contra la legitimidad 
>de aquel acto « y el Justicia mismo se 
•salió de la ciudad pata no recibirle el 



» juramento ni darle la investidura, lo 
»cual produjo alteraciones y tumultos 
3>en la población, hasta venir á las ar- 
x>mas y tener qoe escaparse el conde 
«por un postigo y refugiarse en el lu- 
»gar déla Almunia.» 

{Historia general de Eepaha^ por 
D. Modesto Lafcentb.) 



XII. 



Ni en el Archivo de la Corona de 
Aragón hemos podido hallar las co- 
pias 6 traslados de las cartas que don 
Martin escribió al arzobispo y gober- 
nador de aquel reino, para que pu- 
siesen estorbos ai mando del conde de 
ürgel ; ni tampoco hemos dado, en el 



Archivo de la iglesia del Pilar de Za- 
ragoza , con los originales de dichas 
cartas , ó sea con los documentos au- 
ténticos. El hecho , sin embargo , se- 
gún el común sentir de todos los his- 
toriadores, es indudable. 



XIU. 



Carta del conde de Urgel, D. Jaime el Desdichado ^ para el rey de 
Aragón D. Martin el Humano^ sobre los bandos de Zaragoza. 



ttA mon senyor lo rey. — Del comte 
•DurgelU— Molt alt é molt victorios 
•príncep é senyor.— De vostra gran 
•senyoria ab humil reverencia he re- 
ihebuda una letra en la qual senyor 
>me manats que yo us de mon oflicy 
>de la lochtinenciaetexescescaaquell 
>en aquest rcgne , asi senyor que la 



»pau et bona amistad que yo he feta 
•deles bandositats deis bandos et al- 
•tres sia conservada entre ells, sia 
•feta justicia. Axi mateii senyor man 
«avets feyt saber que de aquest feyt 
•havets scrit al archebisbe, et ais 
•nobles homens, ais diputats del reg- 
añe et ais jurats de Qaragossa á que 

16 



422 



Memorias 



Dsenyor vos respon que de conUnent 
»qae les Yostresleires hagueren rehe- 
»bades los dits jurats de Qaragossa 
»ab mols consellers foren á mi et los 
» nobles D. Anthon de Luna , D. Pedro 
>de Castre, lo castellá Damposta, lo 
scomenador de Moatalban , D. Johaa 
>Díxar, D. Artal Daragó lo jove, don 
>Fel¡p de Castre , niossen Johan de 
«Luna , et cavallers mossen Gongalbo 
«deLínyan, mossen Felip Durríes, 
' mossen Federic Durries , mossen 
•Martí de Pomar, mossen Martí Lop- 
>pez de Lanuza , mossen Johan Royz 
> de Moros, mossen García de Sese, 
»mossen Ramón de Palafoys, mossen 
iJohan Eximenes de Salanova, mos-^ 
•sen Johan Dazlor, mossen Bravo, et 
•molts altres nobles cavallers et scu- 
>dés et ciutadans del regne, etlos 
•dits jurats de Qaragossa ab molts 
•altres consellers, díguerenme que la 
•ciutat de Qaragossa de continent 
•que hagu^ rehebuda vostra le- 
•tra, en consell havia deliberat que 
•me admetessen els plahia que usas de 
•ma lochtinencía et exercis aquella, 
•et a^ó seoyor me mostraren per ac- 
•tes publichs preses et téstiíTicats 
•per lescribá de son concell: instant 
•et pregantme senyorque daquiavant 
»lo8 juras furs privilegis et libertats 
•del regne et quels fes justicia. Yo, 
»senyor, aceptant la dita admissió, 
•los dix que oíTeria fer la justicia et 
»que era prest de jurar los furs et pri- 
•vilegis et servarlos aquells et les li* 



PRElitADAS 

ibertatsdel regne, et de totes aqüestes 
«coses se pres carta pública. Axí ma- 
«tex, senyor, los míssatgers quey son 
•de les ciutats » villes et lochs del 
•regne, me fan gran instancia quels 
AVisite car prests son de adroetrem, 
•tan son desigosos de justicia. Et á 
•les dites coses, senyor, tots los dessus 
•nomenats et molts daltres son con- 
•cordes els plau volenterosament: 
•empero senyor al arquebisbe de Qa- 
•ragossa, áD. Pedro Durreaet altres 
•de sos partides , les dites coses nols 
•son agradables; lo zel, senyor, per- 
•queu fan no crech quels alce gayre 
•que justicia en aquest regne fos fey- 
>ta. E sepiats senyor que de feyt han 
•stablides la sen casa del arquebisbe 
•ó altres queus placía, senyor, no do- 
•narhi crehen^a comaquesta sia la 
iveritat ni tampoch senyor toquan 
•derogado devostres derreres lettres 
•en honor mia, cor yo, senyor, pus 
•tant avant ne cavalcat per vostra 
•honor et mía migan^nt la grassia 
•de Deu me tinch per ditpus ab con- 
•sentiment deis dessus dits son estat 
•admes de venirme ^ bona fi et degu- 
•da conclusió: et manme vostra se- 
•nyoria ^o que desa merce. Scripta 
•en Qaragossa á b de maig del any 
•de MCCCCX.— Senyor.— Vostre hu- 
•mil nebotque besant vostres peus é 
• mans se recomane en vostra grassia 
>é merce.— Jayme Daragó comte Dur- 
•gell.— Jaime.» 



pon LA Real Academia de la Histoklx. 



i 2o 



XIV. 



Carta del conde de Urgel al rey D. Martin, en que da cuenta de unos 
alborotos en Zaragoza, y hemos insertado parte de ella en la pág. 9. 



t A mon senyor lo rey.— Del comte 
•Durgell.— Holt excellent princep et 
lyictorios senyor. Mon senyor huy á 
»Xiy del mes present jo hera ven- 
>gut á Senta María del Pilar perjurar 
•furs et privilegia: el Justicia saben* 
ttho que havie promes á D. Antbon 
«de Luna é á D. Artal Dalagó que fo- 
»re a^¡ en la pla^a de fet sen ana á 
>casa del arquebisbe : et trametentlí 
>á dír é requirentlo que el Tingues al 
»dit loch perqué yo fes lo ditjurament 
>et ja quel navía reques lo dlt D. Ar- 
>tal, qui es procurador per los barons 
>et entre scudés é cavallers en nom- 
»bre de sixanta senyors de yasallyos 
»que Tingues á mi per ^6 que pegues 
>fer la dita jura ; el respes que noy 
>vol¡e venir, mas que de a^ó se retí- 
anle deliberació et que retríe resposta 
tá hora de vespres: é ago feu á grans 
Dprecbs deis dits D. Anthon et don 
«Artal , é tingué consell de aquest 
•fet en casa del arquebisbe ; é fonch 
laytal que hora de vespres com el 
tdegoere retre la resposta feren tocar 
«é repicar la campana de Sent Jayme 
lia qual se toque per advolotar la 
iciutat et ferenho per lancarlam tota 
vdessus per via davalot: et yo veent 
la^ó fiu venir mon frare qui era ais 
•Frares menos , abbc CC combatents. 



et armím é mesmi una cota darmes 
reall dessus é aniá la pla^a de Santa 
María del Pilar é tramis á dir al Jus- 
ticia que vingues alli : é com viu que 
no Tenie jurí furs é privilegis en po- 
der dunnotari aragonés, protestant 
que no estave per mi que no juras 
present lo dit Justicia: pero, senyor, 
per lo dittoch de la campana deguns 
de la cíutat nos mogué sino la com- 
panya del arquebisbe D. Pedro Dur- 
rea, etsa partida els deGurrea, que 
mogueren brega al hostal de la Mo- 
rera , et ere cap Pedro de Sesé é 
Goteri de Vera r é D. Pedro Dorrea 
ab sa gent ab aquella de Gorea mo- 
guerenla en dos ó tres lochs en la 

• 

carrera major, en tant, senyor, que 
ni ha haguts naflfr^ts daquest qui 
tenim aqui por Tostre servey é per- 
mi com á ofñcial vostre ben XX de 
ballesta , é son entre cavallés et scu- 
dés ben sis: los altres son gent co- 
muna, é de la altra part se diu que 
na de naffrats molts í de morts. Per- 
qué, senyor, podetsveure quines fets 
fan é á vostra senyoria quines ser- 
veys lo dit arquebisbe el dit Justicia 
del qual se arma ab el son fill é lurs 
aderents : é axi placiaus, senyor, de 
voler provehir de remey de justicia 
contra los damunt dits qui son rebe- 



J 24 MíilMORIAS 

>lles á vosira senyoría et á vostres 
•officials f cor yo a^í provehiré de jus- 
iticia é de fet: certiffiquantvos, se- 
>nyor que james clam á vostrasenyo- 
>r¡a ira per mi fins tan vostra sobre- 
>vesta reyall ipagen precegada dessus 
>1aqua1 será axi ben guardada que no 
>la toquaran sens que nols cost jatsie 
»n¡t et jorn no ce^en de tirar ab ba- 
» Uestes : é aquesta es senyor la veri* 



PREMIADAS 

»tat sens tota faylla. E manme, moa 
ksenyor, vostra senyoría tot^oque sa 
imercet será. Scripta en Qaragossa 
•sots mon segell secret á XIIII de 
imaig del any MCCCCX. — Senyor. — 
>Vostre humill nebot que besant vos- 
>tres mans et peus se recomana en 
3>vostra gracia et mercé. — layme Da- 
•ragó comte Durgell.» 



XV. 



t Estaba señalado el primero de ju- 
»nio para hacerse la legitimación , y 
>habia de ser con muy gran solemni- 
>dad f y el rey bajó por esto de Bells- 
>guart al monasterio. Estando aquí, 
«sucedió que jueves, que era á 29 del 
>me8 de mayo, las dornas que estaban 
>con la reina dieron á cenar al rey un 
>pato asado , que habia muchos días 
»le criaban á pasto, persuadidas que 
^aquella comida habia de mover la im- 
«potencia del rey, que estaba cuarta- 
>nario y muy grueso, y hacerle apto 
»para la generación; pero á los prime- 
aros bocados que comió, luego se que- 
>jó del estómago y se encendió una ca- 
llen tura pestilencial, que al segundo 



*dia, que era sábado, último de mayo, 
•falleció. Atribuyeron esta su dolencia 
>á pestilencia , porque la habia en Bar- 
•celona, y cada día morian muchos, y 
>Iuego después de muerto, le salieron 
>por el cuerpo ciertas señales que die- 
>ron indicio haber muerto de ella; pe- 
iro la más cierta y común opinión fué 
»que murió de comidas y unciones que 
>le daban las mujeres sin consejo de 
»los médicos, para incitarle al acto de 
> la generación; y certificóse esto, por- 
>que después de muerto hallaron en 
»su aposento una arquilla llenado se- 
tmejantes ungüentos y confecciones. • 
{Historia de los condes de Urgel^ por 

MONFAR.) 



POB LA Real Academia dk la Historia. 



125 



XVI. 



Hé aquí el acta en que consta la irresolución del rey D. Marlin el 

Humano para nombramiento de sucesor. 



Pateat universis quod die venerís 
qoa compuúbatur xxx/ madii aono 
á nativUaieDoininÍM.<*ccGC.® décimo 
circa undecimam horam noctis dicti 
diei» existente coram serenissimo do- 
mino dominoMartinoDeí gratia rege 
Aragonum, Sicilie, Valentíe, Hajo- 
rice f Sardinie et Corcice , comité 
Barchínone, duce Athenarum et Neo* 
patrie, ac etíam comité Rossilionis et 
Geritanie, Ferrarlo de Gualbis, con* 
ciliario hoc anno ac cive Barchinonie, 
ad suscripta ut díxit per curiam ge* 
neraiem quam dictus dominus rex de 
presenti catalanis celebrat in civlta- 
te predicta simal cum alus de dicta 
curia ibidem cum eo presentibus 
electo in presentía mei Raymundi de 
Gumbis prothonotarii dicti domini 
regís et notarii subscrlpti ac testium 
subscriptorum dixit coram dicto do- 
mino rege existente inGrmo in suo 
tamen sensu cum loquela in quadam 
camera monasterii Vallisdomicelle 
Yocata de la Abbadesa hec verba vel 
similiain effecta. — cSenyor, nosal* 
>tres elets per la cort de Gathalunya 
xsom ací davant la vostra majestad 
ihumilmentsupplicantvos queus pía- 
»c¡e fer dues coses les quaisson é re- 
ttdunden en sobiranautilitat de la co- 
>sa pública de tots vostres regnes é 



tterres. La primera qoels vullatsexor- 
>tar de haver entre si amor, pau é 
«concordia per qo que Deus los Yulla 
«en tot be conservar. La segona queus 
«placía de present manar á tots los 
«dits regnes é terres vostres que per 
«tots lurs poders é forjes facen per 
«tal forma é manera que la successió 
«deis dits vostres regnes é terres apres 
«obte vostre pervingue á aquell que 
> per justicia deurá pervenir com a^ó 
«sia molt plasent á Deu é sobírana- 
«mentprofitos á tota la cosa pública 
>é molt honorable é pertinent á vos- 
«tra real dignitat. > — «Et híís dictis 
dictus Ferrarius de Gualbes repetens 
verba pereum jam prolata díxit etíam 
hec verba vel similia in effectu. — 
« Senyor , plauvos que la successió deis 
«dits vostres regnes é terres apres 
»obte vostre pervingue á aquell que 
«per justicia deurá pervenir? >-*Et 
dictus dominus rex tune responJens 
dixit. — Hoe, — De quibus ómnibus pe- 

• 

tiit et requisivlt dictus Ferrarius pa* 
blicum fieri instrumentum per me 
prothonotariumetnotarium supradic- 
tum. Que fuerunt acta die, hora, loco 
et anno predictis presente me dicto 
protbonotario et notario ac pro testí- 
bus reverendo ínGhristo patre Ludo- 
vico episcopo Majoricensi , nobilibus 



1¿6 



MüIMORlAS PHEMIADAS 



Geraldo Alamanny de Gervilíone gu- 
bernatoreCatalonie, Rogerio deMon- 
iecbateno gubernatore regni Majori- 
ce, camerlengis Petro de CerviUone, 
majordomo, RaymundodeSanctomi- 
Dato carnerario , mílitibua Francisco 
Daranda donato Portecoeli consiliariis 
dlcti domini regís et Ludoyico Aguiló 
domicellOy ac nobili Guillelmo Ray* 
mundo de Montecbateno coperio jam 
dieti domini regís. — Postea díe sab- 
batí XXXI.* madü anno predicto círca 
horam tertie dicti diei Ferrarius de 
Gualbes predictas constitotus perso- 
nalíter ante presentiam dicti domini 
regís in camera supradicta simul iri- 
delicet cum alus de dicta curia cum 
eo electis, reducens ad memoriam 
dicto domino regí Yerba per eum jam 
snpraeidem domino regí prolata, dixit 
presente me prothonotario et notario 
ac testibus supradictis bec verba vel 
similía in effectu. — cSenyor, plauvos 
»que la successió de vostres regnes é 
•terres apres obte vostre pervingue á 
•aquell que per justicia deurá perve- 
>nir é quen sia feta carta pública?» 
— Et dictus dominus rex respóndeos 



dixit:— ¿Toc—Et ego etiam dictus 
prolhonotarius et uotarius interrogavi 
dictum dominum regem dicens ei hec 
verba. — «Plauvos donchs, senyor, 
•que la successió de vostres regnes é 
>terres apres obte vostre pervinga á 
taquell que per justicia deurá perve- 
>níré quen sia feta carta pública?* 
— Qui quidem dominus rexrespon* 
dens dixit: — Hoe. — De quibus óm- 
nibus dictus Ferrarius presentibus 
alus de curia supradicta cum eo elec- 
tis petiit et requisivit publicum fierí 
ínstrumentum per me prothonota- 
rium et notarium supradictum. Que 
fuerunt acta díe, loco, bora et anno, 
predictis presente me dicto protho- 
notario et notario ac testibus supra- 
dictis. — To Guillen Ramón de Mon- 
eada qui fuy present á les dites coses 
me sotscriu. — Yo Guerau Alamany 
de Gervelló qui fuy present á les dites 
coses me sotscriu. — To Pere de Ger- 
velló qui present hi fuy mi sotscriu. 
— Yo Loys Aguiló qui present hi fuy 
me sotscriu. — ^Francesch Daranda qui 
present hi fuy me sotscriu. 



XVII. 



Epitafio que se leía en el sepulcro del rey de Aragón D. Martin el 
Humano y existente en el derruido convento de Poblel, en Cataluña, 

panteón de los monarcas aragoneses. 



Fortis el strenuus Martinus 

Aragoniffi Rex. 

Obiit anno Domini MCCCCX. 

Prid. Kal. Junii. 



pon LA Real Agad^j^lv de la Historia. 

Cecidit in ipso yirilis Comilum 
Barcin. propagat.RegnavitannísXV, 
diebus XI y líberís ante ípsutii de- 
fuQCtís, et ipse LI »tati8 expíete 
anno. RegDumposteris per juris exa- 
men sub lítte decidendum relíquit. 
Fuit primo in Sede Barcínonensi se- 
pultos ; unde L. anno Populetum 
translatus anno MCCCCLX. ínter 
suos íbidem fuit tumulatus. 
Anima ejus requiescat in pace. 
Amen. 



127 



XVIIL * 



Convocatoria del Parlamento de Barcelona. — Archivo general de la 
Corona de Aragón. Colee, de Cortes , t. XXI , fol. 2027. 



«En Guerau Alamany de Cervelló, 
»cavaller gobernador general de Ca- 
»thalunya. Ais honrats é amats los 
nconsellers é prohomens de la ciutat 
»deBarchinona, salutsédileccio. Ben 
«sabets lestament en que al present 
«per mortdel molt alt senyor en Mar- 
»t¡ rey Darago de loable recordacio, 
«son los regnes é ierres déla dita co- 
»rona real Darago, é quant es neces- 
»8ari ais cathalans teñir Parlament 
«general per socorrer á les urgents 
nnecessitats iminents al principatde 



»Cathalunyaespecialmcnt per la mort 
j>del dit senyor é per posar lo dít prin- 
»cipat en degut estament ab consell 
»dels prelats é persones ecclesiastí- 
sques, barons, cavallers et homens 
»de paratge, é sindichs de universi- 
»tats, de cíutats eivilesreyalsdel dít 
«priucipat: perqué affectuosament 
«vos pregam et ab la present \os re- 
»querim é amonestam que per teñir 
»lo dit parlament axi com es de gran 
«necessitat, constituats de vosaltres 
Mcerts sindichs et procuradprs qui 



* La mayor parte de los documentos 
que ahora se siffuen, han sido ya publi- 
cados de Real orden en la Colección de 

DOCUMENTOS llféDITOSDELABCHIVO GENERAL 

DE LA Corona de Aragón. Sin embargo 
de esto, y á pesar de haber observado 



algunas ligeras Tañantes con otras copias 
ó traslados, creemos merecen insertarse 
en este Apéndice, no solo por su impor- 
tancia, sino también porque son compro- 
bantes de los principales hechos que fi- 
guran en la presente Memoria. 



128 



Memorias premiadas 



»per aqueixa ciuUt sien á XXXI díes 
»del prop vinent mes dagost en la 
»yila de Muntblanch, la qual á teñir 
)»lo dit parlament hayem assignada 
»ab poder bastant de consellar , pro- 
»Yehir é ajudar en totes les dites ne* 
»cessitats é especialment si necessari 
»será sobre la forma é manera ques 
»dea teñir per lo dit principat en 
»semps ab los altres regnes é terres 
»de la dita corona en tractar é orde- 
nnar de la successió deis dits regnes 
Ȏ terres de la dita corona Darago, 
vía qual successió lo dit senyor rey 
»en Marti en la sua fi volch é ordona 
»esser dada á aquell qul per justicia 
Dpertangues. E per $o com la on ha 
«multitud de gents ha persones dedi- 
Dverses enteniments per la qual di- 
»yersltat mol tes devegadesse segueí- 



y>xen escándela, é sabets quant seria 
)»nohible enaquesttemps: perQoapa- 
x>ría si á vosaltres semblara bo que los 
»qui vendrán al dit parlament sien 
jopochs en nombre é que per míls de- 
»mostrar benignitat, fraternitat, ca- 
x>r¡tat, unitat é amor vera venguen 
»en la pus simpla et honesta manera 
»queporam: é a^o no dilatetssila 
«perdició del dit principat posat en 
»eztremanecessitat desijats esquivar: 
Ȏ en aquests affers et tota altres ha- 
»jats á memoria la gran feeltat é na- 
«turalesa que vostres predecessors et 
«vosaltres havets tots temps hauda 
»en conservado é creximentde Ja di- 
sta corona reyah Dada enBarchinona 
ȇ XXII dies de juliol en lany de h 
»uativitat de uostre Senyor milqua- 
»trecents deu. — Guhemator.n^ 



XIX. 



En la primera sesión que tuvo el 
Parlamento , prorogado á Barcelona, 
se reunieron solo en la sala grande 
del palacio del rey, el gobernador 
Alamany de Cervelló, el arzobispo de 
Tarragona D. Pedro de Zagarriga, 
cuatro eclesiásticos, cinco síndicos 
de Barcelona, dos de Perpiñan y uno 
de Fígueras, sin ningún otro militar 
ni otra persona alguna, por lo que se 



dieron de tiempo cinco días para dar 
lugar á qu9 compareciesen todos los 
llamados, y en 30 de setiembre se 
reunieron catorce eclesiásticos, trein- 
ta y cinco militares, once síndicos y 
dos diputados, comenzando desde 
luego las sesiones y acudiendo des- 
pués la generalidad de los brazos ecle- 
siástico, militar y real. 



POR LA Rkal Academia de la Historia. 



429 



XX. 



Carla del duque de Gandía , alegando su derecho al trono vacante. 
—Archivo general de la Corona de Aragón. Colee, de Cortes, t. XIV, f. 155. 



«Ais noble é molt honráis lo go- 
wbernador, lo batle general é ios ve- 
»guers é altres qualsevol offícials re- 
nyals del principat de Oathalunya ó 
»lurs lochtÍDents. Mos, don Alfonso 
»del alt infant en Pere Darago, que 
3>Deushaja, fiU, doch de Gandía é 
»comte de Ribagorga é de Denla, vos 
»enviam molt á saludar. Be creen! no 
» ignoréis com per la gran triga é di- 
» lacló sobre la declarado de la suc- 
)»cessió deis regnes é ierres de la co- 
»rona rey al Darago apres morí del 
»senyor rey en Martí de gloriosa me- 
»moria, fahedora per sa díuturniiat 
»es é pol csser presta á grans el insu- 
» portables scandels, perills et dam- 
)»natges de tota la ierra é senyoria 
»Darago, en gran dan et desfavor de 
))Iur dret rey et senyor : perqués cove 
«que nos á qui apres del dit senyor 
»enieiíA certamenl ques periany la 
»succeMi6 deis dils regnes é ierres la 
»qual moltsdíesha passal havem adi- 
cta éacceptada, instem é cuytemTos- 
«tres naiuralesa é leyaltat les quals 
»iots temps ab gran esfor^ tro áscam- 
j»pament de sanch é mort inclusiva- 
»meni hauets manteguda et conserva- 
»da á donar bona el breu fi é acaba • 



»menl^ á degul effecle é osiensio da- 
«quella justicia ques periany. On com 
»hajam per nostre dret ab gran di]i« 
Agencia ab solemnes doctors fet veure 
Ȏ examinar tots los testaments deis 
»reys passats ó clarament hajam ab 
)!»aquells irobat é conegut los regnes 
Ȏ Ierres de la corona Darago, apre- 
»mort del dit senyor á nos pertanyer 
»com sia ciar é en ubert á iot homqui 
pveure é saber ho vol , majorment 
»per lo tesiament del senyor rey en 
»Jachme de gloriosa memoria, iresa- 
Dvi nostre, lo qual conquista los reg- 
3»nes de Valencia é de Mallorques de 
»mans de infels, axi ordonant apres 
»de la instítució del infant en Pere 
»primogenitet hercu seu ^oes que sis 
«convengues quel dit infant en Pere 
vprimogenii seu ó los filis daquell les 
Dgitims máseles ó descendents daquell 
ven dreta línea, máseles legitims seus 
»fill ó filis legitims et máseles moris- 
»sen, lo regne Darago ab totes ses ter- 
erés fossen devolutes á certs substí- 
3>tuits seus é deffallints tots los dits 
Dsubstítuits derreramenivolc é stabli 
»que iois los seus regnes é ierres de- 
Dvolvessen á aqueli quifos pus prois- 

» me en línea de parentela , lo qual 

17 



i30 Memorias 

nempero fos legítim é másele é deva- 
»11á8 per dret, grau de son linatge se- 
«gonsque en lo díttestamentpnslar- 
»gament es contengut. Donchs com 
Dtots los dits descendents del dit rey 
»en Jachme per la dita dreta línea ha* 
»jen ñnits sos dies sens fiU ó Glls mas- 
»cles é legitíms trosas en lo senyor 
»rey en Marti derrer descendent per 
vdreta linea defunt é jaans déla mort 
»del dit rey en Marti tots los altres 
»substituits contenguts en lo dit tes- 
«tament fossen defallits: sequeíise 
»que tots los regnes é terres é tota la 
«heretat per lo dit testador al dit seu 
»primogen¡t lexada pertany á nos qui 
»som pus proisine al dit rey en Jach- 
óme en linea de parentela é son mas- 
)»cle é legítim descendent daquell de 
»mascle perdret, grao é de son linat- 
]»ge. E ultra nostra justicia en la dita 
»8uccess¡ó á nos competent no sola- 
»ment per lo dit testament mas per 
«altres justes rahons, encara vosaltres 
»deuen induhir á spatxar et declarar 
)>nostra justicia de la dita successió á 
»nos pertanyen les preheminencies é 
»sguarts losquals nos havem á la ca- 
nsa Darago, car entre aquells qui de« 
«vallen per dreta linea masculina de 
»la dita casa cessant parlar daquells 
»qui per linea femenina devallen da- 
»qaella qui sonestranys com nohajen 
»tan bon dret com nos en la dita suc- 
«cessíó no sia algu dins lo regne ne 
»fora daquell haja los dits sguarts á 
«la dita casa segons nos havem qo es 
«com lo senyor infant en Pere pare 
«nostre fon fill legítim del rey en Jach- 
» mego que no ha altre. Itemmes que 
«som net del rey en Jachme que no 
«ha altre. ítem que som nebotdel rey 



PREMIADAS 

»Namfos que no ha altre. ítem que 
«fom et som cosíngermá del rey en 
«Pere que no ha altre. ítem que fom 
«et som onde deis reys don Johan é 
«don Marti que non ha altre. Ítem 
«que som primer en temps á la casa 
«Darago com siam major de dies que 
«algún altre é som natural de la casa 
«et regnes Darago é per conseguent 
«dejamesser primer et millor en dret. 
y) ítem per ^o com altament é loable 
«havem servitá la dita casa é los reys 
«é regnes daquella en totes guerreset 
«affers que en nostre temps son stats 
«en los dits regnes metents et despc- 
«nents ^\\ nostra persona abscampa- 
«ment de sanchélonga preso de aque- 
«Ha com bens de nostres sotsmeses é 
«servidorséperdiment de lurs perso- 
«nes en mantenir sustentar é conser- 
«var la dita casa mes que altre qui 
«dret si digua segons que a^o á tot 
«lo mon es notori. E per conseguent 
»com fossem derrer en temps qo que 
»no som seriem et som pus fort prí- 
«mer é millor en dret en la dita suc- 
«cessió que algún altre segons es lo 
«conservador de la ñau á altre cree- 
«dor primer en temps : ne havem me- 
«nys parents amichs et servidors et ab 
«que ios mantengam ab totes coses si 
«mesterera que algún altre: per ^o 
«ab gran ansia y congoxa pregamvos 
Ȏ vostra vera fealtat ab aquella ma- 
«jor instancia que podem requerím 
«que ab tota solicitut é virtuthavents 
«Deus davant vostres ulls é lo deute 
))per lo cual sotstenguts éobligats á la 
«casa Darago al pus tost et breu que 
«porets entena ts reyalment é de fet á 
«la expedido, publicacioédeliurament 
«del dret de la dita successió com lo 



POR LA Real Academia de la Historia. 



i31 



>' contra r i sería gran carrech de vos- 
»a]tres é daquells qui ferho han épor 
»tantho breument á final conclusío 
»segons dít es seréis dignes de gran 
>»laor et honor é nomenats preserva- 
Ddorsde la dita casa é corona Darago 
»é desviadors de tot sínistre mal et 
xperill de aqaella : pregantvos que de 
»les dites coses lo pus prest que esser 
»pusque hajam y ostra resposta tal com 
»deY0saltres per los esguartsdamunt 



»ditsse pertany: é per vostra acos- 
» turnada bondat permetats de la pre- 
»sentac¡o de la present á vosaltres 
«fahedora per conservado de nostre 
»dret é justicia esser feta carta publi- 
»ca. Dada en la nostravila de Gandía 
»ab nostre segell comu segellada lo 
»segon día de setembre del any de la 
inativitat de nostre senyor mil cua- 
» trocen ts deu.» 



XXL 



Carla del rey Garlos de Francia recomendando el derecho del hijo de 

D. Luis de Ñapóles y de doña Violante — Archivo general de la Coro-- 

na de Aragón. Colee, de Cortes, t, XVI, fol. 200. 



• Patribus in Ghristo reverendis 
»pre1atis et alus personis ecclesiksti^ 
DCis necnon magnifícis et potentibus 
«comitibus, yicecomitibus , baroni-^ 
»bus, milítibuset alus nobilibus ac 
»prudentibus viris civibus et incolís 
Dcivitatum ac villarum priucipatus 
»Cathalonie, ad generaiem et regalem 
»statum dictl principatus deputatís 
Damicís nostris carissimis* — ^Karolus 
»Dei gratia francorum rex patribus in 
»Chrísto reverendis prelatis et alus 
» personis ecclesiasticis necnon mag- 
x>nificis et potentibus comitibus , vi- 
»cecomitibus« baronibus, militibus 
»et alus nobilibus ac prudentibus et 
nprovidis yirís civibus et incolis civi- 
«tatnm et yíllarum principatus Ca- 
»thalonie ad generaiem et regalcm 



Astatum dícti principatus deputatís 
»amicts nostris carissimis , salutem et 
»sincere dilectionis affectum. Amici 
Dcarissimi: sicutijam alias providen- 
»tiis yestris scripsimus antequam no- 
»bis innotesccret obitus nuper de* 
«functi carissimi consanguinei nostri 
»Hartini, olim regís Aragonum, cuí 
»Deus parcat dilectos et fídeles Ge- 
»rardum episcopum Sanctiflori, Hen- 
nrícum de Haría, primum nostri Pa- 
»risíus parlamenti presiden tem, ac 
»Robertum de Chaluz, senescallum 
«nostrum Carcassone , milites , et 
»mag¡strum Guillelmum de Vendello, 
»in sacra pagina et jure cívili protes« 
»sorem , consiliarios nostros pro re-* 
»noYatione confederationum et ami- 
»cítiarum alias ínter nos et predece- 



Í52 



Ml¿MORIAS PREMIADAS 



ssores nostros reges Francieex parte 
»uoa et reges Aragonum predeceso- 
»res ipsius consanguinei nostrí regís 
»uUim¡ ex altera firmatarum et inh¡- 
«tarum et ípsas in meliiis quoad díc- 
»tiim consanguincum nostrum ultí- 
>»inum rcgem et ejus heredes in reg* 
»nis suís terris etdomíníís reforman- 
))dum ap ipsius defuncti consaguinei 
» nostrí presentían), ordinaveramus 
Ddestinandos; etjam satis in vía pro- 
ACesserant dum dícti suí obitus ad nos 
vdevenere rumores. Dolenter profec- 
»to obitum ipsum audivínius sed ob 
«hoc dilectro fervens quam ad regna, 
aterras et domínia sua et eorum in- 
»colas antea gerebamusproutetsem- 
»per gerimus non fuít nec est alíqua- 
«liter diminuta se ipsam toto mentís 
»annisu continuare volumus nostra 
»parte : potissime cum sicut é certo 
»nobis innotuít prefatus defunctus 
«consanguineus noster antequam fí- 
)!)niret dies suos dum ab eo peteretur 
»at quem vellet sibi in dictis suís reg- 
»ni8 terris et dominiis succedere de- 
j»clararet, ordinavit et yoluit curias 
»regnorum, terrarum et dominiorum 
»8Uorum predictorum congregari ut 
»per eos testamenta progenitorum 
»suorum cum diligentia víderentur et 
»quem ex tenortbus dictorum testa- 
nmentorum constaret per justitiam 
»sibi deberé succedere ipsum et non 
»aliiim pro suo rege et domino habe- 
»rentque deinceps et tenerent. Pro 
»cujus ordinationis exequtione et pro 
escrutando cui dicta successio secun- 
»dum jus et justitiam pertinere debe- 
»bit jam ut fertur estis invicem con- 
«gregati: et sicut audivimus testa- 
ementa predicta per Tiros solemnes 



Dad hec doctos videri et examinar! 
»fecistis in hoc facto, tanquam 6de- 
»lis dícti defuncti regís et domini ves- 
Dtrl voluntatis et ordinationis exequ- 
Dtores, secundum Deum et justitiam 
»airectionequaIícumque semota quod 
"^gaudenter referimus procederé cu- 
»pientes: quorum quidem testamen- 
»torum translata et omnia dubia que 
»super bilí possent per aliquos fíerí et 
3>moueri nos etiam per famosos utrius- 
»que juris divini videlícet canonici et 
Dcivílis professores fecimusdiligenter 
»perscrutari : qui omnes in unum 
»convenerunt díctam successionem 
»carissímo consanguíneo nostroLudo- 
>YÍco primogénito consanguíneorum 
»nostrorum carissímorum illustris Lu- 
Ddovicí regis Sicilie et Yolandis ejus 
Duxoris filie quondam defuncti Johan- 
»nís, olim regís Aragonum, deberi 
net nullí alii pertinere: et si favente 
vDomino qui in exhibítione bone jus- 
etitie delectatur judicium yestrum 
epro dicto primogénito consanguíneo 
»nostro dictí regis Johannis nepote 
Dconcludatur, sicuti de vestris fídeli- 
Dtatibus et magnis providenliis fíerí 
)>et concludí indubie speramus, tanto 
»plus ad ipsam dilectionem erga vos 
»et omnium dominiorum predicto- 
»rum íncolas et subditos augmentan- 
»dam fortíoribus nimirum et ampho- 
»ríbus y\nculís astringemur: etidcir- 
»co dictis obitus hujusmodi rumori- 
»bus nobis notis statim ipsis nostrís 
»ambassíatoribus mandavímus ut in 
veorum itinere procederent vobiscum 
Dde ista materia prout a nobís ins- 
etructí fuere locuturí. Vestras igitur 
))fidelítates providas affectibus íntrin- 
ssecis requirimus quatenus materiam 



poB LA Real Academia de la Historia. 



153 



«istaoi tan ardaam ínter vos com so- 
»lertis indaginis maturitate digeren- 
)>tes cuí prefata successio perttneat 
sseciindum justiciam declaretis : te- 
»nentes indubie e cetero nos et totam 
«domum nostram Francie adversus 
»omnes quí vos ¡u hujusmodí justitie 
»perscrutatíonequomodolibetimpedi- 
»re ét eidem justitie postquam per vos 
))declaratum fuerít contraríe presum- 
«pserintcumefiectupotentialitererec- 
»turos Yobisque daturos contra ipsos 
»et prout et dum videbítur expediens 
sauxílium consilium et favorem: ad 
»hec specialiter inducti tum ex cau- 
vsiset rationibas supratactis» tum 



»propter Yicinitatem terrarom , tum 
»propter gratuitatem per subditos 
»nostros ab incolis dictorum regno- 
»rum et terrarum et dominiorum 
»d¡cti defuncti consanguinei nostri 
]»perceptionem, tum etiam quíapre- 
j»fatus consanguineus noster Ludovi* 
))cus rex Sicilie dum ultimo ad regni 
»8ui conquestam accessitregna et do- 
)>m¡nia eorumque subdita et Íncolas 
»supradictos nobis aíTecluosa comen- 
»dationc recomíssit: casuque exigen- 
Dte ad nos in his amici carissími cum 
)>omni fiducia securum habetote recur- 
»sum. Data Parisius XXVIIL* die 
«julii. — Neauville^n 



xxn. 



Auto de concordia del Parlamento de Barcelona» tomado en la sesión 
del dia 29 de octubre de 1410. — Archivo general de la Corona de Ara- 
gón, Colee, de Cortes, t. XVII, fol. 268. 



«Lo parlament del principat de Ca- 
i»thalunya per gracia de nostre Senyor 
»Dea agi congregat ab bona unitat é 
Dconcordia per actede parlament va- 
3»ledor é de ací avant servador fa sta* 
wtueix é ordena les coses seguents.— 
i^Primerament que lo parlament ha 
velegídes é elegeix XII persones , Qo 
3ies lili de cascuna condicto les quals 
Dhajen ansia é carrech de encerquar, 
)»Yeure, saber é promoure quines é 
» quals coses han mester los missatt 
»gers qui deuen esser tramesos en los 
»regnes de Arago é de Valencia per 



»part del principat de Cathalunya ne 
»quins memorials ó instruccions los 
»deven esser fets é totes altres coses 
»que sien opportunes ó necessaries 
»per expedicio deis presents negocis 
»les quals XII persones son les se- 
sguen ts:-—Primerament, per la con- 
»dicio de la Sgleya larquebisbedeTar- 
»ragona , mossen de Yich , misser 
»Johan Siurana, prior deTortosa, 
» mossen Bernat de Sanctamans. Per 
»la condicio militar lo comte de Car- 
»dona , mossen Pere de Cervelló, 
vmossen Dalmau Sacirera, mossen 



134 Memorias 

»Berengi]er Dolms. Per la condicio 
«real en Guillen Oliver, de Barchi- 
nnona, en Bernat Olzínelles, de Leyda, 
»en Jacme Granell, de Tortosa, en 
DPere Garat, de Perpenya, sindichs. 
)» — Encara mes lo dít principal per 
»semblant acte mateii^ de parlament 
«inviolablement servador é teñidor 
»fa, statueix é ordona treua general é 
»voluntaria entre les persones qui huy 
»entreyenen en lo dít parlament é de 
»aci avanthi entrevendranad invlcem 
»apre8 que en aquella fermat hauran 



PREMIADAS 

Dduradora, teñidora é observadora 
»tant com lo present parlament du- 
nrará é trigará, é un mea apres dins 
»la present ciutat de Barchinona é 
»dues legues fora aquella á cascuna 
Dpart: la qual treua sie dictada é or- 
»denada largament per les XII per- 
Dsones dessus prop nomenades , é que 
»sie fermada divendres primer yinent 
>ab sagrament per les persones eccle- 
»siastiques, éab sagrament é bome- 
)»natge per les altres.» 



xxin. 



Carta de LuisAversó, embajador enviado á Lérida por el parlamento 
de Barcelona , en que se habla de los bandos entre los Naves y Ges- 
comes. — Archivo general de la Corona de Aragón. Colee, de Cortes ^ 

t. XV, fol. 314. 



«Al molt reverend , noble et bono- 
» rabie lo parlament general del prin- 
»c¡pat de Cathalunya congregat en la 
»ciutat de Barchinona.— Mott revé- 
»rends, nobles e honorables senyors. 
»Com yo fuy arribat aci en Leyda 
»atrob¡ aci proa mal entre aqüestes 
»bandosidats : etant que quaix tota 
)>la ciutat era ab la una part, 90.es 
»ab la deis Comes , e daltra part en 
»Samso de Naves, qui era tora de pau 
»e de treua, e era en ribera de Ebre, 
»e en valonea dell lo noble ea Franci 
»Darilledaltres: e daltra par lo se- 
Duyor bisbede Leyda, qui segons par 



na mi es lo tot en aquest affers, qui 
»no es en la ciutat, ans es a Colmes 
»a un legues daci, e lo veguer qui 
»no era en la ciutat:. e yo vehentme 
x>en tal trontoU recorregui per los 
»pahers e parlí ab ells axi com Deus 
»me administra: los quals ab mi en* 
9semps fon acordat que yo parlas ab 
Den P. Qescomes perqué ell fes venir 
»en Ramón Qescomes , son frare qui 
»es lo principal en la bandositat per 
Dtal com lacte propi del qual devalla 
«la bandositat dita esguarda aquest 
x>Ramon e no en P.: e de fet yo he 
nparlat ab aquest P. Q^comes, 



POR LA Real Academia de la Historia. 



135 



«aquest ha fet venir son frare en Ra- 
AinoD 9 e yengut yo he parlat ab 
oaquest dos frares e ab alguns altres 
»de lur yalenga , ab aquella millor ma- 
»nera que Deu me administra , ab 
i>tots los carfcchsque rahonablement 
Ddarlos poguí ab totes persuasions 
>per tirarlos a mon proposit ab dolces 
»precbs e paraules, e requestes forts 
»e cominacions de part de vosaltres 
nsenyors : entant que apres curt acord 
»per ells reteogut me resposeren que 
»per reverentia del parlament metrien 
»aquests fets tots en poder del parla- 
»ment sots algunes retencions: e be 
»que yo los bagues grat de 4ur res- 
nposta del tot no la volguí acceptar 
»per occasio de lurs retencions: mas 
«acordé ab los pahers ensemps que yo 
»anás al senyor bisbe ensemps ab 
»mis5er Berenguer Colom lo qual de 
»aquest affers molt havia ^a entras 
»practicat ab ell : e de fet dijous a 
»XX del present mes nos fom ab lo 
)>dit senyor bisbe en lo loch de Col- 
imes e aqui parlam molt estesament 
»dels dits affers en los quals par quel 
»dít senyor sia queacom tírat e mo- 
»gut contra los Comes e encara per 
»aquests affers contra los pahers de 
)>la ciutat e lo consell de aquella : pe* 
3»ro a la ñ e per gracia divinal nos ro- 
»manguem sots tres conclusions. La 
^primera es ques prenga paraula en- 
»tre les parts de no dampnificar 
>dins XV dies sdevenidors: é aQo per 
»tal que mal nos seguesca e milis los 
»fets se puxen passejar: e da^o lo dit 
«senyor ha pres carrech per part del 
»d¡t Samso de Naves e yo lo he pres 
»per haver la dita paraula deis Comes 
»e a^o haja recapte tant com yon ha- 



>via a fer. La segona es que lo fet de 
lia pau e de la trena qui toqua lo dit 
iSamso se mete en curta termes: e 
>per ago yo he ja hauts lassessor del 
•veguer é altres savis qui hi han a ca- 
>bre : de que 6y en Deu que fort sera 
»curt iafinament. Elater^ es la com- 
iparacio de la dita pau e treua que 
>ha a fer lo dit en Samso com parra 
ifora la ciutat per satisfer al preces 
»de la pau e de la treua. Daltra part 
>he haut a proveir per tal com lo dit 
> Samso es della lo riu que per tal que 
>nos pusque seguir scandol ne mals 
>que les barques si ell volia passar 
sdega nol passen: e moltes altres co- 
rsés he haudes a fer senyors a he deis 
idits affers que per no enujarvos ob- 
»met de scrlure. Pero senyors molt 
ireverend, nobles e honorables per 
>tal com queacom yom sospit del mo- 
ivímentquel dit senyor bisbe ha con- 
itra los pahers, lo consell de la ciutat 
>e la partida del Comes, placie vosal- 
>tres descriure al dit senyor tantost 
sencar regantío de aquests affers es- 
itretament é no superficial: car yo 
>veig be que si ell se vol attes ell qui 
>es tots los affers hauran bona fi dins 
•curts termes. Daltra part que fa^ats 
»quel comte de Cardona son frare que 
>li scriva tan estretament com puxa; 
>é per tal com se diu aci que D. An- 
>thon de Cardona hic deu venir ab 
igent darmes perqués valla : vos pía- 
>cia si res es quen vullau fer cessar 
>car ago seria nafra sens speranga de 
iguarir:e si res yo molt reverente 
mobles e honorables senyors per vo- 
isaltres puix fer manatsme car prest 
»me offlr á comjjlir. Scrita en Leyda 
idíssapte a XXII de noembre 1&10. 



-^ I 



136 



Memoiuas premiadas 



»— Loft castells deis quaU es la qued- 
»tio tenia lo senyor bísbe en nom de 
»precari e ara en nom propi: perqué 
íes obs que en la letra que lí farets 
>se fa^amencio que vosaltres senyors 
lyehentsque rahonablament losaffers 
>ne deuen venir milis havets per 
lacordat quels dits castells venguen 
>en ma comuna: e aquesta entench 



I yo que deu esser lo veguer dací o la 
Ycíutat: per quel pregats et encarre- 
sgats que ellhi vulla dar loche de tot 
laQo vos porets informar ab los mis- 
isatgers daquesta ciutat qui aquí son. 
>£ placieus senyors que vostre res- 
>criure sia breu per tal que lo temps 
»non falla. — A tol vostre servey prest. 
> — £tiü de Averió. > 



XXIV. 



Carta de los Araneses pidiendo socorros para poder rechazar las in- 
vasiones de los de Cominges. — Archivo general de la Corona de Ara- 
gón. Colee, de Cortes, t. XV, fol. 427. 



cAls molt reverents, nobles e ho- 
norables senyors celebrants lo par- 
ilament de Cathalunya en la ciutat 
>de Barchinona. — Molt reverents, 
mobles e honorables senyors. Alguns 
idies passats que nosaltres vehents 
>que alguns fiUs de iniquitat deles 
iparts del comtat de Comenge e dal- 
itres lochs e ierres de nació estranya 
lab proposit de depredar e decuparse 
1 viles e lochs et alias, dampníOcar los 
isingulars de aquesta valí eren en- 
itrats ma armada en los termens de 
lia dita valí e sen havien aportats 
igran muUituts de bestiars grosses 
letmenuts, tallades diverses orta- 
ilísses, cremats alguns lochs e ame- 
mats absi alguns presoners de la dita 
ivall» nuUa causa saltem justa pre- 
icedent: e ^o que pus cruu es con- 
igregatsen gran nombre ab coratge 



hostil, tiran etdampnat, caminaven 
e sesfor^vea entrar en la dita valí 
e aquella totalment exterminar : e 
veent encara que aquesta dampnada 
gent les universitats et singulars de 
la dita valí bonamentno podien pro- 
vehir ni a lurs necesitats socorrer 
sens singular e specíal ajutori e 
provisio del senyor rey en Marti, de 
gloriosa memoria, qui lavors vivía, 
e beneficí del principat de Cathalun- 
ya suplicam al dit senyor rey e ex- 
posam ab nostres'sindichs e missat- 
gersen la reverent, noble e honora- 
ble cort de Cathalunya qui derrera- 
ment se celebra va en lo monestir deis 
frares menors de Barchinona, los 
plagues provehir al dit ocurrent cas 
de remey condecent en altra manera 
on lo contrari fos ^o que Deus no vol- 
gues convcnguera ais dlts singulars 



POB LA R£AL Academia de la Historlv. 



0/ 



de la dita vatl aquella jaquir deserta 
e per conseguent donar loch al cas 
¡naudit: e stant la dita cort una 
yeguada e moltes en delliberar per 
proYehir e socorrer a la dita valí las- 
tant o requirent lo dit senyor rey 
volch Deus quens entrevench lo cas 
molt doloros de la mort del dit se- 
nyor don la dita cort fini e totalment 
expira : axf que ais di(s iiostres sin* 
dichs etmissatgcrs covench recorrer 
ais reverent e honorables deputats 
de Cathalunya protestants contra 
ells del cas sinistre qo que Deus no 
vulla sis contingra : los quals dipu- 
tats considerants lo évident perill et 
dampnatge ques pogren subseguir a 
la dita valle a tot lo principal de Ca- 
talunya per la exterminado de aque- 
lla si prestament no h¡ era provchit 
volents socorrer a la corona Darago 
e a la tranquillitat, utilitat e be ave- 
nir del dit prineipat (Tovéhiren que 
fossen assoldats a tres meses trenta 
pillarts e CC servents per defTensio 
de la dita valí , ah tal convinent que 
la dita valí se aunís al dit prineipat 
e contribuís en los carrechs en que 
contribueixen les universitats et sin- 
gulars del dit prineipat per raho de 
generalitats e axí fo fet e complit 
per los dits deputats e per la valí 
damunt dita: e aquesta provisio es 
estada molt nobla e notable , bona e 
fructuosa al dit prineipat, car la dita 
valí sen es deíTesa virilroent et ho- 
norable qui en altra manera fora 
per la dita dampnada gent cromada 
e dissipada e anichílada en gran 
menyspreu e vergonya de la dita co- 
rona e prineipat : e fo fet a requesta 
de la dita valí per relevarlo dit prin- 



>cipat de mes despeses qucl dit sou 

)fon compartí t a VI meses co es part 

)de aquell a tres meses primers e lo 

>restant a tres meses prop seguents 

>los quals finirán por tot janer pri- 

smer vinent, confiant la dita valí que 

ten aquest espay de temps los ene- 

>m¡chs perterrits et tementsse de tal 

isocors et tractant lo noble mossen 

lArnau Darill, capita de la dita valí, 

ifaessen bona pau o longa ab la valí 

>damunt dita: e no ha plagut a Deu 

>ni lo dit noble capita jatsía request 

> di verses vegades ab carta publica e 

«de páranla es james volgut venir a 

icapitanejar lo dit socors, ans ha 

>tostemps respost que ell occupat de 

laltres capitanies no pot entendre en 

»la capitania de la dita valí : don es 

>vist clarament que passat lo dit mes 

1 de janer la dita valí romandrá sens 

scapita edespulada de tot socors si 

ipervosaltres molt reverents nobles 

>e honorables senyors noy es en altra 

imanera provehit. Be es certa la dita 

> valí que los dits comengeses e damp- 

>nada gen están apersabuts en grand 

> nombre qne pasat lo dit mes de ja- 

mer ells entren ma armada en la 

>dita valí c aquella atrobada sola de 

itot socors, cremen e abolesquen e 

• meten a total destruccio , la fortuna 

>iniqua, mala e adversa no sadolla 

»de aquesta mesquina de valí qui en- 

)»riquehida de tants privilegis e liber- 

itats ha volgut per mantenirse a la 

>reyal corona renunciar liberalment 

>a aquelles e sotsmetres al jou e al- 

>tres carrechs del dit prineipat deis 

))qudls era franch e aunirse a aquell 

>e qui ha vist e veu tots jorns talar 

•sos bcns, cremar ses posscssions, 

18 



138 



imalar sos pares, filis e germans, e 
•finalment si mateixa a propinqua e 
>tolal destruccio no yol n¡ permet 
»que encara haja fi a tants mala, 
>nns enedit mal a mals ha iet qiiel 
»comte de Pallara nostrc vesi ses 
lirrítat contre nosaltres per rao de 
iccrta demanda quens fa inhibiot lo 
>pas de sa térra e faent altres proce- 
shírnents contra uosaltres de que sa- 
ibem que sots ja avísats per los dlts 
ideputats. Perqué molt reverents, 
•nobles e honorables senyors com 
»aquesta dita valí axi appresa e op* 
spremuda que ja no pot spírar a pre« 
9sent no haja altre recors refrigeri o 
>ajuda sino en vosaltres senyors ce- 
»]ebrants lo present parlament del 
»dit príncípat al qual ella se es aoui* 
>da segons que damunt: pregaus eus 



Memorias premiadas 

•suplica ab aquella humilitatet revé- 
»renc¡a ques pertany que en aquest 
>cas tant urgent ct necessari no la 
ivullats desamparar ans ab aquelles 
ibones persones queus para necessa- 
^ri vullats tractor que sia feta treua 
>o pau entre aquella e los díts ene- 
>m¡chs seus e en lendemig passat lo 
»dit mes de janer si la dita pau o 
»treua no havia hagut compliment 
iprovehir a la deffensio de aquella e 
iprovisio de algún bon capita quils 
iregescha com a present siam sens 
»algu capita o regidor: e será cosa 
«queus tindrem a gran gracia e mer- 
ece. Scripta en lo loch de Yella 
la XXIU de decembre.— Los gentiis 
•consols e promens de la valí Darán 
•aparellats a vostre servey.» 



XXV. 



Escrito de recusación por sospechosos de algunos individuos del Par- 
lamento de Barcelona, presentado por la reina doña Violante. — Archi- 
vo general de la Corona de Aragón. — Colee, de Cortes, 1. XV, fol. 485. 



cLes coses divináis han en si tanta 
»e tan gran períecció que humanitat 
>nos pot rependre de algún defalli- 
>ment e per (o les ordinacions deDeu 
»son fermes et stables eternalment, 
> mas aquelles deis homenson fragilítat 
•humanaba tant defallit, que les uns 
•per afecció privada, los altres per 
•preUy los altres per ambicionSí no 
•reten dret a egual jubi en aquelles 



•virtut de saviesa deu obrar major- 
•ment lia on penja lo estament de la 
•cosa eublica ab conservado de la in- 
•nada fé et naturalesa de tots los sub- 
•dits de la corona Darago e nos deu 
•perpetuar cogitacio rahonable que 
•en religio de prudents haja tant de- 
•fallimcnt, que per desordenat voler 
•de la creatura, lom oblida la te- 
•men^a de Deu, ni a perfeccio stran- 



pon LA Rgal Academia de la Historia. 



139 



>ya daropnar si mateix ni per comport 
»daUri denigrar sa propia honor e 
tde tota la posteritat. Nis deuría 
•presumir lo eoutrari en loch de tan • 
•taprudencia, com es aquest loable 
iParlament on se tráete de cosa tant 
turgent et de tant gran preu niy 
vdeu esser negun comportar : per 
>(o la molt alta senyora r^ina dona 
lYolanty del molt alt princep et sen- 
»yor D. Johan Darago , de gloriosa 
imemoria quondam niuller havent 
»clara conexen<;a per obres exteriors 
)Com en aquel tParlamententrevenen 
«persones notoriament sospi toses a 
>les parts contendents per sospita 
«importable, les quals, per actes pu- 
«blichs et notoris, continuáis volun- 
«tariament per aquella a part de fora 
«demostren publicament etcontinua- 
»da parcialítat et passlo , manifestes 
>a propri ínteres ab affeccio privada, 
«segons que ago es pus que notori et 
«importable, nosolament a les parts 
«de qui es interés mas encara a tota 
«la cosa publica é al benefici daque- 
«11a : e per ^o no podentse mes avant 
«supportar en lo dia ques contave 
«XYI del present mes la dita senyora 
«offeri et dona a vosaltres reverents, 
«nobles et honorables senyors lo prín- 
«cipat de Cathalunya en aquest loa- 
«ble Parlament representants una 
«cédula en effecte continent que tais 
«persones no permetessets entre vo- 
«saltres entrevenir, ni sofferissets do* 
«nar veu en especial en toquans la 
«general successio de la corona Da ra- 
sgo com tota disposício de dret et de 
#bona rabo les baja avorides de \ot 
«et de juhi en tots affers o negocis 
«encara pochs quant mes en aquest 



«on se tracten, los intermedis de la 
«exquisicio econexenza del vertadér 
«rey et senyor, lo qual fet ha en sí 
«qualitat propria, no solament que 
«si fa^ justicia roas encara et preci- 
«puament ques faga justicia tota sus- 
«picio et frau cessant rahonablement: 
«et ago deu romanir en ciar et notori 
«a tot lo mon per tal que a trobat per 
«tots los regnes e terres en semps 
« ajusta ts per justicia aquipertany la 
«dita reyal corona Darago, aquell e 
«noaltri sia rey et senyor et los al- 
«tres contendents vajen a part de fora 
«et bajen esser rahonablement con- 
«tents del juhi : e axí que la térra 
«baja dues coses ensemps vertadér 
«rey et senyor e reposada pau ais po- 
«bles qui procehirá de la dita justicia 
«e egualtat del juhi. Aqüestes coses 
«no poden concorrer ni haver stabi- 
«lital rahonable si procurador de les 
«parts contendents, vassals stipen- 
«diats, familiars, domestichs, e enea- 
>ra ambaxadors daquelles et part pu- 
«blica, fahents entrevenen entre vos: 
«per tal altra vegada la dita senyora 
«reina per interés deis infanta et des- 
«cendentsdel dit senyor rey D.. Jo- 
>han> rey et senyor vostre, ais quals 
«la reyal corona Darago pertany o 
«afferma pertany er per pura et clara 
«justicia, o Bernat de Gallach trames 
«a vosaltres ab especial manament 
«de la dita senyora en aquests scrits 
«vos requer que les dites persones 
«vullats expellir et foragitar de vostre 
«loable Parlament e actes en aquell 
«fahedors tant com deis intermedis 
«e actes de la dita successio e inci- 
«dents daquella entre vos se tractará 
«la condicio de les quals persones es 



149 Memorias 

»c1ara et indubitada a vosaltres per 
»acte8 publichs e en altra manera per 
^motorietat de fet : requirentvos a 
» cautele ne rcebats deguda informa* 
>cio per vostra descarrecb, en altra 
smauera si a^o dilatats pus avant e 
labaquestperjudici al volens enan- 
»tar, la dita senyora reina protesta 
«del dret deis dits ínfans o daquells 
»de qui es o será interés, etde ayerne 



PttEMlADAS 

irccorsal general ajust fahedor de 
>tots los regnes ab lo príncipat eta- 
ilías axi com deja e requer quela pre« 
>sent cédula elaltra de la qual des- 
>su8 es feta mencio sien continuades 
>en lo preces del dit Parlament per 
»tots los scrivans e sien fetes carta e 
'cartes publiques et tiurades a aques- 
>ta part per conservacio del dret de 
»aquetls daqui es o será interés.» 



XXVI. 



Acta de concordia del Parlamonlo de Cataluña. Arch. general de la 
Corona de Aragón. — Colee, de Cortes^ t- XV, fol. 525. 



«Com lo Parlament ab gran desig 
»cobteig anar avant e provehir en los 
»casos e articles en un memorial lal- 
»tre jorn en lo dit Parlament acordat 
icontenguts co es en la deffensio de 
»la térra, en la justicia e lo be del 
) general, e al tres coses toquants lo 
>be de la cosa pública del dit princi- 
>pat: e per algún debat e questio per 
>1o nombre de les persones sobre los 
•dits articles deputadores siá differit 
»en los dits actes fins agí provehir 
ipretenents lesio de lurs privilegis e 
>libertats segons par en díverses cedu- 
>1es dessus en lo present preces con- 
stengudes : per tant lo dit Parlament 
> vistes les cedules novellament dona- 
»des per los egregí comte de Pradea 
>e lo molt noble baro comte de Car* 
]»dona, mosscn Gaiccran de Resanes, 



e mossen Dalmau Ga^irera e altres 
en la dita cédula nomenats, e per lo 
vezcomle Dilla per si , e altres ba- 
rons e nobles en la cédula per ell 
offerta nomenats e per mossen Be- 
renguer Dolms, cavaller, per sí e 
per altres cavallers e homens de pa- 
ratge en la cédula mencionats, eper 
Nazbert Gatrilla , donzell , per sí e 
per alguns cavallers e homens de 
paratge de Empurda per ell offerta 
mencionats : considerant lo dit Par- 
lament com tots los dits cedulants 
desigen esser en avant procehit en 
los dits articles e cases e que tot 
cuytar hí es triga no desigan preju- 
dici de alguns de dit Parlament en 
lurs libertats e privilegis preteses: 
ordena ab comuna concordia per 
squivar prejudíci a tots los dits ce- 



POR LA Real Academia de la Historia. 



141 



»dulants e a qaalsevol altres del dít 
«Parlamentla presente tantost sub* 
iseguent salveiat. Lo present Parla* 
iinent, e tota e seiigles convoca t en 
laquell protesten, salven e volen que 
> per los actes que son fets os fan de 
1 present , os farán en esdevenidor 
len aquell no sía fet o engendrat di- 
irectament o indirecta, tácitament o 
texpressa algún prejudici o derogacio 
la ellso á alguns deis stamentso con- 
idício lurs ne adquisit dret a algún 
>o a alguns deis convocats en lo dít 
•Parlament ne a altres de lur condi- 
>cio en general o singular : e síngu- 
•larment que per nombre, eleccio o 
inominacio de persones o en altra 
amanera no sia feyt o engendrat pre- 
ijudici al privilegi del bras que los 
>cavallers o gentils homens haver 
>pretenen, ans romemguen quescuns 
>en lur píen dret, us e posesío sí e en 
»axí com eren ans del dit Parlament, 
>axí en propietat com en us, com en 
»posessío, com en tot altre dret a 
»ells e quescuns dells en qualsevol 



imanera e forma pertanyent, e asi 
>com míls potesser dít, cogitat e ex- 
ipresat. E axf ells tots e sengles des- 
>sus dits en lo dit Parlament convo- 
>cats per pacte exprés concordabla- 
>ment e voluntaria e de certa scien- 
icia ho prometen e stipulen los uns 
>als altres ab bona fe e sens enguan 
>e frau en mans del notari da valí 
•scrit en nom deis absents e de tots 
>aquells de qui es o será o pot esser 
linteres : e premesa la present salve- 
»tat ordena en losdtts actes e altres 
•qualsevol quis bajen es dejen fer en 
»lo present Parlament de contínent e 
>per avant pus a deguda conclusio 
» esser procehit (O es en la manera 
•seguent : que fetes eleccions e no- 
iminacions de persones apart per 
•quescunes condicions del dit Parla- 
>ment, e fetes e continuadas per los 
idits notaris lo Parlament en general 
>e nomenar las eleccions fetes en nom 
>de tot lo dit Parlament, e axí se ba* 
>guen a continuar per los notorís.» 



xxvn. 



Quejas del infante D. Fernando porque el conde de Urgel residía cer- 
ca de Barcelona. — Archivo general de la Corona de Aragón. — 

Colee, de Cortes, t. XVÍ, fol. 620. 



cQuod intentio dicti egregií infan- 
»t¡s Castelle non est qualís asserta 
»exiítit per nonnullos intrandi re- 
»g¡am ditioncm corone Aragonis pro 



linteressendo personaliter ad parla* 
•mentum genérale congregandum de 
•próximo per omnes regnícolas dicte 
•corone regio pro videndo et decía- 



142 



Memorias phemiadas 



»raDdo jus successionís ejusdem:qu¡- 
>niino ejus intentío est contraría vi- 
idelícet non íntrandi nec ín dicto ge- 
>neral¡ parlamento personaliter ades- 
>send¡. Verumtamem ubi aliqui ex 
icompetitoribus intrare dictam re- 
igiam ditionem et adesse personal!- 
>ter vel apropínquare vellent in loco 
»ín quo díctum genérale parlamen- 
>tum celebrabitur isto casu díctus 
•egregius Infans certiñcabat eos seu 
»eum quod ipse suo sólito et conde- 
>centi statu faceret íllud idem: sub- 
>jimgens díctus ambassiator quod ad 
»auditum devenerat pretacti egregii 



línfantis Castelle quod egregius co- 
imes Ürgelli pro inducendo ad suam 
lopinionem et voluntatem modis in- 
shonestis se apropinquaverat ad cí- 
ivitatem Barchinone una leuca vel 
linde circa videlicet in villa de Sant- 
>Boy et quod suspitione non caret 
ifortiori bis et pluries ad nionaste- 
iríum Vallis Domicellarum satis pro- 
ipinquura civitati Barchinone in quo 
ipresens celebratur pariaroentum 
iquam practicam sustineri in gene- 
irali parlamento esset a justitio tra- 
imite alienum.i 



xxvm. 



Contestación que dio el Parlamento de Barcelona á las quejas del in- 
fante D. Fernando. — Archivo general de la Corona de Aragón. — 

Colee, de Cortes, t. XVI , fol. 620. 



tQuod ¡ntentio fírmissima hujus- 
imodi parlámenti fuítet est vacare et 
lintellígere circa justitiam dicte re- 
igie successionis cum ceteris regnis 
let terris ejusdem rite debite atque 
1 juste sine nota et lesione ipsorum 
lOdei et naturalitatis: et quod non 
lest presumendum nec presuma t díc- 
itus egregius infans nec ipsi ambas- 
isiatores ut aliqui de parlamento 
ipresentiinductionibuscujusviscom- 
ipetitorisseu aliorum naturalitate et 
ifide quibus dccorantur desistant 
laliquali mundi subornatíonc vel cor* 



iruptione. Super alio autem capite 
iquo dictus egregius infans suam in- 
itentionem exprimít servandam in 
igenerali parlamento fuit responsum: 
iquod parlamentum hujusmodi facta 
icongregatione generalis parlámenti 
icredit quod providebitur taliter de 
ituitione securitatc ac honéstate de- 
icentibus quod libere ut convenit 
itractabitur justitia predictorum et 
1 providebitur utique equaliter super 
1 presentía vel dístantia personalí 
icompetitornm quorumcumquc.» 



POR u Real Academia de la Historia. 



U3 



XXIX. 



Carta del conde de Urgel rebatiendo los cargos que le hacia el infante 
D. Fernando. — Archivo general de la Corona de Aragón, — Colee, de 

Cortes, t. XVI, fol. 629. 



cA la molt gran saviesa de vosal- 
>tre8 certiGeam que segons havem 
«entes algunes persones han dítes 
•certes páranles incredibles de nos 
»cn aqueix parlament ales qualsnons 
>curam respondre con aquelles sien 
>taU que per dos esguards responen 
>en contrari a si mateixes. Lo primer 
>esguard si es que es notori que nos 
inons curam tirar ne corrompre al- 
>gun ne ja Deus non vulle. Laltre 
>esguard sí es que la leeltat de la 
•nascio cathalana ne deis al tres sub« 
>dits a la corona Darago no sofTeren 



>ne permeten tractes illicits ne cor- 
•rumpíments ne algún hi pot res 
lobrac sino sola verítat e leyaltat en 
>ells innada. Perqué molt aflectuo* 
isament pregam e encarregam la 
>molt gran saviesa de vosaltres que 
»en lo fet de la snccesio breumcnt e 
isegons devets entenats usant de la 
> leyaltat la qual es e será perpetual- 
iment en vosaltres de la qual indubi- 
itadament confiam. Dada en Sentboy 
>sots nostre segell secret a XVllI 
>dabril del any MCCCCXI.— Jayme 
>Parago. — Jayme.» 



XXX. 



Cartas que el rey de Castilla y la reina madre tutora escribieron al 
Parlamento de Barcelona, recomendándole el derecho del infante 

D. Fernando. 



«A los reverendos padres archíe- 
»piscopo8 é episcopos é á los condes 
té richos homens é nobles mis bien 
lomados, é al gobernador é cavallc- 



»ros del principado de Cathalueña. 
» —Reverendos padres ó amigos ar- 
ichabisbos é episcopos , yo el rey de 
iCastiella é de León vos envió mucho 



144 MeMoniAS 

saludar et á vos los condes é richos 
ornes et nobles é mi bien amados é 
mucho honorables é sabios é discre- 
tos barones é governador é cavalle^ 
ros é cibdadanos del parlamento del 
principado de Cataluña aquellos que 
mucho é precio et pera queen mu- 
cha onra é buena ventura quesierc: 
sabet que yo considerand la grand 
leyaltansaé noblesa é fidelitat que 
los vuestros é los de essosregnos de 
la corona de Aragón siempre acata- 
ron é guardaron en las successiones 
que los reyes passados de essoj reg- 
aos que hayan sancto parayso onde 
yo vingo ovieron á ellos et en com- 
mo el rey D. Martín mi muy caro é 
muy amado tio que Dios perdone se 
passó desta presente via ab intestado 
et en commo el infante D. Ferrando 
ral tio é mi tutor et regidor de mis 
regnos sea ell pariente mas propin- 
que varón al dicho rey mí tio é ell 
que mas claro é maior drecho ha á ' 
la succession dellos segund ya del 
negocio sots bien certiflicados: por 
ende confiando en la vuestra grand 
noblesa et que sots tales personas 
que guardaredes justicia é verdat á 
aquell que la tiene guardando vues- 
tras consciencias é leaitansa commo 
siempre faziestes: acordé de vos 
scrivír sobre ello. Porque vos ruego 
cuanto puedo que querades dar acu- 
cia porque la congregación general 
é determinación de dichos regnos se 
faga en breve sin acatar otras luen- 
gas é oviedesá los estorvadores que 
han volunta t que la dicha determi- 
» nació no haya effecto é se aluenga 
»de cada día é querades guardar la 



PREMIADAS 

»just¡cia é drecho al dito infante mi 
»tio pues que lo él tiene claro á la dí- 
>cha succession de essos dichos reg- 
ónos como ya creo que sabcdes: en 
»Io qual fa redes lo que devedes pa- 
irando mientes al bon debdo é natu- 
> raleza que lo dicho infante mi tio 
> tiene en esos dichos regnos é tiene 
>con el dicho rey mi muy caro é muy 
»amado tio que Dios perdone et á la 
>grant buena voluntad quell havía é 
iguardaredes vuestras consciencias é 
>daredes manera é via commo estos 
>mis regnos é otros y esos de la coro- 
ina Daragon sean siempre commo una 
icosa é dure siempre entre ellos bue- 
»na ermandat commo está en debdo 
>é en razón: lo que si asy nonfer 
iqueredes porfalasser la justicia por 
lavantura poria seer otra cosa. E por 
iquanto á mi es feyto entender que 
>bavedcs señalado lugar donde se fa- 
>ga la dicha succession : ruegoos que 
>me enviedes desir el lugar é tiempo 
>é quando seya de fazer el ayunta- 
1 miento general sóbrela dicha succes- 
ision porque yo pueda embiar alia 
>m¡s embaladores con tiempo bien 
•enfermados sobre el dicho negocio: 
>é en esto faredes vuestro deber é yo 
«gradesservos lo he mucho para en 
lio que vuestras onras cumpla. E so- 
mbre esto rogo que haya luego vuestra 
•resposta porque yo sea certificado 
>de vuestras voluntades. Dada en 
iValladolit díes é nueve días de ma- 
>yo. — Yo Sancho Romero la fis scrí- 
ivír por mandado de los senyores 
> reina é infante tutores de nuestro 
isenyor rey é regidores de sos 
» regnos.» 



POR LA Real Academia de la Historia. 



145 



c A los reverendos padres é amigos 
»archiepiscopos et episcopos et cono- 
ides et richos ornes et mi bien ama- 
>do8é mucho honorables é sabios é 
«discretos varones el governadoré 
icavalleros é cibdadanos el parlamen- 
•to del principado de Calhalunya. — 
> Reverendos padres é amigos archie- 
spiscopos éepiscopos, Yo la sin yen- 
»tara reyna de Castilla é de León 
> madre del rey é su tutora é regidora 
»de sus regnos vos embio mucho sa- 
iludar é asymismo á vos los condes é 
»rlcos omes é nobles é mi bien ama* 
•dos é mucho honorables é sabios é 
idiscretos varones governador é ca- 
«valleros é cibdadanos del principado 
>de Cathalunya commo aquellos que 
«mucho amo é precio et pera quen 
•mucha onra 6 buena ventura queria. 
iSabet que yo considerando la grand 



corona Daragon siempre acataron é 
guardaron en las succesiones que los 
reyes passados dessos regnos que 
hayan sancto parayso ovieroná ellos 
é en commo el rey D. Marti mi muy 
caro é muy amado tio que Dios per- 
done se passó desta presente via 
abintestato et en commo el infante 
D. Ferrando mi muy caro é muy 
amado suo ermano sea el mas pro- 
pinque pariente varón al dicho rey 
mi tio é ell que mas claro é meior 
drecho á la subcession de lossegund 
ya del negocio sodes bien certiflca- 
dos: por ende conBando en la vues- 
tra gran noblesa é que sots tales per- 
sones que guardaredes justicia ver- 
dad á aquell que la tiene guardando 
vuestras consciencias é vuestra le- 
yaltanQa commo siempre fesiestes: 
acordé de vosscrivirsobrello.» Etc. 



ilealtansa é noblesa éfidelitat que los (Sigue igual á la anterior con poca 
•vuestros é los de essos regnos de la diferencia, firmándola reina.) 



XXXL 



«Aunque estaba el conde retirado 
•en la ciudad de Ralaguer , no deja- 
•ban sus cosas de estar en gran repu- 
•tacion , y i común opinión era teni- 
•do por mas legítimo sucesor que los 
•demás competidores, y á mas de eso 
tera el que mas amigos y valedores 
•tenia; y aunque habia ya muchos 
•que se declaraban por él, pero eran 
•mucho mas los que de secreto le fa- 
•vorecian y deseaban verle con la co- 



breña , pareciéndoles que no habia de 
•haber razón tan justificada que se la 
•quitara , porque tenían por cierto de- 
•bérsele á él solo. Pero /estando las 
acosas en el estado y punto que digo, 
•sucedió, sin culpa ni ciencia del con- 
•de, un caso tan atroz y feo ^la 
^muerte del arzobispo de Zaragoza) 
•que de tal manera desautorizó y tro- 
ncó sus cosas y suerte, que de aquel 

•punto adelante fueron en tanta dís- 

19 



146 MeBioniAS premiadas 

imínacion y descrédito, que dio oca- >que hasta aquel punto no había osa- 

»sion al infante de Castilla de meter >do intentar.! 

>en Aragón y Valencia mucha gente {Historia de los eoi^s de Urgel^ 

» de armas del reino de Castilla, cosa porHoNFAR.) 



XXXII. 



Carta en que los embajadores de Aragón anuncian al Parlamento de 

Cataluña la muerte del arzobispo de Zaragoza. — Colee, de Cortes^ 

t. XVI, fol. 726. — Archivo general de la Corona de Aragón. 



cAIsmoltreirerends, egregis, no- 
>bles e honorables senyors lo Parla- 
>ment del principat de Cathalunya 
i»resident en Barchinona.— Molt re- 
>Yerends, egregis, nobles e honora- 
>ble8 senyors : Hir vos scrívim per 
laltra letra e per altre corren co es 
>per Steve Carrio signifícantsvos en- 
>tre altres coses com larchebiabe de 
) QaragoQa era parlit daquesta ciuiat 
»per anar a Qaragoca : e sus ara ans 
> de hora dalva havem sabut que hir 
»prop lo loch de la Almonia mataren 
>e degollaren lo dít archabísbeab dos 
>altres : per la mort del qual archa- 
>bisbe dubtam que en la ciutat de 



iQarago^ e en allres clutals, viles e 
liochs daquest regne nos seguesquen 
igrans mals e escandols sobre los 
squals á cessar entenem a provehir 
iper letres en toles aquelles altres 
»vies e maneres quens serán possí- 
>bles. Nosaltres per la dita mort som 
>stats tan torbats que encara no haf 
>vem delliberat que devem fer. £n 
>lendemitg placieus certificarnos per 
»correucuytatqueus plaurá que fas- 
>sam. Scrita cuitadament en Calata- 
>yud, dimarts a II de juny ans de 
•hora dalba. — Apparellats a vostra 
ihonor e servey los vostres missal- 
>get8 en Arago trameses. > 



XXXIII. 



El fruto que nació de la muerte del gel, fué quedar este y D. Antonio 
arzobispo de Zaragoza, en la que no de Luna muy aborrecidos, y en tales 
tuvo la menor parte el conde de ür- términos lo fué el segundo, que , se- 



POR LA Real Academia de la Historia. i 47 

diéndose inferir de aquí cuánto de- 
caería el partido del conde en el reino 
de Aragón, siendo tan odioso á todos 
su mayor amigo y que mejor susten- 
taba su causa. 



guiL escribe un historiador antiguo, 
cuando querían maldecir i alguno, le 
decían : ¡Con D. Antonio te topes! 
por juzgarle lan malo, que solo el en- 
contrar con él tenían por cosa exe- 



crable, triste y de mal agüero, pu- 



XXXIV. 



ICl siguiente documento, que se conserva en el Archivo de la antigua 
diputación de Cataluña en Barcelona, patentiza las gestiones hechas 
por el infante D. Femando para atraerse la voluntad de los 

aragoneses. 



« A^o es la relacio que en Bernat 
»áe Cardona ha felá de Castella. — 
»Primerament ha aportada resposta 
>de les letres trameses per lo Parla- 
iment al rey e reyna e del infant. — 
»/lei»i de la crehen^a com en lo temps 
»que ell era lia en Arago eren ya en 
«Valencia deis parents del arquebisbe 
>Luis Desliada et Quarlo Dorellano 
>et un nebot del bisbe de Pallencia 
>ab CCCC lances. — Ite¡n en la fronte- 
ira e an Soria ladelantado mayor de 
»Castella e Joan Furtado e Pedro 
iMuyoc de Gascunia eallres capitans 
>ab II millia lances. — ítem com la 
ccort del infant gobernen lo pus bisbe 
>de Falencia e ardiacha de Guodella- 
>jare el bisbe de Leyó lo qual es mes- 
>fre de lots los V filis del infant, e 
>Pero infant adelantado de Landalu- 
>sfa. —i/em com tots jornssespcrave 
>en la cort lo comte Federich e Johan 



»Vlasquogransdo8 homens de Cas- 
>tella ab lurs companyes. — ítem com 
»lo!a la frontera de cavall e de peu 
>an manament de star apunt ab lurs 
> armes et fetes lus cadrilles e contes- 
itablíes. — /íetndonan de sou per lan- 
cea Iflori per jorn e per balesler X 
>morayedins: valen II sous VI diners 
ifahia paga de II meses. — ítem com 
vio consell del rey e de la reina e del 
«infant es tot un e son en gran acort. 
» — ítem com linfant se te per dit en 
•tot son dit que lo regne se pertany a 
>ell per rabo com ell es lo pus prop 
»parent másele del rey en Martí, pero 
>d¡u que nou vol sino per justicia. — 
»/íem que laperell que ell faes per tal 
>com es informat que lo comte Dur- 
Dgell e lo rey Luis volen metre gent 
«darmes e fersan senyors per for^a e 
>que en aquest cas que ell socorrerá 
>lo regne que negu nol puscha barre- 



148 



Memorias premiadas 



» gar neferfor^a. —ilam que sí fos 
« per volentat de sos barcos ne cava- 
illersjafore entrat, e los uns ho 
>dien per asperan^a de esser majors 
>homens, e los mes que jal Tolrian 
»haver gitat de Castella per tal que 
»ells regissen lo regne.— /(etn. Tot 
>lo poblé áspera ab gran desplaer e 
>por la guerra, e dien que sí jínfant 



>era rey Darago que tota son perduts 
>que barons los destaran. — lUm se 
•teñen per dít que Saragoza e Calatiu 
>e molts castells ha en Arago sien en 
>ina del infant tota hora que ell vol- 
»ra entrar. — liem com ha homens 
ten aquest regne quí preñen sou 
•del infant e presenta , los quals no 
•Tulldir.» 



XXXV, 



Carla de D. AdIoüío de Luna , participando que Gil Ruiz de Liorí pe- 
dia auxilio al infante D. Fernando. — Archivo general de la Corona de 

Aragón. Colee, de Cortes, t. XVÍ, fol. 734. 



«Ais molt reverends egregia nobles 
»et honorables senyors los del parla- 
»inent del princípat de Cathalunya 
Dresídent en la cíutat de Barchiuona. 
»— Molt reverends egregís nobles e 
»honorables senyors: Pochs dies ha 
i»passats he scrit a la reverencia no- 
«bleses e honorables savieses lo cas 
i^desastradament e en manera que ses 
»seguit de la mort de García de He- 
rredla quís debía archabisbe de Sara- 
igo<^a assats largament la qual so cert 
Dhavets reebuda. E apres he hantes 
ihaud ardíts de mossen Guíllem e de 
imossem Ramón dePalafolls com Un- 
>fant de Castella es request ab gran 
» instancia venir e trametrer alguna 
«partida de gent darmes e sforQ seu 
iper entrar dins aquest regne e venir 
»a la cíutat de Calatiu etdarli aquella 
lab daltres fortes viles e iochs a ra- 



iquesta de Gil Roig de Liori desleyal 
»a la corona Darago ab alguna de sa 
isecta. E jatsía yo crega que linfant 
»se moga sino en la manera que de 
isemblant princep axi juste vertader 
»com ell qui ama e tem Deus se per- 
>tany : pero parriam per quesques fos 
»en a^o se dcgues fer la provisio ques 
ipertany per tal que dans e destruc- 
>cions voluntariament e ab ginys fal- 
)>sos e malvats de gens desleals a Deus 
le tot lo mon nos seguescan ans dejan 
»cessar: car per la mort del sobredít 
»malvat tira nos deu torbar tan nota- 
»bla e sanctacosa com es la declara- 
Dcío de nostre senyor princep et rey 
>ans en teñen t en la prossequcio de 
«aquella de nit e de día ab gran díli- 
sgencía si fa^a Qoquespertany: per- 
iqueas supplích axi com puix ni se 
>vos placía provehir al cars sobredít 



POR LA Real Academia de la Historia. 



149 



»8i el cars ho requerra per la forma e 
«manera que de aqueix Doble e insig* 
>nc príncípat sepertany lo qual james 
>a res que toquas la honor et prospe- 
»rüat de la corona Darago no ha fal- 
>gut ans si mostra singularment e 
imolt principal disposan tho persones 
>e bens car tots jorns segons los ar^ 
»dits que de Castella havem serets de 
»mi verdadera ment de aquella avisats 
»e ultra de iot afo lii retre lo deute 



ique deg e los meus han acostumat 
iferen deffensio de la corona Darago 
>sens fallirhi en los temps passats. E 
31 si en lendemig per la reverencia no- 
rbleses e honorables savieses de vos- 
valtrespuix coses nengunes a aquellos 
iplasents fiabblamcnt men scrivits. 
»Lo sanct Sperit sia en vostra bonsr e 
«continua guarda. Scripta Almonezir 
»a Vil dejuny. — A vostra honor e 
imanament prest Anthon de Luna.» 



XXXVI. 



Actas de aceptación y adición de herencia por el infante D. Fernando. 
— Ardiivo general de la Corana de Aragón. Colee, de Cortes^ t. XVI, 

fols. 750, 752, 756 y 757. 



In Chisti nomine amen. Sit ómni- 
bus presentes litteras inspecturisquod 
anno a nativitate Domini millessimo 
CCCG undécimo die XXII mensis ma- 
dii in Medina del Campo in palacio 
illustrisftimi principiset domini inffan- 
tisdompníFerdinandi domini de Lara 
ducisde Pennaffiel comitis de Albor- 
querque etMaiorica acdominídeCas- 
tro et de Haro in mei notarii publici 
ettestium infrascriptorum ad hecspe- 
cialiter vocatorum et rogatorum pre- 
sentia personaliter constitutus prefa- 
tus serenissimus princeps et dominus 
infans et dominus Ferdinandus fecit 
constituit ac etiam ordínavit omni ju- 
re modo forma quibus melius potuit 
circa revocationcm aliorum procura- 



torum aliter per eundem constituto- 
rum suos veros legítimos cortos et 
indubitatos procuratores actores fac- 
tores deffensores negotiorum suorum 
gestores ac nuncios s|)eciales et gene- 
rales ita quod specialitas generalitati 
non dcroget nec e contra sed quod 
unus vel plures eorum inceperit vel 
inceperint alter prossequi valeat et 
finiré videlicetvenerabiles et discretos 
viros dóminos Diadacum Gómez de 
Fuente- Salida abbatem ecclesie coUi- 
giate Sánete Marie de Valle-Oleti íu 
decretis licentiatum Ferdinandum 
Guierra de Vega Petrum Diadaci de 
Quesada milites lohannem Gondizal- 
vum de Acevedo legum doctorem et 
Luppum Gondizalvum de Olmedo ba- 



150 MEMORIAS 

callarium in legibus absentes et eorum 
quemlíbet in solidum specíaliter ad 
insinuandum denuncsandum et pre- 
sentandum quandam aceptationem et 
adítionem hereditatís successíonís 
regnorum et dominíorum Aragonum 
de Valencie de Mallorques de Sardia 
et de Corsica et de Trinaclia ac etiam 
comitatum de Barchinooa Rossellon 
et de Cerítania que quod regna comit- 
tatusetdominia serenissímus princeps 
et dominus dompnus Martinus quon- 
dam rex Aragonum consanguineus 
dicti domini inffantis dum \iveret ob- 
tinebat per eundem dictum inffantem 
strictam de predicta successione et 
hereditate tamquam legittimum et uní- 
versalemheredemet successorem dic- 
ti domini regis dompni Martini con- 
sanguinei sui quibuscumque prelatis 
ducibus niarchionibus comíttibus ca- 
pitaneis milítibus potestatibus judici- 
bus consulibus gubernatoribus uni~ 
Tersitatibus comíttatibus sindiciscivt- 
tatum YÍUarum castrorum et aliorum 
locorum et alus quibusvis personis 
ecclesiasticís quam secularibus cu- 
juscumque status vel conditionis exis- 
tant predictonim regnorum et domi-- 
niorum: necnon et intentionem et 
voluntatem dicti domini inffantis fuis- 
se et fore acceptandum recipiendum 
et adeundum dictam hereditatem et 
seccessionen dicti domini regis domp- 
ti Martini et dictorum regnorum et 
dominiorum : et iiisuper si dictis pro- 
curatoribus et eorum cuilibet \Í8um 
fuerit expediré de novo acceptandum 
et adeundum dictam hereditatem et 
successionem regna dominia et térras 
predicta vice et nomine dicti domini 
constituentis forma et modo debitis de 



PREMIADAS 

jure et de statutibus seu usíbus aut 
consuetudinibus observatis et ad fa- 
ciendum requisitiones affrontationes 
petitiones contra et adversus predictos 
et eorum quemlibet ne se intromitant 
de dicta successione de pertinente ad 
dictum dominam constituentem neo 
turbent molestent seu impediant eun- 
dem vel procuratorem seu procurato- 
res suos ín adippisdenda ac querenda 
et apprehendenda possesione dicte 
hereditatis et omnes alias requisitio- 
nes et protestationes que ad hec ne- 
cessarie fuerint seu etiam opportune: 
et ad omnia alia faciendum dicendum 
notifñcandum consentiendum contra- 
diccndum protestandum et requiren- 
dum que quod ídem dominus inffans 
faceret diceret notifficaretconsentiret 
contradiceret protestaretur requirere- 
tur faceretur diceretur posset sí per- 
sonaliter interesset etiam si que sint 
que requirant magis speciale manda- 
tum : dans concedens ídem dominus 
constituens prenoroinatis suis procu- 
ratoribus et eorum cuilibet insolidum 
plenam et liberam potestatem ac spe- 
ciale mandatum: relevans ac releva- 
tos esse volens dictes procuratores 
suos et eorum quemlibet ab omni bo- 
nere satisdandi. Promissitque roichi 
notario publico inffrascripto tanquam 
publico persone stipulanti solempniter 
et recipienti vice et nomine omnium 
et síngulorum quorum interest seu 
interesse poterit in futurum se rat- 
tum gratum et ñrmum habereet per- 
petuo habiturum totum id et quecum- 
que per dictes procuratores suos et 
eorum quemlibet actum da tum ges- 
tumve fuerit premissis seu etiam quo- 
libet premissorum sub ypotheca et 



POR LA Real Academia de la Historia. 



Í5i 



oblígatioDe omnium bonorum suorum 
presentium et futurorum cam omni 
jure et seu renunciatíone ad hec ne- 
cessaria pariter et cautela de quibns 
Ídem dominus constituens petiit sibi 
fieri uDum et plnra publicum yel pu- 
blica instrumentum seu instrumenta. 
Acta fuerunt hec loco anno die mea- 
se quibus suppra presentibua referen- 
dís patribus dominis dompno Sancio 
epíscopo Palencie domino dompno 
Alonso epíscopo Legionis nec non 
roagnificis et nobilibus viris dominis 
dompno Emisínis conde de Monte- 
Alegre Alfonso Enriques almirante 
regni Castelle et Diadaco Luppi de 
Astunnigaet Diadaco Ferdinandi Ma- 



ríscale milítibus ac etiam venerabili- 
bus et discretis viris dominis Petro 
Sancii in legibus doctore et Sancio 
Didaci acriba camero inffantis ad pre- 
missa vocatis specialiter et rogatis. 
— Sigfnum. — E yo Sancho Gros de 
Medina del Campo de la diócesis de 
Salamanca notario publico por la au- 
toridat apostolical fui presente a todo 
lo sobredicho con los dichos testigos 
eta pedimiento e mandamiento del 
muy alto e muy noble e sclarecido 
principe senyor inffante este publico 
instrumento con mi mano propia scrí- 
vi e fí^ en el ste mió signe a tal cum 
testimonio de verdat. 



Esto es translado de una scriptura 
en paper e signada de dos signos de 
scrivanoset notarios publicosseguons 
por ella parescia el tenor de la qual 
es este que se segué. En el real de 
sobre la vila de Antiquera maguera 
trenta dias del mes de setiembre anuo 
del nascimiento del nuestro Salvador 
Ihesu-Christb de M e CCCC et diez 
anyos en este dicho dia en la casa 
donde el muy alto e poderoso princi- 
pe el inffante don Ferrando de Cas- 
tiella tio de nuestro senyor el rey e su 
tutor e regidor de los sus regnos po- 
sava ante Gutierre Dias scrivano de 
la cámara del dicho senyor rey et su 
notario publico en la su corte e en to- 
dos los sus regnos et de mi Diego Fer- 
ros de Burgos scrivano apostolical por 
la actoridat de nuestro senyor el Papa 
e de los testigos deiuso scritos: el di- 
cho senyor inffante dio a nosotros los 
dichos scrivanos peraque leyessemos 



ante los dichos testigos o ante otras 
muchas personas este scrito que se 
sigue: -^ Yo el inffante don Ferrando 
de Castiella senyor de Lara de Pen- 
nafeel et comte de Alborquerque e de 
Mayorqua e senyor de Castro e de 
Haro: fago saber a vos los prelados 
condes riquos hombres e cavalleros 
que commigo stades en esta villa e 
real de Antiquera en la guerra de los 
moros que yo so el mas propinquo 
pariente e heredero legitimo de la co- 
cona e casa reyal de los reynados 
principados ducados comdados senyo- 
rias vilaa e térras e tierras et bienes 
rayzes e muebles de Aragón e que per- 
tanyesoen los dichos regnos principa- 
dos ducados comdados senyorios vilas 
e tierras e bienes rayzes e muebles de 
Aragón por dretcho segund lo he en- 
tendido notiffícar e mostrar por dret- 
cho en su tiempo e logar e ante quín 
e a quien de drecho dcvo et quada e 



152 MiCMORIAS 

quan Jo me fuesse pedido e fuesse dello 
requerido: e por ende yo en estos et 
por estos presentes scriptos et publico 
instrumento en forma de mi drecho 
e del aver nos e a vos e a todos los 
otros a quien atanye e atanyer puede 
e a los dichos regnados principados 
ducados condados senyorios yllas o 
tierras e bienes rayzides mubles de 
Aragón declaro mi corazón e mi in- 
tención e publicóla e notiffícola efago 
a saber que yo accepte et accepto la 
dicha herencia e los regnos de Aragón 
e de Valencia e de Mallorques o de 
Siscilia que se lama Trínaclia e prin- 
cipado de Cathalunya e el condado de 
Barchilona e todos los otros ducados 
e condados e senyorios e yslas e tier- 
ras e bienes rayzes e ruebas e mue- 
bles que la dicha corona e casa reyal 
tovo e tiene e la pertinecian e perte- 
nescer puedian en qualquiera manera 
por quanto su herencia e todo lo su- 
sodicho pertanesce a mi asi como a 
pariente nuestro mas propinquodela 
dicha corona e casa reyal e su heredo 
universal en todo lo sobre dicho: e 
por ende yo requiro una e dos e tres 
vetzes con el mayor afíicamiento que 
puedo e devo de drecho e en la millor 
manera e forma que devo a todos los 
prelados duques condes vezcondes no- 
bles cavalleros governadores e a los 
jurados consoles e justicias et a todas 
las ciudades vilas e logares de los dit- 
chos regnados principados ducados 
condados senyorios yslas e tierras e 
bienes e rayzes e mobles de Aragón 
que me entreguen la dicha erencia e 
me den la possession de la natural e 
civil realment e com effecte con yo so 
presto e apparellado de la requerer e 



PREMIADAS 

de la recebir e de mi persona mesma 
quanto mas ayuna yo puedria e de 
enbiar un procurador com mi poder 
bastant per a todo ello: e per quanto 
yo stuo e sto en esta guerra contra 
los moros e enamigos no^horios déla 
sancta madre universal iglesia e de la 
sancta fe catliolicae de todo el pueblo 
christiano e el rey de Castiella e del 
León mi senyor e mi hermano dexo 
esta guerra acordada e comentada e 
apparellada de tresors et diversos per- 
trechos e bastidas e me dexo por tu- 
dor del rey mi senyor e mi sobrino su 
filio e regidor de los sus regnos a mi 
fue e es forjado por ell de desque con 
el cove e por la fieltat e leyaltan^a 
que devo al rey mi senyor et a mi so- 
brino su filio e por la carga de la tu- 
tela regimentó de los sus regnos que 
del tiengo de continuarla dicha guer- 
ra : por ende non puedo tan cedo par- 
tir daqui pera hir a los dichos regna- 
dosprincípados ducadoscondados sen- 
yorias yslas et tierras bienes raycides 
e muebles de Aragón sin grant detri- 
mento del dicho senyor rey et mió e 
de los fíeles chrístianos que aquí stan 
commigo persecudores de la seta vi 
alcoran de MahomaJ e punnadores 
de la ley de Jhesu-Christo : por ende 
yo ante vosotros commo ante noblas 
e honestas personas fago la dicha de- 
claración e acceptacion e requiri- 
miento e protesto una e dosemutchas 
vetzes mi dretxo e de los mis legiHi- 
mos herederos ser en salvo e a todas 
cosas. E quen cedo e mas ayuna pu- 
diesse en el nombre de Dios partir e 
hir a las partes Daragon e intimar e 
notifficar e fazer las dichas accepta- 
cion et requieimiento e protestación 



pon LA Real Academia de La Histouia. 



433 



81 mestcr fucsse otra vez abceptarla 
c faher el dicho requirímiento e pro- 
testación de nuevo por mi persona e 
de fatzer cerca todo lo sobredicho e 
cada cosa dello todas cosas que here* 
dero legitimo e verdadero deve fatzer 
e complír de drechoe de fecho: e des- 
ta acceptacion e requirícíon e pedi- 
miento e protestación qae aqui ante 
vos fago ruego e mando a vosaltros 
que me seyades de los testigos e a los 
scrivanos que me lo den signado una 
e muchas vctzes e quantes menester 
ne fisiessen per a guarda d§ mi dret- 
cho c de los mios. E nosotros los so- 
bredichos scrivanos a requirimiento 
del dicho senyor inffante que fue fe- 
cho dia e mes anno e logar dobredi- 



en que puse mi nombre e signo en 
testimonio de verdat et va scripto so* 
breraydo en los logares do ell dicho 
Gutier Dias mi com panero salvo e 
non empesca* — Díadacus Fernandi. 
— ^Fetcho et fechado fue este transla- 
do de la dicha scríptura original sig- 
nada de los dichos scrivanos e nota- 
rios públicos suso contenidas en la 
vila de Medina del Campo e com los 
vynt dias de mayo annyo del nasci- 
miento de nuestro Salvador Jhesu- 
Ohristo de mil CCGG e onze anyos 
ante el muyto alto e muy poderosa 
sclarecído principe e senyor inffante 
don Ferrando e en los sus palacios 
donde ell posa stando presente Guon- 
zalvo Itodriguez licenciado en leyes 



cho testigos que a ello fuessen pre- jues en la dicha vila de Medina e en 



sentes los marescales Diego de Sal- 
doval e Pero Guerra de Forrera e 
Steyman de Soto-maíor governador 
dell del inquestrado de Alcántara e el 
doctor Alfonso Ferros de Gascalles e 
Forran Vasques chanciller del dicho 
senyor inffante. E yo Gutier Días 
scrívauo de la camera del dicho sen- 
yor rey et su notario publico en la su 
corte e en todos los sus regnos fue 
present a lo sobredicho com los dichos 
testigos. B aye raydo e emmendado 
en un lugar do ditze hermano e en 
otro o ditze seta e alcoran no len em- 
pesca. E en testimonio de verdat faze 
aqui este mi signo. E yo el dicho 
Diego Forres coñonigo de Santiago 



presencia de mí Diego Martínez scri- 
vano de nuestro senyor el rey e su 
notario publico en la su corte e en 
todos los sus regnos e de los testigos 
deiuso scritos. El ditcho senyor inf- 
fante díxo al dicho jues que por quan- 
to se recelava que la dicha scríptura 
original se podria perder por furto o 
por robo o por fuego o por agua o por 
otra occasion o pelígo alguno que le 
pedia o pedio que mandasse a mí el 
dicho scrívano e notario sobredítcho 
que saquasse hun translado della o 
mas si oviesse mester e diesse aucto- 
ridat e poder e interpusiesse su de- 
creto pusques fuessen valederos e fis- 
sesen fe donde pareciessen : al ditcho 



notario publico per la auctorídatapos- jues dicho senyor inffante le dízia et 
tolical a esto que suso dicho es en pedía e mandava que veya la ditcha 
uno com los sobredichos testigos fue . scríptura signada de los aichos scri- 
presente e al dicho requirimiento del vanos e notarios públicos en ella con- 
dicho senyor inffante siendo occupado tenidos non rota ni rasa nin cancella- 

ficho scrivir isto publico instrumento da ni en parte alguna suspetosa equc 

20 



i54 



Memorias premiadas 



de 80 officio que mandava e mando a 
mí el dicho scríuano que sacasse un 
translado o dos o mas de la dicha 
scriptura o aquellos que mester fues- 
sen e que yo sígnasse de mi signo 
que dava o dio poderlo e licencia e 
auctoridat e interponia su decreto 
porque valiessen e fitzéssenfeen todo 
tiempo e seguonolugar do parescies- 
sé bien asi e tan complidament como 
la dicha scriptura signada que ante 
ell parescia. Testigos don Sancho de 
Roias episcopo de Falencia e don Al- 
fonso Enriques almirante de Castiella 
et Alfonso Forres licenciado en leyes 



arcidíano de Niebla e Ferrand Yaz* 
ques chanceller del dicho senyor inf- 
fante oydors de la audiencia del dit- 
cho senyor rey. — E yo Diego Martí- 
nez scríYan e notario publico sobre- 
dicho que a todo lo sobredicho con 
los dichos testigos fuy presente et a 
■pedimento e mandado del dicho sen- 
yorinffante esta scriptura fís escrivir. 
E va scripto sobre raydo dizea e e do 
ditze cayo e do ditze de e do ditze la 
e do dilze Soto-mayor agor e do dize 
su. E fis aquesto mió Sigfno en tes- 
timonio de verdad de Diego Martínez. 



En la Yíla de Medina del Campo 
ante el muy alio e muy poderoso e 
clarecido principe e Senyor el inffante 
don Ferrando senyor de Lara duque 
de Pennafñel e conde de Alburquer- 
que e de Mayerga et senyor de Castro 
et de Haro joevas quatorze dias del 
mes de mayo anyo del nascimiento 
del nuestro senyor Jhesu-Christo de 
mil e quatrecientos e onze anyos en 
los sus palacios que son en dicha villa 
en presencia de mi Diego Martinezde 
Medina scrivano de nuestro senyor el 
rey e su notario publico en la su cor-^ 
te e en todos los sus regnos e scrivano 
de cámara del dicho senyor inffante 
e de los testigos deius scritos que pera 
esto que aquí dirá fueron specialmen- 
te lamados e rogados el dicho senyor 
inffante dixo : que por cuanto el fuero 
e es cerlo e sabidor que el muy alto 
e sclare^ido principe e senyoro pode- 
roso don Martin rey Darago e de Va- 
lencia e de MaSlorques e de Cerdenya 
e de Corsega e de Síscilía conde de 



Barchinona e de Rossellon e de Ceri- 
tania era finado per lo quallos dichos 
regnos e tierras e senyorios que fue- 
ron e finquaron del dicho senyor rey 
pertanyecian e pertanyecen al dito 
senyor inffante e los el deve haver de 
drecho et assi como a legitimo here- 
dero e succesor: e como'.quier que 
ante desto el havia acceptado la dicha 
herencia et succession de los dichos 
regnos e tierras e senyorios que ha- 
vían fincado del dicho senyor rey don 
Martin suo tío quomo dicho es ehavla 
fetcho adición de la dicha herencia et 
succession e declarado en quomo sua 
volendat fuera e era de la haver e 
acceptar per a si per palabras e en 
otras maneras que pera ello compilan: 
por ende a mayor abundamiento dixo 
que ratificava e aprovava e ratiffico e 
approvola dicha adición e acceptacion 
e actos e declaración sobre ello fechos 
que agora qiie acceptava e accepte e 
fazia et fizo adhicíon e acceptacion 
adhia e acceptava et adhio e accepto 



POR LA Real Academia de la Historia. 



155 



)a dicha herencia e succession del di- 
cho senyor rey don Martin su lio e 
dizo que declarava e declaro su vo-^ 
luntat que li plazia e plago e querría 
he quiere haver por a si la dicha he- 
rencia e succession de los dichos reg- 
nos et tierras e senyorios que fueron 
e fincaron del dicho senyor rey don 
Hartin su tio e al dicho senyor inf- 
fante perlanyecian e pertanyecen por 
su herencia e succession conio dicho 
es* E desto en como posso dixo pidia 
e pidió a mi el dicho scrivano que ge 
lo diesse signado de mi signo per a 
guarda de su dretcho. Testigos que 
fueron presentes don Alfonso obispo 
de León canciller mayor de don Al- 
fonso de Castiella figo del ditcho sen- 
yor inffante e Diego López de Aztuni-r 
ga justicia mayor del rey de Castiella 
e don Alfonso Anríquez almirante 
mayor del rey de Caslella e don Gutier 



GuomeQ de Toledo arcidiano de Gu- 
dalajar e Alfonso Ferrandez de Sevi- 
lla licenciado en leyes arcidiano de 
Niebla e Guongalvo Sanxeg de Medri- 
gal doctor en decretos arcidiano de 
Salves e Ferran VaQques licenciado 
en leyes canceller del senyor inffante 
oydores de la audiencia del dicho sen- 
yor rey de Castiella e Ferrant Guon--^ 
galeg de Avila doctor en leyes e Loppo 
Gon^alec de Olmedo bacheller procu- 
rador del senyor inffant. E va scripto 
sobre raydo o dize senyor de Castro 
e noble empezada.— E jo Diego Mar- 
tínez scrivano e notario publico sobre- 
dicho que a todo lo dicho com los di- 
chos testigos fuym presente e por la- 
mamientoe mandado del dicho senyor 
inffante esta scriptura publica escrivi 
e fiz en ella isti mi Sig*{*no en testi- 
monio de verdal. — Diego Martínez. 



En Medina del Campo veiynt un 
dias del mes de mayo auno del nascí- 
miento del nuestro senyor Jhesu- 
Christo de mil e quatrocientos e onze 
anyos slando dentro en los palacios 
del muy alto e poderoso principe e 
senyor el inffante don Ferrando atan- 
do en los diehos palacios Gonzalvo 
Rodríguez licenciado en leyes e jues 
en la dicha Medina en presencia de mi 
Sancho Gros notario publico por la 
audoridat apostolical e de los testigos 
deiuso scripíos páreselo el dicho sen- 
yor inffante antedicho e mostró e fizo 
leer por mi el dicho notario una scríp- 
tura en pergamino de cuero e signada 
de un signo de Clemente Sancho arci- 
diano de Yaldemeriel el tenor de le 



dicha carta es ste que se sigue:— No- 
verint universi presentís instruroenlí 
publici seriem inspecturi quod anno 
a nativitate Domini millessimoCCCC* 
undécimo die vero quartadecima mcn- 
sis madii in palacio illustrissimi prin«' 
cipis et domini inffantis domini Fer- 
dínandi domini de Lara ducis Pcnef- 
fidelis et comitis de Alburquerque et 
de Maioríca nec non domini de Castro 
et de Haro in mei notarii publici et 
testium infrascríptofum ad hec spe- 
cialiter vocatorum et rogalorum pre. 
sentía preffatus serenissimus princeps 
et domínus inffans personaliter cons- 
titutus dixit: quod cum ípse fuerit et 
cst certus et certifficatus quod quan- 
do ilustrissimus princeps et potentis- 



156 



MEMORIAS 



simus dominas domínus Martínus rex 
Aragonum Y alende Maíoricarum Cor- 
sice Sardinie et TrinacHe ac eliam 
comes de Barchinona Rossilíonis et 
Ceritanie viam fuerit carnis ingressus 
per cujus obitum inde domínus inffans 
dicta regna térras et dominia que fue- 
rant et erant predicti domini regis 
domíni Martini et que cum viveret 
possidebalet obtinebatad eundem do- 
mínum infrantempertinere et pertine- 
re deberé jure hereditario tamquam 
suum legitimum successorem et he- 
redem : et quamquam pridie ante hoc 
acceptaverit dictam hereditalem et 
successionem predictorum regnorum 
terrarum etdominiorum quequondam 
fucrunt dicti domini regis domini Maft' 
tini consanguinei ejusdem domini inf- 
fantis et ad interdictam hereditatem 
et successionem et declaraverit vo- 
luntatem suam habendí acceptandi 
eam verbis expresáis et alus modís 
competentibus ad hoc: idcircoidem 
dominus inffans ad majorem abun- 
dantiam dixit quod ratiffícabat et ra- 
tifGcavit approbabat et approbavit dic- 
tam acceptationemadíiionemetomnes 
actus super hüs faclis et habilis quod- 
que etiam nunc de novo adhibeat et 
addivit et acceptabalque hereditatem 
et successionem prediotam per obitum 
dicti domini regis domini Martini sui 
consanguinei ut predicitur ad eum 
pertinentes et declarabat eldeclaravit 
suam voluntatem et intentionem se 
velle prout voluit dictam hereditatem 
et successionem dictorum regnorum 
et dominiorum quequondam fuerunt 
et erant preCTati domíni regis domini 
Martini sui consanguinei que dum yí- 
vcrct obtinebat et ad dictum inffan- 



pucmiaoaS 

tem modo supradicto pertinentes: de 
quibus ómnibus ei singulis dominus 
inffans petiit per me infrascriptum 
notarium fierí onum vel plura instru- 
raentum seu instrumenta publicum 
seu publica. Acta fucrunt hec anno 
mense die et loco quibus suppra pre- 
sentibus reverendo domino domino 
fratre Alfonso episcopo Legienis ac 
magnifficis nobilibus et venerabilibus 
viris dqminis Alfonso Enriquez almi- 
rante regni Castelle Didaco Luppi de 
Stunniga justiciario dicti regni Cas- 
telle Guterio Gomecií archidyano de 
Guadalfayara in ecclesia Tholetana 
Gon^alvo Sancii archidiácono de Sal- 
ves in ecclesia Compostelana decreto- 
rum doctoribus Alfonso Ferdinandi 
archidiácono de Niebla in ecclesia 
Híspalensi in legibus Ferdinando 
Guonzalez de Avila legum doctore 
Ferdinando Vasques in legibus licen- 
ciato cancellario dicti domini inffantis 
et Luppo Guonzalez de Olmedo baca- 
Uario in legibus ad premissa vocatis 
specialiter et rogalis et mei Clemenlís 
Sancii de Giral archidiácono de Val- 
demeriel in ecclesia Legionís publico 
apostólica auctoritate notario quí dic- 
te acceptationi aditioni voluntatis de- 
clarationi et promissionibus alus et 
singulis dum sich ut premittitur age* 
rentur dicerentur et fíerent per pref- 
fatum illustrissimum dominum inf- 
fantem cum prenominatís testibus 
presens fui eaque íieri dici audívi et 
alus occupato negotiis per alium ydo- 
neum scribi feci etad petitionem dicti 
domini inffantis hoc presens publicum 
intrumentum in hanc publicam for- 
mam redigi in quosignum meum SO'- 
litum apposui requísitus in testimonio 



POR LA Real Academia de la Historia. 



157 



verítatis. — E la dicha carta leyda el 
dicho senyor inffante dixo : que por 
quanto havia rescelo qae se le perde- 
ría por fuego o por agua o por robo o 
por furto o por otra occasion alguna 
que pedia e pidió al dicho jues que 
niandasse a mi el dicho notario que 
fízesse o mandasse fazer un traslado 
o dos o mas los que menester oviesse 
de la dicha carta original et que dies- 
s'e licencia e abtoridat et mandamien- 
to a mi el dicho notario e interposies- 
se su decreto al translato o transla- 
dos que yo el dicho notario fizesse o 
mandasse fazer de la dicha carta ori- 
ginal e signasse de mi signo en ma- 
nera que faga fe en todo tiempo en 
todo lugar do paresciessen. E luego 
el dicho jues dixo que por quanto el 
veya la dicha carta original e por ell 
bien vista e diligentment axaminada 
sana e non rassa nin rota nin canee- 
liada nin sospettosa nin en nengun 
lugar dupdosa: e por ende que man- 
dava e mando a mi el dicho notarlo 
que fízesse o mandasse fazer un trans- 
lado o dos o mas los que menestier 
oviesse de la dicha carta original e los 
signasse con mí signo en manera que 
fagan fe en todo tiempo e en todo lu- 



gar do paresciessen assi como valdría 
e faria fe la dicha carta original pa- 
resciendo : per a lo qual todo dava e 
dio la dicha licencia e abtoridat e 
mandamiento e interponía e interpu- 
so su decreto aquello que com dret- 
cho devia. Testigos que fueron pre- 
sentes los honrados e nobles varones 
Alfonso Enriquez almirante de Cas- 
tiella e Diego López de Asturniga jus- 
ticia mayor de nuestro senyor el rey 
e Diego Ferrandes mariscal del dicho 
senyor el rey e don Guotierres Gomes 
archiacono de Guadalfaíara e Pero 
Sanchos doctor en leys oydores de la 
abdiencia de nuestre senyor el rey e 
Gotierre Días scrivano de la camera 
del dicho senyor rey Diego Martínez 
scrivano de la camera del dicho sen- 
yor inffante. — E yo Sanxo Gros de 
Medina del Campo de la diócesis de 
Salamanca notario publico por la auc- 
toridat apostolical fui presente a todo 
lo sobredicho com los dichos testigos 
e a pedimento del muy alto e muy no- 
ble sclarescido principe senyor inf- 
fante e por mandamiento del dicho 
jues esto publico instrumento con mí 
mano propría scrivi e fig en ell esti mi 
signo atal en testimonio de verdat. 



XXXVIL 

Cartas del Parlamento de Cataluña al rey de Castilla y al infante 
D. Fernando, para que no entren sus tropas en Aragón. — Archivo ge- 

m _ 

neral de la Corona de Aragón. Colec.de Cor tes ^ t.XVI,fols.763y764. 



cAl molt alt e molt excellent prin- iMolt alt e molt excellent princep e 
>cep e senyor lo rey de Castella. — isenyor. Devostraexcellencía havem 



158 Memohias premiadas 

•banda una letra dada en Valladolit 



»a XVIII días de maíg a la qaal molt 
>aU senyor ab degada honor e revé- 
srencía responem: qae sobre lo fet 
>de la successio deis regnes e terres 
»de la corona reyal Barago nosaltres 
>ab la gracia de Deas lo qual es via o 
»endressament de tot be havem co- 
>mengat tant com a aquest príncipat 
>es stat pertínent en los actes que ne- 
icessariament havien la general con« 
igregacio precebir caminar e proce- 
ihir tots temps havent davant Deus e 
»justiciade aquells no desviant en al- 
aguna manera e ab aquells entenem 
»e havem ferm proposit deprocebir e 
venantar en aytal feelment eleyal car 
»no poriem per algún cars scandol o 
«sinistre nostra ignada fedelitat obli- 
»dar: e vos senyor molt excellentpo- 
idets termament confiar e los compe- 
>titors per semblant que la justicia 
ide aquell deis competitors qui baja e 
»e8 e sera tots temps a nosaltres re- 
'comanada per nosaltres amada con- 
> servada no callada e obtenguda mas 
>a aquell e a tot lo non demostrada. 
»E aquest molt alt senyor rey es lo 
vcamí per nosaltres fins aci caminat 
»ab ferm proposit de caminar per sem- 
»blant en lo general parlament si a 
iDeus plaura ab los altres regnes e 
aterres applegador dins breu temps: 
»e confíats de nostres grans leyaltat 
signada ñdelitat e proposit molt just 
iper térros o menaces de algu no po- 
sriem elegir o voler lo contrari. E sí 
>algun competitor oblidat lo cami de 
ajusticia per propria auctoritat volria 
>de aquell desviar nosaltres fermats 
len Deus e justicia sens temor no obli- 
»dants la pena per dret ais volents 



loccupar per propria auctoritat ímpo- 
>8ada farem seguons dit es ab los dits 
»guiadors ^o es Deus e justicia nostres 
»fets. E aquesta confianza molt illus- 
»tre senyor vos placía haver de nos- 
laltres. De loch molt alt senyor en lo 
iqual la congregado general de tots 
»los dits regnes e terres sobre la exa- 
•minacío de la justicia de la dita suc- 
»cess¡o se deu fer encara non som en 
>cert: mas decontinent que sera ele- 
sgit e conffiam que dins breu temps 
>ne scriurecn a vostra senyoria ho 
•notifficarem ais embaxadors del in- 
>clít senyor intant don Ferrando hon- 
icle vostre ací presents: e regraciam- 
> vos a vostra molt gran senyoria tant 
>com podem los gran voler e bona 
laffecio que ab vostra letra mostrats 
» haver per vostra acostumada benig* 
»nitat a aquest príncipat e ais altres 
» regnes e térras de la corona Darago: 
>car aytal es nostra ferma confianza 
ijatsia per alguns en aqüestes parts 
>sia dit que de vostre regne dcuen 
•entrar gent darmes per correr lo reg- 
>ne Darago: empero considerat lo 
>gran deu te qui es stat entre vostra 
igran senyoria e los molt alts reys e 
•princeps Darago de memoria recor- 
•dable e la gran prudencia e gran al- 
•tesa e lo voler e afíeccíodessusdits: 
•nosaltres a tais peraules no donam 
•fe alguna: mas si era cas qne tais 
•coses se attemptassen dins vostre 
•regne placía a vostra excellent sen- 
•yoria ferhi la provisio ques pertany 
•e de la qual nosaltres fermament 
•conñam sperants de aquella en son 
•case loch tota defensio e ajuda. E 
•placía nostre Senyor Deus conservar 
•c prosperar vostra molt gran e molt 



POR LA Rbal Academia de la Historia. 



159 



>excellent senyoría la qual man a nos- 
«altres apparellats de fere complirtot 
»servey et honor que puscam de gran 
>cor et voler per aquella tot qo que 
tplaaent li sera. ScriptaenBarchino- 
>na e segellada ab lo segell del molt 



>reverent archabisbe de Tarragona a 
>X1X dies del mes de juny del any 
>míl CCCCXI. — Apparellat atol ser- 
>vey e honor devostra excellent sen- 
»yoria lo parlament general del prín- 
»c¡pat de Cathalunya. » 



c Alt molt alt e molt magnifíich sen- 
>yor linfant don Ferrando de Gaste- 
»lla. — Molt alt e magniffich senyor: 
»nosaltres scrivím al molt alt e molt 
lexcellent senyor lo rey de Castella e 
»a la molt excellent senyora la reyna 
»sa mare responentlos a sengles le- 
>tres quens han trameses en la ma- 
inera e forma conteguda en la cédula 
»d¡ns la present inclusa. £ segons 
«Yostra magnifficencia pora veure 
len la conclusip de la dita letra en 
'aqüestes parts ha mencio que da- 
»queíx regué de Castella sota certes 
»occasions o colos deuen entrar gent 
>darmes en lo regne Darago per cor- 
»rer en aquell: la qual cosa nosaltres 
«nocrehem ni donam fe a aquella ha- 
>vent sguart o consideracio a la gran 
> amista t e fraternitat que es stada en- 
>tre los vostres e nostrcs reys e reg- 
añes. Pero en cas que per alguns fos 
>axi attemptat ni assajat pregam e 



»suppl¡cam a Yostra magniffíca sen- 
»yor¡a que ho vulla empatjar e vedar 
>de guisa que turbacio a nosaltres 
>qui entenem continument en los af- 
»fers de la sucoessío daquests regnes 
>e tcrres per la dita raho seguir nos 
ipuscha: e par a nosaltres que a tos 
>molt inclit senyor entremetres de 
laquestes coses sía pus propri que al- 
tgu altre daquex regne. Placiaussen- 
>yor hi vullats provehir en la manera 
>que de gran e magniffích senyor tal 
»com vos sots se pertany. E sia lo 
isantSperit guarda e proteccio devos- 
>tra magnüQca senyoría la qual man 
»a nosaltres tot qo que plasent lí sia. 
x»Scripta en Barchinona e sagellada ab 
»lo sagell del molt reverend archabis- 
»be de Tarragona a XVIII dies de ju- 
»ny del any MCCCC onze. — Appare- 
»llat a tota honor e servey de vostre 
»magnirficencia lo parlament general 
Ddel prtncipat de Cathalunya.» 



ICO 



SIemorias premiadas 



XXXVIIL 



Carta en que el infante D. Fernando requiere al Parlamento de Cata- 
luña para que se proceda contra los que tomaron parte en la muerte 
del arzobispo de Zaragoza. — Archivo general de la Corona de Aragón. 

Colee, de Cortes, i. XVI, fol. 800. 



«A los reyerendos padres en Chrís- 
»to 6 a los condes e vezcoiides e ba- 
» roñes e nobles caTalleros e scuderos 
»e missatgeres de los abades e villas' 
»del principado de Catbalunya a las 
»otras nobles e honorables personas 
»ayo8tadas en el parlamento del d¡- 
»cho principado. — Reverendos padres 
»en Christo : Yo el infante don Fer- 
irando de Castiella senyor de Lara 
» duque de Pcnalfeel conde de Albor- 
squeque e de Mayorga e senyor de 
» Castro e senyor de Haro tos embio 
»muyto a saludar e eso mesmo a los 
)>condes e vizcondes e barones e no- 
»bles cavalleros e scuderos e missat- 
»geros de los abades e vilas del prin- 
»c¡pado de Catbalunya e a las otras 
x>nobla9 e honorables personas ayun- 
)»tadas en el parlamento del dicho 
» principado qui se tiene en la muyt' 
» noble ciudat de Barchínona como 
«aquellos que mucho amo e precio e 
))por quien querria que Dious diesse 
»muxa honra buena ventura. Bien 
»creo que sabedes e puededes enten- 
»der c ende ser certificados en como 
» el rey don Martin mi muy caro e muy 
>amado tío algún poquo antes de su 
>fin me embio un algutziro de seylla 



Dcon letras de crehenga yo seyendo 
x^ston^e en el setio Dantiquera rogan- 
)»dome que me viessecom el dicho rey 
»mí muy caro e muy amado tío en Ja 
»ciudat de Saragoga do cll seria den- 
1 tro en breve tiempo a fin que ell con- 
»8Íderando no haver filio legitimo que 
»despues de sus dias a ell sucediesse 
»en los regnose tierras que la corona 
»reyal de Aragón de la qual succes- 
»sion ell consintíesse seyer yo apres 
»sus dias intercessario pariente suyo 
»por parte de mi senyora mi madre 
»e de mi agüelo e por muchos titules 
)»e razones que a mi fazeran cerquano 
)> successor luego fiz scerquar muchos 
agrandes e solempnes letrados por 
»veyer e examinar si la dicha corona 
»reyal Daragon a mi puedia pertan- 
lyescer e todos concordes dellibera- 
»ron e ovieron por claro en drecho 
»que la dicha successíon de los dichos 
»regnos tierras pertanyescia a mi sí 
»el dicho rey don Martin a mi muy 
»caro e muy amado tío moriesse sin 
»fijo legitimo e natural: porlaqual ra- 
nzón yo macorde de me veyer com el 
» dicho rey mi muy caro e muy ama- 
ndo tio e lo enquera feyto sino que a 
iDios plugo ge lo levar desti mundo 



POR LA RkAL ACADEMrA DE LA HlSTORIA. 



i61 



» a la SU sánela gloria. E despuys de 
»su muerte ganada por mi la \illa 
«Dantíquera fueme a la muy noble 
Dcíudat de Sevilla a donde fiz avuntar 
» prelados e maestros en sancta Iheo- 
»logia doctores e otros sabideros en 
»drecho canónico, e civil los quales 
«vieron examinaron los testamentos 
»e donaciones e otras ordinaciones 
«faeientes al drecho de la successíon 

• 

«suso dicha assi de la reyna Daragon 
clamada donya Patronilla e de su ma- 
»rido Jamado el conde don Ramón 
)»Berenguer e de todos los deseen- 
»dientes despunys acá ellos a si en- 
vtregados en sanas e verdaderas cons- 
> ciencias por mi declarar si me per- 
stanyescia la dita successíon concor- 
«dables en uno por muchas razones 
»me declararon la dicha successíon a 
«mi pertanyesoer lo qual todo quanto 
«al drexo que por mi es creho bien 
«seyer a vosotros e los de los otros 
nregnos e tierras de la dicha corona 
«vos deves ayuntar en uno por cono- 
icer vuestro sobirano senyor o yo so 
Dcertifficado que so aquell que devo 
«seyer por vosotros conyocido por 
«senyor assi como aquell que so mas 
icerquano en la linea de mi senyora 
«mi madre e del rey mi agüelo e del 
«dicho rey mi muy caro e muy ama- 
ndo tiyo. B por muchas razones e ti- 
«tulos a vosotros claramente conosi* 
«dores quomo quiere que por mí con 



» sobirano senyor sin dar favor a al- 
aguno dellos queseditzen seyer com- 
ypetitores a la dicha successíon: e se- 
«gunt he sabido de part de todos es« 
«tos regnos e tierras son ayuntados 
«en la ciudat de Caluteyu por tractar 
le concordar del ayuntamiento que 
«se devía fazer a donde declarado de 
«ira las partidas de Saragoga por con- 
«tinuar estos fechos. £ como el ar- 
»chevíspo de Saragoga fuesse uno es- 
vleydo e deputado de los principales 
» continuando su camino fasta la di- 
»cha ciudat de Saragoga por malas 
«gentes que com funeste volundat de 
estorbar el bien publico lo han muér- 
ete en el camino: de la qual muerte 
•assi malamiente fecha si a losmales- 
nfetchores se da lugar se podría seguir 
«grant turbación del negocio antedi- 
«cho. Por tanto yo faziehdo en este 
»caso lo a mi dado e declarado avues- 
»tros sanos juycios la mi intención 
>fago vos saber que contra los tales 
»turbatores de tan gran turbación e 
«negocio e tan bien publico e contra 
«los mantenedores e deíTensores de 
«aquellos vosotros devcdes proceder 
«segund conviene en el tanto malen- 
»toso e deyedo caso non censen tíen- 
«do a nenguna dilación que pueda se- 
«yer pues que por la dicha muerte 
« por la vertadera consciencia del prin« 
icipal negocio etxados fora todos los 
«principales e sospetxosos a favores 



»justo titulo e claro drecho puede se- j> desordenados cerliffícandovos que 



> yer tomada la possession corporal de 
«los dichos regnos e tierras deüibere 
«que sobre seyer ello fasta aqua en- 
« tendido que vosotros con grant dili- 
«gencia e sano e vertadero eonseyo 
«procederedes conoscer de mi vivo 



«vosotros aci queriendo proceder en 

))lossuso dichos negocios por mi sera 

«dado favor e ampara que por vues- 

itras buenas discreciones sera bien 

«viesto e seyendp lo contrario que 

«Dios vos arredre a mi convendría 

21 



162 



Memorias premiadas 



»fazer vos instancia e proveher razo- 
»nablement segunt conviene al mi 
»drclxo e bien vuestro e de la cosa 
1 publica de los rey nos e tierras de la 
»corona reyal de Aragón. Scrita en 



»la villa Dollít. -* Yo G.« Diego Fer* 
»res .... de mi senyor el infante 

nía fie scrivir e yo el infante 

»o scriví por su mandado.» 



XXXIX. 



Requerimiento del conde de Urgel para que el gobernador general del 

principado de Cataluña cesase en su oficio. — Archivo general de la 

Corona de Aragón. Colee, de Cortes, t. XVI, fol. 805. 



tMolt reverend egregi noble e molt 
»savi parlament: no ignoren vostres 
3» reverencies potencies nobleses e sa- 
> vieses com los honorables en Ramón 
>Qavall e en Francesch Burgués em- 
>baxadors tremeses en Arago e lo dit 
>en Francesch Burgués March Turell 
«e micer Bonanat Pere tremesos a 
»Balaguer faheren gran instancia al 
» senyor don Jayme Darago que ell no 
ihusas de offici de governador gene- 
>ral e com lo dit senyor per satisfer 
»a la voluntatde la térra e de la cíu- 
itat de Barchinona qui trames la una 
»de les dites embaxades et a lurcon- 
isell respes los sobreseuria en lo exer- 
>cici del dit offici puys empero lo no- 
ible mossen Guerau Alamany de Cer- 
ivellono usas del offici de portantveus 
len Cathalunya la qual cosa esstada 
«obseruada per lo dit senyor a la le* 
»tra mas lo dit portantveus non ha 
>res observat ans ha husatengran 
»dan e desfavor del dit senyor c en 
)}favor e prerogativa del dil portant- 



»veus e daltres (o que fer no devia 
iguardantlo ears e la condiciodel dit 
Ddon Jayme. Mes avant es assats no- 
>thori e evident a gents que lo dit por*- 
»tantveu8 es molt sospitos al dit sen- 
x>yor don Jayme en tant que mes no 
vpot: les quals sospites jatsia notho- 
sries et evidents hon necessitat ho 
»portas se provarien fort clarament: 
ion com lo negoci de la successio del 
»dit principat de Cathalunya e deis 
laltres regnes e torres de la corona 
iDarago los quals pertanyen al dit 
»don Jayme manifestament e certa 
»sia tan arduu e tan gran que exti- 
vmacio no pot rehebre e toca tant al 
»dit senyor e encare al dit principat 
DO a la natnralesa e fidelitat deis ha- 
»bitants en aquell que nenguna cosa 
itemporal nos' pot nes poria mes to- 
pear e per^ deja esser tractat sena 
Dtota sospita e triga e ab la major pu- 
>ritat sineeritatetintegritat que fer 
Dse pora deja esser procehit en aquell: 
iper (o Berna t de Rosanes donzell 



POB LA Real Academia de la Historia. 



165 



•procurador e en nom de procurador 
fdel dit senyor don layme requer ab 
lia major inatancia que pot lo dit par* 
»lament e les molt reverendspaterni- 
itats potencias noblesas e grans sa- 
jo viesas qui vosaltres qu¡ sens present 
»requesta per vostra gran instancia 
ibonestat fidelitat enaturalesa intac- 
»tes e innades deyets en tais coses 
Dprovehir que lo dit portantveus fa- 
»Qats abstenir del us del dit offici en 
iCathalunya segons fonch dit ais dits 
«embaxadors es pertany majorment 
ten tal e tan arduu al dit extimable 
»cas almenys en la ciutat de Tortosa 
»e en los altres lochshon se tractara 
lio dit negoci e axi mateix en los do- 
smestichs servidora e vassalls del dit 
>don Jayme : e en tots altres fets seus 
»e de aquells ajustadament o departí- 
vda o en altre manera ab tota deguda 



))honor protesta lo dit procurador en 
vnom que dessus que noy consent ans 
ahí dissent expressament signifícant 
»al dit reverent egregi noble e hono- 
»rable parlamcnt qui si noy es pro- 
ivehit almenys seguons dessus darre- 
»rament es dit que al dit senyor sera 
ifor^at de usar del dit offici de^over« 
mador general sens prejudici de son 
idret e de provehirbi per altres ma* 
ineres e degudes vlea licites paciffi- 
»ques e honestes cóm aquest fet en 
taquest cas sia al dit senyor tan ar« 
vduu com dit es que intoUerable ins- 
•timable e encara irreparable preju- 
»dici. E requer encara en nom que 
ydessus que da^o sia feta carta per 
»vos notari e encare conttnuat en lo 
»dit proces del parlament sí ell ho 
Dvolra e ho requerra.» 



XL. 



Carta del gobernador y justicia de Aragón, manifestando haber con- 
vocado para Alcañiz el Parlamento de aquel reino. — ArrMvo general 
de la Corona de Aragón. Colee, de Cortes, t. XVII, fol. 847. 



c A los muyt reverents egregios no- 
»bleset honorables senyors losprela- 
»dos personas religiosas comtes viz- 
icomtes barones nobles cavaleros gen- 
1 tiles hombres et síndicos et procu- 
iradores de las ciudades et villas 
«ajustados en el parlament del prin- 
»cipado de Cathalunya Gil Roiz de Li- 



»horí governador e Johan Ximenez 
»Cerdan justicia del regno Daragon 
»salut et apparellada voluntatavoes- 
Dtros plaziereset honras. Seguntcre* 
»yemos vosotros soz certificados que 
»en el parlament que fue de los ara- 
igoneses ajustado en la ciudat de 
«Galatayu a la qual ciudat la hora 



164 

«vinieron vuestros notables missatge- 
Dros fueron diversas cosas tractadas 
»et concordadas mas no conclodidas 
• sobre los preparatorios del general 
»parlanient qui se ha a tener por sa- 
»ber et reconocer qui es nuestro rey 
»et senyor entre los ditos vuestros 
xmissatgeros et encara los missatge- 
»ros del regno de Valencia et los di- 
sputados qui en el dito parlament por 
«los del regno Daragon fueron esley- 
>dos: las quales cosas se speraven a 
»concludir en la ciudat de Qaragoga 
>do todos los missatgeros havian de« 
» liberado de íret mudarse: et procu- 
vrant el enemigo de paz se seguie 
»quel arcebispe de QaragoQa uno do 
»los dichos deputadosqul era partido 
•de la ciudat de Calatayu et venia por 
»la dita razón et otras a la dita ciudat 
»de Qarago^a fue inhumanament et 
3» horrible muerto: la cruel muert del 
•qual fue causa e ocasión de turbar la 
» venida de los sobreditos missatgeros 
»et diputados a la ciudat de Qaragoga 
let die dilación a los negocios toquan- 
»tes larticlo de la succession de los 
»regnos et tieras de la corona Dara- 
vgon et ultra esto ha eu aqueste reg- 
»no generado et suscitado grandes 
escándalos et diversos inconvenientes 
yperiglos et malos muytos difíciles a 
«remediar et resistir. Pero conside- 
Drantes la grant obligación que nos 
»strenye en cercar veyer ct regonexer 
•justicia mediant nuestro rey et sen- 
»yor et a la cosa publica segund con- 
vveneproveyer: por tanto entre muy- 
»tos prelados nobles barones cávale-» 
»ros senderos e encara ciudadanos et 
» universidades deste regno yes seido 
^deliberado et concordado de convo* 



Memorias premiadas 

•car breumeut et aplegar parlament 
•general deste regno por a entenderé! 
•que sepaet reconesca qui es mediant 
•justicia nuestro rey et senyor et por 
•ordenar et fazer todas cosas antece- 
•dentes et conseguientes de aquello et 
• por otras cosas tocantes publica uti- 
•lidad buen atamiento et conservación 
•de aqueste regno: et por esto assi 
» por nuestros oficios etauctoridat da- 
»que11os como a grant instancia de 
«diversas personas assi eclesiásticas 
vcomo de nobles barones cavaleros et 
«senderos et de diversos*ciudadanos 
» deste regno senyaladament de Qa ra- 
sgóla havemos por nuestras letras 
» convocado los del regno Daragon qui 
ven este caso deven entrevenir a la 
Dvila DalcaniQ por el secundo dia del 
»mes de setembre primero vinent: 
•porque vos intimamos et notificamos 
Días cosas sobreditas certificandovos 
»quecon la gracia divinal al dito dia 
)>assignado et antes seremos en la dí- 
»ta villa et hauremos singular plazer 
x>que los del principado de Cathalunya 
»sian ajustados en la ciudat de Torto- 
x>sa segund por letras vuestras nos yes 
» seido notificado et por al setzen dia 
»de\ present mes serán ajustados en 
Día dita villa los ditos deputados del 
)>parlament de Catalunya los quales 
»cn virtud del poder que les fue dado 
»en el dito parlament tractaran et 
»concludiran con nosotros senyores 
» sobre los ditos preparatorios en caso 
»que acordasedes de tractarde aque- 
»Ilos antes del secundo dia por nos- 
«otros desuso asignado certificantes- 
«vos que semblantes letras enviamos 
»a los del parlament del regno de Va- 
»lencia. El sant Sperít senyors vos 



POR LA Real Academia de la Historia. 165 

»coD8erve al su santo servicio. Dada »anno a naiivitate Domini millessitno 
)»en QaragoQa díus los siellos de cada »quadringentessimo undécimo.» 
»uno de nosotros a XI días dagoslo 



XLL 



Quejas del conde de Urge) sobre la entrada y permanencia de tropas 

castellanas en los Estados de la casa de Aragón. — Archivo general 

de la Corona de Aragón. Colee, de Cortes, i. XVII, fol. 947. 



«Ais molt reverents egregis nobles 
»e honorables e molt cars amichs los 
«del purlament del principa t de Ca- 
»thalunya. — Molt reverents egregis 
«nobles e honorables e molt cars 
vamichs: no crehem esservos oblidat 
«com la arduitat del present negoci 
»no ho requíra com lany prop passat 
»apres quel senyor rey en Marti de 
«gloriosa recordado onde noslre fon 
vpassat desta vida a nos stants en 
«Arago en lo loch de la Almunia fon 
»per les XII persones ques dehien re« 
«presentar lo principat de Cathalunya 
«trames en Ramón Qavall lur missat- 
iger quins prega de part del dit prin- 
«cipat quens volguessem per amor 
«daquell abstenir cbobrebeureen usar 
«del nostrc ofGci de governador ge- 
«neral en tots los regnes e terres 
>del dit senyor e part ago que vol- 
«guessem desajustar e dar comiat 
>a la gent darmes que teniem aple- 
>gada en Arago car si gent darmes 
»stranya entrava en los dits regnes 
«e terres ells hi provchirien en tal 



> forma que aquelles per ells ab 
>nos ensemps serien ben defeses e 
«guardáis de tots perills e inconve- 
inients e dampnatges les quals coses 
>lus atorgam en certa manera e ho 
»complim de fet. Ara segons que la 
«vostra gran saviesa clarament veu e 
»es notori a tot lo mon gran muUitut 
«de gents darmes de Castella es cn- 
«trada.ho»tilmenten lo regneDarago 
»e entre cascun jorn e sesteo vers los 
»Iimits del dit principat e nha entra- 
«da partida en alguns lochs vehins 
«daquell on ha perpetrats e comeses 
«enormes e inhumana crims e greus 
«delictes axí com a enemíchs capitals 
»e publichs: e dago no veemque ells 
«o vosaltres vos mogata ney ajats 
«provehít quen sien expeliides ne fo- 
»ragitades ans ells e yosaltres ho mi- 
arais e ho tollerats axí pascientment 
»com si no era algún interés vostre 
«ni de la cosa publica deis dits regnes 
«e terres de que som fort e no sens 
«rabo maravellats: car be pot veure 
«la gran saviesa de vosaltres sins es 



166 

>estat complU qo que per part de les 
edites XII persones nos fon promes 
iscgons que dessus es dit e apres di- 
ivcrses vegades ratiffícat a nos e a 
«nostres missatgers quels trametiem 
»per aquest fet e per altres si no era 
vcontrastat al comen^ament per pe- 
»títa scintilla que fos de maljatsia 
Daquella sia massa gran poría de 
» aquella eiir destructiva flamma e in- 
»ext¡nguíb1e la qual cosa nos poguera 
» seguir ans fora la manera prests a 
» obviar e resistir a aquelles si fossem 
loencara aplegáis axi com ladonchs 
Derem. Perqué havents gran e inex- 
itimable desplaer e dolor intrinsecha 
taxi com es rahonable deis mals e ir- 
> reparables dampnatges de la cosa 
3»publica deis dits regnes e torres e 
»óe\s pobles de aquelles e encara per 
»tal com veem maltractar perdre e 
»destruh¡r ^o que vehets clarament e 
»sabets certament que es m>stre per 
»justicía: pregamvos affectuosament 
»e exortam instantment e requerim 
»que vullats en a^o ab nos enserops 
»qui nou entenem mirar ne retrau- 
»rens en provehir prestamente degu- 



MemORIAS TOBlllADAS 

>da car vostre es totalment lo car- 
>rech e de les XII persones qui fa- 
»hentnos desaplegar lo posaren sóbrela 
sseus muscles en descarregaren nos 
»quel ne haviem pres el haguerem de 
)»bon grat supportat e sostengut men- 
»tre hi fos opportu e necessari e vo- 
»lem supportar encara oblidant tots 
«perills denostra persona e qualsevol 
» dampnatges messions e despeses per 
»grans que sien. E donant obra en 
y>^qo farets Qo que devets e sots ten- 
Dguts per justicia serviretsnea nostre 
iSenyor Deus e a la cosa publica de 
»la qual devets esser mantenidors e 
»deffensors e attendrels a nos qo 
»quens fo promes en lo loch de la 
«Almunia e en altres parts segons que 
» dessus es assats declarat la qual co- 
»sa crehem e speram que infallible- 
»ment cumpliréis. Pregamvos no res- 
vmenys quens responats com pus prea<- 
fttament porets per lo portador de la 
>present lo cual vos trametem tan so- 
ilament per aquesta raho. Dada en Ba* 
> laguer sots nostre segell secrel aXV 
»dies de setembre del any MCCGGXI. 
>^ Jayme Darago.— Jaymo.» 



xm. 



Carta del conde de Urgel, en la que alega los títulos por los cuales le 
pertenecía la sucesión del reino. — Archivo general de la Corana de 

Aragón. Colee, de Cortes, t. XVII, fol. 1091. 



cMolt reverents molt nobles e molt irenclal auctorilat e sobirana saviesa 
^honorables senyors de gran e revé* tínsignits et dotáis. Nostre senyor 



POR LA Real Academia de la Histoma. 167 

ilealtat. — E per aquell sguart beníg- 



Deus per qualsevol raho ha permes 
que ais sotsmesos de la real corona 
no es stat nomenat publicat e mani- 
festat lur ver e legittím príncep rey 
e senyor natural (Mns apay de XVII 
meses quí son passats despuix que 
lo molt alt senyor rey derrerament 
deffunt fallí los quals sotsmesos ab 
gran e continuu desíg speran aque^ 
lia benaveniurosa jornada en la qual 
lur indubitat senyor los sia manifes- 
tat sots tal e tan deguda forma que 
lengua stranya e privada de qualse- 
vol nació amiga o emula baja a tes- 
tificar aCfermar e manifestar segons 
es stat acostumat fins en lo present 
dia la sobirana lealtat deis vassalls 
de la dita corona la qual tostemps 
ha floit e resplandit e vuy floreix e 
resplandeix entre los altros vassalls 
de totes les reals corones de chris- 
tíans. — E jatsia que en lo punt que 
lo dit senyor rey derrerament def- 
funt fallí lo molt alt senyor don Jay- 
me Dara^o sabes certament que la 
successio de la dita corona pervenia 
a «I et era sua : pero cogítant alte- 
nent e pensant lo dit senyor don 
Jayme la pura e loable intencio deis 
vassalls de la dita corona ha confor- 
mada la sua voluntat ab la lur. — Car 
axí com los dits vassalls han voler 
que al prlncep e senyor al qual ells 
per justicia obeyran no puxe esser 
posat si ni taca de intrusío ni tiran- 
nía en sa vera indubitada e natural 
senyoria: axi mateix lo dit senyor 
don Jayme ha voler que en la feal- 
tat e obediencia que ell infalliblement 
per justicia spera dells vassalls de la 
dita corona no puxa esser posada ta- 
qua ruga ne macula en lur ignada 



>nament ha sustengut e suste lo molt 
>gran passament de temps quí se- 
sdespes es despen per dar bona e des 
iguda fí a tan arduu e tan salubre 
megocí com es lo article de la dita 
>successío. Ede a^o fan al dit senyor 
>don Jayme testimoní ses obres e 
>feyts notorís: car cert es e notori 
>que en la hora que lo dit senyor rey 
•fallí lo dit senyor don Jayme era en 
> Arago poderos e podía legíttimament 
le licita entrar en castells ciutats e 
•viles sens ferne injuria ne tort a algu 
•com sabes e sap certament que per 
•justicia eren e son sues. La qual co- 
•sa fer no cura ans pregat sopplícat 
•e consellat per los missatgers deis 
•XII quí ladonchs affermaven repre- 
• sentar lo magniffich prlncipat de Ca- 
•thalunya e de la noble ciutat de Bar- 
•chinona desaplega la notable gent 
•natural del regne e no pas estran- 
•gera quí ladonchs havía ab si. Hoc 
•mes sen vench en lo dit principat on 
•ell e los seus son nats e nodrítse on 
•es principalment eretat. Hoc mes 
•sobresigue en exereír son officí de 
•governador general. Les quals coses 
•e moltres altres ha feytes lo dit sen- 
•yor per conformar rimar reglar e li- 
•mitar la sua volentat ab la vostra e 
•tostemps ha instat insta e instarajo 
•bon e degut spatxament del negocí 
•e tostemps ha offert offer et offerrá 
iper lo be del publich persona e bens 
•per ell de present possehits. — Per 
•les quals coses pot cascu vcure que 
•lo dit senyor ha squívats fins vuy e 
•squivara daqui avant tots camina e 
•vies havents color olor ne sabor de 
•intrusio ni de damnada tirannia. — 



168 



MEMOniAS PREMIADAS 



:»Ha squivasttots camiiishavenlsco- 
>]oT olor ni sabor de for^a e de im- 
ipressío. — Ha squívats tots camins 
ihavents color olor ni sabor de haver 
>en menyspreu ne poca amor les ter- 
erés sotsmeses a la dita corona ni los 
>poblatsenaquelles ans ha cncercats 
«camins per los qualscascu pot veure 
>que ha en oy e abominacío intrusío 
>e lirannia for^a e impressio. — Hoc 
»meshaencercats camins per los quals 
» casen pot yeure en deguda e cordial 
ihonor e amor les terres sotsmeses a 
>1a dita corona e los poblats en aque- 
»lles. — E si áxi no ho faya no resem- 
>blaria ais gloriosos princeps e reys 
>dels quals per vera e dreta linea de- 
»valia c es derívat: los quals han 
vamada justicia e han abominada in- 
>trusio e lirannia e assenyaladament 
>aquell glorios rey qui de mans de 
«infells conquista los regnes de Va- 
ciencia e de Mallorques lo qual rey 
>hac en gran amor dretura veritat e 
«justicia e en sobiran oy e abomína- 
selo lirannia e intrusio: e per 90 ab 
»bo e sant litol conquista gran térra 
»de pagans la guerra de aquella james 
«lexant per occupar ni offcndre térra 
>de christians. — E no es maravella 
»si lo dit senyor don Jayme ressem- 
»bla al dit glorios rey en amar justicia 
>o abominar intrusio e tirannia car 
>en moUés altres coses loy trop sem- 
kblant. — Qo es que ha nom Jayme 
>aii com havie aquell: hi es fiU de 
»Pere axi com era aquell : e succeex 
>a rey lo qual no ha nomenat cert 
«successoraxi com feu aquell: hi esli 
» venguda la successio en gran jüven- 
>tutaxicomfeu a aquell; hieslifetde- 
>bat ensa clara e indubitada successio 



>axi com feu a aquell: hi esli fet debat 
»per Ferrando axi com (eu a aquell: hí 
«es benige axi com era aquell : hí es 
sfranch e liberal axi cora era aquell: 
>hi es san^er e verdader axi com era 
•aquell : hi es de bona et de gran e 
•bella statura axi com era aquell. Ea 
•totes les dites coses e moltes altres 
•qui de present me cali per no esser 
•prolix li es semblant: perqué loa 
•sotsmeses a la dita corona poden 
•estar en ferma confianza e speran^a 
•que la divinal gracia míjan^antsera 
•axi virtuos glorios e victorios com 
•fon aquell. £ si lo dit senyor don 
•Jayme no abominava tirannia e in- 
•trusio no parria devallas e dirivas 
•del glorios bellicos e victorios rey en 
•Pere dit comunament deis francesos 
•lo qual domacalgíga e castiga intru- 
•sio e tirannia e deliura de aspra e t¡- 
•rannica senyoria moltes gents regnes 
>e terres de cristíans foragitant e ex- 
• terminant los tirans segons es nolorí 
•e en gestes e croniques^e. mostra: 
•e feu molts actes sobiranament vír* 
•tuosos la expressa recitado deis 
•quals serie larga e ometla perqué es 
•notoria recitar particularment e sin- 
» guiar del glorios rey en Pere pare 
•de la illustre senyora infanta muUer 
•del dit senyor don Jayme e deis al- 
•tros gloriosos reys e de lurs strenuus 
»e nobles sotsmeses com han doroa- 
•des e assuavades gents e nacions ti- 
•raniques serla longa gesta la qual 
•leix perqué es notoria e manifesta. 
• — E per amor da^o lo dit senyor don 
•Jayme axi per sa propria e natural 
•inclinacio com per ressemblar ais 
•gloriosos reys dessus expressats axi 
•com aquell qui porta e rete tur ver e 



POR LA Real Academia de la Historia. 



♦69 



>propri nom e senyal e axi com aquell 
>quí es de la lur vera e propría casa e 
laxí com aqaell qui es de la lur vera 
•legittima e propría gent e familia tí- 
»ceralment ama e affecta la gloria 
>boDor salut e reposde la dita corona 
>e deis sotsmeses a aquella per ladef- 
>fensio guarda e proteccío deis quals 
>sos antecessora james recusaren spo- 
>sar si mateixs a mort e abomina ti- 
>rannia intrusio for(a e impressioe 
tdesíja presta deguda pura e justifi- 
*cada fi del artícle de la dita succes* 
»sio en lo qual article penja la fe bon 
>stament de tots los sotsmeses a la 
>díta corona axi en universal com en 
•particular e en singular. — Hoc mes 
»desJja1oditsenyorquetotainquíetacio 
>perturbacio dilacio enfresquacio for^a 
»e impresstq sien ressecades stirpades 
»denegades e squivades de la salubre 
>expedicio del article de la dita suc- 
'cessío : e pensa lo dit senyor e lipar 
>que atesa la qualitat del temps e la 
•natura del article de la dita succes- 



sio e les circunstancies incidencies 
hi emergencies cascun jorn notoria- 
mentiminents gentdarmesstrange- 
ra e a stranya senyoria sotsmesa no 
stiga be en lo regne. — E per qo ins- 
tantment e affectuosa a les vostres 
reverencies e ñobleses prega que vu- 
llats adibir tots prests et congruus 
partits e remeys per purgar e dene* 
jar lo regne de tal gent. E a^o a fi 
que justicia sia reverentment et re- 
posada colta e manejada e que for^a 
e impressio malignes et abundoses 
nodrices de tirannia et intrusio sien 
ressecades et stirpades toltes lunya* 
des et squivades. -— E regraciaus 
molt lo dit senyor la notable justa 
savia e graciosa resposta per vosal- 
tres senyors feyta a les coses en los 
dies passats en aquest salubre el 
magniffich parlament per part de 
dit senyor per mi a les vostres reve- 
rencies e nobleses proposades et ex- 
plicades. • 



XLIIL 



Carta del conde de Urgel quejándose de la ocupación por tropas cas- 
tellanas de algunos pueblos de Aragón y Valencia.— i4rcAít?o getiei^al 
de la Corona de Aragón. — Colee, de Cortes^ t. XVIII, fol. 1307. 



cAls molt reverends, egregis, no- 
>bles e cars amicbs los del Parlament 
>de Catbalunya. —Molt reverenda, 
> egregis, nobles, honorables et cars 



>amichs: vostra letra havem rehe- 

>buda responsiva a la queus trame- 

>tem sobre la ocupado de Castellvi 

>de Rosanes : la qual entesa en quaat 

22 



170 Memorias 

»nos pregáis, conscllats e requerits 
9que 90ts color causa occasio de la 
» preso del dít castellano per altres 
»qualsevol rahons no vullam fer al- 
aguna novilat vos responem quens 
splaguera heus grahirem grantment 
»quens haguessels aiimatex dat con- 
isell quins renieys se poden pendre 
»en provehir enlesscandaloses occu- 
spacíons et invasions de les viles, 
»castell9y forces et gents et bens de 
«aquellos quesfan per gents stranycs 



PREMIADAS 

»en los regnesDarago e de Valencia, 
>que donen torp a la execucio de nos- 
>tra rey al successio, et gran e enorme 
>dan á la cosa publica, segons queus 
>es notori et per nos de paraula e per 
iscrits vos es stat notifficat en que no 
>es stat provehit. Dada en Balaguer 
»8ots nostre sagell secret a Xllll de 
ijaner del any de la nativítat de Nos- 
stre Senyor mil cualrecents dotze. 
» — Jaime Barago.— Jaime.» 



XLIV. 



Votos emitidos por los Compromisarios de GdiSipe.— Según los Manus- 
critos de Zurita y del arzobispo de Zaragoza ^ D. Fer nacido de Ara- 
gón, que se conservan en la Biblioteca Nacional. 



Jadicium novem virorum electorum 

scnt entice de rege Ar agonice in Mar- 

tini regís locum in regni hereditarii 

possesione miitendo» 

Infrascripli deputati ad investigan- 
dum , instruendum, informandum, 
noscendum, recognoscendum et pu- 
blicandum cui Parlamenta et subdítí 
ac vasalli coron» Aragoniae fídelita- 
tis debitum praestare et quem in eo- 
rum verum Regem et domínum per 
justitiam secuudum Deum et bonas 
conscientías habere debeant et te-^ 
neant. Facta inter eos discussione de 
iure quod lllustrísima domina iolans 
Jerusalen et Neapolis regina, et ín- 



clitus et magnificns dominus Ferdi- 
nandus ínfans Castellae, et inclitus 
dominus Ludovicus íilius illustris- 
simi domini Ludovici regis Hieru- 
salem et Neapolis, et díctae illustris- 
sims dominsB reginas eius, consortes, 
et inclitus dominus Alfonsus dux 
Gandís, et egregius dominus lacobus 
comes Urgelii, et indita D. D. Isabel 
consors sua, et egregius dominus Fe- 
dericus comes de Luna : Videlicet 
eorum quique in solidum se habere 
asserunt seu praetendunt in succesio- 
ne regnorum et terrarum subdltarum 
coronas Aragonum, vota sua manu 
uDÍuscuiusque eorum scrípta et sigi- 
llum sive signum ut inferius continet 



POB LA Real Academia de la Historia. 



17i 



sigillata singularíter et sigillatim ex- 
plicantur ut sequitur : 

VINCENTIDS FERRARI. 

Ego frater Vincentius Eerrari , or- 
dinis fratrum predicatorum ac ín S. 
Theologia Hagíster, unus ex prndíc- 
tísdeputatis; Díco íuxtascirect possc 
meum quod Ínclito et magníGco do- 
mino Ferdinando infante Castellaa, 
nepoti sive net felicía recordationis 
Petri regís Aragonum , genitoris ex- 
celsa memoriffi domini regis Martiní, 
ultimo defuncti, propinquiori másca- 
lo ex legitimo matrimonio procréate 
et utrique coniunctoin grada censan- 
gainitatis dicti domini regis Martini, 
praedicta Parlamenta, subditi ac va- 
salli coronflB Aragonum fidelitatis de- 
bitum prsBStare , et ipsum in yerum 
Regem et dominum per justitiam se^ 
cundum Deum et meam conscientiam 
habere debent et tenentur in testímo- 
nium prflemisorum haec propria ma- 
na acribo et sigillo meo inpendenti 
rounio. 

DOMINIGUS RAM, 

Oseensis episeopus, 

Ego Dominicas Hoscensis episco* 
pus, legum doctor, unus ex dictis de- 
putatis, in ómnibus et per omnia ad- 
hereo voto et intentioni preedicli do- 
mini magistrí Vincentii, in cuius tcs- 
timonium hsc propria manu scribo 
et sigillo meo inpendenti munio. 

BONIFACIOS FERRARIS. 



rum doctor, prior Cartusi», unus ex 
dictis deputatis, in ómnibus et per 
omnia adhereo voto et intentioni praB- 
dicti domini magistri Vincentii, in 
cuius testimonium haec propria ma- 
nu scribo et sigillo meo inpendenti 
munio. 

BERNARDOS DE GDALBES. 

Ego Bernardas de Gualbes, utrius- 
que laris doctor, unus ex dictis depu- 
tatis, in ómnibus et per omnia adhe- 
reo voto et intentioni priedicli domi- 
ni magistri Vincentii, in cuius testi- 
monium hso propria manu scribo et 
sigillo meo inpendenti munio. 

BERENGARIUS DEBARDAXI. 

Ego BereAgaríus deBardaxi ex dic- 
tis deputatis in ómnibus et per omnia 
adhereo voto et intentioni praedícti 
domini Vicentii magistri, in cuius tes- 
timonium haec propria manu scribo 
et sigillo meo inpendenti munio. 

FRANCISCOS ARANDA. 

Ego Franciscas Aranda , donatus 
Monasterii Portaceli, Cartusiensis or- 
dinis, unus ex dictis deputatis, in 
ómnibus et per omnia adhereo voto 
et intentioni praedicti domini magistri 
Vincentii, in cuius testimonium haec 
propria manu scribo et sigillo dicti 
priort Cartusiensis, cum proprium 
non habeam, inpendenti munio. 

PETROS ZAGARRIGA, 

Archiepiicopus Tarraconensis. 



Ego Bonifacius Ferraris, decreto- Ego Petras Zagarriga archiepisco- 



172 



MlíMORrAS 



pus Tarra<;onen8is, anus ex prodictis 
deputatis, iuxta scire et posse meam; 
Bico quod lícet credam pnedictum 
dominum ínfantem Ferdínandum esse 
utüiorem multis considerandum quo- 
cumque alio competitore ad régimen 
huías regni, tamen cum justitía se- 
cundum Deum et bona conscientía 
credo quod domioi dux Gandise et 
lacobus comes Urgelii, tanquam víri 
animati masculi et legitími et descen- 
dentes per lineam masculinam ex 
prosapia regum Aragonum prsdictes 
sumptornm suntin iure potiores, et 
quod ad alterum ípsum dictorum per- 
tinet successio Goronae dicti regni; 
quia tamen sunt equales in grada 
parentes cum domino rege mortuo, 
credo quod possit et debeat ille ex 
dictis dominis duce et comité alteri 
preferri qoi sít idoneor et reipublicas 
utilior : protestor tamen quod per 
hoc nullum prniudicium intendo fa- 
ceré iuri quod dominus Federicus de 
Luna habet in regno Trinacri», sive 
ín Sicilia; in cuius testimonium b»c 
propria manu scribo et sigillo meo in- 
pendenti munio. 

GUILLERMUS DE VALLESICCA. 

£go Guillermusde Vallesicca, unus 
ex predictis deputatis, idem cum D. 
Archiepiscopo inmediate precedente 
sentio, hoc tamen addito quod eo ca- 
suquo dictas dominus archiepiscopus 
dicit quod ille de dictis dominis duce 
et comité debet preferri qui sit idoneor 
et reipublicse utilior, Ego addo : quod 
ceteris paribus dictus Gomes meo in- 
dicio est preferendus dicto duci, et 
hoc 1/ facie Dico quia a tempore quo 



PREMIADAS 

fui Dertosie non potui plene ut exegtt 
qualitas negocü super hoc ímpetenlí- 
bus me doloribus podagr» etaliis do- 
loribus deliberare ; in cuius testimo- 
nium hsec propria manu scribo, et si- 
gillo Pomini Bernardi de Gualbis su- 
pradicti, cum meum ad presens non 
habeam, inpendenti munio. 

PETRUS BERTRANDIS. 

In negocio tan arduo tamque perí- 
enloso impossibile mihi reputo in tam 
breri spatio temporeque votum pro- 
mulgare et cum sana et sincera cons- 
cientía procederé, cum sit verum et 
certum quod post impedimentum D. 
Joanarís Rabaza in cuius locum su- 
brogatus applicuí... de mense Madü 
próximo lapsi, videlicet decima octa- 
va die eiusdem mensís inexpertus et 
novus in materíatanti negotü incepi 
ín eo intendere et vacare a quo tem- 
pore. Citra cum sollicite vacaverim 
novitille qui nihil ¡gnorat : sed muí* 
titudine nimia tractatuum et allega- 
tionumet scripturarum quae per ad- 
vocatos scu pro parte Dominorum 
Competítorum oblats fuerunt in tam 
brevi spatio temporeque videreet di- 
gerere prout ipsa materia requirit et 
ipsos laqueos et difBcultates enodare, 
in quorum considerationem advocati 
solemnes et famosi a magnis citra 
temporibus intenderunt et iustitia ne- 
gotü discernere cum quieta conscien- 
tía et secura nec potui, nec verisimí- 
le est me potuisse, imo vix ad dige- 
rcndum, discutíendum et deliberan- 
dum supervidendis ómnibus qu» vi- 
denda et delíberanda sunt ultra tem- 
pus profatum possit verisimílíter 



POR LA Real Academia de la Historlv. 



Í73 



mensis insequens sufCcere: unde ad inram manu mea scripsi etmeosigil- 
meam exposítionem praBsentem scrip- lo munívi. — figo Petrus Bertrandis. 



XLV. 



Declaración ó sentencia del Compromiso de Caspe á favor del infante 

D. Fernando de Antequera. 



<In nomine Domíni Ihesu-Gristi 
ipateat universis : Quod die sabbati 
lintitulata vicésima quinta mensis ju- 
inii anno á nativítate Domíni milles- 
»símo quadríngentessimo duodécimo 
>hora tertiarum vel quasi eiistenti- 
>bus reverendissimis et honorabilibus 
idominis novem personis ínfrascrip- 
>ti9 ad ¡nvestigandum, instruendum, 
>informandum, noscendum, recognos- 
icendum et publlcandum subscripta 
idepulatiset etectis in quadam aula 
>caslri ville de Casp prope flumen 
ilberi in Aragonia constitute perso- 
snaliter congregatis in presentía nos- 
»trumnotariorum subscripto rum qui 
>de auctoritate, facúltate etpotestate, 
>dictorum domínorum deputatorum 
>et alíis per kalendaría tactis et ex- 
ipressatísprout nomínate sumus in- 
iferius faciemus autentícam et veri- 
xdicam Sdem et in presentía etíam 
ihonorabilium domínorum testíum 
sinfrascriptorum : prefatí domíni 
»mandarunt reverendo magistro Yin- 
icentío Ferrarii subscripto quod ip- 
>sorum nomine legerct et publicaret 
iquamdam scripturam quam illico 
•dictorum domínorum ex parte rcve- 



rendus in Christo pater et domlnus 
Dominícus Ram,episcopus oscensis 
ínfrascriptus, dedit ettradidíteídem 
magistro Víncentio Ferrarii : et re- 
quisíverunt nos infrascriptos nota- 
ríos quod de predictis ómnibus et 
síngulís faceremus unum et plura 
publícum et publica instrumenta. 
Qui quidem reverendus dominus 
magíster Yincentius Ferrarii acce- 
pit díctam scripturam et eam coram 
ómnibus legít et publícavít cujus te- 
nor sequitur in hunc modum : Nos 
Petrus de Qagarríga, archiepiscopus 
Terracbone, Dominícus Ramcpisco- 
pus oscensis , Bonifacius Ferrarii 
dompnus Cartusie , Guiliermus de 
Yallesica legum doctor, frater Yin- 
centius Ferrarii de ordine predíca- 
torum magíster in sancta teología, 
Berengarius de Bardaxíno dominus 
loci de Qaydi, Francischus Daranda 
donatus monasteríi Portacelí ordinis 
Cartusie oriundus cívítates Turolií, 
Bernardus de Gualbis utríusque ju- 
rís et Petrus Bertrandí decretorum 
doctores novem videlícet deputati 
vel electi per generalía parlamenta 
prout de nostraelectione et subro- 



174 



Memorias premiadas 



igatíone mei Petri Bertrandi constat 
>per publica instrumenta factain AU 
i'Cañicio die quarta décima martii an- 
>no a natívitate Domini miliessimo 
iquadringentessimo duodécimo et 
«Dertuse tertia decima dictorum men- 
«sis etin castro de Casp sexta decima 
>d¡e madii ejusdem anni cum plena 
>ac plenissima generali ac generalis- 
isima auctoritat'e, facúltate et potes- 
>tate in^estigandi, instruendl, infor- 
>mandi, noscendí, recognoscendi et 
>publicandi cu¡ predicta parlamenta 
>etsubdit¡ ac vassalli corone Arago- 
>num fídelitatis debitum prestare et 
>quem in eorum verum regem etdo« 
>m¡num per justitiam secundum De- 
>um et nostras conscientias habere 
xdebeant et teneantur ita quod illud 
>quod nos novem in concordia vel 
>sex ex nobis in quibus sex seu in* 
>ter quos fuerit unus de qualibet ter- 
ina publicaremus vel alias pro execu- 
stíone capitulorum inter dicta parla- 
> menta concordatorum faceremus aut 
)»executaremus quovismodo haberetur 
«profacto justo, constanti, valido at- 
>que firmo : prout de predíctis potes* 
>tate et capítulis constant per publi*^ 
>ca instrumenta recepta in Alcanicío 
»per Bartholomoum Vincentii, Pau- 
>lum Nicholay et Raymundum Baju- 
>li, notarios, die cjuinta decima fe- 
•bruarii anno predicto : consideran- 
»tes quod inter cetera solemniter et 
»publice quílibet nostrum vovit et 
ijuravit quod simul cum alliis secun- 
»dum potestatcm concessam citius 
>quo rationabiliter fieri posset in ne- 
>gotio procederet et juramento de 
•quibus constat per publica instru- 
>menta recepta in villa de Gasp per 



adictos Paulum Nicholay, Raymun- 
idum Bajuli, et Jacobum de Monte- 
»forti, notarios, diebus decima septí- 
>ma et vicessima secunda aprilis et 
«décima octava madii anno predictí 
>latius continet ur : visis tenore et 
•forma dictarum electionis de nobis 
•facte et potestatis nobis tradite et 
•juramenti et voti premisorum et 
iprehabitis investigatione, instructio- 
>ne, informatione, noscione et recog- 
Duitione que per nos fíenda, erant et 
•dictís ac datis et nominatis per jus- 
•títiam secundum Deum et nostras 
•conscientias necessariis oppiniouíbus 
•dictis atque votis et illís ac alus pre- 
•missis recognitis et consideratis so- 
•lum Deum habentes pre oculis se- 
•cundum tenorem potestatis et jura- 
•roenti ac voti predictorum dícimus 
xet publicamus quod parlamenta pre- 
•dicta et subditi ac vassalli corone 
•Aragonum ñdelitatis debítuní pres- 
•tare debent et tenentur illustrissímo 
•ac excellentissimo et poten tissimo 
•principi et domino domino Ferdinan- 
•doinfantiCastelleet ipsum dominum 
•Ferdinandum in eorum regero etdo- 
•minum habere tenentur et debent. 
•De quibus ómnibus ad perpetuam 
^rei memoriam petimuset requirimus 
•Geri unum et plura publicum scu 
> publica instrumenta per vos nota- 
dnos infrascriptos : de quibus omni- 
•bus et singulis supradictis dicti re- 

• verendissimi et honorabiles domini 
•novem deputati verbo etiam requi- 
•siverunt per nos notarios suprascrip- 

• tos fieri unum et plura publicum seu 
•publica instrumenta. Que fuerunt 
«•acta die anno et loco predictis pre- 
•senlibus honorabilibus viris dominis 



/ 



POR LA Real Agadiümia de la Historia. 



175 



•Francisco de Pau milite , Dominico 
>Ram licencíalo in legibus milite, 
«Dominico de la Naja, Guillermo Qae- 
>ra et Raimundo Fivalierii, castella- 
>nis et custodibus dicti castri de Casp 
>ad hec pro testibus vocatis speciali- 
>ter et assumptÍ9.«-Sig f num mei 
>Bartholomei Vincencii nolarii publi- 
>ci civitatis Cesarauguste ct auctori- 
>tate domini regia Aragonum per tá>- 
>tam terram et dominationem suam 
>qui predictis una cum connotariis 
>infra8cr¡ptis interfui et clausi, etc. — 
>Sig f num Jacobi de Plano auctorí- 
»tate regia notarii publici aereoisaimi 
»domini regia Aragonum qui premi- 
>8is ómnibus et aingulis una cum atiis 
» connota rus suis hic contentis inter- 
>fuit. — Síg f num mei Raimundi Ba- 
>juli auctoritate illustrissimi domini 
>regis Aragonum notarii publici per 
»totam terram et dominationem suam 
>qui premíasis una cum connotariis 



«meis bic contentis presens fui eaque 
sscribi feci et clausi.— Sigf num mei 
tJacobi de Monteforti auctoritate re- 
>gia notarii publici per totam terram 
>et dominationem illustrissimi domi- 
>ni rcgis Aragonum qui ómnibus et 
•singulis supradictis una cum aliís 
>meis connotariis hic contentis inter* 
»fuí eaque clausi. — Sig f num mei 
»Pauli Nicholay illustrissimi domini 
»regis Aragonum olim scriptores auc- 
itorítateque ejusdem notarii publici 
*qui predictis ómnibus et singulisín- 
•terfui eaque clausi. — Sig f num mei 
•Francisci FonoUeda illustrissimi do- 
»mini regís Aragonum olim scríptoris 
•regiaque auctoritate notarii publici 
>per totam terram et dominationem 
»8uam qui publicationi predicte re- 
•quísitus una cum prenominatis con- 
>notariÍ8 meis interfui eaque recepta 
>per olím scriptum clausi. > 



XLVI. 



Acta de la proclamación de D. Fernando de Castilla por rey de Aragón. 



tNovíssime autem die martis ho- 
nra tertiarum "vel quasi intitúlala 
»XXV1II.* dicti mensis junii an- 
>no predicto a na tí vi tale Domini 
^MCCCGXII dicti domini deputati in 
»aula predictí castri de Casp persona - 
«liter constiluti convocatis nobis dic- 
>(Í8 eorum notariis et secretariis per 
»vocem dicti domini terrachonensis 



•archiepiscopi dixeruntse velleeadem 
>hora accederé ad publicandam pu- 
>blice etsolemníterpublicationem per 
>eos factam cum instrumentis publi- 
»cis in posse noslri dictorum notario- 
>rum confeclis die sabbatí proxíme 
ilapso de nostro vero rege et domino 
>ad ecclesiam dicte ville etinmíssam 
>et sermonem solemnes audireet post 



17G 



Mií:iiorus puemiadas 



eorum consumatíonem publícatio- 
nem faceré supradictam : requiren- 
tes nos dictes notarios et secretarios 
qtiatenus celebrationem dictorum 
misse et sermonis et publicationem 
predictam et alia que in ipsis et cir- 
ca ea fíerent et exequerentur conti- 
nuaremus ín presentí processa et de 
eis conficeremus unum et plura pu« 
blicum seu publica instrumenta. — 
Et quasi incontinenti dicti domini 
deputati accesserunt simul ad eccle- 
siam supradictam ad cujus fores in 
illis videlicet que respiciunt yersus 
plateam fuit quoddam altare mirabi- 
liter apparatum et a dextris et si- 
nistris ipsius eran! scanna seucada- 
falia pro sessionibus domínorum 
ambaxiatorum designatorum infe* 
rius fabricata: et díctí domini deputa- 
ti excepto dicto domino oscensi epis- 
copo circa infrascripta occupato se- 
derunt supraquod^lam scannum ap- 
positum quasi inmediate coram dicto 
altari intuscancellum ibi factum sub 
forma et ordine qui seguntur. Díctus 
enim reverendus dominus arcbiepís- 
copus sedit in medio dicti scanni et 
ad partem dexteram pos eum sede* 
runt primo dominus Bonifacius Fer- 
rarii, secundo Guillelmus de Valle- 
sica, tercio Franciscus Daranda : ad 
partem vero sinistram primo Beren- 
garius de Bardaxino, secundo ma- 
gister Vincentius Ferrarii, tertio 
Bernardus de Gualbis et quarto Pe-* 
trus Bertrandi predicti. Ad partem 
vero dexteram dicti altaris ín scanno 
seu cadafallo ibi ut prefertur facto 
sederunt religíosi reverendus nobi- 
les et honorabiles deputati regnorum 
Aragonum et Yalentie subscripto 



»ord¡ne collocato : Primo enim reli- 
»giosus frater Ennecus Dalfaro co- 
tmendator de Ríela ordinís sancti 
»Johann¡s hospitalís Herosolímitani 
•pro dicto regno Aragonum et post 
>eum reverendus frater Romeus de 
«Corbaria magister militis beate Ma- 
>rie deMuntesía et sancti Georgiipro 
adicto regno Yalentie, deinde nobilis 
•óomiAusPetrusXimenez Durrea pro 
>eodem regno et post eum religiosus 
•Petrus Pujol prior Yallis Jesuchristi 
»pro dicto regno Yalentie snccesive 
>autem nobilis dominus Jobannes de 
•Luna miles pro dicto regno Arago- 
•flum, et inmediate post eum nobilis 
•Manuel Diez pro eodem regno Ya- 
•lentíe, deinde autem honorabiles Jo- 
•hannesde Bardaxino miles pro pre- 
>facto Aragonum regno, et post eam 
•honorabiles Petrus de Sisear miles 
•predicto regno Yalentie, et statim 

• post eum honorabiles lohannes Do- 
•velfa pro eodem regno Aragonum et 
''post eum honorabilis Johannes Suan 
•pro dicto regno Yalentie, etinmedia- 
•te honorabilis Johannes Sánchez de 
•Sadornil pro dicto regno Aragonum 
•et post eum honorabilis Petrus Gil 
•jurisperitus pro eodem regno Yalen- 
•tíe ambaxiatoresseununtii. Adpar- 
item verosinistram dicti altaris in 
•alio scanno seu cadafallo sederunt 
•sub ordine infrascripto reverendi ín 
•Chrísto patres multum nobiles et 
•potentis viri et honorabiles domini 
•ambaxíatores seu nuntis Cathalonie 
•principatus : primo enim Galceran- 
•dus urgellensis, secundo Franciscos 
•barchinonensis episcopí, tertio do- 

• mínus Johanes comes Cardone, quar- 
•toKaimundus de Lupiano alias de 



POR LA Real Academia de la Historia. 177 

iVincentius ad manJatum per dictos 



sBages miles, quinto Johannes de 
>Plano legum doctor, sexto Petrus 
>Grimau vílle Perpiniani : íntus vero 
• cancellum predíctum crant videlícet 
>¡n dextera parte ipsíus honorabilis 
•Dominifeus de la Naya Cesarauguste 
>et Guillelmus Qaera in legibus licen- 
itiatus Valentíe, et ia parte sinistra 
iRaimundusFivallerii Barchinone ci- 
>vesy castellao i et custodes díctí cas- 
»tri deCasp : estra díctumvero can* 
'cellum ad partem dexteram dícti al- 

> taris quasi ad pedes díctorum do- 
iminorum ambaxiatorum díctorum 
iregDorum Aragonum et Valentíe 
>sederunthonorabiIesMartinusMar- 
itinez de Marzíella pro dicto regno 

> Aragonum et Petrus Qabata pro die- 
nto regno Valentíe, et ad partem si- 
mistram juxta pedes dictorum domi- 
tnorum ambaxiatorum principatus 
ipredictí Albertus Qatria capitanei pro 
idictís dominis deputatis dicte ville 
>de Casp. Dictus vero reverendus do- 
iminus oscensis episcopus indutus 
Dvestimentis sacerdotalibus in apara- 
»tu pontíficalí cui honorabilis Narci- 
>sus Astruci archidiaconus Terraco- 
me et Cipressus Balaguerii ejus se- 
icretarius pro subdiacono mínistra- 
srunt missam sancti Spiritus solemp- 
initer celebravit. Finita autem dicta 
>missa dictus reverendus magister 
iVincentius Ferrarii sunm incohavit 
isermonem in qüo prothematesump- 
>sit: Gaudeamus et exultemus et de^ 
^mui gloriam Deoquia venerunt nup' 
itie Agni : Apochalipsis XVIIII.^' ca- 
»pitulo : quod trinas dividens in par- 
>tes juxta solemnitates materiam fuit 
>notabiliter prosequtus. Quo finito 
'Sermone dictus reverendus magister 



idominos deputatos sibi ut premitti- 

ituríactum publicationem de dicto 

>nostro vero rege et domino dicta die 

isabati proxime lapsa factam íbi pu- 

iblicealta et intelligibilí voce coram 

1 dictis dominis ambaxiatoribus et po- 

>pulo ibidem congrégate legendo de 

» verbo ad verbum unum ex instru- 

imentis super dicta publicatione dicta 

>die sabbati proxime lapsa confectís 

>solemniter publícavit. Et cum in pu- 

iblicatione predicta fuit in passu illo 

iseu puncto in quo nomen excellen* 

itissime ac magniffíci principis et do- 

>mini domini Ferdinandi nostri veri 

» regís et domini exprimitur sen con- 

•lineturidem magister Vincentius et 

sommes desuper nominati et alii 

letiam ibidem presentes magnis et al- 

itis vocibus jocunditatem et gaudium 

1 denotantes exclamaruntdicentes re- 

«petitis vicibus per magnam pausam 

>durantibus : jViva^ viva nostre rey 

»el tenyor D. Ferrando! Et post loo- 

>gam repetitionom dictorum verbo- 

>rum et similium in eíTectu dictus 

> reverendus magister Vincentius pu- 

•blicationem'predictam perfecít. Qua 

squidem publicatione sic ut preferlur 

icompleta et facta statim dictus re- 

»verendus magister Vincentius et 

luniversi alii de publicatione dictí 

snostrí veri regís et domini Altissimo 

iregum Regí laudes debitas persol- 

iventes Te Deum laudamus et alia 

1 cántica et orationes flexis genibus 

>decantarunt. Et dicti honorabiles 

>Dominicus de la Naya, Guillermus 

«Qahera et Raimundus Fivallerii cas- 

itellaui et custodes dicti castrí quod- 

>dam magnum, vexillum sivebande- 

23 



178 

>ra armorum regís Aragonum in qua- 
>dam magna asta seu lancea coram 
>d¡cto altari protinus ereserunt : ei 
micbilominus pulsa tío campanarum 
iclangor tubarum et sonitus diverso-» 
iruiN ínstrumentorum musicorum 
•ibídem extítit íncohatus ad quorum 
>sonítum díctí capítaneíuna cumplu- 
#ribusa1íís gentíbus íbídem existenti- 
>bus corum gaudium et letitiam apro- 
ibantes ac dicta verba viva, viva nos^ 
Uro reyet senyor D. Ferrando conti- 
>nue geminantes ínceperunt íbídem 
Bcoram dicta ecclesía in platea et pos- 
>tea per dictam villam tripudiare: 
>quod quidem trípudium per totam 
lillam diem quasi continué perdura- 
>vit. De quibus ómnibus et singuHs 
Ysupradíctis tam prediclí deputati 
iqnam ambaxiatores seu montií su- 
>pradictís petierunt et requisiverunt 
>eís fíerí atque tradi per nos notarios 
»et secretarios supradíctos conjunc- 
>tim et vel divisim unum et plura 
ipublicum et publica instrumenta 
>ad habendum de eís memoriam in 
ifuturum. Que fuerunl acta loco die 
lét anno predictis presentibus hono- 
»rab¡libus religiosis et providis viris 
sdomínis Dominico de la Naya Guil- 
slelmo Qaera et Raymundo Fívellerii 
>castellanis et custodibus castri, Mar* 
>tíno Martínez de Marziella, Pedro 
iQabata» Azberto Qatria capitaneis 
idicte ville de Casp, Antonio de £ar- 
idaxino domícello Aragonum fratre 
> Antonio Tolosano clavario ordinis 
smilitie beateMarie de Muntesia et 



Memorias premiadas 

isancti Georgü valentine diócesis Ja- 
>cobo de Orríes domícello Aragonum 

> fratre Emanuele de Vilarasa dicti 
lordínis beate Marie de Muntesia 
>Garcia Munionis de Pamplona domí» 
>cello Aragonum Petro Desplugues 
imilite Yalentíe Eximíno de Sayos 
idomicello civitatis Calathejubíi Pe- 
>tro Sagarra ville Morelle Beltran- 
>do Coscón domícello Gesarauguste 
«Francisco Desplugues domícello Va- 
»lentíe, fratre Roderico de Bardaxino 
icomendatore Osee ordinis sancti Jo- 
>hannís Hospítalis Iherosolimitani, 
«Giraldo de Gualba milite Valentino, 

> fratre Fortunyo de Heredia comen- 
»datore domus antíque oscensis dicti 
lordinis sancti Johannis, Andrea Cas- 
>tella domícello Valentie, Eneco Des- 
spar^a domícello ville Muriveteris, 
sManueleSuan cive Valentíe, Ludo- 
ivico Coscón domícello Cesaraugns- 
»te , Raymundo Constantíni milite 

> Valen tie, nobili Raymundo Dorcau^ 
«Francisco de Pau, Raymundo de 
iCalderiis, Guillelmo de Blaniis, Guí- 
»llelmo Raymundi de Montagut, Lu- 
»cha Davinyo, Johanni Petri Fahena, 
»Petro Arnaldi de Salli , domiceliis 
»Jobannede Vallo, Jacobo Columbi, 
sHugueto Fiveller, Leonardo de Val- 
>les¡cca, Francisco de Gualbis, Poncio 
>de Busquets, Francisco Qaplana, 
«Bonanato Petro, et Gaufrído de Or- 
>tiguís in decretis licenciato civíbus 
«Barchínone, testíbus ad premissa vo- 
BCatísspecialiter et rogatiset pluribos 
letiam alíís ía multitudíne copiosa. 



POR tk Real Academia de í.a Histoiua. 



179 



XLVIL 



De on códice que se conserva en 
la biblioteca alta del Escorial (iij, 
4) con este título : Libro en el 
qual se eantiene un breue diicurto de 
loe Coronaciones de los Reyes de Ara- 
gon, de sus juras^ y de los principes 
primogénitos que ha hauido ; con vna 
declaración, que va al finf de algunos 
vocablos aragoneses antigos^ para que 
mejor se entiendan» Dirigido á la 



S. C R. üf . del Rey nuestro Señor. 
Compuesto por Geronymode Blancas^ 
Chronista del Reyno; copiamos el ca- 
pítulo siguiente, que aunque publica- 
do, es digno de insertarse en este 
Apéndice, no solo para ilustrar la 
Memoria que antecede, sino también 
para reproducirlo enteramente con- 
forme con el original. 



De la coronacioQ del rey D. Hernando el I llamado el Honesto. 



cDel interregno, que como se ha 
>refer¡do huuo , por muerte del rey 
>D. Martin, resultó que este D. Her- 
tnando, infante de Castilla, que co« 
»munmente es dicho el infante de An- 
> tequera , fue declarado por verdadero 
>y legítimo sucesor y Bey destosReg- 
>nos. Y aunque luego el año 1&12 
»en que esto passó, vino y tomó po« 
isession dellos, y tuno Cortes, en las 
>qua1es juró y fue jurado por tal; y 
»8u hijo y príncipe D. Alonso por su- 
>cesor suyo : por allanar primero al- 
sgunos bullicios y alborotos, que el 
>conde de Urgel uno de sus competi- 
>dores yua mouiendo, defirió el co- 
tronarse hasta el ano ikík en el qual 
•determinó de hazello. Llamadas para 
testo Cortes, á XV de enero deste 
»año muy acompañado entró en Qa- 



rago^a : y fuese al palacio Real de 
la Aljafería : para desde allí salir, 
como era costumbre. Comengose á 
entender en las cosas, que para la 
solemnidad de aquella fiesta se ha- 
uían de aparejar : que se publicó 
entendía el Rey celebralla con la 
mayor pompa y sumptuosidad , que 
se huuiese visto. Y así concurrió á 
esta ciudad mucho número de gran- 
des, caualleros y personas principa- 
les y otra gente de menos cuenta no 
solo de los Reynos sujetos a esta 
Corona y de los de Castilla y Nauar- 
ra, pero aun de otras partes de Es- 
paña y fuera della de díuersas na- 
ciones cstranjeras. La Reyua de 
Castilla desseando ayudar por su 
parte á esta solemnidad , escriben 
que embió á este Rey D. Hernando 



i82 Memorias 

>llo yo dada insignia de Príncipe al 
isuccessor del reino. Y por ventura 
>la vara de oro, que el Rey le puso 
len la mano denotó el cargo de go- 
luernador general que al primogénito 
> mayor de edad , en este reino le 
icompete : en virtud del qual tiene 
>muy grande jurisdicción, comoade- 
ilante se verá, que es lo que se deno- 
ita por la vara. Y en esso se diferen- 
>ció de su hermano D. Joan , al qual 
lluego el mismo Rey, estando en el 
imismo trhono, después de hauer 
ihecho esto con su hijo mayor, con 
>la mesma cerimonía de ponerle 
imanto y chapeo, dio título de duque 
>de Peñafíel; que después fue rey de 
»Nauarra, y vino también á sello de 
jiAragon. Hecho esto armó el Rey 
»allí algunos caualleros, y entre ellos 
>á los hijos del condestable de Casti- 
«lia. Quando la missa fue acabada, 
>passóse el Rey á la capilla del argo- 
«bispo D. Lope. Y de allí salió á la 
«puerta principal de la yglesia : donde 
«licuando puestas sus insignias , y 
•vestes reales, se puso á caüallo en 
>vn muy hermoso cauallo blanco, que 
>le estaba aparejado. De cuyo freno, 
>de las camas dé! salian de la vna y 
>de la otra dos cordones de sirgo 
•blanco. De los qualcs lleuauan ri- 
•gicndo el cauallo, del de la parte 
•drecha el infante D. Enrrique ; el 
•duque de Gandía, y el conde de 
•Luna, D. Fadrique de Aragón : que 
•también hauia sido de los competí- 
adores : y también llenaban de los 
•mesmos cordones otros caualleros y 
•señores principales aragoneses y va- 
•lencianos, y los jurados de Qaragoga 
• y Valencia. Y del otro cordón que 



PREMIADAS 

yba á la parte izquierda licuaban el 
infante D. Pedro, quinto hijo del 
Rey, y los condes de Cardona, Mó- 
dica y Quirra, y otros varones cata- 
lanes, y los jurados y syndicos de 
Barcelona y de las otras ciudades y 
villas de Cataluña. £1 Rey yua de- 
baxo de vn palio muy rico, que lie- 
uaban doze ciudadanos de QlaragoQa. 

Y assí con esta pompa y magestad 
fue llenado á la Aljafería, con mu- 
chas baylas y dangas, que por las 
calles por donde passaba se le ha- 
zian, que entretuuieron el paseo de 
manera que cuando allá se llegó, 
eran bien las cuatro de la tarde. 
Llegado que fue el Rey , luego se 
puso á comer en su mesa. Y á su 
mano derecha en otra mesa se as- 
sentaron los prelados : y en otra á 
la izquierda el príncipe y los infan- 
tes : y en otras algún tanto roas 
baxo al vn lado y al otro los gran- 
des y señores principales que allí se 
hallaron : que se escriue fueron mu- 
chos aunque no se nombran, ni quie- 
nes sirvieron al Rey, ni á los demás. 

Y con esto se acabó la fiesta de 
aquel dia. El siguiente, que fue lu- 
ne?, baxó el Rey á missa á la ygle- 
sia de San Martin de la Aljaferia : y 
dixola el Obispo de Segouia al vso 
MoQarabe : que es, según el que se 
hauia acostumbrado en el tiempo 
que los christianos estuuieron mez- 
clados con los moros : qué algunos 
quieren que en tiempo de los godos 
fuessc el mismo. Los dias siguientes 
de martes y miércoles se celebró la 
fiesta de la coronación de la reyna 
doña Leonor muger del Rey. Y no 
hallo escrito en qué manera. Solo se 



POR LA ReíVl Academia de la Historia. 



183 



icscriue que al coronarla el Rey su 
> marido le puso en la cabeza la co- 
irona, que como arriba se notó, fue 
>la que le embió la reyna de Castilla. 
iParahonrra de la fiesta desta coro- 
nación de la Reyna, se hizo por 
•mandado del Rey y\\ torneo de cien- 
sto á ciento mediado hebrero en el 
»campo del Toro : que no está lexos 
>de la Aljafería. Y se escriue fue de 



>los mas solemnes que se vieron ja- 
imás : y que para él dio el Rey mu- 
>chos y muy buenos arneses y espa- 
ldas muy bien guarnecidas. Y con 
>este torneo se dio Gn á esta fiesta y 
«solemnidad, que fue la postrera que 
>en estos reynos se ha visto. Y co- 
>menzóse a trataren las Cortes que 
»estauan llamadas.» 



XLvm. 



Los escudos que figuran en la ad- 
junta lámina son de la villa de Caspe 
el uno, y el otro de la Corona de Ara- 
gón. Sobre este último, en el que solo 
aparecen las cuatro barras , vamos á 
insertar una noticia curiosa, que de- 
bemos á la amistad del Sr. D. Manuel 
de Rofarull , ilustrado archivero del 
General de aquellos reinos. * — «La 
«costumbre de reunir bajo un solo es- 
>cudo, ó como si dijéramos enunescu- 
»do general, todos los particulares de 
•los distintos reinos que constituían 
>la Corona de Aragón, no se conoció 
>en aquella, durante el dominio de sus 
•reyes, en primer lugar porque en los 
^grandes sellos de cancillería , donde 
•el Rey figura armado y á caballo, no 
•se solia poner, ni en el escudo de 



•aquel, ni en las faldas de este, mas 
•que el blasón primitivo de la casa de 
•Rarcelona, adoptado como general y 
•único en todos los dominios; y luego 
•porque aun cuando tenia cada reino 
•independiente su escudo conocido ó 

• sello, servia este tan solo para cor- 

• roborar lo que se hacia particular- 
emente dentro de un solo Estado; de 

• modo que no obstante de figurar en 
•la una cara de todos los sellos el rey 
•sentado en su solio ó á caballo, en 
•los reversos hay diversidad , como, 

• por ejemplo, el sello de Aragón, que 

• presenta las cuatro cabezas, no se pa- 

• rece al de Sicilia, que tiene las águi- 

• las mezcladas con las barras, ni á los 

• demás que se conocen de los otros 
•reinos. Se deduce de esto que antes 



* No podemos menos de mencionar 
)a amabilidad con que nos han remitido 
varias noticias, desde el lugar en donde 
se celebró el famoso Compromiso, los 
Sres. D. Nicolás Octavio de Toledo y don 



José Calved, como asimismo D. Braulio 
Foz, de Zaragoza, y D. Manuel de Bofa- 
rull, de Barcelona, de cuyas indicaciones 
quedamos sumamente agradecidos. 



i84 MeMOiuAS 

>de la unión general de todos los rel- 
>nos de España, no se dieron jamás 
•aglomerados todos los escudos partí- 
aculares en uno solo, y que por escu- 
ndo general y real de toda la Corona 
>de Aragón seentendíóesclusivamcn- 
>te el primitivo de Barcelona, cuya 
^dinastía era la directa y varonil de 
>1os reyes condes.» — No sucedió así, 
añadimos nosotros, respecto del es- 



PREMIADAS 

eudo de armas , en Castilla , pues 
cuando este reino se unió al de León, 
reuniéronse también sus armas en un 
solo escudo, como se ve en varios an- 
tiguos documentos, y especialmente 
en un códice que se guarda en ia bi- 
blioteca alta del Escorial, y trata De 
la coronación et contagraQion de los 
reyes de Castiella et de León. 



índice. 



Pig». 



INTRODUCCIÓN. Estado de los diferentes reinos de la península ibérica á 
principios del siglo XV. — Aragón: Castilla: Portugal : Navarra : Granada.—- 
Desgracias de la casa real de Aragón. — Guerra en Cerdeña. — Victoria de 
Sant-Luri. — Muerte del príncipe heredero de Aragón. — Pretensores á la 
corona. — Contrae el monarca aragonés segundas nupcias. — Embajadas de 
los pretendientes.^Recíbelas el Rey solemnemente. — Demandas exagera- 
das de) conde de Urgel. — Bandos de Zaragoza. — Asonada contra D. Jaime 
de Aragón. — Intenta el Rey legitimar á D. Fadrique. —-Su fallecimiento. i 

CAPITULO PRIMERO. Parlamento general de Cataluña en Montblanch.— 
Su traslación á Barcelona. — Embajada del duque de Gandía. — Discurso del 
gobernador y respuesta de los tres brazos, eclesiástico, militar y real.— 
Acuden al Parlamento los pretendientes. — Estado de los negocios políticos 
en Aragón, Valencia, Cerdeña y Sicilia. — Triste espectáculo que presen- 
taban estos reinos. — Imparcialidad y entereza del Parlamento de Barcelona. 12 

CAPITULO II. Preséntanse al Parlamento de Barcelona embajadores de va- 
rios pretendientes, y de algunos príncipes que los favorecían. — Respuesta 
del Parlamento. — Envíanse comisiones á los reinos de Aragón y Valencia 
para facilitar la concordia entre los bandos.— Llega el Papa Benedicto á 
Zaragoza y se apaciguan las parcialidades.— Aflige la peste á muchas po- 
blaciones. — Disensiones en el Parlamento de Barcelona. — Guerra en 
Cataluña por las divisiones de los prelados, de los magnates y de los 
pueblos. — ^Incendio de la villa de Eróles. — Ofertas de D. Jaime de Aragón, 
conde de Urgel, para estorbar la entrada de tropas extranjeras. — Los 

embajadores franceses aseguran al Parlamento de la buena amistad del 

24 



18G MeMOIUAS PnLMIADAS 

Rey y de los demás príncipes de Francia.— GuciTa en Gerdcua y en Sici- 
lia. — Sitio de la Reina en el castillo Marqueto. — Resuelven los sicilianos 
elegir separadamente su' Rey. — Aquiétanse las parcialidades de Sicilia. — 
Treguas entre los bandos de Valencia , Aragón y Cataluña. — Rómpense 
de nuevo. — La condesa de Cominges introduce tropas en el valle de Aran. 
— Nombra el Parlamento de Barcelona diferentes comisiones. — Quejas del 
infante D. Fernando, y defensa del conde de Urgel. — Acuden siempre los 
pretendientes á la Asamblea catalana.— Disidencias en el Parlamento. — En- 
ciéndense de nuevo los bandos de Aragón. — Muerte violenta del arzobispo 
de Zaragoza. — Nuevos males y disturbios. — Carta del castellano de Am- 
posta. — Reglamento y ordenanzas del Parlamento de Cataluña. — Úñense 
los mallorquines con los catalanes. — Próroga y traslación del Parlamento 

de Barcelona á la ciudad de Tortosa 20 

CAPITULO IH. Bandos en el reino de Valencia.— Embajadas para conciliar- 
ios.— Parlamentos en Benaguazír, Trahiguera y Vinaroz. — ^Vuelve de 
Castilla Fr. Vicente Ferrer. — No acuden los catalanes al Parlamento de 
Tortosa. — Exhorta el Papa al estamento eclesiástico para que se presente. 
— Disturbios entre Ramón de Zagarriga y Juan de Vilamarí.— Sale de Bar- 
celona el estandarte de Santa Eulalia. — Comportamiento de Aragón. — 
Nueva ide9 de un Parlamento general. — Diferencias entre Morella y Tor- 
tosa. — Pénense las poblaciones de Cataluña en estado de defensa. — Reúne 
el infante D. Fernando sus huestes en las fronteras de Aragón.— Publicase 
la entrada de armas extranjeras á favor del conde de Urgel.— Oposición 
del Parlamento de Tortosa.— Entran en Aragón tropas de Castilla. — Acon- 
sejan al de Urgel tome las armas con titulo de rey.— Quejas del infante 
contra D. Jaime de Aragón. — Defiéndese el conde ante el Parlamento de 

Tortosa. — ^Contestacion del Parlamento á entrambos competidores 31 

CAPITULO IV. Discusión general sobre la sucesión.— Medios de verificarla. 
— Pretensión del reino de Mallorca. — Promesa del Parlamento aragonés 
respecto de las tropas castellanas. — Notables incidentes sobre la conducta 
del infante D. Fernando y del conde D. Jaime.— Mateo de Fox intenta 
recuperarla baronía de Martorell. — Proposiciones del conde de Urgel. — 
Son rechazadas por el Parlamento de Cataluña. — Enojo de D. Jaime de Ara- 
gón. — Nuevos disturbios en el reino de Valencia.— El infante de Castilla y 
el conde de Urgel envían socorros á los Centelles y Vilaregudes. — Batalla 
de Murviedro. — Muerte del gobernador de Valencia. — Prevalecen los 
Centelles, que siguen á D. Fernando. — Decídese la manera de llevar ¿I 
cabo la elección. — Protestas de les pretendientes. — Concordia de los tres 
Parlamentos. — Comunícase á los competidores. — Nórobranse nueve com- 
promisarios.— Recusaciones desestimadas.— Nuevo Parlamento en Mequi- 
nenza.— Los Parlamentos de Aragón , Cataluña y Valencia se niegan á 
reconocerle. — Preparativos para la declaración de soberano en el castillo 

de Caspe 46 

CAPITULO V. Regocijo general de los pueblos por la elección de los com- 
promisarios.— Fiestas públicas.— Envían á Caspe los pretensores sus abo- 
gados y escribanos. — ^Juramento solemne de los compromisarios. — Alega- 



POR LA Real Academia de la IIisronrA. 187 

cienes del duque de Gandía; del conde de Urgel; del infante D. Fer- 
nando. — Pei'sistencia de cada uno de los pretensores. — Perplejidad é 
indecisión entre los jueces. — Declaración del derecho hereditario.—- 
Publicación solemne. — Levántase en Caspe el estandarte real de Aragón 
por el infante D. Fernando 00 

CAPITULO vr. Reflexiones jurídicas sobre la declaración del Compromiso 
DE Caspe. — Consideraciones filosóficas sobre la marcha y resultados de los 
acontecimientos políticos en los Estados de la casa real de Aragón , desde 
el 31 de mayo de Í4i0 hasta el 28 de junio de 1412 73 

CAPITULO VIL Publicase la declaración de Caspe. — Euvíanse embajadores 
al nuevo monarca.— Cortes de Zaragoza. — Discurso de D. Fernando. — Re- 
conócenle por rey dos de sus rivales. — Estado político de Cerdeña y Sici- 
lia. — Disgusto de los catalanes. — Resentimiento de D. Jaime de Aragón. 
— Generosidad del rey D. Fernando. — Rebelión del conde de Urgel. — Si- 
tio y rendición de Balaguer. — Proceso del conde. — Yése desamparado de 
los suyos. — Intercede su esposa, y entrégase al rey D. Fernando. — Fin de 
su proceso. — Queda el rey D. Fernando pacífico poseedor del trono. ... 8G 

CAPITULO VIIL Juicio crítico del Compromiso de Caspe y de sus conse- 
cuencias en Aragón y en Castilla.— Resumen general y singularidad del 
Compromiso de Caspb. ^Ventajosos resultados del mismo. — Pacificación de 
las provincias aragonesas.-- Consolidación del orden público.^Engrandeci- 
miento de la corona de Aragón por la dinastía castellana.— Glorias milita- 
res; comercio; industria; navegación. — Mayor comunicación de los sub- 
ditos de los reinos de Aragón y Castilla ; prepárase en parte la modifica- 
ción de los usos y costumbres.— Alianzas de los príncipes de ambos reinos. 
— Echanse los fundamentos á la gran monarquía española 09 



APÉNDICES. 

NUM. L h:> 

II id. 

lU no 

IV ' id. 

Y 117 

Vi ¡,1. 

VIÍ. H8 

VHI 119 

IX id. 

X. Contestación dada por el rey de Aragón D. Martin el Huma- 

no á la súplica que le hizo una comisión de las Cortes 
reunidas en Barcelona para que tomase consejo de sus 

reiíjos sobre el grave negocio de la sucesión 120 

XI ; id. 

XII m 

Xlll. Curta del conde de Urgel D. Jaime el Desdichado, para el rey 



• 



i88 Memorias premiadas 

de Aragón D. Martín el Humano j sobre los bandos de 

Zaragoza 121 

XIV. Carta del conde de Urgel al rey D. Martin, en que da 

cuenta de unos alborotos en Zaragoza 123 

XV 124 

XV]. Acta en que consta la irresolución del rey D. Martin el 

Humano para nombramiento de sucesor 125 

XVII. EpitaGo que se leía en el sepulcro del rey de Aragón don 

Martin el Humano, existente en el derruido convento de 

Poblet, en Cataluña, panteón de los monarcas aragoneses. 126 

XVIII. Convocatoria del Parlamento de Barcelona 127 

XIX 128 

XX. Carta del duque de Gandía alegando su derecho al trono 

vacante ; . . . . 129 

XXI. Carta del rey Carlos de Francia recomendando el derecho 

del hijo de D. Luis de Ñápeles y de doña Violante. ... 131 

XXII. Auto de concordia del Parlamento de Barcelona , tomado en 

la sesión del dia 29 de octubre de 1410 133 

XXni. Carta de Luis Aversó , embajador enviado á Lérida por el 
Parlamento de Barcelona y en que se habla de los bandos 
entre los Naves y Cescomes 134 

XXIV. Carta de los Aranesos pidiendo socorros para poder rechazar 

las invasiones de los 9e Cominges • • • • * ^^^ 

XXV. Escrito de recusación por sospechosos de algunos individuos 

del Parlamento de Barcelona, presentado por la reina 
doña Violante 138 

XXVI. Acta de concordia del Parlamento de Cataluña 140 

XXVIL Quejas del infante D. Fernando porque el conde de Urgel 

residía cerca de Barcelona 141 

XXVIII. Contestación que dio el Parlamento de Barcelona á las que- 

jas del infante D. Fernando 142 

XXIX. Carta del conde de Urgel rebatiendo los cargos que le hacia 

el infante D. Fernando 143 

XXX. Cartas que el rey de Castilla y la reina madre tutora escri- 

bieron al Parlamento de Barcelona, recomendándole el 

derecho del infante D. Fernando id. 

XXXI 145 

XXXll Carta en que los embajadores de Aragón anuncian al Parla- 
mento de Cataluña la muerte del Arzobispo de Zaragoza. 146 

xxxni id. 

XXXIV. Documento que patentiza las gestiones hechas por el infante 

D. Fernando para atraerse la voluntad de los aragoneses. 147 

XXXV. Carta de D. Antonio de Luna participando que Gil Ruiz de 

Liorí pedia auxilio al infante D. Fernando 148 

XXXVI. Actas de aceptación y adición de herencia por el infante don 

Fernando iiO 



POR LA Real Academia de la Historia. 189 

XXXYII. Cartas del Parlamento de Cataluña al rey de Castilla y al 
infante D. Fernando para que no entren sus tropas en 
Aragón 157 

XXXVIII. Carta en que el infante D. Fernando requiere al Parlamento 

de Cataluña para que se proceda contra los que tomaron 
parte en la muerte del arzobispo de Zaragoza i 60 

XXXIX. Requerimiento del conde de Urgel para que el gobernador 

general del principado de Cataluña cesase en su oficio. . 162 
XL. Carta del gobernador y justicia de Aragón manifestando ha- 
ber convocado para Alcañiz el Parlamento de aquel reino. 163. 
XLL Quejas del conde de Urgel sobre la entrada y permanencia 

de tropas castellanas en los estados de la casa de Aragón. 165 
XLll. Carta del conde de Urgel , en la que alega los títulos por los 

cuales le pertenecía la sucesión del reino 166 

XLII!. Carta del conde de Urgel quejándose de la ocupación por 
tropas castellanas de algunos pueblos de Aragón y Va- 
lencia 169 

XLIV. Votos emitidos por los compromisarios de Caspe 170 

XLV. Declaración ó sentencia del Compromiso de Caspe á favor 

del infante D. Fernando de Antequera 173 

XLVI. Acta de la proclamación de D. Femando de Castilla por rey 

de Aragón 175 

XLVII. De la coronación del rey D. Hernando I llamado el Honesto. 179 
XLVIII .< . 183 



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se cansaron en él 


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